Papua Occidental. El país que no fue
En 1962,
con intervención de Estados Unidos, fue suscripto el llamado Acuerdo de Nueva
York, entre Indonesia y Países Bajos, para la transferencia del control de
Papua Occidental. El régimen de Sukarno, organizó un referéndum con
participación de un millar de jefes tribales, posiblemente un acto armado por
autoridades indonesias, que legitimó la
soberanía indonesa en el territorio, luego de una breve administración
internacional. Ello frustró la idea de crear un país independiente, con apoyo
holandés, pero que la injerencia de Estados Unidos y el temor del avance del
comunismo, este sueño quedó frustrado. Ello no impidió que los papúes
resistieran, lucha que continúa, seis décadas después.
Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Director de Diario El Minuto para
Argentina
Los holandeses llegaron al sector occidental de
la isla de Nueva Guinea en el siglo XVII. Parte de Papua Occidental, era
reclamada por el sultanato de Tindore, pero cuando este cayó en manos
holandesas, el territorio quedó en sus manos. Su presencia fue limitada, dado
las características del territorio, ocupado en gran parte por selvas
impenetrables y montañas. En 1824,
holandeses y británicos llegaron a un acuerdo de dividir la isla de Nueva
Guinea, en los límites actuales. Recién a fines del siglo XIX, los holandeses
comenzaron a ocupar de manera efectiva Papua Occidental, por medio de la
presencia de misioneros. En 1901, los Países Bajos compraron formalmente al
sultán de Tidore, el territorio papú e incorporándolo formalmente a
Durante
Las negociaciones indonesio - neerlandesas, en
los años 50, quedaron estancadas, ante la imposibilidad de llegar algún tipo de
acuerdo sobre el estatuto futuro del territorio. Sukarno adoptó sanciones a los
intereses económicos holandeses en su país, a pesar que ello generó serios
perjuicios a la economía nacional. Fueron confiscados bienes, bancos, la
naviera holandesa KMP, prohibición del aterrizaje de aviones de la línea aérea
holandesa KLM. Esto provocó la salida de 10.000 holandeses. Ante esta situación, los Países Bajos
emprendieron obras para mejorar la situación de Papua Occidental. En la capital
del territorio, Hollandia (hoy Jayapura) construyeron un hospital, crearon un
cuerpo de voluntarios (embrión de la futura fuerza militar papú) destinado
apoyar a las fuerzas militares
holandesas, programas de desarrollo agrícola, alfabetización, la creación de
partidos políticos, y en 1959, la formación de un Consejo legislativo. En 1960,
se reunió dicho organismo, base del futuro parlamento, acompañado por la
creación de una bandera nacional y un himno. En las elecciones participaron el
20% de la población papú. Los holandeses consideraban que para 1970, Papua
Occidental alcanzaría la independencia. En ese año el primer ministro
neozelandés Walter Nash, apoyó la idea de unificar Nueva Guinea, tanto la parte
holandesa, como la controlada por los australianos. En cierto punto Canberra le
generó cierto interés. En 1961, el
ministro de Exteriores holandés Joseph Luns, presentó un plan ante Naciones
Unidas, que consistía en el compromiso holandés de mejorar la calidad de vida
de los papúes, ceder la administración del territorio al citado organismo
internacional, que debería llevar a cabo un referéndum de autodeterminación. El
proyecto naufragó en el seno de
Gran Bretaña, otro actor en el conflicto, dado la
crisis entre Indonesia y
Izamientos de la bandera de Papua Occidental. 1961
Estados Unidos se convirtió en un actor clave
en el conflicto a partir de 1960. Durante la presidencia de Einsehower,
En 1961,
Marines holandeses en Papua Occidental
En 1962 el diplomático norteamericanos Ellsworth
Bunker, facilitó una serie de negociaciones confidenciales en Nueva York, entre
holandeses e indonesios. El 15 de agosto de ese año, se firmaron los Acuerdos
de Nueva York, por el cual, los holandeses, para salvar el honor, entregarían
el territorio a las Naciones Unidas, que ejercería la administración
provisional, hasta el traspaso a Indonesia en 1963.
Patrulla nativa en tiempos del dominio holandés
De la administración internacional al control
indonesio.
Las limitaciones para reclutar personal
administrativo adecuado, unido al corto mandato de
Establecimiento de la Administracion Internacional. 1962
Yakarta al tomar el control efectivo del
territorio, impuso su administración, estableció puestos de control militar,
prohibió el uso de bandera e himno papú, además de libros de texto considerados
nacionalistas, se impuso la legislación indonesia, fue disuelto el consejo
legislativo electo en 1961 y se impuso una asamblea designada por el ocupante.
Una vez más se violaron los Acuerdos de Nueva York, especialmente en lo
atienten al artículo 14º Después de
transferir la completa responsabilidad de la administración a Indonesia, las
leyes y regulaciones nacionales indonesias serán en principio aplicadas en el
territorio, entendiéndose que ellas deben ser consistentes con los derechos y
libertades garantizadas a los habitantes bajo los términos de este Acuerdo.
Nuevas leyes y regulaciones o enmiendas a las existentes pueden ser promulgadas
de acuerdo con el espíritu del presente Acuerdo. Los representantes del Consejo
serán consultados cuando proceda.
El presidente Sukarno dictó un decreto que
impedía la creación de nuevos partidos políticos, la prohibición de reuniones, publicaciones y
difusión de imágenes de corte político. En otras palabras, Irian Jaya, como se
denominó el territorio, se impuso la censura y una suerte de estado de sitio,
mientras se llevaba a cabo una dura represión a cualquier disidencia u
oposición al nuevo orden. El país quedo aislado del mundo, con cierres de
fronteras y corte de comunicaciones con el mundo exterior. Lo poco que se sabía
era por los papúes que huían al sector controlado en ese momento por
Australia. La obligación de Naciones
Unidas de enviar expertos a fin de evaluar la situación de Papua y preparar el
terreno para el referéndum, quedó frustrado por razones políticas. El
Secretario General de Naciones Unidas, U Thant, poco interés tuvo en ello, y
envió un solo experto, que no sirvió de mucho. Estados Unidos directamente se
desentendió del tema, acuciado por cuestiones propias de
La resistencia papú no se hizo esperar, a pesar
de la dura represión, los ataques armados aldeas, ejecuciones extrajudiciales,
detenciones arbitrarias, violaciones, torturas. Sukarno decidió que no era
necesario la presencia de Naciones Unidas en el referéndum, y por cierto que
este tampoco era necesario llevarlo a cabo. Los Acuerdos de 1962 eran papel
mojado. En 1965, el ejército indonesio
dio un golpe de Estado, la amenaza de la toma del poder por parte del poderoso
PKI, quedó frustrada en el marco de una feroz represión con millares de
víctimas. En 1967, el general Suharto, líder del golpe, asumió la presidencia
del país. Este dio un giro marcadamente pro occidental, reincorporó a su país a
Naciones Unidas, luego de la crisis con Malasia, país el cual Sukarno se oponía
duramente a su existencia. En este
contexto, Suharto, decidió aceptar que se llevara a cabo el llamado Acto de
Libre Elección, de los papúes, pero bajo sus propios términos, dado que envió
un mensaje, para aquellos que votaran contra la presencia indonesia, que iban a
ser tratados como traidores.
Los Acuerdos preveían la formación de un equipo
de expertos internacionales con auspicios del Secretario General de Naciones
Unidas, quien sería invitado por Indonesia a participar del proceso. Asimismo,
este designaría un Representante Especial, a fin de cumplir con sus funciones
un año previo al referéndum. El diplomático boliviano Ortiz Sans, fue designado
como representante especial. Este se lamentó, por no haber un panel de
expertos, como resultado de la transferencia acelerada de funciones de
Indonesia se opuso rotundamente. La ausencia de
regulaciones sobre el mecanismos que se llevaría a cabo la consulta a los
papúes, fue el arma que utilizó Yakarta para obstaculizar el proceso y propuso,
o mas bien buscó imponer, que los nueve consejos de representantes, debían
escoger un número de miembros, por un método impuesto por los indonesios, para llegar
por medio de un mecanismo de consenso sobre el destino del país. Finalmente sin intervención de
Una
independencia que nunca llegará.
Papua Occidental, cuenta con inmensas riquezas
mineras, especialmente níquel, cobalto, oro y petróleo de gran calidad, como
aseguraron expertos de la empresa petrolera anglo holandesa Shell. No en vano
poderosas mineras ligadas de intereses de Australia, Gran Bretaña y Estados
Unidos, se han beneficiado de la explotación de los recursos de Papua. Por ejemplo, la mina de oro y cobre más grande
del mundo, está en la localidad papú de Timika, en manos de la estadounidense Freeport-McMoRanm
siendo uno de sus principales accionistas Carl Icahn, asesor del ex presidente
Donald Trump. La poderosa empresa minera anglo australiana Rio Tinto tiene
importantes intereses en el sector minero.
Las diferencias entre los nacionalistas
dividieron el movimiento papú, de por si con alcance limitado, sin apoyo
internacional significativo, organizaron la resistencia armada, aglutinada en
torno
La abundancia de recursos naturales ha
beneficiado grandes empresas, pero poco a la población nativa. Papua Occidental
está dividida en dos provincias, que tienen un régimen de autonomía limitada.
Enfermedades como el sarampión cobran víctimas, agregándose que la población
papú es victima de discriminación, y se han transformado en una minoría, dado
la política de inmigración patrocinada por Indonesia. Se estima que menos de la
mitad de la población es de origen papú.
La represión política continúa, dado que izar la bandera nacional papú,
implica penas de cárcel. Los papúes, han
sido víctimas de actos de discriminación como pone en evidencia informes de la
prestigiosa ONG de derechos humanos, Amnistía Internacional. Los papúes tienen
altas tasas de desempleo, de alcoholismo, encarcelamiento, altas tasas de
mortalidad infantil, que supera la media en Indonesia, pone en evidencia que
poco se ha hecho para mejorar la calidad de vida de los nativos. Existen
controles sobre medios de comunicación, es frecuente que la policía intervenga
para disolver cualquier manifestación favorable a la independencia. Quienes
izan la bandera papú, pueden terminar con largos años de cárcel, como el
activista nacionalista Yusak Pakage, sentenciado a diez años de prisión. En
2019, un reportero de la célebre cadena británica BBC, fue obligado por el
ejército abandonar Papua Occidental. Muchos medios de comunicación
occidentales, han tenido serios problemas de acceso al territorio, dado que
existe una política de apagón informativo por parte de las autoridades
indonesias.
Choques con la policía indonesia
El proceso de colonización indonesia pone en
riesgo la peculiar cultura papú, con 250 tribus y con lenguas únicas, además
muchas de ellas tienen un estilo de vida tradicional, que poco se ha modificado. La llegada de grupos inmigrantes
de Java, Bali y otras islas, han entrado en choque con la población nativa. El
potencial minero y energético amenaza dichas culturas, como también un ambiente
de características únicas.
La dura respuesta de Yakarta a los
independentistas, pone en evidencia, que existe un amplio consenso en la
sociedad papú, sobre el anhelo de liberarse de la presencia de Indonesia.
Represión, falta de oportunidades, racismo, son factores que alimentan la
resistencia, canalizada a través de dos grupos armados. En el exilio,
especialmente en Australia y Gran Bretaña, el Movimiento Papua Libre busca
sensibilizar a la opinión pública global sobre el drama que vive desde hace seis
décadas el pueblo papú, abandonado a su propia suerte, por maquinaciones en
tiempos de
El sueño de la ansiada independencia frustrada
por la debilidad política de los Países Bajos, los intereses económicos de
Estados Unidos, actor relevante en esta tragedia, a nuestro entender solo queda
en una posibilidad remota. Los cambios demográficos, la carencia de aliados
políticos de peso por parte de los nacionalistas papúes, los poderosos
intereses económicos en juego, llevan a pensar en la unidad política de Papua
Occidental, con mecanismos de compensación por la explotación de los recursos,
que permita que los locales, tengan una mejor calidad de vida y un régimen
especial de autonomía, que garantice la estabilidad y la preservación de su
peculiar cultura, como se implementó hace décadas de manera exitosa en las
Islas Cook por parte de Nueva Zelanda.
Se cumplieron sesenta años de los fatídicos
Acuerdos de Nueva York, que arrebató al pueblo papú su derecho a la
autodeterminación, no cabe duda que
.
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