España. Plazas de Soberanía y Sahara Occidental: Suicidio Geopolítico
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Tropas españolas recuperan el islote del Perejil en 2002 |
El
gobierno español está empecinado una política de “contención” hacia Marruecos,
que está llevando a España a un callejón sin salida. Los incidentes de 2021, el
hostigamiento de patrullas marroquíes hacia pescadores españoles, en aguas que
están bajo jurisdicción de Madrid, el claro objetivo de avanzar en aguas de las
Canarias, a los fines de hacerse con potenciales recursos mineros y energéticos
marinos, pone en evidencia que Rabat, a través de una estrategia de hechos
consumados y explotando hábilmente la debilidad de los políticos españoles,
avanza lentamente hacia dos grandes objetivos: obligar a España a negociar
sobre el futuro de las plazas de soberanía de Ceuta y Melilla, y los espacios
marítimos en torno a Canarias y el Sahara Occidental. Siempre bajo la amenaza
de recurrir a la fuerza.
Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Director de Diario El Minuto para Argentina
La
crisis de Ceuta de 2021, fue a nuestro juicio, una clara maniobra de Marruecos
para medir la reacción española, ante una posible “Marcha Verde”. La famosa
“carta” del presidente español, Pedro Sánchez, donde avalaba el plan de
autonomía marroquí como solución al conflicto del Sahara. El silencio guardado
por Sánchez en la Internacional Socialista respecto al drama saharaui, pone en evidencia
que el actual gobierno español es funcional al reino alauita, aún, cuando ello
es contrario a los intereses de España.
Ejemplo de ello, la crisis con Argelia, donde Madrid, por ser funcional
a los intereses marroquíes, evitó llegar a un acuerdo con la potencia magrebí,
en materia energética. La posibilidad de tener una hipótesis de confluencia con
Argel, hubiera permitido a España, contar con un actor de peso, que puede
servir de factor de “moderación” para las presiones marroquíes. Otro actor clave
en este drama, es Mauritania, donde tampoco España, ha hecho un esfuerzo
significativo, para incrementar su peso político, y reducir las maniobras de
Rabat en dicho país africano.
Las
llamadas “Plazas de Soberanía” españolas está conformado por las comunidades
autónomas de Melilla, Ceuta y los siguientes territorios: islote de Perejil,
Peñón de Vélez de la Gomera, las islas Alhucemas, Chafarinas. El islote de
Perejil, hace dos décadas fue escenario de un incidente, donde dos gendarmes
marroquíes, izaron la bandera de su país.
España reaccionó con energía y envío una fuerza militar, que bajo
estrictas normas de empeñamiento, recuperó la isla, y los intrusos fueron
devueltos al suelo marroquí. Este no fue
el único incidente sobre las plazas de soberanía españolas. En agosto de 2012,
cuando la guarnición española se había retirado – dado que no tiene carácter
permanente – en el Peñón de Vélez de la Gomera, un grupo de activistas
marroquíes, llevaron a cabo una toma temporaria. En la Bahía de Alhucemas, cientos de
inmigrantes africanos protagonizaron otro incidente, dado que exigían
refugiarse en España, con el intento de establecerse en las islas del mismo
nombre. Finalmente, Rabat y Madrid, llegaron a un acuerdo sobre el reparto de
inmigrantes. Las islas Chafarinas
también fueron noticia, cuando una empresa marroquí, instaló una piscifactoría
en aguas cercanas. La fiscalía española especializada en Medio Ambiente, en
octubre de 2021, archivó las actuaciones, dado que dicha instalación, estaba
fuera de las aguas jurisdiccionales. No obstante, el Ministerio de Exteriores
español había elevado una protesta, pero fueron desoídas por Marruecos, dado
que no reconoce la existencia de aguas territoriales españolas en torno a las
plazas de soberanía.
Plazas de soberanía bajo la contante
presión marroquí y la indiferencia del gobierno español
El
gobierno de Sánchez, parece que va en otra dirección, que la llevada en 2002,
en el islote de Perejil, ante la política de hechos consumados de Marruecos y
su negativa a reconocer los derechos españoles sobre las plazas de soberanía,
especialmente Ceuta y Melilla. El senador de Compromís, Carlos Mulet, solicitó
que el gobierno español diera respuesta a su requerimiento de explicar lo
acontecido en aguas de Ceuta, donde embarcaciones de la Marina marroquí, han
hostigado a pescadores españoles. En el
portal digital “El Faro de Ceuta” relata los hechos, denunciados por otro medio
español, El Confidencial A finales del
pasado julio, El Confidencial se hizo eco de la denuncia de los ocupantes del
barco Okipiruli que habían zarpado con la intención de pasar una jornada de
pesca. A menos de una milla de la costa de Tarifa, declararon, una patrullera
de la Marina Real de Marruecos se adentró en aguas españolas y les indicó que
debían abandonar la zona porque estaban en un espacio de soberanía marroquí,
según su testimonio. (ver. https://elfarodeceuta.es/compromis-militares-marroquies-hostigan-aguas-espanolas/).
El presidente de la Comunidad Autónoma de Melilla, Eduardo de Castro,
transmitió al titular de exteriores español, José Manuel Albares, «la preocupación por las vulneraciones de
Marruecos a Ceuta y Melilla, en el marco de la inauguración de la XIII
Jornada de Desarrollo y Seguridad en el siglo XXI – El nuevo concepto estratégico de la
OTAN. El titular del gobierno de
Melilla, ha señalado En los últimos
tiempos hemos sufrido innumerables afrentas por parte del país vecino: desde el
cierre de la aduana comercial hasta las continuadas agresiones diplomáticas y
verbales a nuestra soberanía nacional e integridad territorial. Las autoridades locales han hecho un llamado
al gobierno de Madrid para que tome nota del valor estratégico que tiene Ceuta
y Melilla, no solo para la seguridad del Flanco Sur de España, sino también
para la Unión Europea.
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Crisis de Ceuta |
España,
no tiene una estrategia definida sobre las llamadas “plazas menores” como se ha
señalado desde el Observatorio de Ceuta y Melilla, como explicó en su momento
al diario La Razón, de España, Carlos Echeverría, presidente del citado think
thank el indefinido estatuto jurídico
interno de derecho español de las islas y peñones, que progresivamente han sido
innominados en el ordenamiento» y propone «dar un reconocimiento jurídico
normalizado en derecho español y en derecho europeo» a estos territorios
españoles. «Estado y ciudadanía española deberíamos ser muy ágiles a la hora de
prevenir y reaccionar: hay que ser claros en la defensa de la españolidad de
los territorios y rigurosos a la hora de transmitir al resto del mundo que no
hay ninguna cuestión colonial ni agravio histórico pendiente con Marruecos, con
el que el Gobierno tiene que ser más riguroso y exigente
El
reclamo sobre los “presidios” como señala la prensa marroquí a Ceuta y Melilla,
viene de tiempos de la independencia de Marruecos, en el marco de la teoría del
Gran Marruecos. No hace mucho, en 2020. el primer ministro marroquí Saadedine
El Othmani, no tiene dudas sobre los presuntos derechos sobre Ceuta y Melilla,
y exige reabrir el asunto en algún momento con España. Esta declaración fue
coincidente con el pedido de Trump, de normalizar las relaciones entre Rabat e
Israel, a cambio de reconocer la soberanía marroquí sobre las zonas ocupadas
del Sahara Occidental.
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Melilla. |
El
gobierno español, luego de las declaraciones del primer ministro marroquí, convocó
a la embajadora marroquí Karima Benyaich, a los fines de hacerle llegar una
protesta diplomática. Naciones Unidas nunca incluyó estos territorios como
territorios a descolonizar, a pesar que Marruecos intentó ponerlos en la agenda
del Comité de Descolonización. Ceuta quedó en manos españolas por un tratado
con Portugal en 1668. En 1415, dicha ciudad fue conquistada por tropas lusas,
hasta que finalmente quedó en manos españolas. Melilla es territorio español
desde 1565 y por sucesivos tratados entre Marruecos y España, el sultán
reconoció la soberanía hispana sobre dicho enclave. Asimismo, las ciudades citadas como las otras
plazas de soberanía, no fueron incorporadas en el régimen del Protectorado
marroquí. Lo que deja bien en claro, que no estamos ante una situación
colonial, como pretende hacer valer Rabat.
Una
nueva crisis migratoria, donde cientos de inmigrantes ilegales africanos,
quisieron saltar las medidas de seguridad que separan Marruecos de la ciudad
española de Melilla, fue respondido con brutalidad por parte de la Gendarmería
marroquí, que ocasionó muertes y trascendieron imágenes de maltrato a los
inmigrantes en junio de 2022. Esto causó indignación, a tal punto que el
Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas exigieron explicaciones y la
respuesta de Rabat fue la siguiente “Marruecos
no cuenta con fronteras terrestres con España”. Incluso hablan de la línea de separación entre Marruecos y Melilla y que es “inexacto”
calificarla de límite internacional entre Marruecos y España. Madrid no
reaccionó ante estas declaraciones y siguió aferrándose a su estrategia de
buena vecindad.
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islote del Perejil. Ocupado por marroquíes. |
La
cuestión del reclamo marroquí sobre las plazas de soberanía españolas, tiene
que ver con la geopolítica. La presencia de los enclaves españoles, limita el
margen de maniobra y la influencia que puede tener Marruecos como país ribereño
del Estrecho de Gibraltar. En esta área de alto valor, dado que conecta el
Mediterráneo como el Atlántico, interactúan tres actores: Gran Bretaña, España
y Marruecos, y también podríamos incluir a los Estados Unidos. Esta política de
“divide y reinarás” garantiza que no exista un actor hegemónico en dicha zona.
Marruecos lo sabe, pero ello no impide, dado su interés de convertirse en una
potencia regional, utiliza este diferendo, fabricado por el mismo Rabat, como
“moneda de cambio” frente a España, para obtener ventajas en diversas
cuestiones, y especialmente para mantener alejado a Madrid, de la cuestión del
Sahara Occidental.
Marruecos,
a lo largo de estos años, por medio de incidentes calculados, ha logrado de alguna
u otra manera, identificar las vulnerabilidades de España. El gobierno de Pedro
Sánchez, sin ninguna duda, con su política, ha sido funcional al juego
marroquí. El presidente español, intentó
mostrar la postura de su gobierno en torno al Sahara Occidental, como una
victoria, al considerar que las relaciones con Marruecos serían más sólidas y
estaría garantizada la integridad territorial de España, especialmente en torno
a Ceuta y Melilla. En los hechos Marruecos, tiene una estrategia definida, de
presionar sobre dichas ciudades. Ejemplo de ello es la creación de una nueva
región militar con sede en Alhucemas, a 90 km de Melilla, que, desde el
discurso oficial, es para enfrentar la migración ilegal y el contrabando. En
medios especializados, la construcción de la nueva base en la nueva región
militar, incluye el despliegue de sistemas de defensa antiaéreos de largo
alcance. Ello dista mucho de operaciones de vigilancia de fronteras para
prevenir ilícitos. Otra base de defensa aérea se construye a 200 km de Ceuta,
para el despliegue de sistemas antiaéreos chinos Sky Dragon. Vale la pena recordar que las principales fuerzas de
infantería de marina marroquí, tienen base en Alhucemas. Llegado el caso la
captura de las llamadas “plazas menores” no es desde el punto de vista militar
un obstáculo insalvable.
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islas Chafarinas. |
Rabat
mantiene un clima de conflicto, siempre latente con España. Ejemplo de ello, es
no reconocer las fronteras marítimas con las plazas de soberanía. La presión
fronteriza es constante, a través de grupos migratorios, siendo explotado
hábilmente por Marruecos como moneda de cambio y obtener concesiones a la Unión
Europea. En 2018, Rabat cerró la frontera con Melilla y en 2019, emitió
directivas a sus funcionarios para que no ingresen a España vía Ceuta o
Melilla. Las autoridades marroquíes, han
buscado por diversos medios generar perjuicios a la economía de las ciudades
autónomas españolas e intentar que los medios de comunicación, muestren a
dichos enclaves como un dolor de cabeza para España y factor de conflicto. Desde el punto de vista político, los
enclaves no tienen la gravitación que deberían tener en la política española,
por su valor estratégico.
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Activistas marroquíes en el Peñón de Velez en 2012. |
La necesidad de Marruecos de conflictos
como mecanismo de supervivencia de su régimen.
Históricamente,
los conflictos externos, han sido explotados con habilidad por el régimen
marroquí, como válvula de escape para lidiar con el frente interno. La
población marroquí, ha estado sometida a una narrativa, dado que los medios
están directa o indirectamente controlados por el régimen, y esto se extiende a
las comunidades marroquíes en Europa y la misma España. Por ende, llegado el
caso, puede ser un factor de problemas a resolver, especialmente en los enclaves.
Rabat maniobra con habilidad para neutralizar a España y privarla de apoyos en
caso de un conflicto de mayores dimensiones. En el marco de la guerra de
Ucrania, Marruecos no condenó la invasión y mantuvo relaciones cordiales con
Rusia, en un intento que decante por un mayor apoyo a su rival argelino. Ello
no ha impedido que, en las últimas semanas, accedió por pedido de Estados
Unidos, de entregar stocks de repuestos de tanques T72 en servicio en el
Ejército marroquí, a las fuerzas ucranianas. Veremos cómo reaccionará Rusia,
dado que el Kremlin, tiene una política de sanciones contra los países que
suministran armas a Ucrania. El objetivo es que la Casa Blanca siga
considerando a Marruecos como un aliado clave en el Magreb y de alguna manera,
mantener el statu quo en el Sahara Occidental.
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Peñón de Velez de La Gomera |
Estados
Unidos, no desea que haya un actor dominante en la zona de los Estrechos,
mantener la situación del Sahara Occidental, evitando que un cambio implique
una victoria política de Marruecos, y ello tenga otro tipo de consecuencias. El
objetivo es mantener el control sobre la política de Rabat en la región,
evitando que el fosfato, sea utilizado como “arma” por Marruecos, fuera de la
influencia de los intereses de Washington.
España como miembro de la OTAN, está supeditada también a los dictados
de la Casa Blanca, y, por ende, mantiene una política de apaciguamiento hacia
el vecino magrebí. Ello incluye no involucrarse en la cuestión saharaui.
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Ceuta |
En
su carrera por el liderazgo regional frente Argelia, Marruecos, ha realizado
importantes inversiones en materia militar. Debe ser motivo de preocupación las
inversiones en materia de ciberseguridad, drones, defensa antiaérea, tanques,
artillería, y vigilancia, especialmente al contar con un satélite de
observación militar, lanzado en 2017. En
materia naval el esfuerzo, ha permitido convertir una fuerza naval, similar a
un guardacostas, a una fuerza con cierta capacidad oceánica. Las fuerzas terrestres marroquíes han
estrechado mucho la brecha tecnológica que las separaba del ejército
español. En el mismo sentido pasa con la
Fuerza Aérea.
En
el caso del conflicto del Sahara Occidental. Las fuerzas saharauis volvieron a
las armas, como hemos señalado en Diario El Minuto, librando una guerra de
pequeña escala, con el objetivo de visibilizar el conflicto, algo que ha tenido
un resultado exiguo, pero por lo menos, tanto Naciones Unidas, como Estados
Unidos, siguen sosteniendo, aunque de manera formal, que la salida del
conflicto es en base a negociaciones entre las partes en conflicto. La reacción
de Marruecos ha sido moderada, limitándose a operaciones de represalia, que ha
tenido su costo en vidas civiles, generando tensiones con Mauritania y
especialmente con Argelia. El alza de los costos de la energía, los embargos y sanciones
en materia de petróleo que afectan a Rusia, abrieron las puertas para que
Argel, sea un actor clave en el abastecimiento de energía a Europa. Los
argelinos ahora se han convertido en un actor de peso, que llevó a Francia a
reconocerlo e impulsar un acercamiento. El gran aliado de Marruecos, se ha ido
muy mal parado de Malí, su influencia en África está apagándose ante el ingreso
de dos grandes actores: China y Rusia.
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Alhucemas. |
Rabat
en el marco de la delimitación de sus espacios marítimos, como los del Sahara
Occidental, es posible que abra las puertas para nuevos conflictos con España,
buscando obtener beneficios. El fallo del Tribunal de Justicia Europeo,
relativo a los recursos naturales, sin ninguna duda limitan seriamente la
posibilidad de llamar a empresas a explorar las aguas saharauis, detentadas por
Rabat, pero ello no impide por medio de presiones, y cierta coacción, intente
que los europeos, no cumplan con el fallo, agregándose que el tímido apoyo a
Ucrania, también pueda ser empleado como “moneda de cambio” en sus intereses
sobre el conflicto saharaui.
España
está en una posición defensiva. Su gobierno es funcional a Marruecos. A pesar
de algunos gestos, tolera la política marroquí hacia las plazas de soberanía.
El escenario de una “Marcha Verde” sobre las plazas de soberanía, es poco
probable, pero debe ser motivo de atención la creciente presión demográfica sobre
ambas ciudades, y los intentos de perjudicar sus economías, a través de
acciones indirectas. Hasta ahora, la maniobra de Rabat sobre España, ha tenido
éxito. El problema, es que los líderes españoles, creen que, cediendo a las
presiones marroquíes, evitan un conflicto de mayor magnitud. Ellos no perciben
la visión de Rabat, el accionar de la política española, es vista como
debilidad, y pronto subirán la apuesta. La estrategia de Madrid frente a
Marruecos, tuvo como resultado, la pérdida de negociar acuerdos ventajosos en
materia de energía con Argelia, el incremento de la presión marroquí sobre las
plazas de soberanía, el aceptar las condiciones que pretende hacer valer Rabat
sobre el tema Sahara.
España
debe cambiar su política en relación a Marruecos, asumiendo los riesgos que
ello conlleva. Rabat busca por medio de una estrategia sin tiempo terminar
absorbiendo las plazas de soberanía españolas, dado que ello implica, tener un
mayor peso en el área de los Estrechos, mejorando su posición frente a Estados
Unidos e imponer o por lo menos lograr un apoyo decisivo para hacer valer su
solución unilateral sobre el conflicto saharaui. El camino del actual gobierno
español, abre las puertas para nuevas pérdidas territoriales para España, lo que,
sin ninguna duda, el actual rumbo, llevará a España a cometer un verdadero
“suicidio geopolítico”.
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