Azerbaiyán: la nueva potencia del Cáucaso

 




 Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Corresponsal Diario El Minuto para Argentina 

 

Datos Básicos Azerbaiyán

Azerbaiyán es un país europeo sin litoral en la frontera entre Asia Occidental y Europa Oriental.  Forma parte de la región del Cáucaso Sur y limita al este con el mar Caspio, al norte con la república rusa de Daguestán, al noroeste con Georgia, al oeste con Armenia y al sur con Irán. Bakú es su capital y ciudad más grande. El enclave de Najichevan forma parte de Azerbaiyán rodeado por Turquía, Armenia e Irán.

El país tiene una superficie de 86.600 km2 y una población 10.8 millones de habitantes. La capital es Bakú.  El idioma oficial es el azerí. En cuanto a la composición étnica, más del 90% es de origen azerí, un pueblo de origen túrquico. Las minorías nacionales están representadas por lezguinos (población caucásica que tiene su propio idioma), talyshi (de origen iranio) y rusos.  La minoría armenia de Nagorno Karabaj emigró por completo luego de la guerra de 2020.  En cuanto a la religión la mayoría de la población profesa el islam chiita.  Un aspecto interesante, a diferencia de otros estados de mayoría musulmana, Azerbaiyán es un estado secular.

El país alcanzó su independencia luego de la disolución de la Unión Soviética en 1991. Desde 1995 cuenta con una Constitución todavía vigente, que define al país como una república presidencialista, unitaria y secular.  El presidente es electo cada cinco años por voto directo. El poder legislativo es unicameral.  El enclave de Najichevan, con estatus de “república autónoma” denominación heredada de tiempos soviético, tiene un régimen especial, donde cuenta con su propio gobierno y asamblea elegida. El resto del país conserva el término ruso de “raion” o distrito, existiendo unos 66 con autoridades designadas por el gobierno azerí y 77 ciudades, de las cuales 11 están bajo autoridad directa del gobierno.



El país cuenta con su propia moneda, el manat. En 2022 se situaba como la economía número 86 por su volumen de PIB.  El Índice de Desarrollo Humano ubica al país en el puesto 89 de 190 naciones relevadas por la ONU.  En cuanto el Índice Doing Business, para hacer negocios, sitúa al país en el puesto 28 de 190.  A principios del siglo XXI, fueron realizadas importantes reformas económicas para superar la inflación, que permitió transformar al país en una plaza de interés para las inversiones internacionales.

presidente Ilham Aliyev 


El sector petrolero gracias al alza de los precios internacionales a principios del siglo XXI, permitió generar altos niveles de crecimiento económico. El PIB total se multiplicó por más de diez: de 6 000 millones de dólares a 66 000 millones de dólares (hoy se sitúa en más de US$ 80.000 millones). Esto estuvo acompañado de una rápida disminución de la pobreza, del 49,6 % al 7,6 %, un aumento de los salarios reales y un crecimiento de la clase media.  La caída de los precios internacionales del citado recurso en 2014, provocó medidas de austeridad y ajuste. En 2016 el presidente Ilham Aliyev lanzó una “hoja de ruta” para la diversificación de la economía nacional.  El crecimiento económico de 2024 se situó en el 4.3%.



Tengamos en cuenta que el 90% de las exportaciones provienen del petróleo y derivados, financia el 50% del presupuesto nacional.  Bakú apuesta a romper con esta dependencia. Un informe del Banco Asiático de Desarrollo de 2023 señalaba que el sector no petrolero de mayor crecimiento ha sido el manufacturero, además de realizar un gran esfuerzo ante el cambio climático y la promoción de la “economía verde” en el sector privado.  Otros sectores que reciben apoyo, las tecnologías de la información, agricultura y turismo. En el ámbito de la infraestructura destaca la inversión de US$ 400 millones en desarrollo ferroviario, recuperando viejas líneas de tiempos soviéticos.  Bakú aspira a convertirse en un actor relevante en las cadenas de suministro globales, traduciéndose en inversiones no solo ferroviarias, sino construyendo corredores Norte – Sur y Este – Oeste. La participación en el proyecto del Corredor Internacional de Transporte Norte Sur impulsado por Rusia, permitirá conectar Azerbaiyán con los puertos indios a través del Mar Caspio. Otra inteligente maniobra geopolítica azerí fue ser parte de Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de Pekín para conectar Asia con Europa, abre nuevas perspectivas para el desarrollo de Azerbaiyán y acrecentar su papel geopolítico.

La minería ofrece un enorme potencial, especialmente en materia de oro, hierro y cobre.   El fin del conflicto por Nagorno Karabaj, abre las puertas para la llegada de inversiones, especialmente en minería para el antiguo enclave separatista.

 


Breve historia de Azerbaiyán

El país como parte de la región del Cáucaso tiene una historia milenaria y existen evidencias de la presencia humana desde tiempos de la Prehistoria, con registros de la presencia humana que datan de 12.000 a.C.  El actual territorio azerí por su ubicación, los recursos de la región, permitió el desarrollo de diversas culturas desde tiempos remotos, destacándose diversas manifestaciones en la Edad de Bronce.  En el siglo VI a.C. aparece el concepto de “Albania Caucásica” (se utiliza este término para diferenciarla  de Albania europea) donde hay pocas referencias. Se sabe que los pueblos que la conformaban fueron conquistados por los medos entre los siglos VII o VI a.C, para luego ser parte del imperio persa aqueménide. Históricamente hay referencia del estado de Albania como estado vasallo durante el reinado de Tigranes II El Grande de Armenia (95 -56 a.C.). Historiadores griegos célebres como Heródoto y Estrabón, realizaron descripciones sobre los pueblos que vivían en la región del Caspio, donde hoy es Azerbaiyán.  Los romanos impusieron su dominio, luego de la conquista de Armenia.  El dominio persa sasánida se consolidó a fines del siglo III d.C. 

La "Albania Caucásica" en tiempos romanos. 


Albania Caucásica conservó su rey pero sin poder efectivo controlado por el gobernador militar persa.  La cristianización fue paulatina y en una primera instancia bajo influencia armenia, que tuvo su impacto también en el plano cultural.  El intento de obligar a los pueblos del Cáucaso de convertirse al zoroastrismo, desató un conflicto. Derrotada la coalición georgiana – armenia – albanesa en la batalla de Avarayr en el año 451 contra los persas.  El rey Vache II entró en conflicto con el rey persa Peroz I, que involucró a los hunos.  La casa reinante de Albania era una rama de los arsácidas, vinculados a los antiguos gobernantes partos.  En el siglo VI se extinguió y fue reemplazada por la familia persa Mihranida, adoptando el nombre de  Arranshah (Sha de Arran, nombre persa de Albania Caucásica). Estos sobrevivirían a la conquista árabe hasta el siglo IX.  Dado la ubicación geoestratégica la región fue objeto de conflictos entre persas, bizantinos y los jázaros.  Estos últimos ejercieron el control de la zona, pero se cree que antes de la conquista islámica, habían abandonado el reino de Albania.  El rey albanés Javanshir, tuvo que optar por los árabes, a fin de evitar caer en manos de los jázaros. Sobrevivió a la caída del imperio sasánida, cuya dinastía estaba emparentada.  En algún momento se sometió a los bizantinos, para luego volver a la tutela árabe bajo los omeyas.  Hacia el siglo VIII, Albania es una referencia geográfica, donde se suceden diversos principados, en manos de dinastías árabes, caucásicas y persas.  En esta etapa histórica se conoce el país por su nombre persa “Arran”.

restos de tiempos prehistóricos en Azerbaiyán 


En el siglo XI arribaron a la región los turcos oghuz. Este hecho contribuyó a forjar la identidad azerí con los pueblos túrquicos, para luego quedar en manos de los turcos selyúcidas. Entre los siglos XII y XIII, el actual territorio de Azerbaiyán fue el centro cultural turco y los gobernantes locales conocidos como “atabeks” adquirieron una amplia autonomía.  

tropas de Albania Caucasica luchan junto a los persas ante la invasión árabe islámica 

Las invasiones mongolas abarcaron los siglos XIII al XIV. La gran invasión del siglo XIII fue la destrucción de numerosas ciudades. Durante el período citado, el país fue campo de batalla entre distintas dinastías mongolas que gobernaron la región. En 1380, el país se integró al imperio de Tamerlán. En el siglo XVI, Azerbaiyán fue parte del imperio persa safávida, adoptando el islam chiita como religión nacional. A pesar que las poblaciones eran de habla mayoritariamente turca, fueron fuertemente influenciadas en lo social y cultural por la antigua Persia, como quedó reflejado con la instalación de gobernantes persas en los kanatos Shirvan (Şamaxı), Bakú, Ganja (Gäncä), Karabaj y Ereván

El territorio fue nuevamente campo de batalla entre turcos otomanos y persas, a tal punto que los primeros ocuparon Bakú.  Estos retornaron entre 1722-1738 y los rusos, ocuparon la costa del Caspio entre 1722-1736.

A principios del siglo XIX, Rusia luego de derrotar a los persas impuso su dominio en el actual Azerbaiyán. Los tratados Golestán (Gulistán; 1813) y Turkmenchay (Torkmānchāy; 1828) establecieron una nueva frontera entre ambos imperios. Rusia adquirió Bakú, Shirvan, Ganja, Najicheván (Naxçıvan) y Ereván. A partir de entonces, los turcos azerbaiyanos del Cáucaso se separaron de la mayoría de sus compatriotas lingüísticos y religiosos, que permanecieron en Irán. La población siguió siendo eminentemente rural hasta el desarrollo de la actividad petrolera e industrial en Bakú.

Los kanatos fueron abolidos, en su lugar los rusos crearon provincias y rigió la ley militar hasta 1840, para ser incorporados en el Virreinato del Cáucaso con sede en la ciudad georgiana de Tiflis.  La ley islámica fue reemplazada por la legislación secular rusa. La unificación económica mejoró la situación e impulsó el desarrollo. Un dato, era que los rusos denominaban a los azerbaiyanos como “tártaros” sería a fines del siglo XIX, los intelectuales impulsaron el término de “Azerbaiyán” en el marco del despertar nacional. La explotación petrolera que data de 1860, permitió la expansión capitalista en Bakú, en manos de sociedades rusas.  La construcción del ferrocarril transcaucásico fomentó el comercio exterior de la región.  El crecimiento de Bakú, impulsó la aparición de una elite intelectual azerí, inspirada en los nacionalismos europeos y otomano. Esto dio origen al partido Musavat, nacionalista y secular, cuya ala izquierda, derivaría en posiciones independentistas.

En 1901 la masa de “tártaros” formaban parte del proletariado urbano de Bakú, en el centro de dicha ciudad, rusos y armenios formaban parte del sector que controlaba la economía del país. El resentimiento aumentó cuando el consejo legislativo de la ciudad, por la ley electoral, favoreció a propietarios y comerciantes – rusos y armenios en su inmensa mayoría – marginando a los musulmanes. Esto abrió paso a las matanzas de 1905, al percibir la sociedad azerí a los armenios como una herramienta de control y subordinación. En ese momento, las poblaciones  musulmanas se sentían identificados con el imperio otomano como también con el persa, por razones culturales y religiosas.

rey Javanshir de Albania Caucásica 


En 1905 la revolución, se tradujo en Bakú en masacres étnicas entre armenios y azeríes (conocidas como masacres armenio tártaras) que costaron más de 3.000 vidas. Esta situación fue azuzada por la política pro armenia del zar Nicolás II, agregándose que dicho grupo tenía un rol dominante en el comercio e industria frente a los musulmanes, la mayoría campesinos y obreros.  En dicho año un número creciente de escritores y periodistas adoptaron el programa del intelectual nacionalista ʿAlī Bay Huseynzadeh: “Turquificar, islamizar, europeizar”.



El Cáucaso estaba gobernado por un virrey, manteniendo bajo una autoridad a numerosos pueblos con diferentes lenguas y culturas, sujetos a la influencia rusa. al imponerse el idioma y legislación del imperio. La Revolución de 1917 abrió las puertas para un proceso caótico y complejo. Esto fue aprovechado para la invasión otomana en 1918. Por un breve tiempo, Azerbaiyán fue parte de la efímera República Democrática Federativa de Transcaucasia. Luego de un mes de agitada existencia, dio origen a las repúblicas de Georgia, Armenia y Azerbaiyán.  La creación de la república azerí fue gracias al apoyo de las fuerzas otomanas al ejército azerí. Bakú estaba en manos de la “Comuna”, controladas por armenios afines a la Revolución de Octubre, fue reemplazada por un gobierno antibolchevique apoyado por los británicos.  El 5 de diciembre de 1918 fue proclamada la República Democrática de Azerbaiyán, un estado secular, el primer en el mundo islámico, con apoyo británico, pero sin reconocimiento expreso por parte de Londres.  La Conferencia de Paz de París reconoció la joven república. El triunfo de los bolcheviques en la guerra civil rusa puso en riesgo al nuevo país.  Bakú estaba poblada por una masa proletaria de rusos, armenios y musulmanes, afines a las organizaciones sindicales y socialistas, afectando la legitimidad de los nacionalistas. La retirada turca fue reemplazada por tropas británicas que permanecieron hasta 1919.

Sitio de Ganja, por parte de las fuerzas del imperio ruso en el marco de la guerra ruso persa 


En julio de 1920, el Ejército Rojo con colaboración de simpatizantes locales, invadió Azerbaiyán. El ejército azerí ofreció una tenaz resistencia, pero la fuerte presencia de elementos comunistas en los sectores obreros de Bakú, afectaron la lucha. No obstante, 20.000 azeríes perdieron la vida en los combates. Finalmente fue proclamada la República Socialista Soviética de Azerbaiyán y pronto se incorporó al imperio soviético en la República Socialista Soviética de Transcaucasia. Esta existió hasta 1936 cuando fueron establecidas las repúblicas de Armenia, Georgia y Azerbaiyán.  Estos países padecieron el terror estalinista, con miles de asesinados y deportados, agregándose el proceso de implantación del modelo soviético de colectivización forzada del campo, industrialización y un régimen laico.  Los nacionalismos no tenían lugar y fueron severamente reprimidos.  Bakú se transformó en un centro cosmopolita. La muerte de Stalin permitió a las elites comunistas locales tener mayor grado de autonomía de Moscú.

Primer parlamento de Azerbaiyán 


A fines de los años 80 estalló el conflicto de Nagorno Karabaj, territorio poblado históricamente por armenios étnicos, pero que por decisión del Kremlin fue incorporado como “oblast” autónomo dentro de Azerbaiyán. La decisión de las autoridades locales de crear una república federativa separada de Bakú originó un conflicto, en el marco de una Unión Soviética en descomposición.  En 1988 apareció el Frente Popular, opositor al Partido Comunista local, influenciado por la elite local fuertemente nacionalista. Las violentas protestas y enfrentamientos entre azeríes y armenios, degeneró en limpieza étnica y violencia a gran escala.  En 1990 las fuerzas soviéticas intervinieron para restablecer el orden. 

El fallido golpe de Estado contra Gorbachov, abrió las puertas a que la Unión Soviética se disolviera. En el caso de Azerbaiyán fue proclamada la independencia en 1991.  En 1992 cayó el gobierno comunista local a instancias del Frente Popular y finalmente en 1993, Heydar Aliyev – padre del actual presidente – fue nombrado jefe de estado con una agenda netamente nacionalista.  El enclave de Nagorno proclamó su independencia en 1992, abriendo paso a una guerra con la vecina Armenia, que contó con apoyo de Moscú.  La derrota de 1994, terminó con la ocupación de cinco distritos vecinos al enclave citado por parte de tropas armenias y la independencia de facto de Nagorno. Las posturas irreductibles de las partes en el marco de una narrativa nacionalista, unido a los intereses de Occidente contrapuestos con Rusia, impidieron establecer una solución realista. Esto quedó reflejado en el acercamiento entre los presidentes armenio Sarkissian e Ilham Aliyev, bajo auspicios del Grupo de Minsk.  Los denominados Protocolos de Madrid, significaban el retiro de las fuerzas armenias y definir el futuro de Nagorno por medio de un referéndum, además del establecimiento de una fuerza de paz internacional.  El lobby armenio en el exterior se opuso junto con sectores nacionalistas, dando por tierra la posibilidad de la paz.

El Ejército Rojo en Azerbaiyán 


En 2009 fue eliminada la limitación de la reelección presidencial en el marco de fuertes críticas de la oposición política. En 2013 el presidente Aliyev fue reelecto por el 85% de los votos. La concentración de poder en manos del ejecutivo fue objeto de críticas dentro y fuera del país.  El petróleo permitió al país sostener altos niveles de crecimiento, parte de los recursos fueron destinados a reforzar las fuerzas armadas.

Azerbaiyán desplegó una activa política exterior, promoviendo un estrecho acercamiento con Turquía, convirtiéndose en aliados estratégicos.  Bakú llevó a cabo hábiles maniobras geopolíticas destinadas a romper su aislamiento geográfico con la construcción oleoductos y ferrocarriles, con el objetivo de acceder a Europa. La incorporación al Movimiento No Alineados, permitió sostener la idea de “integridad territorial” frente al conflicto de Nagorno, extender lazos con países de Asia Central, cooperar con la OTAN para hacer frente a la presión rusa e iraní. En este último caso, el acercamiento con Israel, abrió las puertas para una estrecha cooperación militar y energética.

En 2020, Azerbaiyán lanzó una operación militar contra Nagorno Karabaj y las zonas circundantes ocupadas por Armenia.  La victoria de Bakú permitió recuperar dichas áreas, cercar a Nagorno. Una fuerza de paz rusa arribó la región.  La postura pro occidental del primer ministro armenio Pashinián, irritó a Moscú en el marco de la guerra de Ucrania y optó por la pasividad con la ocupación de la capital del enclave por parte de fuerzas azerbaiyanas en septiembre de 2023, provocando la salida de 120.000 armenios y el fin de la república de Artsaj.

En 2025 las partes acordaron estar listas para alcanzar un Tratado de Paz.

Independencia de Azerbaiyán. 1991

Geopolítica de Azerbaiyán

La victoria de Bakú en el conflicto de Nagorno Karabaj, permitió cumplir con el objetivo de asegurar la integridad del territorio y abrir las puertas para facilitar el acceso con el enclave de Najicheván y por este con Turquía, además de reducir sustancialmente la dependencia de Irán para acceder a dicho territorio.

Los desaciertos estratégicos de Ereván fueron explotados por Azerbaiyán a su favor. Rusia optó por el actor más relevante, que por su posición geoestratégica, facilita el acceso al Índico a través de Irán, rompiendo el cerco que buscan imponer los europeos por la guerra de Ucrania.  Las críticas de instituciones europeas al régimen político azerí, visto como un acto de injerencia a los asuntos internos por parte de Bakú, unido a la postura de Francia respecto a Armenia, impulsó a un acercamiento a Rusia, China y la aspiración de integrarse a los BRICS.



Existe un reordenamiento del espacio transcaucásico, donde la gran perdedora fue Armenia. Georgia luego de años de enfrentamiento con Rusia, da ciertas señales de confianza con una dura ley contra la “injerencia extranjera”, reconociendo la dependencia económica de su poderoso vecino, agregándose la situación de Osetia del Sur y Abjasia, cuyas independencias están aseguradas por el Kremlin. En el caso de Azerbaiyán se transforma en un actor de peso. La crisis de Ucrania puso en valor su papel como proveedor de gas y petróleo a Europa, a través de Turquía, que se beneficia como “centro de distribución” de la energía de Azerbaiyán.  El corredor acordado con Rusia incrementará el tráfico comercial, las inversiones y la posible conversión del país en una suerte de “hub” euroasiático.  Los acuerdos con China sobra la “Ruta de la Seda” convierten al país en un actor relevante en la conexión entre la Unión Europea, China y las economías emergentes de Asia.



La modernización del corredor ferroviario Kars – Tiflis – Bakú que conecta Asia con Europa tiene un alto valor para impulsar el desarrollo de Azerbaiyán en los corredores comerciales internacionales. Las inversiones permitieron que el transporte de carga por vías férreas creciera en un 80% en Azerbaiyán.  La reconquista de Karabaj, significó el inicio de obras para rehabilitar antiguas líneas férreas de tiempos soviéticos.



La creciente influencia de Ankara es fuente de preocupación por parte de Rusia, que seguramente considera competidor geopolítico y se proyecta hacia el Asia Central, área muy sensible para los intereses del Kremlin.  Bakú con inteligencia explota esta situación y obtiene ventajas con el desarrollo del comercio entre Rusia y Azerbaiyán, la continuidad de  los vínculos de defensa (Moscú es uno de los principales proveedores de equipo militar puntero a los azeríes), además ofrece la posibilidad que el gas ruso pueda llegar a otros mercados sorteando las sanciones internacionales.

Azerbaiyán tiene una identidad geopolítica multidimensional. Es un país que forma parte de Europa y la UE es su principal socio comercial. Es parte del Consejo de Europa. Desde el punto de vista de la historia, religioso y cultural, el país se conecta con Asia. Por ejemplo el país forma desde los 90 en la Organización de Cooperación Islámica (OCI) y mantiene estrechos lazos con Turquía y los países de Asia Central, que los une aspectos  étnicos, religiosos y culturales. El país mantiene lazos con el espacio ex soviético por medio de la Comunidad de Estados Independientes. Asimismo, fue uno de los impulsores del grupo GUAM (Georgia, Ucrania, Azerbaiyán, Moldavia) denominado oficialmente Organización para la Democracia y el Desarrollo Económico, creada en la cumbre de Kiev en mayo de 2006, es un espacio de cooperación en materia de seguridad, cultura, desarrollo económico, promoción de la calidad institucional.

Las relaciones con Occidente se materializaron en el campo de la seguridad con la integración en la Asociación para la Paz de la OTAN, donde fuerzas azerbaiyanas participaron en ejercicios, intercambios, el despliegue de elementos militares en Afganistán. Durante la guerra de Irak, Bakú apoyó a Estados Unidos en el despliegue de una fuerza de paz en dicho estado árabe.



Los estrategas azerbaiyanos conscientes de la ubicación del país en un área periférica de las zonas de competencia para los centros mundiales de poder, saben que es factible que fuerzas externas se proyecten hacia su país. La cohesión nacional es un factor clave y la política puertas adentro podría considerarse de tinte nacionalista, pero secular, donde existe una clara convivencia desde el punto de vista religioso. Una sólida unidad nacional es la gran fortaleza de Azerbaiyán.  Existe una clara determinación de mantener el mayor grado de autonomía en el plano externo y esto ha sido factible por el grado de cohesión interna y un liderazgo político sin fisuras. Esto quedó reflejado por las presiones externas recibidas por Bakú ante las sanciones contra Irán por su programa nuclear en los años 2006-7 o respecto a Rusia por la crisis de Crimea en 2014.   La adhesión al Movimiento No Alineados o MNOAL en 2011, puso en evidencia la visión de Azerbaiyán sobre el peso del Sur Global, permitiendo lograr apoyos para el defender su tesis de “integridad territorial” en el conflicto de Nagorno Karabaj.  En 2024 el país recibió la visita de jefes de estado de Guinea Bissau, Congo, Somalia y durante la gestión de Azerbaiyán como presidente del MNOAL logró incorporar a Sudán del Sur. Bakú no solo apuesta al soft power sino también a estrechar lazos en materia militar.

Azerbaiyán muestra su nivel de independencia en el campo externo, respecto a las relaciones con Israel.  Turquía, tiene una relación tensa desde la llegada al poder del presidente Erdogan. Bakú, dado su vecindad con Irán, encontró en Israel un aliado vital para su seguridad.  En materia energética la empresa estatal azerí SOCAR adquirió un 10% de los yacimientos de gas del área de Tamar frente a la ciudad de Haifa.  Desde sectores políticos israelíes abogan por el fin de las sanciones económicas de Estados Unidos a Azerbaiyán. La cooperación en materia de seguridad, impulsó a legisladores israelíes a impulsar la creación de una alianza estratégica.

El multilateralismo trajo aparejado una activa política internacional del país, destacándose su elección en 2011 como miembro del Consejo de Seguridad, el desarrollo de foros internacionales en Bakú, destacándose la cumbre climática de 2024 o COP29.

La política exterior ha sido congruente con la estrategia nacional, en la cual hemos identificado una fuerte cohesión nacional y un conjunto de maniobras geopolíticas, destinados al desarrollo de los vectores Este – Oeste y Norte – Sur, acompañados por políticas de diversificación de la economía, reducir la dependencia de la exportación de energía y una política de defensa nacional, destinada apoyar el fortalecimiento y proyección de Azerbaiyán.  

Bakú fijó objetivos nacionales, con las correspondientes maniobras para superar vulnerabilidades propias. La estrategia nacional fue acertada, permitiendo alcanzar un alto nivel de autonomía en la arena internacional.

 

 

 

 

 

 

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