Indonesia: los sueños de ser una potencia
En
septiembre de 2025, en un acto presidido por el jefe de estado indonesio
Prabowo Subianto, en la sede de la escuela de Operaciones Especiales, en Batujajar,
Java Occidental, quedaron reflejado los importantes cambios en la estructura
militar indonesia, con la creación de nuevos comandos e incrementando la
presencia de las Fuerzas Armadas (TNI en indonesio) en todo el país. Proceso
acompañado por un ambicioso proceso de modernización especialmente de medios
aéreos y navales. Indonesia en el marco
del 80° Aniversario de la Independencia tiene como objetivo transformarse en
una potencia de mayor proyección política y económica.
Por el Dr. Jorge
Alejandro Suárez Saponaro
El gobierno de Indonesia desde
2010, está llevando a cabo importantes cambios en sus fuerzas armadas,
orientadas a mejorar capacidades especialmente para la defensa de importancia
estratégica, junto con un incremento de la presencia en áreas rurales y zonas
menos desarrolladas (las regiones militares de 15 se incrementan en 21). Esto
se traduce con la expansión de los llamados batallones de desarrollo
territorial, estimándose la puesta en marcha de un centenar de este tipo de
unidades. Estas medidas se ven acompañadas por una expansión de la presencia
naval (creando 12 comandos regionales) y mejora de la defensa aérea (creando
tres comandos de defensa aérea regional). El titular de Defensa indonesio Sjafrie
Sjamsoeddin, señaló de la importancia de las capacidades en materia de defensa
cibernética, transformándose una de las áreas de alta prioridad para el
gobierno, estimándose que sería creada
una rama militar específico para el campo de la ciberdefensa.

tanque medio desarrollo entre Turquía e Indonesia
Indonesia es considerada
una potencia media, manteniendo un papel relevante como país No Alineado, donde
el multilateralismo ha jugado un importante papel para ejercer y mantener un
papel relevante en la política internacional, especialmente en el marco del Sur
Global y el Sudeste de Asia. Las plataformas multilaterales constituyen un
medio apto para nivelar el terreno en marco del juego entre potencias grandes y
menores. El bloque ASEAN debe lidiar con
este escenario, especialmente ante el incremento de la competencia geopolítica
entre Estados Unidos y China. Indonesia por su posición geoestratégica, donde
lo atraviesan las principales rutas marítimas del mundo, los enormes recursos
naturales, sin ninguna duda se ve afectado por esta situación. El país mantiene una histórica postura de
neutralidad, línea que no abandonó desde 1945, impulsado por el vicepresidente
Mohamed Hatta, considerado uno de los fundadores de la nación, bajo la doctrina
“independiente y activa”. Vale la pena recordar que fue en Bandung, en 1955,
una localidad de Indonesia, que dio origen al Movimiento de los No Alineados.
Todo parece indicar una política de equilibrio respecto de China y Estados
Unidos. En 2025, en el discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el
presidente Prabowo Subianto, habló de “independencia equilibrada”. Ello no
impide desplegar una activa diplomacia presidencial, como fue observado en
Pekín y El Cairo, en el marco del proceso de paz palestino. El gran desafío para Yakarta, en un entorno
volátil, donde las rivalidades entre grandes potencias se han agudizado, el
orden regional se ha fragmentado y las potencias medias luchan por definir su
papel. La respuesta no fue con una doctrina clara de política internacional,
sino con un fuerte activismo, buscando obtener ventajas, pero el interrogante
si esta actitud responde a una estrategia clara. Esto queda reflejando en la
adhesión a los BRICS, seguido por el pedido de ser parte de la OCDE.
La relación con Estados
Unidos sufrió cambios, derivado posiblemente de la “guerra arancelaria” de
Donald Trump, donde el diálogo estratégico, fue reemplazado por uno de tipo
comercial, centrado en acuerdos de comercio exterior y compra de equipo
militar. La fuerte presencia de China en materia de inversiones y comercio
exterior, impulsó una revisión de las relaciones con este país, optando Yakarta
por el diálogo, la cooperación, reflejado por la intención de adquirir aviones
de combate J-10C chinos. Estamos tal vez una estrategia de alineamiento
selectivo, como el caso con Francia en materia de Defensa. El pragmatismo
impacta en el liderazgo indonesio en ASEAN, especialmente a la hora de lidiar
con la guerra civil en Myanmar o en su papel tradicional de mediador, ante las
tensiones en el Mar de la China Meridional que afecta directamente a varios
estados miembro de la ASEAN. El país vive un cambio importante en su
diplomacia, donde tradicionalmente estaba en manos de personal profesional del
Ministerio de Relaciones Exteriores, dado el estilo personalista del presidente
indonesio, concentra en sus manos la política exterior del país, apostando
claramente por la “diplomacia presidencial”. Sin embargo, esta realidad, no
oculta que la diplomacia indonesia, no es reactiva, sino es realmente decidida
y activa. Los objetivos son siempre los mismos desde el nacimiento del país en
1945: paz, igualdad y soberanía. El
optar en materia de defensa de múltiples proveedores, los acuerdos con
Australia, Estados Unidos, China, como el mantenimiento de lazos con Rusia, así
como la decisión de participar en los BRICS y en OCDE, indican que la dirigencia
indonesia, más allá de las limitaciones o críticas del estilo de diplomacia
presidencial de Prabowo Subianto, entiende que estamos ante un mundo multipolar
y mantener canales de diálogo múltiples. La situación geopolítica impuso a
Yakarta ha exigido relaciones basadas en el equilibrio, sin depender de un
actor determinado.
La diplomacia indonesia
siempre se caracterizó por ser sutil, actuando con cautela. Recuerda de alguna
manera a la diplomacia vaticana, adoptar posturas sin estridencias. Esto se ha
observado en la crisis de Gaza, el reconocimiento del estado palestino o la
crisis de Myanmar.
Estamos frente al cuarto país más poblado de mundo, el más grande del Sudeste de Asia. Desde la caída del régimen de Suharto en 1998, el país inició importantes cambios, especialmente en materia política – con la democratización – y un fuerte crecimiento económico. En 2030 se estima que el país sea la séptima economía del mundo y para 2050 estar entre las cinco primeras. Este proceso de cambios fue impulsado especialmente por la gestión del presidente Joko Widodo, conocido popularmente como Jokowi. El resultado en el plano exterior, ha sido un incremento del protagonismo de Yakarta en la comunidad internacional, además de constituirse en la primera economía del sureste asiático, el sexto mercado emergente más grande por su producto interior bruto (PIB) además de altas tasas de crecimiento y expansión económica, solo superado por India y China. El país basa su desarrollo en las inmensas reservas de petróleo y gas, la producción de aceite de palma y las valiosas reservas de níquel, que coloca a Indonesia en un papel central en las cadenas de valor de producción de vehículos eléctricos.
Los altos niveles de
crecimiento económico y el creciente peso de Indonesia en la arena internacional,
no se traduce en el campo de la defensa. El presupuesto, no ha superado el 0.8%
del PIB. Los desafíos son muchos para las TNI, que tienen bajo su
responsabilidad un país de 280 millones de habitantes, 1.9 millones de km2, una
longitud de 5.000 km, compuesto por cinco islas principales, 30 archipiélagos
menores que aglutinan unas 18.000 islas y una Zona Económica Exclusiva de 6.159.032
km2. La geografía confiere a Indonesia un papel ineludible. Los estrechos de
Malaca, Sunda y Lombok, junto con las tres rutas marítimas archipelágicas
establecidas por Indonesia en virtud de la Convención de las Naciones Unidas
sobre el Derecho del Mar y aprobadas por la Organización Marítima
Internacional, constituyen una conexión vital entre los océanos Índico y
Pacífico. Los buques de guerra dependen de ellas para acceder a las zonas
marítimas y maniobrar. La Segunda Guerra Mundial puso en evidencia el valor
estratégico de Indonesia. El gran desafío de Yakarta es mantener sus espacios
marítimos y seguros, preservando por otra parte su neutralidad. El acuerdo con Estados Unidos de
mantenimiento de buques de la Armada en astilleros estatales PT PAL, desató un
importante debate sobre la neutralidad indonesia. No obstante, se presentó la
oportunidad para modernizar y mejorar capacidades de la industria naval local.
Esta medida fue compensada por optar por otros proveedores de buques para la
Armada indonesia, especialmente por proveedores de origen europeo en el marco
de programas de cooperación industrial.
En el plano internacional,
Indonesia ha buscado incrementar su papel, destacándose su rol en la Asociación
de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN) que tiene un lugar central como
herramienta de promoción de la seguridad y el diálogo en la región. Yakarta
mantiene una posición de liderazgo en el bloque, pero la competencia entre
Pekín y Washington, han dificultado generar consensos y los estados parte han
sido más renuentes en hacer concesiones al citado bloque regional. Ello no impide que Yakarta maniobra geopolíticamente
y busque proyectarse sobre el Pacífico, abriendo la posibilidad para que Papúa
Nueva Guinea, pueda adquirir la membresía ASEAN. A pesar de problemas internos
de dicho país, elevados niveles de subdesarrollo, la cuestión de Papúa Occidental.
El gobierno indonesio actúa con visión geopolítica, evitando que Port Moresby
sea rehén de la creciente competencia entre Washington y Pekín, viendo en ASEAN
un espacio que garantice la autonomía papú en el frente externo con apoyo de
Yakarta, agregándose la proyección sobre los estados del Pacífico. El ejemplo
exitoso de adhesión de Timor Oriental, pone en evidencia la factibilidad que el
citado país de Oceanía pueda acceder a ser parte del bloque de naciones del
Sudeste de Asia, con su impacto geopolítico, económico y de seguridad.
Indonesia impulsado el acercamiento con Papúa Nueva Guinea neutralizaría de
alguna manera los movimientos separatistas de Papúa Occidental.
El ascenso a la presidencia
del ex ministro de Defensa de la era Jokowi, del general Prabowo, quien tiene
como objetivo transformar a Indonesia en una economía de proyección global
hacia el 2045, cuando se cumplan cien años de independencia. Esta promesa
incluye el traslado de la capital a la isla de Borneo a la localidad de
Nusantara, con un costo de construcción de US$ 30.000 millones. Prabowo mantiene las restricciones de exportaciones
de recursos naturales, a los fines para que los mismos sean industrializados en
el país, con el objetivo que las empresas globales interesadas, inviertan en el
país generando empleo e inversión. Esto ya se aplica al níquel – siendo el
principal productor mundial – y la bauxita.
Cada año ingresan al mercado laboral unas 3 millones de personas,
agregándose que el país arrastra fuertes índices de subdesarrollo e inequidad
social, como queda demostrado por la propuesta del presidente Prabowo de un plan
de dar almuerzo y leche gratuitos a cerca de 80 millones de escolares y a 4,4 millones
de mujeres embarazadas. Este costo fiscal de las políticas sociales, impactan
en las ambiciones en el área de defensa.
En noviembre de 2025, los
gobiernos de Australia e Indonesia suscribieron Tratado de Seguridad Común,
firmado con suma rapidez previo a la firma del Acuerdo de Cooperación en
Defensa. Este nuevo acuerdo de seguridad compromete a Canberra y Yakarta a desarrollar
una visión operativa compartida del entorno de seguridad mediante consultas
periódicas a nivel de líderes y ministros, tanto en general como cuando uno o
ambos países se encuentren bajo amenaza. Es un acercamiento, de dos países que
no siempre coinciden, agregándose la novedad de extender la cooperación tanto
en el campo militar como policial. Esto no debe entenderse como una ruptura del
tradicional no alineamiento de Yakarta, sino más bien con la visión de política
exterior “libre y activa” desde la fundación de la república indonesia. El
tratado no es una puerta abierta hacia la alianza AUKUS, sino más bien se
vinculan en crear una instancia de diálogo de carácter bilateral.

OPV de origen italiano adquiridos por Indonesia
Los
desafíos para la seguridad en Indonesia.
La presidencia de Susilo
Bambang Yudhoyono (2004-2014) se tradujo en la promoción de Indonesia como
potencia media e impulsando al país en el plano exterior, manifestándose en un
creciente interés por los asuntos globales, abordar conflictos entre los socios
de ASEAN (conflicto camboyano tailandés por fronteras) y promover vínculos de
buena vencida bajo el lema “miles de amigos y cero enemigos”. En 2014 siguiendo esta línea, pero con una
vocación orientada a la defensa de los intereses marítimos, el presidente
Widodo impulsó una serie de acciones destinadas a promover la identidad de
Indonesia como un Estado archipelágico y marítimo; resaltar el rol de Indonesia
como una potencia media que se comprometa en abordar determinados asuntos internacionales
y regionales; dar prioridad a los océanos Índico y Pacífico como parte de una estrategia
de expansión regional, y priorizar la cooperación marítima a través de
iniciativas multilaterales como la Asociación de la Cuenca del océano Índico. La seguridad marítima cobró mayor relevancia
en la agenda política, especialmente la lucha contra la pesca ilegal,
considerándola una amenaza a la seguridad alimentaria del país, lucha contra la
piratería, medidas de cooperación para protección del ambiente marino. La
Estrategia Eje Marítimo Global, se vinculaba con una mejora en las conexiones
entre las numerosas islas del archipiélago indonesio, a pesar de las
limitaciones de infraestructura, el país realizó un importante esfuerzo para
mejorar puertos y conexiones marítimas, a los fines de impulsar una mayor
cohesión nacional. El gobierno sentó las bases para la mejora de las fuerzas
navales y agencias de seguridad marítima. El hundimiento de pesqueros que
operaban ilegalmente, fue un claro mensaje sobre el interés que tiene Indonesia
de preservar sus recursos. La depredación de los mismos es visto como una
amenaza a la seguridad del país.

El caza chino J-10C adquirido por Indonesia
El crecimiento económico y creciente protagonismo externo de Yakarta, no se tradujo en el campo militar. Consciente de ello, el gobierno indonesio apuesta a la cooperación internacional, siempre en el marco del multilateralismo para compensar en parte este debilidad. Ejemplo de ello la decisión del gobierno indonesio de reducir el nivel de confrontación con China, suscribiendo acuerdos de desarrollo de las áreas marítimas adyacentes a las islas Natuna, donde Yakarta y Pekín tienen reclamos de soberanía superpuestos. Esto fue objeto de críticas, dentro y fuera de Indonesia. El Ministerio de Relaciones Exteriores indonesio sostuvo sobre la postura de Yakarta sobre el Mar de Natuna del Norte, sigue siendo inamovible sobre sus derechos de soberanía. Incluso las Fuerzas Armadas indonesias mantienen una base conjunta en la isla Gran Natuna. El batallón de infantería se vio reforzado con compañías de infantería de marina, de ingenieros, una batería de defensa antiaérea con sistemas de corto alcance StarTreak, una unidad con lanzacohetes Astros II, unidad de drones y mejoras de instalaciones en la base aérea para operar aviones de combate. La Marina despliega periódicamente un grupo de tareas naval con tres fragatas y corbetas, además de llevar a cabo mejoras en la estación naval de Sabang Mawang para el despliegue de submarinos.
Las restricciones
presupuestarias, han condicionado el desarrollo del concepto de la Fuerza
Esencial Mínima (FME por sus siglas en inglés) no han logrado cumplirse. La FME
se dividió en tres etapas estratégicas quinquenales: 2010-2014, 2015-2019 y
2020-2024. Inicialmente, el Gobierno presupuestó 156 billones de rupias
(aproximadamente 16 mil millones de dólares estadounidenses en ese momento). En
2025, solo se había cumplido con el 65% de los objetivos. El concepto de FME
fue reemplazado en 2024 por el de Fuerza Militar Óptima.

Vehículo de Combate de infantería turco indonesio Kaplan
Históricamente, los problemas de seguridad fueron de carácter doméstico, con movimientos separatistas, terrorismo, conflictos étnico – religiosos, en el plano militar se tradujo en mayor atención en el ejército, mientras que la Marina y Fuerza Aérea no tuvieron el desarrollo que exigía la realidad estratégica del país. En los últimos años, la competencia geopolítica de Estados Unidos y China es un factor de preocupación, especialmente por las ambiciones de Pekín en el Mar de la China Meridional, además de subsistir diferendos territoriales con Malasia y Singapur. La piratería y el terrorismo siguen manteniendo su importancia para la seguridad indonesia.
En 2021, la clara percepción que los principales desafíos para la defensa, son marítimos, el gobierno aprobó nuevo concepto de “Defensa de Grandes Islas”, impone a las fuerzas desplegadas contar con un alto grado de autosuficiencia, adoptando un modelo de defensa descentralizado. Las fuerzas navales y aéreas, tienen especial importancia para el abastecimiento y seguridad de las líneas de comunicaciones entre las islas. Dicha estrategia resaltó el valor de las islas Kalimantan (Borneo) y Papúa, además de las islas Natuna. El entonces ministro de defensa – y hoy presidente – Prabowo Subianto, en 2021 lanzó el Escudo Tridente Archipielágico (Perisai Trisula Nusantara), una estrategia realista dado los recursos de Indonesia y ante la magnitud del territorio a defender, unido su complejidad, consistente en el desarrollo de medios que permitan implementar estrategias A2/AD. El eje del sistema defensivo deja de estar en manos del Ejército, para pasar a la Armada y Fuerza Aérea. El plan de Prabowo Subianto es ambicioso y no exento de controversias: US$125 mil millones en los próximos 25 años, comprende un gasto de 79.100 millones de dólares en equipo militar, 32.500 millones de dólares en contingencias y mantenimiento y 13.400 millones de dólares en cargos por intereses para el servicio de los préstamos extranjeros a 25 años.
Indonesia sigue siendo muy
vulnerable en materia de defensa de sus espacios e intereses marítimos. ASEAN se ha convertido en campo de disputa de
dos grandes actores: China y Estados Unidos, lo que sin ninguna duda dificulta
la generación de consensos para impulsar un mayor grado de compromiso en
materia de seguridad colectiva.
Los desafíos en el ámbito
marítimo no son los únicos que debe enfrentar el país, sino que son múltiples:
·
Terrorismo.
La amenaza islamista es una realidad, especialmente es un problema que afecta a
instalaciones gubernamentales, líderes políticos, como la importante industria
turística.
·
Crimen
organizado transnacional. El país tiene que lidiar con redes de trata de
personas, el tráfico de armas (resultado de conflictos internos de baja
intensidad como Papúa); el comercio de flora y fauna (por la presencia de
especies exóticas, afecta especialmente las islas de Java, Borneo y Sumatra);
el negocio lucrativo de productos falsificados, que financia a importantes
redes criminales transnacionales; tráfico de drogas (observándose el
crecimiento del mercado de drogas sintéticas tanto para el mercado internos
como externo).
·
Ciberseguridad.
Los delitos cibernéticos en Indonesia se han disparado al ritmo del rápido
crecimiento de la economía digital. El país sufre múltiples ciberataques
anualmente, y el ransomware y las filtraciones de datos representan amenazas
significativas. Incidentes recientes de gran repercusión han puesto de
manifiesto las vulnerabilidades de la infraestructura nacional. Estas
actividades están vinculadas con el crimen organizado.
·
Cambio
climático y degradación ambiental. Estamos frente a la nación archipelágica más
grande del mundo, estratégicamente ubicada entre el Mar de China Meridional y
el Océano Pacífico. El país está altamente expuesta a riesgos climáticos como
el aumento del nivel del mar, ciclones, calor extremo, sequías, inundaciones e
incendios forestales. Estos riesgos ponen en peligro la infraestructura de
defensa y la preparación militar de Indonesia. Las bases militares clave,
particularmente en áreas geopolíticamente sensibles, son vulnerables a fenómenos
meteorológicos extremos y las consiguientes interrupciones en el suministro de
energía, lo que podría limitar la capacidad militar para responder a crisis
regionales. Al mismo tiempo, sectores sensibles al clima —y que generan
importantes empleos— como la agricultura y la pesca, son cada vez más
vulnerables al aumento de las temperaturas y a los patrones de precipitación
irregulares. Esto ya afecta la producción de arroz y la pesca en el país, lo
que genera preocupación por la seguridad alimentaria y aumenta el potencial de
migración interna, el desempleo y otros desafíos internos.
·
Seguridad
alimentaria: El cambio climático amenaza sectores críticos como la agricultura
y la pesca, lo que genera preocupación por la seguridad alimentaria y puede
provocar migraciones internas y disturbios sociales.
·
Injerencia
extranjera en asuntos internos de Indonesia: un documento de la presidencia de
2021, pone de relieve el riesgo de la intervención extranjera, citando el caso
Timor Oriental, en conflictos como los de Aceh (superado hace 20 años) y
especialmente, Papúa Occidental. El incremento de la presencia militar en dicho
territorio, pone en evidencia el interés de Indonesia de mantener su
soberanía.
·
Infraestructura
vulnerable, especialmente ante los riesgos climáticos y ciberataques.
·
Separatismo:
el conflicto persistente de Papúa Occidental.
·
Disputas
fronterizas no resueltas: los casos del Bloque marítimo “Ambalat”, zona rica en
petróleo y gas, que afecta a Indonesia y Malasia. Cuestiones sobre delimitación
de la Zona Económica Exclusiva en el Mar de la China Meridional es factor de
reclamos y acusaciones cruzadas entre Yakarta y Hanoi.
·
Desigualdad
social. Indonesia debe gestionar desafíos como la intolerancia social y
religiosa, y la propagación de noticias falsas y desinformación, abriendo paso
a maniobras desestabilizadoras.
Las
Fuerzas Armadas de Indonesia: la necesidad de reforzar su defensa aérea y
marítima.
Las fuerzas militares
indonesias (TNI por sus siglas en indonesia) tienen su origen en la lucha por
la independencia. Históricamente tienen una fuerte influencia en la política
indonesia, que vienen de los tiempos del régimen autoritario del Nuevo Orden,
durante la presidencia del general Suharto.
El Comandante de las Fuerzas Armadas (Panglima) depende directamente del
Presidente de la República (Comandante en Jefe) y es designado con acuerdo del
Parlamento. El máximo jefe militar no depende del Ministerio de Defensa, sino
del Ministerio Asuntos Políticos, Legales y de Seguridad, uno de los cuatro
ministerios coordinadores del gobierno.
Los militares son vistos
como un elemento de cohesión nacional, ante una nación compuesta por más de mil
grupos étnicos (40% javaneses) y cientos de lenguas. Más allá de la religión
mayoritaria (84% son musulmanes), las TNI han sido históricamente el elemento
centralizador del estado indonesio. La
caída del régimen de Suharto en 1998, significó limitaciones y mayores
controles sobre los militares en la política doméstica, desmantelando la
doctrina dwifungsi, que confería a
las fuerzas armadas competencias de seguridad interna y en asuntos civiles.
Ello no impidió que las TNI sean las instituciones más populares y de mayor
prestigio en el país.
La llegada a la presidencia
de Prabowo Subianto, ex general de las TNI, con un discurso nacionalista, abrió
las puertas a una mayor presencia militar en altos puestos de responsabilidad
del estado indonesio. Las TNI están teniendo una mayor injerencia en aspectos
no militares, como en políticas de seguridad alimentaria y desarrollo
comunitario por medio de la creación de un centenar de batallones de desarrollo
territorial. Asimismo, el gobierno anunció la fabricación de medicamentos en
manos de las fuerzas armadas como también su participación en la recuperación de terrenos de plantaciones
de palma abandonados. Los cambios en materia de legislación de personal
militar, que pueden acceder a un mayor número de cargos en la administración
pública, ha sido objeto de críticas, por temor que el gobierno se torne más
autoritario.

Instalaciones indonesias para la construcción de submarinos Scorpene
Las TNI tienen al parecer tiene
un exceso de 120 oficiales de alto rango y los cambios legales al incrementar
los años de servicio para pasar a retiro, generan incertidumbre sobre la
renovación de mandos en las TNI. La polémica no termina allí, sino que la
reforma de la ley militar amplió las posibilidades que oficiales de las TNI
puedan prestar servicios de diez organismos gubernamentales – como la ley
anterior – como la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate y el Instituto Nacional
de Resiliencia. La nueva normativa lo amplía a quince organismos, abarcando el
Tribunal Supremo, Fiscalía General, la Agencia Nacional Antinarcóticos,
etc. Posiblemente, más allá de la
retórica nacionalista del gobierno, el origen militar del presidente Prabowo
Subianto, una mayor presencia de militares en la administración pública se
vincula con problemas de corrupción que afecta fuertemente a diversas áreas del
gobierno.
El incremento de los
riesgos en el ámbito marítimo, encuentran a Indonesia con medios limitados. Los
incidentes en el Mar de Natuna del Norte con barcos pesqueros, así como la
creciente presencia de la Guardia Costera china en septiembre de 2024, el
vicealmirante Irvansyah, responsable de la Agencia de Seguridad Marítima de
Indonesia, destacó la existencia de medios insuficientes para cubrir las
estaciones de patrulla suficientes para vigilar la extensa Zona Económica Exclusiva
(el organismo citado opera una decena de buques, requiriéndose unos 90). Esta realidad no modificó la distribución del
presupuesto de defensa de 2025: de los 155 billones de rupias (15.100 millones
de dólares) aprobados para el gasto militar de 2025, 54 billones de rupias
(5.300 millones de dólares) se asignan al ejército, mientras que la armada y la
fuerza aérea reciben solo 20 billones de rupias (1.900 millones de dólares) y
18 billones de rupias (1.800 millones de dólares), respectivamente. Una nación
insular como es Indonesia carece de capacidades adecuadas de alerta temprana,
de monitoreo de los espacios marítimos y aéreos (que demanda disponer de
aviones con radares de alerta). Dicha situación deja al país vulnerable ante
incursiones aéreas, limitaciones para interceptar misiles crucero. Etc. En materia de defensa marítima, el país
requiere de unidades de defensa de costas, en el marco de la estrategia A2/AD
planteada por Prabowo Subianto cuando fue titular del Ministerio de
Defensa. Existe un interés de misiles
indios Brahmos.
La Fuerza Aérea sorprendió
a medios especializados, con la adquisición de 42 cazas chinos J-10C por US$
9.000 millones, en el marco de la política de mantener múltiples proveedores, a
pesar de la complejidad logística que exige el sostenimiento de numerosos
modelos de aviones de combate (F-16 A/B, Sujoi Su 27/30 MKI, Dessault Rafale en proceso de incorporación). La compra
de este sistema de armas se inserta en la política de apaciguamiento con China,
agregándose la incertidumbre que genera la política de Estados Unidos en el
Sudeste de Asia, especialmente en el marco de la “guerra arancelaria”. El creciente
peso económico de las inversiones chinas en Indonesia, llevó a Yakarta a optar
por este avión, probado en combate exitosamente en el reciente conflicto con la
India por parte de Pakistán. Otro posible argumento es la presión de Washington
para impedir la compra de una docena de aviones rusos Su-35 bajo la amenaza de
aplicar la Ley para Contrarrestar a los Adversarios Estadounidenses. La respuesta
indonesia fue reducir la dependencia del sistema de pago occidentales a partir
de 2022. Estados Unidos ha quedado
relegado como proveedor de armamento avanzado a Indonesia a favor de China y
países europeos. India también aparece como potencial proveedor, en especial de
cazas Su 30 construidos bajo licencia por Nueva Delhi. En el Foro Su 30
desarrollado por las fuerzas aéreas de India e Indonesia se profundizó la
cooperación en la materia y abre dicha posibilidad. El país también estrechó
lazos con Turquía con un pedido de 48 aviones de combate Kaan y participar del
caza de última generación surcoreano KF-21.
En materia de aviación de transporte, Yakarta apostó al A400.
Las fuerzas navales han
estado inmersas en importantes inversiones, con el objetivo mínimo de 121
buques, pero con un horizonte a 220.
Indonesia fue noticia por la firma de un contrato con Naval Group en
2024 por dos submarinos Scorpene Envolved,
a construirse en los astilleros indonesios PT PAL, en el marco de una alianza
estratégica entre las industrias de Indonesia y Francia. Otro hito que sorprendió a observadores
especializados, la compra del portaaeronaves italiano Giuseppe Garibaldi, en una primera instancia sería empleado como
portahelicópteros, pero siendo muy probable su empleo para emplear drones.
También en Italia fueron contratados dos buques patrulleros multipropósito
clase Thaon di Revel, clasificados
como fragatas en Indonesia. Entre
2022-2023, la Armada Indonesia contrató en el Reino Unido dos modernas fragatas
Tipo 31. En los Países Bajos fueron adquiridas dos fragatas SIGMA 10514,
construidas en dicho país como en los astilleros PT PAL entre 2014-2018,
estando previstas una serie de cuatro en total. También desde los astilleros neerlandeses
provienen seis fragatas clase Van Speijk.
En julio de 2025, Yakarta firmó
contrato por dos fragatas de diseño turco Clase Istif.
La Armada indonesia cuenta
con buques tipo corbeta, cuatro de la clase SIGMA 9113 y dos de diseño
nacional, clase Bung Karno. En materia de patrulla marítima, los astilleros
indonesios están construyendo desde 2024 los buques de la clase Raja Haji Fisabilillah, previéndose 12
unidades.
Las capacidades anfibias
desde 2004 se han visto mejoradas con la clase Makassar, de diseño surcoreano
(Perú opera buques de este tipo). El país opera cinco unidades, de las cuales
tres se construyeron bajo licencia en astilleros locales.
En materia de drones,
Indonesia tiene un largo camino. Existe la necesidad del desarrollo de una
doctrina de carácter conjunto sobre su empleo. En este contexto, Baykar, de
Turquía, y Republikorp, de Indonesia, firmaron un acuerdo de empresa conjunta
para la producción indonesia de 60 drones TB3 y nueve Akinci. Hay una necesidad importante de adquirir y desarrollar
drones más pequeños. La Fuerza Aérea muestra especial interés por drones de
mayor porte, empleando CH-4 de 1,3 toneladas para patrullas en el Mar de China
Meridional y Aerostars de más de 200
kg en operaciones antiterroristas en Poso, una región de Sulawesi. El Ejército
si optó por drones más pequeños de empleo táctico, utilizados generalmente para
seguridad fronteriza y lucha antiterrorista. La integración de las diversas
plataformas en servicio exige una revisión doctrinal, además de un centro
conjunto de intercambio de inteligencia y datos, para optimizar los recursos y
capacidades existentes.
En 2014, Indonesia
reconoció el ciberespacio como un área de competencia de la seguridad nacional
En junio de 2024, el ataque de ransomware «Brain Cipher» paralizó el centro
nacional de datos provisional del país, interrumpiendo los trámites de
inmigración y más de 200 servicios públicos. Además, tan solo en el primer
semestre de 2025, la Agencia de Ciberseguridad y Criptomonedas de Indonesia
registró la asombrosa cifra de 3640 millones de incidentes cibernéticos
hostiles dirigidos contra el país. Este aumento casi superó la suma de las
intrusiones cibernéticas de los cinco años anteriores, lo que indica una
marcada escalada en la magnitud y la frecuencia de las amenazas. En 2017 fue
creada la primera unidad de ciberdefensa, con capacidades defensivas y de
monitoreo, previéndose mejorar los recursos para acciones ofensivas. A pesar de
las declaraciones oficiales, existen limitaciones a la hora de reclutar
personal y el desarrollo de una doctrina.
Indonesia:
las aspiraciones de convertirse en potencia regional
El país en un poco más de
dos décadas, se transformó en una economía en ascenso. En 2030 será la séptima
economía del mundo. Su posición geopolítica, transforma al país en un actor
clave en el marco de la competencia entre Estados Unidos y China. Yakarta mantiene
vivo a pesar del tiempo, el legado de la Conferencia de Bandung de 1955, que
sentó las bases del Movimiento No Alineados. Esto es consecuencia de la ubicación
del país. En las últimas décadas, la expansión económica y demográfica de Asia
junto a cambios en el comercio global, incrementó el valor de las rutas
marítimas que atraviesan Indonesia. En caso de un conflicto, su control es de vital
importancia. Acertadamente, los estrategas indonesios apuestan por mejoras
capacidades en materia aérea y marítima, además de impulsar el mayor grado de
autosuficiencia de los principales grupos de islas, adoptando un modelo
descentralizado.
Las prioridades del pasado,
centrados en conflictos internos, están siendo reemplazados por una mayor
presencia en los espacios marítimos, defensa del espacio aéreo, mejoras en la
movilidad y concentrar el esfuerzo – en el marco de una economía de fuerzas
dado los medios existentes – en la defensa de determinados puntos clave,
especialmente Papúa Occidental y Borneo. El Mar de China Meridional / Mar de
Natuna del Norte, tiene un valor estratégico creciente, dado el expansionismo
de Pekín y los conflictos con diversos estados del Sudeste de Asia. Esto demanda
mayores capacidades en materia de vigilancia, como defensa, destacándose
inversiones en sistemas de defensa antiáereos y antibuque basados en tierra.
La diversidad de proveedores,
destacándose un retroceso de Estados Unidos, derivado la guerra arancelaria de
Trump, fantasmas del pasado por sanciones por cuestiones de derechos humanos
y/o políticos, como también la injerencia de Washington en temas de seguridad (como
la presión abierta hacia un acercamiento con Rusia), sirven de fundamento para
buscar múltiples fuentes de acceso a tecnología militar, no solo adquiriendo “llave
en mano” sino con programas de transferencia de tecnología, para reducir
paulatinamente de actores externos y coherente con la política de no
alineamiento, ganar mayor grado de autonomía estratégica. El sector
aeroespacial, tiene como hito participar en el desarrollo como socio al 20% del
caza surcoreano de última generación KF -21. Hay acuerdos para la mejora
tecnológica de producción de municiones con la germana Rheinmetall; la producción
de blindados con firmas francesas o la transferencia de tecnología para
construir submarinos con tecnología puntera también francesa. Turquía es otro
socio estratégico para el desarrollo de blindados, buques y drones.
La expansión de las Fuerzas
Armadas en áreas vinculadas con el desarrollo nacional, se vincula con la idea
de ver a la institución militar como elemento de cohesión nacional, ante un
país multiétnico y como contrapeso al proceso de descentralización política,
especialmente ante tensiones separatistas de algunas regiones, como Papúa
Occidental.
Indonesia constituye una
experiencia sumamente interesante para muchos países de América Latina. Yakarta
explota hábilmente su situación geoestratégica, apostando por el
multilateralismo, con una diplomacia cautelosa –demostrado en la guerra de Gaza
– evitando la escalada, maniobrando con inteligencia, transformando escenarios
de competencia en cooperación, reflejado con China, Australia, Papúa Nueva
Guinea. En el campo de la defensa, las Fuerzas Armadas se transforman en una
poderosa herramienta para materializar la presencia del Estado en áreas de
valor estratégico, reducir su vulnerabilidad, impulsar procesos de
modernización en el marco de programas de cooperación tecnológica con el claro
objetivo de fortalecer capacidades nacionales.
La diplomacia indonesia al apostar tanto a los BRICS como a la OCDE, se
vincula a incrementar sustancialmente los canales de diálogo y cooperación, en
el marco de una inteligente estrategia de preservar los intereses nacionales y
el mayor grado de autonomía estratégica posible, incrementando la influencia de
Indonesia en la comunidad internacional, especialmente en el ámbito del Sur
Global.











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