Azerbaiyán: la nueva potencia del Cáucaso
Corresponsal Diario El Minuto para Argentina
Datos
Básicos Azerbaiyán
Azerbaiyán es un país
europeo sin litoral en la frontera entre Asia Occidental y Europa
Oriental. Forma parte de la región del
Cáucaso Sur y limita al este con el mar Caspio, al norte con la república rusa
de Daguestán, al noroeste con Georgia, al oeste con Armenia y al sur con Irán.
Bakú es su capital y ciudad más grande. El enclave de Najichevan forma parte de
Azerbaiyán rodeado por Turquía, Armenia e Irán.
El país tiene una
superficie de 86.600 km2 y una población 10.8 millones de habitantes. La
capital es Bakú. El idioma oficial es el
azerí. En cuanto a la composición étnica, más del 90% es de origen azerí, un
pueblo de origen túrquico. Las minorías nacionales están representadas por
lezguinos (población caucásica que tiene su propio idioma), talyshi (de origen
iranio) y rusos. La minoría armenia de
Nagorno Karabaj emigró por completo luego de la guerra de 2020. En cuanto a la religión la mayoría de la
población profesa el islam chiita. Un
aspecto interesante, a diferencia de otros estados de mayoría musulmana,
Azerbaiyán es un estado secular.
El
país alcanzó su independencia luego de la disolución de la Unión Soviética en
1991. Desde 1995 cuenta con una Constitución todavía vigente, que define al
país como una república presidencialista, unitaria y secular. El presidente es electo cada cinco años por
voto directo. El poder legislativo es unicameral. El enclave de Najichevan, con estatus de
“república autónoma” denominación heredada de tiempos soviético, tiene un régimen
especial, donde cuenta con su propio gobierno y asamblea elegida. El resto del
país conserva el término ruso de “raion” o distrito, existiendo unos 66 con
autoridades designadas por el gobierno azerí y 77 ciudades, de las cuales 11
están bajo autoridad directa del gobierno.
El
país cuenta con su propia moneda, el manat. En 2022 se situaba como la economía
número 86 por su volumen de PIB. El
Índice de Desarrollo Humano ubica al país en el puesto 89 de 190 naciones
relevadas por la ONU. En cuanto el
Índice Doing Business, para hacer negocios, sitúa al país en el puesto 28 de
190. A principios del siglo XXI, fueron
realizadas importantes reformas económicas para superar la inflación, que
permitió transformar al país en una plaza de interés para las inversiones
internacionales.
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presidente Ilham Aliyev |
El
sector petrolero gracias al alza de los precios internacionales a principios
del siglo XXI, permitió generar altos niveles de crecimiento económico. El PIB
total se multiplicó por más de diez: de 6 000 millones de dólares a 66 000
millones de dólares (hoy se sitúa en más de US$ 80.000 millones). Esto estuvo
acompañado de una rápida disminución de la pobreza, del 49,6 % al 7,6 %, un
aumento de los salarios reales y un crecimiento de la clase media. La caída de los precios internacionales del
citado recurso en 2014, provocó medidas de austeridad y ajuste. En 2016 el
presidente Ilham Aliyev lanzó una “hoja de ruta” para la diversificación de la
economía nacional. El crecimiento
económico de 2024 se situó en el 4.3%.
Tengamos en cuenta que el 90% de las exportaciones provienen del petróleo y derivados, financia el 50% del presupuesto nacional. Bakú apuesta a romper con esta dependencia. Un informe del Banco Asiático de Desarrollo de 2023 señalaba que el sector no petrolero de mayor crecimiento ha sido el manufacturero, además de realizar un gran esfuerzo ante el cambio climático y la promoción de la “economía verde” en el sector privado. Otros sectores que reciben apoyo, las tecnologías de la información, agricultura y turismo. En el ámbito de la infraestructura destaca la inversión de US$ 400 millones en desarrollo ferroviario, recuperando viejas líneas de tiempos soviéticos. Bakú aspira a convertirse en un actor relevante en las cadenas de suministro globales, traduciéndose en inversiones no solo ferroviarias, sino construyendo corredores Norte – Sur y Este – Oeste. La participación en el proyecto del Corredor Internacional de Transporte Norte Sur impulsado por Rusia, permitirá conectar Azerbaiyán con los puertos indios a través del Mar Caspio. Otra inteligente maniobra geopolítica azerí fue ser parte de Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de Pekín para conectar Asia con Europa, abre nuevas perspectivas para el desarrollo de Azerbaiyán y acrecentar su papel geopolítico.
La minería ofrece un
enorme potencial, especialmente en materia de oro, hierro y cobre. El fin del conflicto por Nagorno Karabaj,
abre las puertas para la llegada de inversiones, especialmente en minería para
el antiguo enclave separatista.
Breve
historia de Azerbaiyán
El
país como parte de la región del Cáucaso tiene una historia milenaria y existen
evidencias de la presencia humana desde tiempos de la Prehistoria, con
registros de la presencia humana que datan de 12.000 a.C. El actual territorio azerí por su ubicación,
los recursos de la región, permitió el desarrollo de diversas culturas desde
tiempos remotos, destacándose diversas manifestaciones en la Edad de
Bronce. En el siglo VI a.C. aparece el
concepto de “Albania Caucásica” (se utiliza este término para diferenciarla de Albania europea) donde hay pocas
referencias. Se sabe que los pueblos que la conformaban fueron conquistados por
los medos entre los siglos VII o VI a.C, para luego ser parte del imperio persa
aqueménide. Históricamente hay referencia del estado de Albania como estado
vasallo durante el reinado de Tigranes II El Grande de Armenia (95 -56 a.C.). Historiadores
griegos célebres como Heródoto y Estrabón, realizaron descripciones sobre los
pueblos que vivían en la región del Caspio, donde hoy es Azerbaiyán. Los romanos impusieron su dominio, luego de
la conquista de Armenia. El dominio
persa sasánida se consolidó a fines del siglo III d.C.
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La "Albania Caucásica" en tiempos romanos. |
Albania
Caucásica conservó su rey pero sin poder efectivo controlado por el gobernador
militar persa. La cristianización fue
paulatina y en una primera instancia bajo influencia armenia, que tuvo su
impacto también en el plano cultural. El
intento de obligar a los pueblos del Cáucaso de convertirse al zoroastrismo,
desató un conflicto. Derrotada la coalición georgiana – armenia – albanesa en
la batalla de Avarayr en el año 451 contra los persas. El rey Vache II entró en conflicto con el rey
persa Peroz I, que involucró a los hunos.
La casa reinante de Albania era una rama de los arsácidas, vinculados a
los antiguos gobernantes partos. En el
siglo VI se extinguió y fue reemplazada por la familia persa Mihranida,
adoptando el nombre de Arranshah (Sha de Arran, nombre persa de
Albania Caucásica). Estos sobrevivirían a la conquista árabe hasta el siglo
IX. Dado la ubicación geoestratégica la
región fue objeto de conflictos entre persas, bizantinos y los jázaros. Estos últimos ejercieron el control de la
zona, pero se cree que antes de la conquista islámica, habían abandonado el
reino de Albania. El rey albanés Javanshir,
tuvo que optar por los árabes, a fin de evitar caer en manos de los jázaros. Sobrevivió
a la caída del imperio sasánida, cuya dinastía estaba emparentada. En algún momento se sometió a los bizantinos,
para luego volver a la tutela árabe bajo los omeyas. Hacia el siglo VIII, Albania es una
referencia geográfica, donde se suceden diversos principados, en manos de
dinastías árabes, caucásicas y persas.
En esta etapa histórica se conoce el país por su nombre persa “Arran”.
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restos de tiempos prehistóricos en Azerbaiyán |
En
el siglo XI arribaron a la región los turcos oghuz. Este hecho contribuyó a
forjar la identidad azerí con los pueblos túrquicos, para luego quedar en manos
de los turcos selyúcidas. Entre los siglos XII y XIII, el actual territorio de
Azerbaiyán fue el centro cultural turco y los gobernantes locales conocidos
como “atabeks” adquirieron una amplia autonomía.
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tropas de Albania Caucasica luchan junto a los persas ante la invasión árabe islámica |
Las
invasiones mongolas abarcaron los siglos XIII al XIV. La gran invasión del
siglo XIII fue la destrucción de numerosas ciudades. Durante el período citado,
el país fue campo de batalla entre distintas dinastías mongolas que gobernaron
la región. En 1380, el país se integró al imperio de Tamerlán. En el siglo XVI,
Azerbaiyán fue parte del imperio persa safávida, adoptando el islam chiita como
religión nacional. A pesar que las poblaciones eran de habla mayoritariamente
turca, fueron fuertemente influenciadas en lo social y cultural por la antigua
Persia, como quedó reflejado con la instalación de gobernantes persas en los
kanatos Shirvan (Şamaxı), Bakú, Ganja (Gäncä), Karabaj y Ereván
El
territorio fue nuevamente campo de batalla entre turcos otomanos y persas, a
tal punto que los primeros ocuparon Bakú.
Estos retornaron entre 1722-1738 y los rusos, ocuparon la costa del
Caspio entre 1722-1736.
A
principios del siglo XIX, Rusia luego de derrotar a los persas impuso su
dominio en el actual Azerbaiyán. Los tratados Golestán (Gulistán; 1813) y
Turkmenchay (Torkmānchāy; 1828) establecieron una nueva frontera entre ambos
imperios. Rusia adquirió Bakú, Shirvan, Ganja, Najicheván (Naxçıvan) y Ereván.
A partir de entonces, los turcos azerbaiyanos del Cáucaso se separaron de la
mayoría de sus compatriotas lingüísticos y religiosos, que permanecieron en
Irán. La población siguió siendo eminentemente rural hasta el desarrollo de la
actividad petrolera e industrial en Bakú.
Los
kanatos fueron abolidos, en su lugar los rusos crearon provincias y rigió la
ley militar hasta 1840, para ser incorporados en el Virreinato del Cáucaso con
sede en la ciudad georgiana de Tiflis.
La ley islámica fue reemplazada por la legislación secular rusa. La
unificación económica mejoró la situación e impulsó el desarrollo. Un dato, era
que los rusos denominaban a los azerbaiyanos como “tártaros” sería a fines del
siglo XIX, los intelectuales impulsaron el término de “Azerbaiyán” en el marco
del despertar nacional. La explotación petrolera que data de 1860, permitió la
expansión capitalista en Bakú, en manos de sociedades rusas. La construcción del ferrocarril
transcaucásico fomentó el comercio exterior de la región. El crecimiento de Bakú, impulsó la aparición
de una elite intelectual azerí, inspirada en los nacionalismos europeos y
otomano. Esto dio origen al partido Musavat, nacionalista y secular, cuya ala
izquierda, derivaría en posiciones independentistas.
En
1901 la masa de “tártaros” formaban parte del proletariado urbano de Bakú, en
el centro de dicha ciudad, rusos y armenios formaban parte del sector que
controlaba la economía del país. El resentimiento aumentó cuando el consejo
legislativo de la ciudad, por la ley electoral, favoreció a propietarios y
comerciantes – rusos y armenios en su inmensa mayoría – marginando a los
musulmanes. Esto abrió paso a las matanzas de 1905, al percibir la sociedad
azerí a los armenios como una herramienta de control y subordinación. En ese
momento, las poblaciones musulmanas se
sentían identificados con el imperio otomano como también con el persa, por
razones culturales y religiosas.
rey Javanshir de Albania Caucásica |
En
1905 la revolución, se tradujo en Bakú en masacres étnicas entre armenios y
azeríes (conocidas como masacres armenio tártaras) que costaron más de 3.000
vidas. Esta situación fue azuzada por la política pro armenia del zar Nicolás
II, agregándose que dicho grupo tenía un rol dominante en el comercio e
industria frente a los musulmanes, la mayoría campesinos y obreros. En dicho año un número creciente de escritores
y periodistas adoptaron el programa del intelectual nacionalista ʿAlī Bay
Huseynzadeh: “Turquificar, islamizar, europeizar”.
El
Cáucaso estaba gobernado por un virrey, manteniendo bajo una autoridad a
numerosos pueblos con diferentes lenguas y culturas, sujetos a la influencia
rusa. al imponerse el idioma y legislación del imperio. La Revolución de 1917
abrió las puertas para un proceso caótico y complejo. Esto fue aprovechado para
la invasión otomana en 1918. Por un breve tiempo, Azerbaiyán fue parte de la
efímera República Democrática Federativa de Transcaucasia. Luego de un mes de
agitada existencia, dio origen a las repúblicas de Georgia, Armenia y
Azerbaiyán. La creación de la república
azerí fue gracias al apoyo de las fuerzas otomanas al ejército azerí. Bakú
estaba en manos de la “Comuna”, controladas por armenios afines a la Revolución
de Octubre, fue reemplazada por un gobierno antibolchevique apoyado por los
británicos. El 5 de diciembre de 1918
fue proclamada la República Democrática de Azerbaiyán, un estado secular, el
primer en el mundo islámico, con apoyo británico, pero sin reconocimiento
expreso por parte de Londres. La
Conferencia de Paz de París reconoció la joven república. El triunfo de los
bolcheviques en la guerra civil rusa puso en riesgo al nuevo país. Bakú estaba poblada por una masa proletaria de
rusos, armenios y musulmanes, afines a las organizaciones sindicales y
socialistas, afectando la legitimidad de los nacionalistas. La retirada turca
fue reemplazada por tropas británicas que permanecieron hasta 1919.
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Sitio de Ganja, por parte de las fuerzas del imperio ruso en el marco de la guerra ruso persa |
En
julio de 1920, el Ejército Rojo con colaboración de simpatizantes locales,
invadió Azerbaiyán. El ejército azerí ofreció una tenaz resistencia, pero la
fuerte presencia de elementos comunistas en los sectores obreros de Bakú,
afectaron la lucha. No obstante, 20.000 azeríes perdieron la vida en los
combates. Finalmente fue proclamada la República Socialista Soviética de
Azerbaiyán y pronto se incorporó al imperio soviético en la República
Socialista Soviética de Transcaucasia. Esta existió hasta 1936 cuando fueron
establecidas las repúblicas de Armenia, Georgia y Azerbaiyán. Estos países padecieron el terror
estalinista, con miles de asesinados y deportados, agregándose el proceso de
implantación del modelo soviético de colectivización forzada del campo,
industrialización y un régimen laico.
Los nacionalismos no tenían lugar y fueron severamente reprimidos. Bakú se transformó en un centro cosmopolita.
La muerte de Stalin permitió a las elites comunistas locales tener mayor grado
de autonomía de Moscú.
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Primer parlamento de Azerbaiyán |
A
fines de los años 80 estalló el conflicto de Nagorno Karabaj, territorio
poblado históricamente por armenios étnicos, pero que por decisión del Kremlin
fue incorporado como “oblast” autónomo dentro de Azerbaiyán. La decisión de las
autoridades locales de crear una república federativa separada de Bakú originó
un conflicto, en el marco de una Unión Soviética en descomposición. En 1988 apareció el Frente Popular, opositor
al Partido Comunista local, influenciado por la elite local fuertemente
nacionalista. Las violentas protestas y enfrentamientos entre azeríes y
armenios, degeneró en limpieza étnica y violencia a gran escala. En 1990 las fuerzas soviéticas intervinieron
para restablecer el orden.
El
fallido golpe de Estado contra Gorbachov, abrió las puertas a que la Unión
Soviética se disolviera. En el caso de Azerbaiyán fue proclamada la
independencia en 1991. En 1992 cayó el
gobierno comunista local a instancias del Frente Popular y finalmente en 1993,
Heydar Aliyev – padre del actual presidente – fue nombrado jefe de estado con
una agenda netamente nacionalista. El
enclave de Nagorno proclamó su independencia en 1992, abriendo paso a una
guerra con la vecina Armenia, que contó con apoyo de Moscú. La derrota de 1994, terminó con la ocupación
de cinco distritos vecinos al enclave citado por parte de tropas armenias y la
independencia de facto de Nagorno. Las posturas irreductibles de las partes en
el marco de una narrativa nacionalista, unido a los intereses de Occidente
contrapuestos con Rusia, impidieron establecer una solución realista. Esto
quedó reflejado en el acercamiento entre los presidentes armenio Sarkissian e
Ilham Aliyev, bajo auspicios del Grupo de Minsk. Los denominados Protocolos de Madrid,
significaban el retiro de las fuerzas armenias y definir el futuro de Nagorno
por medio de un referéndum, además del establecimiento de una fuerza de paz
internacional. El lobby armenio en el
exterior se opuso junto con sectores nacionalistas, dando por tierra la
posibilidad de la paz.
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El Ejército Rojo en Azerbaiyán |
En
2009 fue eliminada la limitación de la reelección presidencial en el marco de
fuertes críticas de la oposición política. En 2013 el presidente Aliyev fue
reelecto por el 85% de los votos. La concentración de poder en manos del
ejecutivo fue objeto de críticas dentro y fuera del país. El petróleo permitió al país sostener altos
niveles de crecimiento, parte de los recursos fueron destinados a reforzar las
fuerzas armadas.
Azerbaiyán
desplegó una activa política exterior, promoviendo un estrecho acercamiento con
Turquía, convirtiéndose en aliados estratégicos. Bakú llevó a cabo hábiles maniobras
geopolíticas destinadas a romper su aislamiento geográfico con la construcción
oleoductos y ferrocarriles, con el objetivo de acceder a Europa. La
incorporación al Movimiento No Alineados, permitió sostener la idea de
“integridad territorial” frente al conflicto de Nagorno, extender lazos con
países de Asia Central, cooperar con la OTAN para hacer frente a la presión
rusa e iraní. En este último caso, el acercamiento con Israel, abrió las
puertas para una estrecha cooperación militar y energética.
En
2020, Azerbaiyán lanzó una operación militar contra Nagorno Karabaj y las zonas
circundantes ocupadas por Armenia. La
victoria de Bakú permitió recuperar dichas áreas, cercar a Nagorno. Una fuerza
de paz rusa arribó la región. La postura
pro occidental del primer ministro armenio Pashinián, irritó a Moscú en el
marco de la guerra de Ucrania y optó por la pasividad con la ocupación de la
capital del enclave por parte de fuerzas azerbaiyanas en septiembre de 2023, provocando
la salida de 120.000 armenios y el fin de la república de Artsaj.
En
2025 las partes acordaron estar listas para alcanzar un Tratado de Paz.
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Independencia de Azerbaiyán. 1991 |
Geopolítica de Azerbaiyán
La
victoria de Bakú en el conflicto de Nagorno Karabaj, permitió cumplir con el
objetivo de asegurar la integridad del territorio y abrir las puertas para
facilitar el acceso con el enclave de Najicheván y por este con Turquía, además
de reducir sustancialmente la dependencia de Irán para acceder a dicho territorio.
Los
desaciertos estratégicos de Ereván fueron explotados por Azerbaiyán a su favor.
Rusia optó por el actor más relevante, que por su posición geoestratégica,
facilita el acceso al Índico a través de Irán, rompiendo el cerco que buscan
imponer los europeos por la guerra de Ucrania.
Las críticas de instituciones europeas al régimen político azerí, visto
como un acto de injerencia a los asuntos internos por parte de Bakú, unido a la
postura de Francia respecto a Armenia, impulsó a un acercamiento a Rusia, China
y la aspiración de integrarse a los BRICS.
Existe
un reordenamiento del espacio transcaucásico, donde la gran perdedora fue
Armenia. Georgia luego de años de enfrentamiento con Rusia, da ciertas señales
de confianza con una dura ley contra la “injerencia extranjera”, reconociendo
la dependencia económica de su poderoso vecino, agregándose la situación de
Osetia del Sur y Abjasia, cuyas independencias están aseguradas por el Kremlin.
En el caso de Azerbaiyán se transforma en un actor de peso. La crisis de
Ucrania puso en valor su papel como proveedor de gas y petróleo a Europa, a
través de Turquía, que se beneficia como “centro de distribución” de la energía
de Azerbaiyán. El corredor acordado con
Rusia incrementará el tráfico comercial, las inversiones y la posible
conversión del país en una suerte de “hub” euroasiático. Los acuerdos con China sobra la “Ruta de la
Seda” convierten al país en un actor relevante en la conexión entre la Unión
Europea, China y las economías emergentes de Asia.
La
modernización del corredor ferroviario Kars – Tiflis – Bakú que conecta Asia
con Europa tiene un alto valor para impulsar el desarrollo de Azerbaiyán en los
corredores comerciales internacionales. Las inversiones permitieron que el
transporte de carga por vías férreas creciera en un 80% en Azerbaiyán. La reconquista de Karabaj, significó el
inicio de obras para rehabilitar antiguas líneas férreas de tiempos soviéticos.
La
creciente influencia de Ankara es fuente de preocupación por parte de Rusia,
que seguramente considera competidor geopolítico y se proyecta hacia el Asia
Central, área muy sensible para los intereses del Kremlin. Bakú con inteligencia explota esta situación
y obtiene ventajas con el desarrollo del comercio entre Rusia y Azerbaiyán, la
continuidad de los vínculos de defensa
(Moscú es uno de los principales proveedores de equipo militar puntero a los
azeríes), además ofrece la posibilidad que el gas ruso pueda llegar a otros
mercados sorteando las sanciones internacionales.
Azerbaiyán
tiene una identidad geopolítica multidimensional. Es un país que forma parte de
Europa y la UE es su principal socio comercial. Es parte del Consejo de Europa.
Desde el punto de vista de la historia, religioso y cultural, el país se
conecta con Asia. Por ejemplo el país forma desde los 90 en la Organización de
Cooperación Islámica (OCI) y mantiene estrechos lazos con Turquía y los países
de Asia Central, que los une aspectos
étnicos, religiosos y culturales. El país mantiene lazos con el espacio
ex soviético por medio de la Comunidad de Estados Independientes. Asimismo, fue
uno de los impulsores del grupo GUAM (Georgia, Ucrania, Azerbaiyán, Moldavia)
denominado oficialmente Organización para la Democracia y el Desarrollo
Económico, creada en la cumbre de Kiev en mayo de 2006, es un espacio de
cooperación en materia de seguridad, cultura, desarrollo económico, promoción
de la calidad institucional.
Las
relaciones con Occidente se materializaron en el campo de la seguridad con la
integración en la Asociación para la Paz de la OTAN, donde fuerzas azerbaiyanas
participaron en ejercicios, intercambios, el despliegue de elementos militares
en Afganistán. Durante la guerra de Irak, Bakú apoyó a Estados Unidos en el
despliegue de una fuerza de paz en dicho estado árabe.
Los
estrategas azerbaiyanos conscientes de la ubicación del país en un área
periférica de las zonas de competencia para los centros mundiales de poder,
saben que es factible que fuerzas externas se proyecten hacia su país. La
cohesión nacional es un factor clave y la política puertas adentro podría
considerarse de tinte nacionalista, pero secular, donde existe una clara
convivencia desde el punto de vista religioso. Una sólida unidad nacional es la
gran fortaleza de Azerbaiyán. Existe una
clara determinación de mantener el mayor grado de autonomía en el plano externo
y esto ha sido factible por el grado de cohesión interna y un liderazgo
político sin fisuras. Esto quedó reflejado por las presiones externas recibidas
por Bakú ante las sanciones contra Irán por su programa nuclear en los años
2006-7 o respecto a Rusia por la crisis de Crimea en 2014. La adhesión al Movimiento No Alineados o
MNOAL en 2011, puso en evidencia la visión de Azerbaiyán sobre el peso del Sur
Global, permitiendo lograr apoyos para el defender su tesis de “integridad
territorial” en el conflicto de Nagorno Karabaj. En 2024 el país recibió la visita de jefes de
estado de Guinea Bissau, Congo, Somalia y durante la gestión de Azerbaiyán como
presidente del MNOAL logró incorporar a Sudán del Sur. Bakú no solo apuesta al
soft power sino también a estrechar lazos en materia militar.
Azerbaiyán
muestra su nivel de independencia en el campo externo, respecto a las
relaciones con Israel. Turquía, tiene
una relación tensa desde la llegada al poder del presidente Erdogan. Bakú, dado
su vecindad con Irán, encontró en Israel un aliado vital para su
seguridad. En materia energética la
empresa estatal azerí SOCAR adquirió un 10% de los yacimientos de gas del área
de Tamar frente a la ciudad de Haifa.
Desde sectores políticos israelíes abogan por el fin de las sanciones
económicas de Estados Unidos a Azerbaiyán. La cooperación en materia de
seguridad, impulsó a legisladores israelíes a impulsar la creación de una
alianza estratégica.
El
multilateralismo trajo aparejado una activa política internacional del país,
destacándose su elección en 2011 como miembro del Consejo de Seguridad, el
desarrollo de foros internacionales en Bakú, destacándose la cumbre climática
de 2024 o COP29.
La
política exterior ha sido congruente con la estrategia nacional, en la cual
hemos identificado una fuerte cohesión nacional y un conjunto de maniobras
geopolíticas, destinados al desarrollo de los vectores Este – Oeste y Norte –
Sur, acompañados por políticas de diversificación de la economía, reducir la
dependencia de la exportación de energía y una política de defensa nacional,
destinada apoyar el fortalecimiento y proyección de Azerbaiyán.
Bakú
fijó objetivos nacionales, con las correspondientes maniobras para superar
vulnerabilidades propias. La estrategia nacional fue acertada, permitiendo
alcanzar un alto nivel de autonomía en la arena internacional.
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