El Reino de los Visigodos: la “Primera España”
La etapa
histórica dominada por el reino visigodo, no es muy conocida por el gran
público. Los visigodos fueron los creadores de la “Primera España” como dice el
historiador José Javier Esparza en su libro “Visigodos”. Este pueblo tuvo un
alto grado de desarrollo cultural. Originarios de la península Escandinava, la
historia los llevó hasta España, donde crearon un reino que sucumbió ante la
invasión árabe del siglo VIII. No obstante, ello luego de la célebre batalla de
Covadonga, el legado gótico no moriría, y los reinos cristianos que surgirían
en España en
Por Jorge Alejandro Suarez Saponaro
Director de Diario El Minuto Argentina
En las tierras escandinavas, partió un pueblo
germánico, los godos, que, a principios del siglo I, iniciaron un largo
peregrinaje, que los llevaría hasta las costas del Mar Negro, donde
construyeron dos reinos. En ese largo camino, construyeron una identidad
singular con aportes propios y ajenos.
Las tierras que vieron nacer a los godos, no tenían capacidad para
alimentarlos a todos, dado las limitaciones en materia de técnicas agrícolas,
se vieron obligados a emigrar de la antigua Escandinavia. El origen de los
godos, según la tradición, es la isla de Gotland. El historiador romano
Jordanes, nos habla de Berig, como el caudillo que guió a los godos en su largo
viaje. En pugna con otros pueblos germánicos, logaron instalarse en las costas del
Báltico, en lo que hoy es Polonia. La
prueba materia de su presencia es la llamada cultura de Wielbark. Las
tumbas como la reconstrucción de las viviendas, son de propias de una cultura
escandinava. Los historiadores romanos
nos hablan de “gutones” o “gothones”.
Por razones desconocidas, posiblemente la presión de otras tribus
germánicas, los líderes godos, decidieron partir en busca de otra tierra, donde
asentarse. Así iniciaron una marcha de más de mil kilómetros hacia las costas
del Mar Negro. Era el siglo III y prueba de la presencia de los godos, era la
cultura Cherniajov, donde entraron en
contacto con otros grupos que vivían allí desde hace siglos. Por diversos
medios, hay un intenso intercambio, donde los godos absorben la cultura de sus
vecinos, ya sea por conflictos, matrimonios, o comercio. De los sármatas, adoptan el combate a caballo
con pesadas armaduras y lanzas. En
aquellos tiempos, los godos eran una sociedad jerarquizada, estando liderados
por una casta liderada por el rey, una nobleza militar, y en la base social,
artesanos y campesinos. El liderazgo era
electivo, una suerte de juez o magistrado supremo, según la definición de los
historiadores, eran elegidos de carácter vitalicio, por las asambleas de los
jefes, elegidos entre las familias de nobles locales de cada kuni o territorio en que estaba dividido
el país de los godos. En caso de guerra el líder godo, o kindis, no podía salir del territorio, sino que era designado un
jefe militar de máximo prestigioso. Los ostrogodos, a diferencia de sus
vecinos, ejercían un poder más o menos laxo, sobre vastas tierras que llegaban
hasta la actual capital ucraniana de Kiev.
El control ejercido por los líderes o reyes ostrogodos, se basaba en el
vasallaje tanto de tribus godas como de otros pueblos que vivían en la región.
Las características de la región donde estaban
asentados, las distancias entre las poblaciones, dio origen que los godos se
dividieran en dos grandes grupos, que los romanos denominaron ostrogodos y
visigodos, denominados también greutungos y tervingios respectivamente. Estos
últimos hacia el 268, según fuentes escritas romanas. Llevaron a cabo
incursiones en territorio romano, mas precisamente, en las actuales Serbia,
Croacia y Eslovenia. Derrotados en la batalla del Naisso por el emperador
Claudio II, junto a otras tribunas germanas, pero ello no impidió que
continuaran presionando sobre los territorios romanos, como en Dacia. Los
tervingios o visigodos, entraron de esta manera en la compleja política
imperial. Ariarico, designado líder por los jefes visigodos, pactó con
Constantino el Grande, un tratado.
El imperio romano estaba en crisis, incluso en
algunas provincias se vivía el caos. Las elites locales, como imperiales,
comenzaron a reclutar tribus germanas, para hacer frente a las rebeliones,
luchas intestinas por el poder. Los godos apoyaron a Licinio en sus luchas
contra Constantino, derrotado por este último en 314. Aorico, hijo de Ariarico,
que pactó con Constantino el Grande, marchó a Constantinopla a educarse. El contacto con el mundo romano, llevó a los
visigodos abrazar la fe cristiana, más precisamente por medio de la prédica del
obispo Ulfilas, pero abrazando la corriente arriana. Este obispo, creó un
alfabeto y tradujo
Los hunos, de origen poco conocido, que, según
historiadores modernos, nos hablan de poblaciones que eran una mezcla de
pueblos túrquicos e iranios. Fuentes chinas los citan en sus ataques en el
siglo II a.C. Una rama de los hunos, buscó un lugar en el Mar Caspio, donde
derrotaron a otro temible pueblo, los alanos. Su superioridad demográfica se
impuso, y los hunos siguieron avanzando hacia el oeste.
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Ave Marìa en Gòtico |
El emperador Teodosio, puso orden en el caótico
imperio. En este tiempo, los visigodos están en Tracia, sus hermanos
ostrogodos, padecen el vasallaje en manos de los hunos, otros grupos godos seguían
viviendo del pillaje o sirviendo como soldados como otros grupos
germánicos. Los visigodos disfrutaban de
autonomía, podían reunir un ejército, y este estar en manos de sus propios
jefes, al combatir junto a las tropas romanas. Alarico es el nuevo jefe de los
visigodos. Este a la muerte de Teodosio, rompió el pacto con los romanos, a
sabiendas que usaban a su pueblo como carne de cañón, con el claro objetivo de
diezmarlos y restarle fuerza. El imperio
romano quedó dividido entre los hijos de Teodosio, Arcadio y Honorio, jóvenes
sin experiencia, que se odiaban y pronto estarán envueltos en graves conflictos.
Alarico fue proclamado rey, algo inédito en la tradición visigoda. Este se
entregó al saqueo y sus correrías llegaron a Grecia. Finalmente, en el marco de
los graves problemas que atravesaba el imperio, fue nombrado magíster militum,
el máximo grado militar del ejército romano y su pueblo recibió tierras en
Iliria. Arcadio, empleaba el problema visigodo para hacerle la vida imposible a
su hermano Honorio en Roma. Estilicen, general y tutor de Honorio, que apenas
tenía once años cuando asumió el trono, era de origen vándalo y madre romana.
Era un brillante general, frenó a los visigodos en varias ocasiones, pero tenía
muchos enemigos en Roma, que lo veían con intenciones de tomar el trono
imperial.
Nacimiento
del Reino de Tolosa
La muerte de Arcadio, impulsó a Estilicón a
imponer a Honorio, casado con una hija suya, como única autoridad, obviamente
bajo su influencia. Honorio se radica en Rávena. El general romano, pacta con
Alarico, precisa su ayuda para controlar el sector oriental del imperio. En
aquella corte, las intrigas se imponen y hacen creer a Honorio, que el hijo de
Estilicón, Euquerio, se hará con el imperio en Oriente, y que su situación sea
más que precaria. El joven emperador, se deshace de Estilicón acusado de
traición en 408, siendo decapitado. Su esposa, hija de Estilicón es repudiada y
expulsada de
En el convulso mundo romano, sin entrar en
detalles, por razones de espacio, de conspiraciones, intrigas, asesinatos,
usurpadores, aparece la figura del general Aecio. Este se convirtió en la
máxima autoridad militar del imperio de Occidente y tutor de Valentiniano III,
emperador que tenía apenas seis años. Aecio nacido y forjado en la vida de
frontera. Entró en conflicto con los visigodos, especialmente por el control de
Carbona, finalmente por un pacto del año 439, Teodorico podría expandir
gradualmente sus dominios sobre las provincias romanas de Hispania. En el marco de estos conflictos, luchas,
pactos, en 451, los hunos avanzaron desde Bélgica y atacaron las Galias. El
destino obligo a romanos y visigodos, a pesar de Aecio y Teodorico, luchar
juntos para sobrevivir ante un poderoso enemigo común. Aquí apareció la figura
de Atila, rey de los hunos. En junio de
ese año, en la batalla de los Campos Catalaunicos, Occidente, sobrevivió a la
avalancha de las huestes de Atila. Fue
la última gran victoria romana. Se
estima que los hunos habían organizado una fuerza de 50.000 efectivos, cifra
que ningún caudillo germano o el mismo ejército romano ya en su ocaso, podría
reunir. El talento estratégico y organizativo de Aecio, le permitió organizar
una potente fuerza militar, sobre bases heterogéneas.
El imperio huno, se extendía desde Ucrania, el
Mar Negro, el Báltico hasta Europa Occidental. Este se diferenciaba de su
enemigo romano, porque consistía en el vasallaje de tribus, que contribuyeron a
engrosar las fuerzas de Atila. Luego de su derrota frente a los persas, los
hunos presionaron sobre el tambaleante imperio romano. No había otra opción que
unirse contra una amenaza que ponía en juego el legado de Roma. Luego de
décadas de guerra, Aecio y Teodorico llegaron a un acuerdo. Finalmente, las
fuerzas se encontraron cerca de la actual ciudad de Orleáns. Aecio mantuvo la
iniciativa. La batalla fue encarnizada, donde encontró la muerte Teodorico.
Atila se dio a la fuga, por razones desconocidas, no fue perseguido por Aecio,
posiblemente por razones políticas y del delicado equilibro con los visigodos,
quienes regresaron a su capital Tolosa. El
sucesor de Teodorico, Tarsimundo, tuvo que lidiar con las intrigas de sus
hermanos, que lo hicieron asesinar en el 453. Aecio, llamado “el último romano”
a pesar de tener sangre germana, fue asesinado en una discusión con el
emperador Valentiniano III. A su vez, este fue asesinado en 455, por dos
oficiales leales Aecio en una revista de tropas.
Roma tenía un emperador, Avito, proclamado con
apoyo de los visigodos. En el marco de los conflictos, Teodorico II, en apoyo
al nuevo emperador (que por cierto el senado romano se negaba a reconocer),
lanzó sus fuerzas sobre el reino de los Suevos en el norte de España,
derrotándolos en la actual provincia de León. Avito tuvo menos suerte que
Teodorico II, desaparece, posiblemente asesinado, al ser derrotado militarmente
por sus rivales. Mayoriano un general romano prestigioso fue proclamado
emperador del Occidente, en tiempos que su poder se diluía. Muerto Teodorico,
su hermano Eurico se hizo con el poder, construyendo el estado visigodo
propiamente dicho, aunque con cimientos endebles, dado que los visigodos era una
elite guerrera, arrianos, que ejercían el control sobre una población
galorromana católica. Este envía embajadores, y lanzó operaciones militares,
que permitió el control de gran parte de Hispania, además de aplastar la
rebelión del reino de los suevos. El caos desatado con la caída del último
emperador de Occidente en 476, dio manos libres al reino visigodo de conquistar
el resto de Hispania y territorios en Galia. Eurico dotó al nuevo reino de un
Código y logró construir un estado viable. A su muerte, el reino de Tolosa era
el mas importante de Occidente y rico, con extensos dominios, que heredó su
hijo Alarico II. Su consolidación en España como rey, fue en base a un pacto
con las elites hispanorromanas, hartas de la inseguridad, provocadas por bandas
organizadas y el caos reinante. Los visigodos asumían la responsabilidad de
brindar orden y seguridad, a cambo de tributos y lealtad al rey godo. En 496
estalló la rebelión de Burdunello, con apoyo de poderosos terratenientes
hispanorromanos, pero finalmente estos pactaron con Alarico II, el líder
rebelde sin apoyo, fue capturado y sometido a un final horrendo, siendo
quemando vivo. En ese mismo año el rey franco Clodoveo, cruzó el río Loira,
quién avanzó y ocupó territorios del reino de Tolosa, derrotando en batalla al
rey Alarico II, quién muere, y dado que los francos eran católicos, de reciente
conversión, esto los acercaba a las poblaciones galorromanas. En el 507, la
etapa del llamado Reino de Tolosa llegó a su fin.
El fin
del Reino de Tolosa. Nacimiento de la “Primera España”
Los visigodos en todo este período, se
mantuvieron fieles al cristianismo arriano, por la sencilla razón que ello los
diferenciaba de las poblaciones romanizadas. Esto los distanciaba de los
galorromanos como hemos visto. Tras la derrota en Vouillé, los visigodos se
trasladaron en masa hacia Hispania, dando inicio a un nuevo período de su
agitada historia. Se estima que cruzaron los Pirineos unos 200.000 godos, entre
familias nobles, guerreros, y campesinos. Estos serían la clase dirigente
frente a unos cuatro millones de hispanorromanos. El grueso de los recién
llegados. se instalaron, en las provincias españolas de Palencia, Valladolid,
León y Zamora. El general Teudis, tutor de Amalarico, futuro rey de los
visigodos, siguió los pasos de Teodorico el Grande en Rávena, con políticas de
acercamiento a las elites romanizadas, pero su política de subordinación a los
intereses del rey ostrogodo, en Italia, generó tensiones en la aristocracia
visigoda. La muerte de Teodorico el Grande, impulsó Amalarico a romper lazos
con el reino que este había creado. Este rey casado con Clotilde hija de
Clodoveo, entró en conflicto con los francos, que termino en un conflicto y con
su muerte. Teudis, rival político de Amalarico, tomó el poder del reino
visigodo. La escasez de fuentes
documentales propias, genera importantes vacíos de cómo fue el reinado de
Teudis. Pero algo se sabe a ciencia cierta, fue el resurgimiento del imperio
romano oriental, ahora conocido como Bizantino, que se convirtió en un problema
para el reino visigodo. La destrucción del reino vándalo por parte de las
fuerzas bizantinas, generó inquietud en Teudis, que sabía que trde o temprano
las fuerzas del imperio de oriente llegarían a España.
En el 533, el general bizantino Belisario,
derrotó a los vándalos, capturando en el
La nobleza visigoda eligió a un jefe militar,
Liuva como rey. Este tenía que tomar acciones sumamente importantes, una de
ellas, romper lazos con Birzancio, quedando roto el viejo pacto en tiempos del
imperio romano, por el cual los visigodos estaban subordinados a la política
imperial. Pone al frente de la corte de Toledo a su hermano Leovigildo,
mientras que Liuva un jefe militar, se queda en Septimania, para hacer frente a
los francos y otros pueblos germanos que amenazan su reino. En 572 con la
muerte del enérgico Liuva, Leovigildo se quedó al frente del trono e inició un
proceso de unificación legal, social y administrativa del reino, en un intento
de romper las divisiones entre las elites goda e hispanorromana. Asumió el
poder con una ceremonia de coronación al estilo bizantino, construyó una ciudad
para su hijo y heredero, Recaredo: Recópolis.
Leovigildo promulgó un código que unificaba la
legislación, donde godos e hispanorromanos estarían sometidos a una misma
norma, destacándose la eliminación de la prohibición de casamiento entre godos
e hispanorromanos. En el plano militar lanzó campañas militares, que
permitieron recuperar gran parte del sur de España, en manos bizantinas,
incorporando ricas tierras agrícolas. Lanzó operaciones para controlar el reino
de los suevos y enclaves independientes que aún quedaban en España. Otras
acciones relevantes los intentos de acercar arrianos y católicos, y la rebelión
de su hijo Hermenegildo. En 585, luego
de un alzamiento de la nobleza del reino de los suevos, Leovigildo envió una
expedición y anexó definitivamente dicho reino al propio. En 586, con la muerte del rey Leovigildo, le
sucedió su hijo Recaredo y con el se da un paso trascendental, la unificación
religiosa, con su conversión al catolicismo. Esto generó importantes
resistencias de sectores del clero arriano y la aristocracia, como mecanismo de
oposición contra los intentos de establecer una monarquía hereditaria. En el
Concilio de Toledo de 589, el arrianismo fue desplazado definitivamente y el
catolicismo era la religión nacional del Reino. No cabe duda que había nacido
la “Primera España” unificada en lo político, jurídico y religioso. En el año 601, Recaredo moría y dejaba a su
joven hijo Liuva II como heredero.
Witerico conspiró y derrocó a Liuva II, a quien
encerró y le amputó una mano. Este personaje seguramente con apoyo nobiliario,
representaba lo peor de la política visigoda. La inestabilidad, las intrigas
palaciegas, y eternas rencillas políticas por hacerse con el poder. El rey
usurpador fue asesinado por los cortesanos en 610. Tiempo después es coronado
rey Sisebuto, quien llevó a cabo diversas operaciones punitivas en las regiones
de Asturias, Cantabria y el actual País Vasco. Desde el punto de vista militar
se desatacó especialmente, por poner fin al sitio de Ceuta, la ocupación del
norte del actual Marruecos, y la captura de los territorios españoles
controlados por los bizantinos entre los años 615 a 619. En el marco de la centralización de su poder,
decidió aplicar viejas leyes de segregación de los judíos, de tiempos del bajo
imperio romano. Este proceso de marginar a los judíos, tiene que ver con el
pensamiento de aquellos tiempos, de unificar desde el punto de vista religioso
– ideológico en reino visigodo de Toledo.
Las medidas incluían prohibición de matrimonios con cristianos, tener
esclavos cristianos, veto para el ingreso a la administración, y para los
conversos, severas sanciones si volvían a la vieja fe judaica. Muerto Sisebuto, posiblemente asesinado, como
tal vez su hijo Recaredo II, la nobleza goda consagró a Suintila, jefe militar
del rey Sisebuto, como nuevo monarca godo.
El nuevo rey sometió a los vascones y eliminó los restos de presencia
bizantina, posiblemente en el sur del actual Portugal. La concentración de poder del rey, muy popular
entre el ejército y los sectores más pobres, especialmente con la manumisión de
esclavos, rebajas en los costos fiscales para campesinos y recorte de
privilegios del alto clero y terratenientes. En este último sector el
resentimiento sería cada vez mayor.
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Restos de Recópolis |
En esta pugna de poder, estalló el golpe de
Sisenando con apoyo franco – previo pago en oro de la ayuda – contra Suintila. San Isidoro de Sevilla, protagonizó un
Concilio, que busco fijar reglas de juego en la conflictiva política visigoda,
ratificando el sistema electivo, e impidiendo el establecimiento de cualquier
dinastía. Asimismo, en aquel Concilio se estableció el sistema de elección del
rey, una serie de limitaciones a su poder, estableciendo cierto orden
constitucional al sistema político vigente. San Isidoro de Sevilla, considerado
uno de los Padres de la Iglesia, fue una figura de gran trascendencia en
aquellos tiempos. En 642 el anciano noble Chindasvinto se hace con el poder y
sus adictos lo nombran rey. Elimina de manera cruenta a cientos de nobles,
posibles enemigos a su política. Muchos se exilian, incluyendo eclesiásticos.
Acumuló un vasto patrimonio, dio poder a los esclavos palaciegos, y centralizó
el manejo del estado. Su sucesor e hizo Recesvinto, legó un código legal, que
marcó a la España medieval. No solo era una recopilación de normas, sino que
era una obra jurídica mucho más profunda, con regulaciones en materia civil,
administrativa, penal, religiosa, militar, comercial. Las diferencias jurídicas
entre godos e hispanorromanos, desaparecía formalmente y de manera definitiva. La centralización era una realidad jurídica,
concentrando el poder en los gobernadores provinciales, duques, con amplias
atribuciones, y los obispos, terminando con la tradicional autonomía de las
ciudades, herencia del imperio romano.
En el 672, Wamba, un hombre que no quería ser
rey, finalmente aceptó la corona, pero debió lidiar con rebeliones y
conspiraciones. Victorioso de la rebelión liderada por un jefe militar,
Paulo. Impuso una reforma militar, con
severas penas a nobles, eclesiásticos y el pueblo llano, que no respondieran al
llamado a la movilización. También saneó a la Iglesia, nombrando personalmente
a obispos y otros líderes religiosos, y expulsando aquellos que se beneficiaban
con la explotación de los bienes de la Iglesia. El rey citado no estuvo exento de las
conspiraciones nobiliarias, y finalmente cedió el poder en 681 a Ervigio. Wamba
terminó sus días en un monasterio en 688. En nuevo rey, cedió ante las presiones de la
nobleza e Iglesia, perdiendo poder, con el objeto de mantenerse en el trono.
Entre las medidas que más lo perjudicaron, fue permitir que los funcionarios de
Palacio, fueran exclusivamente de la alta nobleza, impidiendo de esta manera,
que el rey tuviera persona de su propia confianza. Las malas cosechas, las hambrunas, arruinan a
los sectores más pobres. Muchos venden sus pocas posesiones por poco y nada a
poderosos terratenientes cada vez más poderosos. Los esclavos huyen de las
tierras de labriego, lo que genera una crisis, dado que el rey emite duras
sanciones a quienes auxilien a los fugitivos. En un intento de ganar posiciones
con los campesinos, cede y exime de tributos, pero es demasiado tarde. Una
nueva amenaza aparece, los árabes, que atacan las costas de España. El reino
refuerza la actual Algeciras y rechazó el primer intento de invasión. Todo el
norte de África ha caído en manos árabes, tomando dicho territorio del
debilitado imperio bizantino, incapaz de defender tales posesiones.
El fin
del reino visigodo de Toledo y la llegada de los árabes
En 688 el yerno de Ervigio, Egica, asume como
rey, pero este rápidamente convoca un Concilio, para establecer nuevas reglas
de juego. Envía a la viuda de Ervigio como monja a un convento, repudia la hija
del rey muerto, Cixilo, y pronto Egica liberado la familia del antiguo rey, que
a su vez había sido rival, tiene las manos libres para dar rienda suelta a la
familia de Wamba y sus aliados. En 692, el obispo de Toledo, Sisberto, unge un
nuevo rey, Suniesfredo, un verdadero golpe de estado. Egica logró formar una coalición a su favor,
tomó Toledo, exilió a Sisberto, eliminó al usurpador y lanzó una purga contra
sus rivales. La crisis social continua,
las malas cosechas, la miseria, las enfermedades y la creciente fuga de
esclavos, que afecta a poderosos señores, lleva a imponer castigos colectivos a
poblaciones que dan refugio a los esclavos, de los cuales muchos han terminado
así al perder sus patrimonios por las crisis y malas cosechas. En 694, en el XVII Concilio de Toledo, impone
la conversión forzada de los judíos al cristianismo. En ese año, el rey asocia
al trono, a su hijo Witiza, contrario al régimen aprobado por el Concilio de
Toledo en tiempos de San Isidoro de Sevilla. La peste amenaza al país, que
venía de la provincia Nabonense (sur de Francia) y que pronto llegó a Toledo.
En el sur del reino, tropas bizantinas replegándose del avance árabe, intentan
desembarcar, rechazados por el gobernador godo local, Teodomiro. En este clima,
estalló una nueva rebelión nobiliaria, que es sofocada.
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Invasiòn àrabe |
En 702 asumió Witiza, como rey y convocó a un
nuevo Concilio en Toledo, en un intento de promover una política de
conciliación. Las actas de dicha asamblea se perdieron para siempre y no
existen constancias, salvo testimonios dispersos. Las malas cosechas y la peste
afectaron seriamente al reino entre los años 707 a 709. El panorama
internacional es delicado. Los francos están debilitados, y el poder reside en
los llamados mayordomos de palacio. En el norte de Italia, los lombardos están
en conflicto por cuestiones religiosas y políticas. Bizancio está muy
desgastado por las guerras con Persia y la avalancha árabe, a lo que cabe
agregar la llegada de tribus eslavas en los Balcanes, apareciendo un poderoso
competidor, el reino búlgaro. Los árabes
emergen como un gran poder. En dos décadas controlan vastos espacios en Próximo
Oriente, Medio Oriente y el Norte de África. Es una fuerza imparable. En el 682
el general árabe Uqba ibn Nafi, había
llegado a las aguas del Atlántico, en el actual Marruecos. Gobernante
implacable, tenía una sólida red de abastecimiento. A pesar de su muerte en su
lucha contra los bereberes, el dominio árabe contaba con bases sólidas. En 705, llegaron al Norte de África dos
personajes que tendrían que ver con el destino del Reino de Toledo. La nueva
provincia de África, separada de Egipto, estaba en manos de Muza ibn Nuzair y
como jefe militar Tarik ibn Ziyad. Los
árabes ofrecieron a cambio de la conversión religiosa, seguridad y orden, a las
ciudades costeras de la actual Argelia, que, con la caída del poder bizantino,
estaban a merced de las tribus del interior. Esta realidad la vivían los godos
desde Tingis – la actual Tánger – dado que el norte del actual Marruecos, era
desde tiempos romanos Mauritania Tingitana, y provincia del reino de Toledo,
cuando fue recapturada por Sisebuto. En
708, Tingis, cae en manos árabes. Witiza está en una crisis con la Iglesia,
lidiando con una profunda crisis social. El reino parece derrumbarse, dado el
poder de la alta nobleza, siempre en pugna por hacerse con el poder. Witiza
muere y lo sucede Rodrigo. Los nobles están divididos y se rebelan contra el
nuevo rey. Las circunstancias del fin
del reino de Toledo son oscuras, por la escasez de fuentes documentales.
Mientras Rodrigo lucha contra Agila, que se había proclamado rey en el norte,
en la primavera del año 711, los árabes desembarcan en España, más precisamente
en Algeciras. Sancho, sobrino del rey godo, fue derrotado por los invasores. El
ejército árabe, al mando de Tarik, estaba compuesto en verdad por un gran
número de bereberes, con mandos árabes. El ejército se dedicó al saqueo, dado
que se abastecía de las poblaciones ocupadas.
Las divisiones políticas entre los visigodos, se tradujo en el ejército,
reunido por Rodrigo. La negativa de los nobles, enemistados con el rey no
enviaron refuerzos, dejando al monarca en una situación comprometida en la
batalla de Guadalete. En un momento, las tropas leales al bando de la familia
del antiguo rey Witiza, abandonan a Rodrigo. Los musulmanes, se imponen ante un
ejército debilitado y desconocedor de las tácticas árabes. En aquella batalla,
murió el rey Rodrigo con gran parte de la nobleza leal que aún quedaba. El
Reino de Toledo y la historia de los visigodos tocaba su fin. Oppas, noble visigodo rival de Rodrigo, ocupa
el poder, sin tomar conciencia del desastre militar en Guadalete y la avalancha
musulmana que acaba con los principales focos de resistencia. El gobernador de
África, Muza, arribó a España, y sitió Mérida. Tarik tomó Córdoba luego de una
dura resistencia de los godos, es tomada y los sobrevivientes son
asesinados. Los árabes ofrecen a las
poblaciones obediencia al califa y pagar tributos, a cambio de la paz. El
suroeste de la Península está en manos musulmanas. En el 712, las fuerzas de Muza y Tarik,
convergieron sobre Toledo. Oppas, sigue en sus luchas palaciegas. Los árabes
toman un rico tesoro, que databa de tiempos del saqueo de Roma por parte de
Alarico. El reino se había hundido. La
inexistencia de un poder central, sumió al reino en el caos. A ello cabe
agregar, que los musulmanes contaban con el asesoramiento de un desertor, el
conde Julián, antiguo gobernador de Tingis. El avance árabe era imparable, las
ciudades que no se sometían, luego del asedio eran víctimas de represalias como
Zaragoza, donde Tarik, donde los hombres fueron crucificados, mujeres y niños
asesinados salvajemente y la ciudad incendiada. Todo un mensaje para las
poblaciones que se negaban a entregarse de manera pacífica. La resistencia visigoda era de carácter
local, imposible de detener el avance musulmán.
Esto llevó a muchos nobles aceptar el nuevo poder y evitar males
mayores.
El rey Agila II, que se resistía en el norte,
al parecer murió en el Ebro en el 713 luchando contra los musulmanes. Tuvo un
sucesor, Ardon, del cual no se sabe nada, salvo que al parecer murió en 720.
Muchos huyeron al reino franco ante el avance islámico. La caída de Narbona en
dicho año, puso fin a la resistencia visigoda. Pero no todo terminó ahí, la
tradición nos habla que muchos fugitivos que huían de la avalancha árabe,
encontraron en las montañas del norte un lugar, donde seguir resistiendo, entre
ellos el mítico Don Pelayo. Aquel
personaje junto con el Duque Pedro de Cantabria, unieron sus fuerzas en
Covadonga, donde derrotaron a los invasores, dando comienzo al Reino de
Asturias Alfonso I, hijo de Don Pedro, casado con Ermesinda, hija de Don
Pelayo, sentaron las bases para la dinastía que gobernaría aquel reino
cristiano Alfonso II, personaje histórico, bisnieto de Don Pelayo, introdujo
las mejores tradiciones góticas en su corte, proclamándose sucesor del extinto
Reino de Toledo. Los otros reinos
cristianos, que surgieron posteriormente (León, Castilla, Aragón) buscaron
tener puntos de conexión con aquel reino perdido de los godos tras la invasión
de 711.
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La batalla de Covadonga |
Aquellos hombres y mujeres, que salieron del
lejano norte en el siglo I, sin ninguna duda, fueron los artífices de la llamada
“Primera España” como señala, acertadamente según nuestra modesta opinión, el
historiador español José Javier Esparza.
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