Mauritania. Una estabilidad siempre precaria

 




En los 70 la República Islámica de Mauritania, apareció como actor protagónico en el conflicto saharaui. Este país era una invención colonial francesa (incluso el nombre del territorio fue impuesto por París). El futuro Estado estaba poblado por dos grupos claramente diferenciados: por un lado, bereberes arabizados (moros), dedicados a la ganadería trashumante, y por otro, una minoría negra que vive en el sur dedicada a la agricultura. Las diferencias existentes fueron una traba para la creación de una “conciencia nacional”, problema que subsiste hasta el día de hoy.

 

Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Director de Diario El Minuto para Argentina

 

El actual territorio mauritano en la Edad Media fue el lugar donde se gestó el imperio almorávide, que se extendió en los territorios de Marruecos, España, parte de Argelia, la RASD (Sahara Occidental) y Mali. Fueron los almorávides los fundadores de Marrakech en 1056 Durante siglos el país estuvo poblado por bereberes y negros, hasta la llegada de grupos árabe, los Beni Hilal, que durante dos siglos estuvieron en conflicto con las poblaciones locales. El sur del país formaba parte del Imperio de Malí En el siglo XVII las tribus bereberes se unieron durante la llamada Guerra de Treinta Años o Char Bouba (1644-1674) siendo el resultado de esta, tras la derrota frente a los árabes, el origen de una sociedad dividida en castas. En la cúspide de la pirámide social se ubicaron los grupos árabes guerreros (bidan), secundados por los bereberes, situándose la población negra en el último escalón. Esto originaría rivalidades y conflictos que serían explotados por el colonialismo francés.

 


El sistema de castas colocó a los árabes, mezclados con bereberes, como clase dirigente que se definen como bidan (blancos), rechazan las actividades manuales por considerarlas degradantes. Los secundan los bereberes, o zwaya, las castas clericales o morabitos, procedentes de las tribus bereberes sinhaja o sanhaja derrotadas, descendientes de los almorávides y depositarios de los valores religiosos. Ocupando el sector inferior de la pirámide social encontramos a los haratin, formado por esclavos libertos y los esclavos propiamente dichos. En cuanto al componente negro, que habitan la zona del valle del río Senegal, están formados por los fulanis, tukoror, wolof, y soninké. Estos grupos raciales fueron en el pasado los constructores de los grandes imperios africanos de Mali, Ghana y los estados islámicos que controlaban amplios territorios de Nigeria y Malí. Estos grupos étnicos mantienen como los “moros” la misma división social en castas, incluyendo la esclavitud. En el siglo XVII se formaron varios emiratos, rivales entre sí, pero permitió cierto orden en la región, gracias a la unificación cultural, por medio de la escritura simplificada del árabe, lo que facilitó de alguna manera el comercio.

 

La llegada de los franceses, fue duramente resistida, dado que estos buscaban que todo el comercio se desviara hacia las zonas sometidas bajo su control. Vale la pena recordar que la presencia francesa en la zona no era extraña para los pueblos de Mauritania. Saint Louis, en el actual Senegal, tenía vínculos comerciales con las poblaciones mauritanas, especialmente la trata de esclavos. Los franceses iniciaron su presencia de manera permanente desde fines del siglo XIX, encontrando una fuerte resistencia por parte de las poblaciones moras, especialmente los emiratos de Trarza y Brakna que se prolongó hasta 1912 con la derrota de Ma al Ainin, el fundador de la ciudad saharaui de Smara. En 1934, con la muerte en combate de Muhamad al-Mamún, último emir de Adrar, terminó la resistencia a la colonización.  La derrota de los emiratos tuvo consecuencias sociales, trajo desprestigio a la casta guerrera de los bidan. Es aquí donde comenzó el ascenso de los zwaya, casta religiosa, y la difusión de la lengua francesa en desmedro del árabe hassanía entre la población negra que ocupó los puestos en la nueva administración colonial.

 


Rumbo a la independencia.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Francia introdujo cambios en su Imperio, permitiendo que Mauritania eligiera diputados para la Asamblea Nacional, en calidad de Territorio de Ultramar. Resultó electo como primer diputado Horma Ould Babana.  La administración colonial promovió en esos años la creación del Partido de la Unión Progresista Mauritana, uno de sus dirigentes era Mojtar Uld Daddah. Sin ninguna duda la creación de un partido a instancia de la potencia colonial, estaba directamente relacionado con contar con un actor local afín a los intereses franceses, buscando mecanismo para el control indirecto del país. Tiempo después, Uld Daddah se transformó en el líder del Partido Popular Mauritano, que tras la independencia en 1960 fue el partido único y responsable del primer gobierno independiente.

 

Los franceses no solo impulsaron la creación de estructuras políticas, sino que previo a la independencia construyeron una capital – la actual Nuakchot – que será sede del flamante gobierno independiente. Hasta los años 50, las autoridades coloniales responsables de Mauritania tenían su residencia en Port Louis, Senegal. En 1957 el primer Consejo de Gobierno mauritano votó su traslado de Port Louis hacia la nueva capital Nuakchot, aprobado por el gobierno francés ese mismo año.  La crisis política francesa que terminó en la llamada Quinta República, en su Constitución de 1958, previó la formación de la llamada Comunidad Francesa, creándose estados asociados, o repúblicas autónomas en un intento de continuar ejerciendo el control sobre un imperio ultramarino que estaba en vías de desaparición con el ascenso de grupos nacionalistas. Ese mismo año el país accedió a su autonomía, y la Asamblea Nacional redactó una Constitución. Ante el fracaso del intento de crear una Comunidad Francesa, Mauritania optó por independizarse el 28 de noviembre de 1960, bajo la tenaz oposición de Marruecos que retrasó su acceso a las Naciones Unidas. Dicho país había reclamado formalmente sus presuntos derechos sobre Mauritania desde 1958, con la adopción oficial de la doctrina del Gran Marruecos.  Francia salió en defensa del nuevo país, probando que el sultán de Marruecos nunca tuvo soberanía más allá del río Draa, por ende, nunca hubo control alguno sobre tierras saharauis como mauritanas. La sólida argumentación jurídica histórica, unido al peso político de Francia, obligaron a Rabat ir tras sus pasos para reconocer formalmente la independencia de Mauritania el 4 de noviembre de 1969

 

Mojatar Uld Daddah

Es interesante observar en los argumentos franceses señalaron claramente que Marruecos nunca tuvo soberanía efectiva al sur del río Draa, lo que ratifica la carencia de títulos sólidos sobre tierras saharauis y por ende sobre el nuevo estado mauritano.

 

En el plano interno, surgieron numerosos grupos políticos, ligados a líderes tribales, lo que influyó para que muchos consideraran la necesidad de un gobierno centralizado, pero desde un primer momento los conflictos políticos salieron a la luz. El primer ministro Uld Daddah acusó al partido del Renacimiento Nacional de corrupción – por cierto, estaba en la oposición – y fueron arrestados varios de sus dirigentes en 1959.  Ello no impidió que hubiera llamamientos de dicho partido a la unidad nacional y formación de un gobierno de coalición. Mojtar Uld Daddah, primer mauritano en obtener un titulo universitario, era un hábil político, que en una primera instancia tuvo una filiación de centro izquierda, se caracterizó por generar consensos entre los distintos grupos étnicos y tribales en el país, lo que le permitió convertirse en el máximo líder de su país durante muchos años.

 

Mohamed Uld Abdelaziz Presidente 2009-2019

En 1961, en las elecciones generales, el partido del Pueblo Mauritano de Daddah, en alianza con Renacimiento Nacional, Socialista, y la Unión Nacional, ganaron y formaron un gobierno de unidad nacional Finalmente dichos partidos se fundieron en el llamado Partido del Pueblo, luego que Daddah lograse apoyo de la población negra, declarando al país en diciembre de 1961, un régimen de partido único. En esta etapa la agenda política es nacionalista, con una estrategia exterior en apoyo al Movimiento de No Alineados y reducir la enorme dependencia económica y política de Francia.  La idea de un régimen unipartidista generó resistencias, especialmente en la población negra, temerosa del dominio de las poblaciones arabizadas. El régimen, en 1966, impuso la oficialidad del árabe junto al francés, además de llevarlo como materia obligatoria en el sistema educativo, que genero huelgas y protestas, duramente reprimidas por el gobierno. Durante un año las escuelas permanecieron cerradas por los disturbios. Las tensiones raciales en el país se mantuvieron por mucho tiempo, especialmente por la discriminación que hacían las poblaciones arabizadas o moros como se los conocen frente a los grupos negros del valle del río Senegal, en el sur, y por la vigencia hasta 1980, de la esclavitud en la población negra (esta fue formalmente abolida recién en dicho año).

 

Acuerdo de Paz Polisario Mauritania 

La independencia de Mauritania fue solo una formalidad, la dependencia económica, política y militar de Francia era total. La importación de alimentos se realizaba por medio de firmas francesas radicadas en Dakar, a ello se agregaba el control galo sobre la empresa minera MIFERMA, responsable de la explotación de los ricos yacimientos de hierro de Zuerat. Este mineral llegó a ser responsable del 80% de las exportaciones mauritanas y su economía quedó estrechamente ligada a ello (el 25% de la masa laboral estaba vinculada a la empresa). El desarrollo de la infraestructura destinada a la exportación fue obra de capitales franceses, que construyeron un ferrocarril entre los yacimientos y el puerto de Nuadibú.  No obstante, esta realidad neocolonial, la llegada de inversiones japonesas, españolas (relacionados con la pesca), británicas (cobre) y de Estados Unidos (petróleo) permitieron al naciente estado mauritano incrementar sus ingresos fiscales y reducir en parte la dependencia de París. El avance de sectores de izquierda dentro del partido gobernante tuvo repercusión en materia de política económica. En 1965, Mauritania, dejó la Organización Común Africano – Malgache, entonces tutelado por Francia. En 1966 fue nacionalizado el comercio exterior dando por terminado el control de las firmas francesas con sede Dakar de este sector. En 1969 fueron creadas aduanas nacionales. En 1972 nación, SNIM, empresa minera estatal y en 1973 fue creado el Banco Central, permitiendo al país emitiera su propia moneda. En 1974 las explotaciones de mineral de hierro fueron nacionalizadas gracias al apoyo argelino.

 

terroristas de AQMI. 

Mauritania y la cuestión saharaui

En 1957 el futuro presidente de Mauritania, Mokhtar Uld Daddah habló de invitar a los saharauis a incorporarse a la “Gran Mauritania” y cuando dicho país accedió la independencia, formuló sus reservas en torno al entonces Sahara Español. El lazo entre poblaciones hizo creer al líder mauritano que los saharauis serían proclives a integrarse a Mauritania.  Esto generó tensiones con Marruecos, país que se opuso duramente a la creación de Mauritania. Esta oposición se materializó en los frentes político y militar.  En 1963 el presidente Uld Daddah formalizó el reclamo sobre el entonces Sahara Español ante las Naciones Unidas: “Como siempre hemos creído en la virtud del diálogo franco, esperamos ejercer mediante la negociación amistosa, nuestra soberanía sobre una vasta parte de nuestro territorio nacional aún no liberada”

           

En los años 60 Rabat y Nuakchot intentaron hacer valer presuntos derechos sobre el Sahara Español en Naciones Unidas. Lamentablemente el gobierno español no explotó a su favor esta rivalidad. Hassan II, en una clara demostración de pragmatismo, en 1965 decidió dar un “golpe de timón” y transformar su potencial adversario en aliado. En una reunión del Comité Especial de Descolonización en la ONU en Addis Abeba, las delegaciones de Marruecos y Mauritania reconocieron expresamente el derecho de autodeterminación del Sahara Español en el marco de la resolución 1514.  A pesar de la aparente distensión entre las partes, en 1974 Mauritania volvió con sus reclamos, no obstante, Marruecos y Mauritania llegaron a un acuerdo sobre el Sahara Español.

 


El reclamo mauritano sobre el Sahara Español obedecía a diversos factores, que van desde similitudes en las poblaciones árabes ambos lados de la frontera, el uso del hassanía y la necesidad por parte de la elite gobernante, de incrementar el poder de la población arabizada frente a una creciente minoría negra. Tenía que ver con el balance de poder interno de un país, de por si carente de unidad nacional, y cuyas fronteras habían sido impuestas por la potencia colonial. En el frente interno existían corrientes favorables a la anexión de Marruecos, entre ellos Horma Ould Babana, y era preocupante que instancias como la Liga Árabe, no se pronunciara en contra de la idea de Rabat. Esto generaba temores al liderazgo mauritano, que, a pesar del reconocimiento de la independencia por parte de Marruecos en 1969, el presidente Daddah siempre dudó de las reales intenciones de dicho país.  La idea de controlar el Sahara Español, ya sea como parte del territorio mauritano o como una suerte de federación, tendía que ver con una estrategia defensiva ante el expansionismo marroquí.  No obstante, la política hacia el Sahara Español (luego Occidental) era contradictoria, dado que por un lado Mauritania apoyó la autodeterminación del pueblo saharaui, mientras que por otro sostenía reclamos territoriales. Quienes realmente se oponían a esta idea, eran las poblaciones negras del sur, temerosas de que el peso demográfico de las poblaciones arabizadas los dejara fuera del arco político, donde tenían una escasa participación.

           


En 1964, legalizado por una reforma constitucional, el régimen de partido único, consolidando un sistema autoritario. La justificación, como muchos líderes africanos, residía que el país no estaba preparado para un régimen multipartidista, dado que estos se creaban sobre bases étnicas o tribales, afectando la gobernabilidad.  En materia de política interna, Daddah, en un primer momento tuvo acciones netamente nacionalistas y progresistas, pero el conflicto del Sahara Occidental, lo llevaron de nuevo hacia un aliado incómodo, del cual el país quiso reducir su dependencia, Francia, y llegar a un acuerdo con Marruecos. Esta situación generó una fuerte oposición en sectores nacionalistas del ejército, y terminaría con su derrocamiento.

 


Mauritania se incorporó al reclamo del Sahara Occidental, en condiciones endebles, dado que el país carecía de una unidad nacional real, las diferencias entre los distintos grupos tribales y étnicos, era notable, su economía padecía un fuerte subdesarrollo y su debilidad lo llevaría a entrar en el juego de actores de peso como Marruecos y Francia, sepultando las tímidas reformas progresistas en un vano intento de romper con la dependencia con la ex metrópoli. 

 


Mauritana en un contexto geopolítico complejo

La guerra del Sahara llevó al país de nuevo a depender de la antigua potencia colonial. Los intentos en los 60 de romper ataduras con Francia, fueron en vano. Mauritania carecía de fuerzas militares adecuadas y tuvo que depender de la ayuda francesa y marroquí. La ocupación del sector sur del antiguo Sahara Español, fue siempre precaria. La estrategia saharaui contra el pilar económico del país, la minería del hierro, tuvo sus efectos. En el punto más álgido, Mauritania, un país pobre, lleno de problemas sociales, gastaba el 60% del presupuesto en la guerra.  La creciente influencia francesa y la presencia de miles de soldados marroquíes, agregándose los lazos entre mauritanos y saharauis, provocaron una crisis que termino en una serie de golpes, que sacaron a Mauritania de una guerra pedida y que estaba por llevar al país al borde del colapso. Desde ese momento Nuakchot, tiene una política de neutralidad, pero que dio un paso muy importante en el proceso de paz, reconocer la República Árabe Saharaui Democrática.

 

 Presidente Ghazouani

La política en Mauritania  ha estado caracterizado por la inestabilidad, con sucesivos golpes de estado. En 2005 el general Abdelaziz, junto al coronel Vall, dieron un golpe de estado contra el presidente Taya. Esto abrió las puertas para una transición hacia las primeras elecciones libres que tuvo el país en décadas, siendo electo en ellas el presidente Sidi Mohamed Abdallahi, personaje que habilitó la existencia de partidos islamistas. Derrocado en 2008 por el ya citado Abdelaziz. Este fue ratificado en elecciones, con el boicot de la oposición política. Desde 2009 hasta 2019, ejerció la presidencia del país.  El gran desafío en materia de seguridad ha sido el crecimiento exponencial del poder de grupos terroristas. Siendo una amenaza real a la estabilidad del país. En su momento el 3 de junio de 2005, 100 terroristas atacaron los cuarteles del ejército mauritano en Lemgheity, ocasionando la muerte de 15 efectivos mauritanos. En 2007, tres soldados mauritanos fueron ultimados por terroristas y en diciembre de ese año, un grupo de turistas franceses fueron asesinados por una célula terrorista de AQMI (al Qaeda en el Magreb Islámico).

 


El presidente Abdelaziz mantuvo buenas relaciones con Francia, España y Estados Unidos, en el marco de programas de cooperación de lucha contra el tráfico de drogas y especialmente, la lucha contra el terrorismo. La crisis de Malí, donde grupos terroristas se hicieron con el control del norte de dicho país, agregándose el caos libio, que colocó importantes arsenales a disposición de grupos armados, fueron una amenaza cierta para Nuakchot. La ayuda extranjera fue hábilmente capitalizada por Mauritania, que mejoró sus modestas fuerzas armadas y de seguridad para lidiar con el problema terrorista. El general Abdelaziz contrarrestó la prédica yihadista en el plano interno y neutralizo con habilidad los centros que impulsaban la radicalización.  En 2019, en las elecciones presidenciales, Abdelaziz apoyó a su delfín, Mohamed uld Ghazouani, que al parecer se convirtió en un traidor. Pronto esta alianza política, que viene de tiempos que estudiaban en la escuela militar, quedó rota, cuando el ex presidente y hombre fuerte de Mauritania Abdelaziz fue detenido en 2021 por cargos de corrupción, lo que ha desatado una tormenta política en Mauritania.  Su antiguo protegido y sucesor, Ghazouani, hizo cambios en la Guardia Presidencial, para reforzar su propia posición, pero la tensión se hizo más fuerte cuando Abdelaziz aspiró a mantener su liderazgo en el partido oficialista UPR. Incluso se formó una comisión parlamentaria para investigar delitos de corrupción no solo del ex presidente, sino sus primeros ministros, altos funcionarios y empresarios allegados al poder.

 


Mauritania es una isla de estabilidad, pero arrastra serios problemas internos.  La población negra es mayoritaria, pero está excluida, afectados por la pobreza y no tienen acceso a puestos claves en el poder. La situación más dramática la viven los haratines o descendientes de esclavos, generalmente viviendo en condiciones muy precarias. Recién en 2007, la esclavitud fue penada por la ley. Este flagelo está muy presente en la sociedad mauritana y el régimen político no hecho muchos avances para desterrar esta abominable práctica, que afecta a decenas de miles de personas. Esta imagen se contradice con el auge de Nuadibú con su zona franca y Nuakchot, favorecidas por el crecimiento económico, y la llegada de inversiones extranjeras, donde tiene un rol importante China. Este país ha realizado importantes inversiones en infraestructura portuaria, construcción de carreteras, hospitales y apoyo a la seguridad, como el fortalecimiento de la pequeña fuerza naval mauritana. en agosto de 2022, Pekín anunció que condonaba una deuda de US$ 23 millones con Nuakchot, lo que pone en evidencia la estrategia china en África, de mantener una creciente influencia. Incluso The Wall Street Journal, señalaba en enero de 2022, que China busca tener una base naval en Mauritania, convirtiendo a este país en un actor de peso.  En 2019, ambos países acordaron la construcción de un importante puerto pesquero en Nuadibú, la capital económica del país, junto a un complejo industrial para el procesamiento de pescado.

 

Entre 2008 y 2014 Mauritania, conoció el auge de su economía gracias al sector minero. Las exportaciones de oro, cobre y hierro, son el 54%. La venta de hierro alcanzó a los 12 millones de toneladas. La pesca es otro producto estrella, que genera interés de la UE, en la explotación de los ricos caladeros mauritanos, que aportan el 45% de las exportaciones.  En materia de energía, Mauritania ha destinado fuertes inversiones en energía no renovable, como el parque eólico de Boulenouar con 100 MW de capacidad instalada. El gas tiene un gran potencial en el país, existiendo explotaciones en el norte y se llegó a un acuerdo con Senegal, para la explotación en alta mar.

 


Estamos ante un país de 4.5 millones de personas, en territorio de 1030.000 km2. Escasamente poblado con extensas fronteras difíciles de controlar, siendo uno de los grandes desafíos, la amenaza del terrorismo, teniendo en Malí un santuario. La cuestión del Sahara, es un tema complejo. A través del paso ilegal de Guerguerat, la influencia económica de Marruecos es importante. La mayor parte de muchos productos agrícolas consumidos en Mauritania provienen de Marruecos. La crisis de noviembre de 2020, con el cierre del paso, llevó al jefe de estado mayor mauritano, general Mohamed Uld Meguet a visitar los campos de refugiados de Tinduf para dialogar con altos mandos del Frente Polisario.  El rey marroquí se comunicó con el presidente mauritano Ghazouani, en el marco de la crisis, seguramente para buscar su apoyo a la tesis de Rabat. Su predecesor era favorable al Frente Polisario.  El presidente Ghali envió una carta a su par mauritano, vinculada con la situación en Guerguerat.  Nuakchot debe navegar en aguas turbulentas y mantener delicados equilibrios. En la búsqueda de contrapesos a la influencia marroquí, Mauritania suscribió acuerdos con Argelia en materia de cooperación energética, especialmente en el campo del gas, interconexión eléctrica y la construcción de un gasoducto.

 

Puerto de Nuadibú 

En lo referente al conflicto saharaui, el enviado de Naciones Unidas, Steffan de Mistura, visitó los actores involucrados, incluyendo Mauritania, país que busca mantener una posición neutral, dado que involucrarse de lleno, ya sea apoyando a la República Saharaui o Marruecos, rompería con una estabilidad interna siempre precaria.   

 

 

 

 

 

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