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EL nacionalismo saharaui y la creación del Frente Polisario
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Por Jorge
Alejandro Suárez Saponaro
Director de
Diario El Minuto para Argentina
Contexto histórico político previo a la creación del
Frente Polisario
Entre los años 1970 y 1973 surgió el movimiento
nacionalista saharaui. Esto fue consecuencia de la política española de
impulsar un régimen de autonomía controlada, agregándose la situación de
Marruecos, que vivía los llamados años de plomo, en manos del siniestro general
Ufkir.La política de Rabat, por otro
lado, generaba un hondo rechazo en gran parte de la población saharaui, dado
que no tenía lazo alguno con Marruecos, como reconocería la Corte Internacional
de Justicia en su histórico dictamen de 1975.En aquellos años surgieron, distintos referentes del movimiento
nacionalista, como el caso de El Uali Mustafá Sayed, exiliado en aquellos años
en Argelia, donde el proceso político de aquel país sin ninguna duda tuvo una
fuerte influencia en los fundadores del Frente Polisario. En España no se
conocía los alcances de este movimiento, no obstante, la presencia de
estudiantes saharauis, futuros cuadros del Polisario, que a pesar de estar
sujetos siempre a una discreta vigilancia policial, ni siquiera fueron
percibidos por los movimientos opositores al régimen franquista. Recién en 1975
cuando el Polisario publicó un comunicado conjunto con la organización armada
FRAP. El Partido Comunista Español, descubrió la existencia de un “movimiento nacional
autónomo”.
La desaparición de Bassiri en 1970, provocó la reacción
de las autoridades de Madrid, Funcionarios del gobierno español, viajaron al Sahara,
entre ellos los ministros de Obras Públicas, y de Vivienda. Donde una vez más,
los saharauis escucharon de los políticos españoles, las promesas de respetar
el derecho a la autodeterminación.
En 1972 un grupo de estudiantes en Rabat, gestaron un
movimiento nacionalista, que rápidamente
buscó el apoyo de los países árabes. En aquella manifestación política
sobresalía, El Uali Mustafá Sayed. Solo
acudieron al pedido de aquel grupo, los gobiernos de Argelia y Libia,
especialmente desde el punto de vista moral, más que material. Por lo tanto,
los recursos para dar inicio a la lucha anticolonial, dependería de los magros
ingresos de la militancia saharaui. El llamado Movimiento Embrionario contactó a otros grupos nacionalistas y
llevó a cabo una serie de reuniones secretas en el desierto, a fin de no ser
descubiertos por los servicios de inteligencia españoles. A fines de abril de
aquel año, los nacionalistas en una conferencia acordaron la creación de una
organización político – militar para llevar a cabo la lucha contra el dominio colonial.
Esto fue el germen de lo que más adelante sería conocido como Frente Popular de Saguía el Hamra y el Río
de Oro, el Frente Polisario. Ese
mismo año viajó al Sahara Español, el 16 de enero de 1972 el ministro de Asuntos
Exteriores, López Bravo, quién expresó en su momento “Este territorio y sus riquezas son saharauis y nada más que saharauis,
y por, lo tanto, nosotros nunca podremos disponer de él, ni de ellas, más que
cumpliendo un mandato de sus legítimos propietarios”
La cumbre de la Organización de la Unidad Africana,
realizada en Rabat también realizada en 1972, instó a que los Estados miembros,
intensificasen sus esfuerzos para obligar a España a respetar y aplicar las
resoluciones de la ONU, respecto al Sahara Occidental. En dicha cumbre hubo un
acercamiento entre Argelia y Marruecos, donde fueron firmados acuerdos sobre
fronteras y la explotación común de ciertos yacimientos mineros. También
mejoraron las relaciones con Mauritania. Esto se tradujo en una presentación conjunta
por parte de los embajadores argelino y mauritano, en Madrid, para que fueran
atendidos los pedidos de Rabat sobre la cuestión saharaui. Mientras tanto
España siguió con su torpe política de “maniobras dilatorias”.Madrid, a fin de no llevar a cabo el
referéndum de autodeterminación, sobre el cual había un temor reverencial por
sus consecuencias, señalaba que no había un censo fiable, a pesar de ofrecer
garantías para llevarlo a cabo. En otras palabras, la política española hacia
el Sahara estaba llena de contradicciones, fruto de las opiniones divididas en
el seno del propio gobierno, respecto al futuro de los saharauis y los
intereses hispanos en el Magreb. En este
marco de contradicciones, y con fines netamente disuasivos ante la creciente
presión de Argelia, Mauritania y Marruecos respecto al Sahara Español, la
presencia militar hispana, creció notablemente, aunque oficialmente era para
proteger los intereses españoles respecto a las valiosas minas de fosfato. Curiosamente,
en vez de generar tensiones con la población local, trajo como aparejado el
impulso de la economía.
Carrero Blanco y Franco
El intento de asesinato de Hassan II en 1972, impulsó
al monarca alauita a incrementar la exacerbación nacionalista de la población,
en un intento de consolidar su propia posición. En este contexto Marruecos
extendió sus espacios marítimos a 70 millas, de manera unilateral, y sin
negociación con España. La respuesta de Madrid fue la renovación de la Asamblea General
del Sahara o Yemaá en 1973, en un
intento de demostrar el control político sobre la población saharaui, y cuyo
destino, la última palabra, la tendría España. También en ese año llegó a la
presidencia de gobierno, un hombre de extrema confianza de Franco, el almirante
Carrero Blanco. En ese mismo año se formalizó la primera exportación a Japón de
7.100 toneladas de fosfato. Todavía las instalaciones no habían sido
terminadas, pero perfilaba en un futuro no muy lejano como un complejo con un
gran potencial. A ello se unió el alza del precio del producto, lo que
transformaba en una atractiva fuente de empleo. Cuando España abandonó el Sahara,
la capital del territorio, El Aaiún tenía 42.000 habitantes, de los cuales, 10.000
eran empleados de Fosbucraa y sus familias.La empresa se caracterizaba por pagar buenos salarios y ofrecer a
técnicos y personal jerárquico diversas ventajas en materia de dinero y
vivienda.El lucrativo negocio del
fosfato coincidió con instrucciones dadas por la Dirección General
del Sahara para mejorar la calidad de vida de los habitantes europeos y
nativos, que se tradujo en inversiones en materia de educción y obras públicas
diversas. La principal falencia en esta política, fue la escasa inversión para
formar cuadros profesionales locales. Ejemplo de ello, las dificultades de
contratar médicos, por razones salariales y culturales, recayendo la labor de
prestar servicio de salud, al sistema de sanidad militar del Ejército español.
Al fin de cuentas, el gobierno colonial español, era en la práctica un gobierno
militar, dado que todos los puestos más relevantes, estaban en manos de
militares en actividad, comenzando por el gobernador, que era un general en
actividad.A pesar de los esfuerzos del
gobierno colonial, con la mejora de los servicios básicos, subsidios, generación
de empleo y obras públicas, los reclamos de los saharauis fueron creciendo,
especialmente al consolidarse la idea de independencia, especialmente en los
centros urbanos.
En febrero de 1973 la Asamblea del Sahara o
Yemaá, envió una nota al Generalísimo.
En ese momento estaba presidida por un personaje ambicioso, El Jatri, todavía
manejable en apariencia, por parte de las autoridades coloniales. En su
contenido, no hablaba expresamente de autodeterminación, pero si del derecho del
pueblo saharaui a elegir su propio futuro, de seguridad e integridad
del territorio y población, como de buenas relaciones con los españoles y
dejaba entrever la idea de un Estado asociado, que se concretaría por medio de
un referéndum.La respuesta de Franco
llegó en el mes de septiembre, con una declaración de principios en la cual el
Estado español reconoció el pueblo saharaui es el único dueño de su destino. En
la respuesta Franco, señalaba que España, garantizaba la integridad territorial
del Sahara; el respeto que el pueblo saharaui podrá decidir sobre su destino
cuando lo solicite; y la propiedad de los recursos del territorio por parte del
pueblo saharaui. Esta declaración de principios poco tiempo después se
transformaría en letra muerta. Los gobernantes españoles, permeables a la
presión militar y diplomática de Rabat se olvidaron pronto rápidamente de las
promesas hechas a los saharauis. Marruecos ante la posibilidad de un referéndum
de autodeterminación, decidió presionar aún más adoptando una estrategia cada
día más agresiva hacia Madrid, actuando esta vez, en coordinación con
Mauritania. La torpeza de Madrid continuó y no adoptó medidas para una salida
que beneficiara tanto a los saharauis como a España. A pesar de lo sucedido con
Bassiri, todavía había una salida política, pero existían posturas
irreductibles en el gobierno. Carrero Blanco mantenía la misma línea que el
gobierno salazarista portugués, que se negaba a descolonizar sus posesiones
africanas. En el gobierno, el ministro López Bravo ante la creciente
agresividad de Rabat, proponía una serie de acciones para frenar a Hassan II.
El temor del Régimen era que dicho monarca cayera y Marruecos quedará en manos
de un gobierno filo comunista y lanzara a una aventura expansionista, obligando
a España a una guerra con derivaciones políticas impredecibles. Observando las
actitudes del Régimen, se puede apreciar, no solo que estaba desgastado, por la
edad de Franco, sino que carecía de una estrategia clara y ello sin ninguna
duda obedecía a cuestiones propias del sistema franquista y una inteligencia
estratégica que tuvo serias fallas. A diferencia de su oponente no sabía
explotar las coyunturas favorables, no obstante, la abundante información
obtenida desde diversas fuentes. Lecturas erróneas de situaciones, personajes,
unido a la infiltración marroquí a través de un poderoso lobby, tuvieron sus
consecuencias en la toma de decisiones que llevaría a la prácticamente huida de España del Sahara.
El Uali Mustafa Sayed
El líder de este movimiento nacionalista, El Uali
Mustafá Sayed (Luali o Luley) brillante estudiante de ciencias políticas y
derecho de la Universidad
de Rabat, quien según nos dice Bernabé López publicó un artículo en 1971 en la
revista cultural de izquierdas Souffles –
Anfas bajo el título “Nueva Palestina en tierras del Sahara”, sin hacer una
defensa directa del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui señalaba
la existencia de un territorio en el comenzaba la aparición de una conciencia liberadora.
El grupo que editaba la revista de tendencia maoísta era dirigida, por el poeta
Abdellatif Laabi y el ingeniero de origen judío Abraham Serfaty (quién fue
víctima de las políticas de represión del siniestro general Ufkir, ministro del
Interior de Hassan II).
El futuro presidente de la República Saharaui, había
nacido en 1948 en el seno una familia nómada, en la localidad de Bir Lelhú. En
sus primeros años de vida estudió en Tan Tan. Su talento e inteligencia le
abrieron las puertas de la
Universidad de Rabat en los años 60. Allí se puso en contacto
con grupos nacionalistas, acercamiento que le costó la cárcel y el exilio, en
atención que dichos grupos tenían simpatías con las ideas de izquierda y los
movimientos revolucionarios de los años 60. En 1972, El Uali estando en
Argelia, logró contactarse con líderes del FLN argelino. En ese año dejó sus
estudios y comenzó a dedicarse de lleno a la lucha nacionalista, inspirado en
los procesos políticos de Argelia y Libia.El esfuerzo en una primera instancia se centró en buscar apoyo de manera
infructuosa en distintos países árabes. Las buenas relaciones del Régimen
español con el mundo árabe, impidió lograr encontrar ayuda material. En cambio,
Libia, escuchó el pedido de los nacionalistas saharauis y les proporcionó armas
y ayuda política.En aquellos años el primer
movimiento nacionalista creado en su momento, por el carismático Bassiri, fue
duramente golpeado con su desaparición, en 1970. El movimiento pasó por un
proceso de reorganización, llevando a cabo reuniones clandestinas en el Sahara,
Marruecos, Argelia y Mauritania, cuyo nuevo líder era El Uali, gracias a su
talento, inteligencia y carisma, se transformó en el sucesor natural de Bassiri.A pesar de los escasos medios, tuvo la
determinación de llevar dicho movimiento a la acción. Otro personaje singular
en los primeros días de la historia del Frente Polisario, fue Brahim Ghali Ulad
Mustafá, jefe del ala militar del Frente Polisario, germen del Ejército de
Liberación Popular Saharaui (ELPS).Este
había sido cabo de la policía territorial y colaborador cercano de Bassiri. El
nuevo comandante militar del Frente Polisario organizó su cuartel general en
Bir Moghreim (el antiguo Fort Trinquet) en Mauritania, santuario tolerado por
las autoridades de dicho país. Actitud que estaba directamente conectada con la
idea de presionar la salida española del Sahara.
Arias Navarrro y Franco
En 1973, España sufrió un duro golpe, el asesinato del
almirante Carrero Blanco en manos de los terroristas de ETA.Franco tenía 81 años y la pérdida del
almirante, sin ninguna duda lo impactó hondamente, dado que era su sucesor
natural. El viejo dictador, le costó
tomar la decisión de reemplazar a Carrero, hombre de su entera confianza.Finalmente llevó a la presidencia de gobierno
a Arias Navarro, político ligado a la tesis entreguista. Este personaje había
sido previamente Ministro de Gobernación (equivalente al ministro de interior)
y ligado a las estructuras de seguridad interna, del cual era responsable.
Rápidamente, Arias Navarro comenzó con varios cambios en el Consejo de
Ministros, dando paso a políticos aperturistas y alejando a funcionarios
ligados al fallecido almirante Carrero Blanco. En materia exterior, nombró un
diplomático de carrera, Pedro Cortina Mauri, cuyo equipo se puso manos a la
obra para tomar acciones concretas con el Sahara. La Revolución de los
Claveles en Portugal generó serias inquietudes en el franquismo y dentro del
ejército español, donde informes de inteligencia analizaron especialmente el
descontento de los militares lusitanos por las guerras de ultramar, que terminó
en la caída de la dictadura en Lisboa. La posibilidad de una guerra por el Sahara
Español, era cierta, y sus derivaciones, tendrían impacto en la supervivencia o
no del régimen franquista, y por ende era un llamado de alarma para los altos
mandos españoles. Mientras tanto Arias, a pesar de algunos cambios meramente
cosméticos, no adopto medidas de fondo, dado las internas dentro del Régimen y
limitó su accionar al respaldo de Franco, que por su edad, mostraba serias
limitaciones. En cuanto al Sahara, pareciera que en un principio, el nuevo
gobierno tomó diversas medidas, en un intento de romper la parálisis y encargó
un informe al titular de Asuntos Exteriores, en el cual se exploraban diversas
opciones en torno a un mayor grado de autonomía para el territorio, la cuestión
del Estatuto de Autonomía, retomando los trabajos de la comisión formada por
los ministerios de Presidencia y Exteriores cuatro años antes.En el marco de los estudios realizados, había
una fuerte tendencia a la creación de un estado libre y asociado y se pensaba
poner de nombre al flamante país Sahara
Atlasi. Asimismo, el informe señalaba que era factible la cooperación de
Mauritania y Argelia, mientras que Marruecos se opondría tenazmente a cualquier
solución que no fuera la anexión, pero como contrapeso a esta actitud confiaba
Exteriores la postura de Naciones Unidas, la de los dos vecinos magrebíes, que apoyarían
la propuesta española sobre el Sahara, a través de ventajosos acuerdos
económicos.Finalmente jugaba un papel importante
el acuerdo de cooperación militar con el futuro estado saharaui. Sin ninguna
duda el gobierno español perdía el tiempo en cuestiones menores, cuando en
realidad debía tomar acciones concretas, dado que el informe que solicitó Arias
Navarro, no tenía nada de nuevo.El entonces
ministro secretario general del Movimiento, Carro, viajó en ese tiempo a
visitar las instalaciones de Fosbucraa. En su paso por el territorio saharaui
en marzo de 1974, no tomó contacto con jefes saharauis, ni con la Asamblea General.
Solo se limitó a observar las infraestructuras mineras y realizar diversas
inauguraciones de escuelas, una central de comunicaciones, etc.El equipo que acompañó a Carro, se interesó
especialmente en el potencial minero del Sahara. Se habló de la posible
explotación de los yacimientos de hierro, cobre y oro cercanos a la frontera
mauritana. Todo parecía que el territorio sería objeto de importantes
inversiones y dado la riqueza minera, el gobierno en apariencia se inclinó por
un régimen de autonomía, sin tener en cuenta el contexto regional y la presión
internacional por la autodeterminación del territorio. La idea de no hablar de
plazos, fue fatal.No obstante, la
realidad, el gobierno encargó a tres organismos la elaboración de un Estatuto
de Autonomía, cuyo texto reconocía la separación del Sahara Atlántico y España,
en calidad de potencia administradora y reconocía el derecho del pueblo
saharaui a la autodeterminación e integridad territorial, además de reconocer
como saharauis a los naturales del territorio, evitando cualquier tipo de
maniobra que terceros actores, introdujeran grupos poblacionales con
pretensiones políticas. Esto apuntaba a la propaganda marroquí que hablaba de
200.000 presuntos exiliados provenientes del Sahara Occidental. El régimen de
autonomía citado, no preveía un gobierno propiamente saharaui, sino la
participación de éstos y la iniciativa legislativa quedaba también limitada,
especialmente al permitir al gobernador elegir parte de los integrantes de la
asamblea. En otras palabras, cambiar para que nada cambie.El Estatuto fue presentado a la Yemaa, que dio el visto
bueno el 4 de julio de 1974 a dicho proyecto.Los posibles cambios en el Sahara alarmaron a los marroquíes, porque al
fin de cuentas, se abría paso a un escenario de autodeterminación en un tiempo
no muy lejano.La aprobación del texto
del estatuto fue informado formalmente a los gobiernos de Argelia, Mauritania y
Marruecos, quién reaccionó duramente. Hassan II amenazó directamente al
gobierno de Arias Navarro y exigió que España se abstuviera de toda acción
unilateral.Los marroquíes concentraron
sus fuerzas militares en las fronteras con el Sahara y los enclaves de Ceuta y
Melilla. La situación militar española era complicada, los medios eran
insuficientes, incluso fueron movilizadas fuerzas de la policía territorial.
Pero las limitaciones logísticas de Marruecos y su inferioridad aérea, generó
ciertas seguridades a los mandos en el Sahara.
En estos tiempos difíciles, la enfermedad de Franco
era manifiesta – corría el año 1975 - y esto impedía tomar decisiones
importantes, dado que la última palabra la tenía en Generalísimo.Situación que afectaba especialmente al
presidente Arias, que no tomaba decisiones por respeto al dictador y pensando
en su suerte, el día después de que
Franco no estuviera. El 9 de julio de 1974 cuando Franco fue hospitalizado, el
embajador español ante la ONU,
Jaime De Piniés, presentó ante el Secretario General de dicha organización sus
explicaciones sobre el despliegue militar marroquí, además hizo llegar sus
impresiones sobre el Estatuto de autonomía, que consideraba que no aportaba
nada y que servía a Marruecos para acusar a España de neocolonialismo. El
titular de Exteriores convocó a De Piniés, a Madrid para intercambiar
impresiones sobre el asunto. El Generalísimo
sumamente enfermo delegaba en la figura del príncipe Juan Carlos de Borbón,
la jefatura del Estado. En julio De
Piniés llegó a Madrid y solicitó acciones contundentes contra Marruecos y una
posición clara en torno a la autodeterminación del Sahara.Mientras tanto Hassan II lanzaba una
importante ofensiva en el frente diplomático en Francia y Estados Unidos para
conseguir apoyos a su postura.En agosto
el príncipe Juan Carlos, Arias y Carro recibieron al primer ministro de
Marruecos y su ministro de Exterires., Ahmed Osmán y Ahmed Laraki. Los
responsables de los actos beligerantes en la frontera, eran agasajados por el
gobierno español. Los marroquíes insistían en la devolución del territorio y
el argumento español se basó en que el territorio fue ocupado por medio de
acuerdos con tribus locales y que Marruecos nunca protesto por ello, algo que
es verdad.La presión marroquí surtió
efecto, el tema del Estatuto quedó en la nada misma.EL rey Hassan II apostaba no solo a quedarse con
el territorio, sino con las inversiones realizadas por los españoles, sin concesión
alguna. Un verdadero robo.El gobierno a
pesar de ser permeable al chantaje marroquí, decidió ganar tiempo, en un
intento de aplicar de manera encubierta el estatuto de autonomía, y aceptar la
propuesta del embajador De Piniés, llevar a cabo el referéndum como apoyo de
Naciones Unidas. El 21 de agosto se anunciaba oficialmente que se llevaría a
cabo el referéndum.A fines de agosto,
Franco decide – a pesar de su estado lamentable de salud – tomar las riendas
del poder nuevamente. Mientras tanto los refuerzos militares llegaban al Sahara
de manera escalonada.
Bassiri. Primer lider nacionalista saharaui. Desaparecido en 1970
La tensión creciente fue percibida por la población
civil española, y fueron los familiares de los militares los que empezaron
hacer las valijas.Los altos mandos
militares con responsabilidad en la zona comenzaron a realizar reuniones y el
despliegue naval y aéreo comenzó a reforzarse. La presencia militar en poco
tiempo alcanzó los 20.000 efectivos, destacándose el arribo de unidades de
elite de La Legión,
fuerzas de choque blindado y moderna artillería. Además del despliegue naval en
las Canarias.La crisis ayudó a Hassan
II a robustecer su posición en el frente interno, como develaban las fuentes de
inteligencia, que incluso organizaciones políticas perseguidas por el régimen
marroquí, como la UNFP
y el Partido Comunista se alinearon detrás del trono. A pesar de las amenazas y
el accionar diplomático de Rabat, los analistas descartaban una acción militar,
solo veían más probable, acciones subversivas patrocinadas por Marruecos o el
propio Frente Polisario para desestabilizar la presencia hispánica en el
Sahara.El Alto Mando militar en
Canarias siguió con los planes de defensa, incluso se estudiaron playas y
puertos marroquíes para eventuales acciones armadas.Fueron seleccionados objetivos estratégicos
marroquíes, para ser alcanzados por la fuerza aérea española (denominado
Ejército del Aire) y lugares aptos para una operación anfibia. En un primer
momento los planes militares consistían en dejar avanzar las fuerzas
marroquíes, embolsarlos, cortar sus suministros y por medio de un asalto
anfibio en retaguardia cortarle la retirada. Se iba gestando lo que sería la Operación Marabunta.Incluso como advertencia aviones F 5 españoles sobrevolaron el
palacio real marroquí y localidades fronterizas de Mauritania.
Marruecos no se tomó un respiro, y en el seno de
Naciones Unidas, intentó frenar el referéndum de autodeterminación, acusando a
España que lo hacía bajo un régimen de ocupación militar. La presión de los
vecinos del Sahara Español entorpeció la labor diplomática con el objetivo de
convocar el referéndum., lo que generó la protesta de De Piniés al presidente
del Comité de Descolonización, quién solo autorizó a enviar una nota
explicativa sobre el Sahara.En septiembre
de 1974 fue levantada la censura sobra las noticias referentes al Sahara, ello
no impidió que el director del Sahara, censurara en parte todo lo relacionado
al conflicto.Ese mismo mes, el
embajador De Piniés presentó la nota formalizando la realización del referéndum
de autodeterminación ante la Asamblea
General de la
ONU. La respuesta marroquí no se hizo esperar, y el embajador
marroquí declaró que su país apelaría ante la Corte Internacional
de Justicia. Hábilmente el rey Hassan II, no solo trabó la presentación
española en el Comité de Descolonización, sino que decidió apelar a la Corte Internacional,
para ganar tiempo y evitar que fuera realizado el referéndum. Junto a esta
maniobra el lobby pro marroquí en España, mostraba a Marruecos como aliado en
la zona, por ser un país en apariencia pro occidental y al tándem Argelia -
Frente Polisario como los verdaderos enemigos, por su aparente posición pro
soviética. El monarca alauí esperaba que la Corte aportara documentación que le sirviera a
sus propósitos. En un principio la jugada le fue a favor, dado que las Naciones
Unidas le dieron apoyo a su petición. Mientras tanto el Régimen estaba
preocupado, que el ejemplo de la revolución en Portugal no tuviera “efecto
contagio” en las fuerzas armadas españolas. Esos temores aumentaron cuando fue creada
la Unión Militar
Democrática. En el Sahara aumentaba el descontento, ante la inacción del
gobierno español frente a las constantes provocaciones de Marruecos en la
frontera.El frente interno preocupaba
mucho al franquismo, especialmente por la reacción de la opinión pública y de
las izquierdas, ante una guerra colonial. Esto condicionaba las decisiones en
torno al Sahara, impidiendo manipular la opinión saharaui para apoyar la
postura española.
rey Hassan II de Marruecos
En el ministerio de la presidencia, un grupo de
funcionario comenzó a estudiar la puesta en práctica del fallido estatuto por
medio de otras normas, además de debatir las salidas posibles para el Sahara.
Existía una corriente favorable al referéndum de autodeterminación, única vía
que aceptaría Naciones Unidas. La cuestión era preservar los intereses
españoles y evitar experiencias con las de Guinea. A ello se unía apoyar la
idea de ir a la Corte Internacional
de Justicia, donde los actores de esta tragedia hacían sus cálculos. Recién en
diciembre el gobierno español decidió apoyar la idea de ir a la Corte Internacional
de Justicia.
En
1975 en la Fiesta de la Juventud, el rey marroquí
dijo que se opondría no importa porque
medios a la creación de un Estado “fantoche” y dijo que ese año sería
decisivo para la liberación del Sahara. Eufemismo de la brutal invasión que
sería víctima dicho territorio. Las cartas estaban echadas, ahora todos
estarían a la espera de lo que iba decir la Corte Internacional
de Justicia. Al parecer Marruecos estaba confiado de una victoria decisiva en
este plano.
Nacimiento el Frente Polisario.
En este contexto nació el Frente Polisario el 10 mayo de 1973, que tuvo apoyo
especialmente de exiliados en Mauritania y Argelia, hasta que finalmente
comenzó una rápida incorporación de hombres de diversas edades. Los dos grandes
impulsores fueron El Uali y Gali uld Sidi Mustafa uld Sidi Mohamed.Los servicios de información en el Sahara
habían advertido de la creación de un nuevo partido
nacionalista, que sería nada menos que el POLISARIO. Dicho grupo en una
primera instancia contó con apoyo libio como hemos visto, todo lo contrario de
lo que consideran muchos que es una creación argelina. El apoyo de Argelia se
hizo visible recién en los años 1974-75, durante la llamada “Era Bumediane”.
Según diversos autores y especialistas, la ideología del Frente Polisario,
abiertamente favorable a los procesos políticos de Argelia y Libia, por ende,
de izquierdas, hecho que lo alejó de potenciales apoyos occidentales.Cabe señalar que el grueso de los grupos o
movimientos independentistas eran abiertamente de izquierda, dado que las
potencias coloniales pertenecían al “Mundo Occidental”, lo que naturalmente los
decantaría a tomar posición por un modelo político – económico opuesto, a lo
que cabe agregar el apoyo del Bloque del Este con diversos tipos de ayuda a
estos movimientos, que contribuía a consolidar su ala izquierda. No siendo el
caso del Frente Polisario, que la ayuda solo se limitó al respaldo de Argel y
Trípoli.En su primer documento
político, quedó de manifiesto la posición del POLISARIO:
“Una vez
comprobado que el colonialismo quiere mantener su dominación sobre nuestro
pueblo árabe, intentando aniquilarlo por la ignorancia, la miseria, así como
por su separación del Magreb árabe y de la Nación árabe. Ante el fracaso de todos los
métodos pacíficos utilizados, tanto por los movimientos espontáneos como por
las organizaciones impuestas u otros círculos, el Frente Popular de Liberación
de Saguia El Hamra y Río de Oro, nace como la expresión única de las masas, que
opta por la violencia revolucionaria y la lucha armada como medio, para que el
pueblo saharaui, árabe y africano pueda gozar de su libertad total y enfrentar
las maniobras del colonialismo español. Parte integrante de la revolución
árabe, apoya la lucha de los pueblos contra el colonialismo, el racismo y el
imperialismo y condena a éstos por su tendencia a poner a los pueblos árabes
bajo su dominación ya sea mediante el colonialismo directo o bien por el
bloqueo económico Considera que la cooperación con la Revolución Popular
Argelina, en una etapa transitoria, constituye un elemento esencial para
enfrentar las maniobras urdidas contra el Tercer Mundo. Invitamos a todos los
pueblos en lucha a unirse para enfrentar al enemigo común. ¡Con el fusil
arrebataremos la libertad!”
El mismo mes que nació el Frente Polisario, el
ministro de Asuntos Exteriores López Rodó se reunió con su par marroquí y el
propio Hassan II, quién ofertó a cambio de no modificar el status quo, acuerdos
beneficiosos en materia de pesca y explotación conjunta de los fosfatos.Ahmed Taibi Benhima, ministro marroquí de
asuntos exteriores visitó Madrid e invitó a Carrero Blanco, cuando era jefe de
gobierno, a visitar Rabat, que declinó, para no provocar a los saharauis, y
posiblemente por su propia postura, abiertamente opuesta las insinuaciones marroquíes.
El 20 de mayo de 1973, al poco tiempo de su fundación, el Frente
Polisario lanzó su primer ataque militar decarácter incruento contra un puesto de vigilancia español, ubicado cerca
de la frontera con Marruecos, en Janguet Quesat.En dicho ataque participó el propio El Uali
Mustafa Sayed. Luego se sucedieron diversas acciones, dando golpes de
mano a puestos de la
Policía Territorial, combinado con acciones de propaganda,
que por cierto era sumamente efectiva, dado que el número de saharauis que
financiaban al Frente era creciente. Estos fueron los primeros pasos que dio el
POLISARIO para la larga guerra que se avecinaba.
La estructura del Frente adoptada en aquellos días
turbulentos fue la siguiente :
§Secretario General asistido por un comité ejecutivo de
21 integrantes, de los cuales tres se dedican a las llamadas “organizaciones de
masa” (mujeres, obreros y campesinos).
§Un buró político designa 19 miembros de los comités de
base del pueblo, que a su vez conforman el Consejo Nacional Saharaui.
§Se organizan bases conformadas por células de 10
personas y bandos o grupos de mayor entidad que tienen su rama política y
militar.
El Frente Polisario presentó su programa político, que
fue aprobado en el II Congreso de 1974, cuyo contenido era:
1 - Liberación nacional de todas las
formas de colonialismo y lograr una independencia completa.
2 - Edificación de un régimen
republicano nacional con la participación activa y efectiva de las masas
3 - Realización de una auténtica
unidad nacional.
4 - Crear una economía nacional
complementaria:
a) Nacionalizar los recursos mineros.
b) Política de industrialización.
c) Desarrollo ganadero.
d) Preocupación por el desarrollo de
la agricultura.
e) Protección de los recursos
marítimos.
5 - Garantizar las libertades
fundamentales de los ciudadanos.
6 - La movilización de las masas y la
liberación de sus iniciativas tienen un papel sensible en la edificación
económica.
7 - Distribución justa de las
riquezas y eliminación del desequilibrio entre el campo y las ciudades.
8 - Anular toda forma de explotación.
9 - Garantizar la dignidad a todo el
pueblo.
10 - Garantizar la vivienda a todo el
pueblo.
11 - Atención a la familia y elevar
su nivel en todos los aspectos.
12 - Restablecer los derechos
sociales y políticos de la mujer y abrir ante ella todas las
perspectivas.
13 - Eliminar las causas de la
degeneración moral y social.
14 - Conservar el credo religioso.
15 - Practicar una política de
enseñanza nacional; generalizar la enseñanza gratuita y obligatoria en todas
las etapas y a todo el pueblo y la consideración de una cultura nacional y arabización
de la enseñanza en todas las fases.
16 - Combatir las enfermedades,
construir hospitales y ofrecer atención médica gratuita.
Los objetivos fijados por el II Congreso eran un
auténtico proyecto de país con vistas al largo plazo.La terrible guerra de liberación y el exilio
de gran parte de la población impidieron la concreción de gran parte de los objetivos
fijados. No obstante, gracias a la solidaridad internacional de países de la
órbita socialista, particularmente Cuba y Argelia, la República Saharaui, realizó
un importante esfuerzo educativo y de unidad nacional (lo saharauis a
diferencia de muchos países árabes y africanos superaron las diferencias
tribales). En el año de su creación, el Frente Polisario ya contaba con su
brazo armado, el todavía pequeño Ejército de Liberación Popular Saharaui - ELPS
- con un centenar de combatientes, pobremente equipados y armados, pero muy
motivados. El apoyo argelino, y especialmente libio, permitió incrementar las
acciones armadas y de propaganda, consolidando el ELPS como fuerza militar,
dándole cohesión y experiencia operativa real. El apoyo libio fue confirmado por informantes
españoles destacados en Mauritania, donde el Polisario se movía con amplia
libertad. Por otra parte, los informantes hablaban de la creciente influencia
de Argelia, en competencia con Marruecos y del interés de sectores políticos
mauritanos de incorporar el Sahara, con el objeto de balancear el peso
demográfico de las poblaciones arabizadas frente a los negros, que habitaban en
el sur del país. Incluso en los informes de la embajada española de aquellos
tiempos, sugería que un acuerdo con Mauritania, que contemplara la cesión del
Sahara, sería más fácil obtener concesiones mineras y pesqueras muy ventajosas,
dado la debilidad de Nuakchot.
Minas de Fosfato de Bu Craa
En los años 1973/74 el Frente Polisario estuvo
sumamente activo lanzando acciones armadas de pequeña escala en Tifariti,
Smara, Hasi Matala, Echdeiria, Bir Lehlu, Amgala, etc. La acción más audaz fue
la voladura de la cinta transportadora de fosfatos del yacimiento de Bu Craa
(20 de octubre), poniendo en evidencia las prevenciones que hicieron en su
momento los mandos militares españoles sobre la vulnerabilidad de la
cinta.Las acciones armadas iban
acompañadas por manifestaciones políticas, un intenso trabajo de “masas” y la
captación de simpatizantes entre soldados saharauis de las fuerzas militares
españolas y la policía territorial.
Los servicios de inteligencia españoles identificaron
un sinnúmero de panfletos de diversos grupos que buscaban obtener apoyo del
pueblo saharaui, algunos de estos grupos estaban vinculados al espionaje
marroquí: Organización Avanzada para la Liberación del Sahara, Frente Polisario, Chaab
(Pueblo), Hombres Azules, Comité Revolucionario Unidad de Acción, Partido
Liberal del Sahara, Organización Secreta para la Liberación del Sahara y
Frente de Liberación Nacional para el Sahara. Pero será el Frente Polisario el
que realmente tuvo un ascendiente creciente en la población.Los panfletos, ya sea escritos o en casete,
en árabe y español, o francés y árabe, hacía referencia al peligro anexionista
de Marruecos y el régimen feudal de Hassan II, o a la “momia” de Franco, y la
necesidad de unirse para luchar, además de amenazas a colonos, colaboracionistas, para que se
marcharan, etc. Además, otros aspectos de la propaganda eran las duras críticas
al tribalismo y los llamados a la unidad popular.La creciente ayuda argelina, libia, y en
menor medida de Mauritania, contribuyeron a fortalecer la estructura político
militar del Frente.En 1974 la
inteligencia militar española consideraba que 1.000 efectivos polisarios
estaban en instrucción militar en Argelia y Mauritania.Algo que también preocupaba a las autoridades
españolas era la relación que podrían tener estudiantes saharauis con sectores
de izquierda en las Universidades, con el peligro que el Polisario y grupos de
extrema izquierda ibéricos colaboraran, especialmente difundiendo panfletos e
intercambiando experiencias, especialmente en materia de agitación y propaganda
armada.
Guerrillero polisario
Los cambios políticos que terminaron en un
acercamiento entre Mauritania y Marruecos, facilitó a las autoridades españolas
a obtener información sobre los movimientos del Polisario y favorecer su
combate. Las autoridades mauritanas querían sacarse de encima al Polisario,
entonces facilitaron todo tipo de información sobre las actividades de los
nacionalistas saharauis, incluso detalles del ataque del ELPS a Tifariti. En
dicha localidad, las fuerzas españolas ejecutaron una operación de castigo,
donde intervinieron fuerzas de la
Legión, policía territorial junto a medios aéreos. La orden
del alto mando era dar respuestas enérgicas a las guerrillas del Polisario. La
lección significo que el ELPS no atacaría de noche y renunciaría como vía de
escape la frontera mauritana.
La respuesta a la fundación del Frente Polisario por
parte de las autoridades coloniales fue la creación del PUNS o Partido Unidad
Nacional Saharaui. Había en sectores del gobierno español la idea de un Sahara
independiente con un gobierno afín a sus intereses era factible, parecía que
quienes pensaban así, se olvidaban del caso de Guinea Ecuatorial, donde la
presencia española post independencia fue breve. Mientras tanto Madrid prometió
a la ONU de
realizar un referéndum sobre la autodeterminación del territorio para el primer
semestre de 1975.La idea de un Sahara
controlado por Madrid, significó la adopción de diversas medidas, entre ellas
un diario bilingüe, La Realidad, y se adoptaron medidas para emplear a
saharauis en tareas administrativas. Ahora era preciso elegir quién lideraría
el PUNS, siendo elegido un estudiante de ingeniería Halihenna uld Sidi Enhamed
uld Mohammed, de la tribu erguibat y
cuya familia estaba bien vinculada entre sectores influyentes. Este personaje,
sin antecedentes políticos, podría ser manejable a juicio del gobierno general
del Sahara.Los erguibat eran la tribu más numerosa e importante, con varios miles
de sus miembros repartidos en el Sahara, Marruecos, Argelia y Mauritania, eran
dominantes en el Polisario y existía una aspiración de formar una “nación
erguibat”. Halihenna fue puesto como líder del PUNS para equilibrar las fuerzas
de dos aspirantes al gobierno saharaui, el conocido El Jatri y otro importante
líder tradicional Seila uld Abeida uld Sidahamed, personaje que presidía el
Cabildo provincial.Luego de su viaje a
Madrid, Halihenna fue nombrado en un importante cargo como adjunto en Minería e
Industria, al poco tiempo presentó su programa político:
Llegar
a un Sahara independiente por un proceso de autodeterminación acelerada.
Rechazar
cualquier reivindicación extranjera.
Conservar
y robustecer las tradiciones en lo religioso y social, adaptándolas a las
instituciones de un Estado moderno.
Dotar
al país de una economía moderna, explotando y desarrollando las riquezas
naturales para aumentar el nivel de vida de todos los ciudadanos.
Islam
religión oficial.
Conservar
la amistad y cooperación mutuas con España en todos los aspectos.
El flamante líder del PUNS contaba con una casa en un
barrio residencial, coche oficial y dinero para hacer proselitismo. El nuevo partido
encontró resistencias de los jefes tribales temerosos de perder sus prebendas y
del propio Polisario, y luego del propio gobierno general, dado que Halihenna
elevó el tono de sus críticas al gobierno colonial y para peor se entrevistó
con Eduardo Moha, líder de los “Hombres Azules” grupo pro marroquí. El gobierno
general aspiraba que el PUNS tuviera 10.000 electores seguros, para balancear
poder frente al Polisario. a la hora de llevar a cabo el referéndum e imponer
una solución política acorde a los dictados de Madrid. Por otro lado, las autoridades coloniales tenían
la esperanza de movilizar una importante corriente de opinión favorable a sus
intereses, para restarle popularidad al Polisario con vistas a la llegada de la Comisión Visitadora
de Naciones Unidas. Pero el PUNS era solo una
pieza suelta, no había estrategia clara al respecto y el gobernador reclamó a
Madrid acciones concretas nuevamente. Las idas y venidas, impidieron que los
saharauis tuvieran certeza de los propósitos de España y que este fuera mantenido
con firmeza.
La actividad guerrillera era una realidad creciente, pero
ello nunca causó serios contratiempos al dispositivo militar español,
encontrándose dentro de este la célebre Legión, unidad de elite, cuya historia
operativa estaba estrechamente ligada a las tierras saharauis. La actividad
guerrillera igualmente generaba problemas y distraía recursos para vigilar al principal
enemigo, que era : Marruecos. Las fuerzas del ELPS tomaban por tiempo
determinado los puestos abandonados por los españoles (un serio error para la
seguridad del territorio) con fines de propaganda armada y mostrar su presencia
a lo largo del territorio saharaui.Mientras la lucha armada iba cobrando fuerza, España anunció que iba
llevar a cabo el referéndum, que impulsó a Marruecos y Mauritania a solicitar
la intervención de la
Corte Internacional de Justicia y buscar por todos los medios
legales y políticos, especialmente por parte del hábil Hassan II impedir dicho
referéndum.Sin ninguna duda el monarca
alauíta sabía de antemano que la decisión del pueblo saharaui era construir su
propio Estado, un triunfo político de su aliado argelino – según su óptica –
que no podría permitirse, porque tendría consecuencias para el frente interno
marroquí, y por ende la continuidad del régimen de Hassan II podría correr
peligro.
La realidad indicó claramente que la postura española
de considerar a la
Asamblea General del Sahara (Yemaá) como representante legítimo de la voluntad del pueblo
saharaui, era un callejón sin salida. Las Naciones Unidas no avalaron esta
postura. Entonces España buscó celebrar un referéndum al margen de la
supervisión internacional, tal vez con la idea peregrina de promover un Estado
saharaui estrechamente ligado a Madrid. Finalmente, la presión internacional
tuvo efecto y España decidió llevar a cabo el referéndum de autodeterminación,
bajo los auspicios de la ONU
a llevarse a cabo los primeros meses de 1975. En julio de 1974 el representante
español ante la ONU
elevó una nota al Secretario General, en la cual acusó a Marruecos de intentar
anexar el territorio saharaui sin tener en cuenta los derechos de este pueblo.
En este complejo juego de idas y venidas, en febrero
de 1975 el PUNS llevó a cabo su primer acto político en El Aaiún, donde
asistieron unas cinco mil personas, entre ellas los chiuj, beneficiarios del régimen colonial, extremadamente
conservadores y muchos corrompidos por el régimen de subsidios, junto con ellos
concurrieron personas bien intencionadas que querían llegar a un entendimiento
con el Frente Polisario. Pronto la farsa del PUNS, se vendría abajo y el mundo
tomaría nota de la presencia del POLISARIO como único representante legítimo
del pueblo saharaui.
La crisis de Guerguerat, la inacción de Naciones Unidas, como del apoyo velado de Francia y Estados Unidos, abrieron las puertas para que, en el Sahara Occidental, estallara el conflicto de manera abierta. Razones políticas, llevan a Marruecos a negar o por lo menos mantener en silencio los hechos que ocurren en los Muros Defensivos. Pero la escalada del conflicto, no pasó por desapercibido en medios internacionales, y a pesar de hablar poco del tema, las fuerzas saharauis pasaron a la ofensiva, llevando a cabo una guerra de baja intensidad, con golpes muy precisos en el dispositivo marroquí. Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro Director de Diario El Minuto para Argentina El Ministerio de Defensa saharaui, publica de manera asidua, partes de guerra, sobre el accionar del Ejército de Liberación Popular Saharaui o ELPS. Desde algunos medios, apoyándose en el discurso marroquí, han negado la existencia de un conflicto armado, salvo tiroteos desde ambos lados d...
En Argentina hace muchos años que no se publica un libro sobre Política de Defensa Nacional. "Hacia las Fuerzas Armadas del Siglo XXI" es una obra de plena actualidad, tomando como referencia las experiencias recientes de conflictos armados, como los casos de Siria, Ucrania o Nagorno Karabaj. Lejos de sesgos ideológicos, desde una perspectiva realista, proponemos una transformación de las FFAA, en el marco de amplias reformas del Sistema de Defensa Nacional, incluyendo el fortalecimiento de la base tecnológica e industrial de la defensa. Analizando el contexto geoestratégico en el cual está inserta la Argentina, identificamos los riesgos y amenazas, que van desde la cuestión Malvinas, que a diferencia de muchos trabajos sobre Defensa, se niegan a verlo como una amenaza, por la ocupación británica, en esta obra lo hablamos abiertamente; la presencia de grupos minoritarios, en proceso de radicalización, que en el mediano plazo pueden convertirse en una amenaza a un área de ...
En este trabajo – extraído del libro “Sahara Occidental. Situación Jurídica y Plan de Paz de nuestra autoría - estudiaremos la compleja realidad política jurídica del territorio del Sahara Occidental. Por un lado, encontramos que el 80% del territorio está ocupado por Marruecos, apoyado por un importante despliegue militar. Desde el punto de vista jurídico, como veremos, Marruecos reviste el carácter de “Potencia ocupante”. Por otro lado, el 20 % restante las llamadas “zonas liberadas” están controladas por la República Árabe Saharaui Democrática o RASD, que ha sido reconocida por 81 Estados. No obstante, la ONU reconoce como parte en el conflicto no a la RASD , sino al Frente Polisario (frente político que gobierna la RASD desde su creación en 1976) como representante legítimo del pueblo saharaui. Esta situación tiene sus alcances jurídicos y políticas. A todo ello debe agregarse la presencia internacional a fin de vigilar el cumplimiento del alto fuego a t...
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