Mauritania. Una estabilidad siempre precaria
En
los 70
Por el Dr. Jorge
Alejandro Suárez Saponaro
Director de Diario El
Minuto para Argentina
El actual territorio mauritano en
El sistema de castas colocó a los árabes,
mezclados con bereberes, como clase dirigente que se definen como bidan
(blancos), rechazan las actividades manuales por considerarlas degradantes. Los
secundan los bereberes, o zwaya, las castas clericales o morabitos, procedentes
de las tribus bereberes sinhaja o sanhaja derrotadas, descendientes de los
almorávides y depositarios de los valores religiosos. Ocupando el sector
inferior de la pirámide social encontramos a los haratin, formado por esclavos
libertos y los esclavos propiamente dichos. En cuanto al componente negro, que
habitan la zona del valle del río Senegal, están formados por los fulanis,
tukoror, wolof, y soninké. Estos grupos raciales fueron en el pasado los
constructores de los grandes imperios africanos de Mali, Ghana y los estados
islámicos que controlaban amplios territorios de Nigeria y Malí. Estos grupos
étnicos mantienen como los “moros” la misma división social en castas,
incluyendo la esclavitud. En el siglo XVII se formaron varios emiratos, rivales
entre sí, pero permitió cierto orden en la región, gracias a la unificación
cultural, por medio de la escritura simplificada del árabe, lo que facilitó de
alguna manera el comercio.
La llegada de los franceses, fue duramente
resistida, dado que estos buscaban que todo el comercio se desviara hacia las
zonas sometidas bajo su control. Vale la pena recordar que la presencia
francesa en la zona no era extraña para los pueblos de Mauritania. Saint Louis,
en el actual Senegal, tenía vínculos comerciales con las poblaciones
mauritanas, especialmente la trata de esclavos. Los franceses iniciaron su
presencia de manera permanente desde fines del siglo XIX, encontrando una
fuerte resistencia por parte de las poblaciones moras, especialmente los
emiratos de Trarza y Brakna que se prolongó hasta 1912 con la derrota de Ma al
Ainin, el fundador de la ciudad saharaui de Smara. En 1934, con la muerte en
combate de Muhamad al-Mamún, último emir de Adrar, terminó la resistencia a la
colonización. La derrota de los emiratos
tuvo consecuencias sociales, trajo desprestigio a la casta guerrera de los
bidan. Es aquí donde comenzó el ascenso de los zwaya, casta religiosa, y la
difusión de la lengua francesa en desmedro del árabe hassanía entre la
población negra que ocupó los puestos en la nueva administración colonial.
Rumbo
a la independencia.
Finalizada
Los franceses no solo impulsaron la
creación de estructuras políticas, sino que previo a la independencia
construyeron una capital – la actual Nuakchot – que será sede del flamante
gobierno independiente. Hasta los años 50, las autoridades coloniales
responsables de Mauritania tenían su residencia en Port Louis, Senegal. En 1957
el primer Consejo de Gobierno mauritano votó su traslado de Port Louis hacia la
nueva capital Nuakchot, aprobado por el gobierno francés ese mismo año. La crisis política francesa que terminó en la
llamada Quinta República, en su Constitución de 1958, previó la formación de la
llamada Comunidad Francesa, creándose estados asociados, o repúblicas autónomas
en un intento de continuar ejerciendo el control sobre un imperio ultramarino
que estaba en vías de desaparición con el ascenso de grupos nacionalistas. Ese
mismo año el país accedió a su autonomía, y
Es interesante observar en los argumentos
franceses señalaron claramente que Marruecos nunca tuvo soberanía efectiva al
sur del río Draa, lo que ratifica la carencia de títulos sólidos sobre tierras
saharauis y por ende sobre el nuevo estado mauritano.
En el plano interno, surgieron numerosos
grupos políticos, ligados a líderes tribales, lo que influyó para que muchos
consideraran la necesidad de un gobierno centralizado, pero desde un primer
momento los conflictos políticos salieron a la luz. El primer ministro Uld
Daddah acusó al partido del Renacimiento Nacional de corrupción – por cierto,
estaba en la oposición – y fueron arrestados varios de sus dirigentes en
1959. Ello no impidió que hubiera
llamamientos de dicho partido a la unidad nacional y formación de un gobierno
de coalición. Mojtar Uld Daddah, primer mauritano en obtener un titulo
universitario, era un hábil político, que en una primera instancia tuvo una
filiación de centro izquierda, se caracterizó por generar consensos entre los
distintos grupos étnicos y tribales en el país, lo que le permitió convertirse
en el máximo líder de su país durante muchos años.
Mohamed Uld Abdelaziz Presidente 2009-2019
En 1961, en las elecciones generales, el
partido del Pueblo Mauritano de Daddah, en alianza con Renacimiento Nacional,
Socialista, y
Acuerdo de Paz Polisario Mauritania
La independencia de Mauritania fue solo
una formalidad, la dependencia económica, política y militar de Francia era
total. La importación de alimentos se realizaba por medio de firmas francesas
radicadas en Dakar, a ello se agregaba el control galo sobre la empresa minera
MIFERMA, responsable de la explotación de los ricos yacimientos de hierro de
Zuerat. Este mineral llegó a ser responsable del 80% de las exportaciones
mauritanas y su economía quedó estrechamente ligada a ello (el 25% de la masa
laboral estaba vinculada a la empresa). El desarrollo de la infraestructura
destinada a la exportación fue obra de capitales franceses, que construyeron un
ferrocarril entre los yacimientos y el puerto de Nuadibú. No obstante, esta realidad neocolonial, la
llegada de inversiones japonesas, españolas (relacionados con la pesca),
británicas (cobre) y de Estados Unidos (petróleo) permitieron al naciente
estado mauritano incrementar sus ingresos fiscales y reducir en parte la
dependencia de París. El avance de sectores de izquierda dentro del partido
gobernante tuvo repercusión en materia de política económica. En 1965, Mauritania,
dejó
Mauritania
y la cuestión saharaui
En 1957 el futuro presidente de
Mauritania, Mokhtar Uld Daddah habló de invitar a los saharauis a incorporarse
a la “Gran Mauritania” y cuando dicho país accedió la independencia, formuló
sus reservas en torno al entonces Sahara Español. El lazo entre poblaciones
hizo creer al líder mauritano que los saharauis serían proclives a integrarse a
Mauritania. Esto generó tensiones con
Marruecos, país que se opuso duramente a la creación de Mauritania. Esta
oposición se materializó en los frentes político y militar. En 1963 el presidente Uld Daddah formalizó el
reclamo sobre el entonces Sahara Español ante las Naciones Unidas: “Como siempre hemos creído en la virtud del
diálogo franco, esperamos ejercer mediante la negociación amistosa, nuestra soberanía
sobre una vasta parte de nuestro territorio nacional aún no liberada”
En los años 60 Rabat y Nuakchot intentaron
hacer valer presuntos derechos sobre el Sahara Español en Naciones Unidas.
Lamentablemente el gobierno español no explotó a su favor esta rivalidad.
Hassan II, en una clara demostración de pragmatismo, en 1965 decidió dar un
“golpe de timón” y transformar su potencial adversario en aliado. En una
reunión del Comité Especial de Descolonización en
El reclamo mauritano sobre el Sahara
Español obedecía a diversos factores, que van desde similitudes en las
poblaciones árabes ambos lados de la frontera, el uso del hassanía y la
necesidad por parte de la elite gobernante, de incrementar el poder de la
población arabizada frente a una creciente minoría negra. Tenía que ver con el
balance de poder interno de un país, de por si carente de unidad nacional, y
cuyas fronteras habían sido impuestas por la potencia colonial. En el frente
interno existían corrientes favorables a la anexión de Marruecos, entre ellos
Horma Ould Babana, y era preocupante que instancias como
En 1964, legalizado por una reforma
constitucional, el régimen de partido único, consolidando un sistema
autoritario. La justificación, como muchos líderes africanos, residía que el
país no estaba preparado para un régimen multipartidista, dado que estos se
creaban sobre bases étnicas o tribales, afectando la gobernabilidad. En materia de política interna, Daddah, en un
primer momento tuvo acciones netamente nacionalistas y progresistas, pero el conflicto
del Sahara Occidental, lo llevaron de nuevo hacia un aliado incómodo, del cual
el país quiso reducir su dependencia, Francia, y llegar a un acuerdo con
Marruecos. Esta situación generó una fuerte oposición en sectores nacionalistas
del ejército, y terminaría con su derrocamiento.
Mauritania se incorporó al reclamo del
Sahara Occidental, en condiciones endebles, dado que el país carecía de una
unidad nacional real, las diferencias entre los distintos grupos tribales y
étnicos, era notable, su economía padecía un fuerte subdesarrollo y su
debilidad lo llevaría a entrar en el juego de actores de peso como Marruecos y
Francia, sepultando las tímidas reformas progresistas en un vano intento de
romper con la dependencia con la ex metrópoli.
Mauritana
en un contexto geopolítico complejo
La guerra del Sahara llevó al país de
nuevo a depender de la antigua potencia colonial. Los intentos en los 60 de
romper ataduras con Francia, fueron en vano. Mauritania carecía de fuerzas
militares adecuadas y tuvo que depender de la ayuda francesa y marroquí. La
ocupación del sector sur del antiguo Sahara Español, fue siempre precaria. La
estrategia saharaui contra el pilar económico del país, la minería del hierro,
tuvo sus efectos. En el punto más álgido, Mauritania, un país pobre, lleno de
problemas sociales, gastaba el 60% del presupuesto en la guerra. La creciente influencia francesa y la
presencia de miles de soldados marroquíes, agregándose los lazos entre
mauritanos y saharauis, provocaron una crisis que termino en una serie de
golpes, que sacaron a Mauritania de una guerra pedida y que estaba por llevar
al país al borde del colapso. Desde ese momento Nuakchot, tiene una política de
neutralidad, pero que dio un paso muy importante en el proceso de paz, reconocer
la República Árabe Saharaui Democrática.
La política en Mauritania ha estado caracterizado por la inestabilidad,
con sucesivos golpes de estado. En 2005 el general Abdelaziz, junto al coronel
Vall, dieron un golpe de estado contra el presidente Taya. Esto abrió las
puertas para una transición hacia las primeras elecciones libres que tuvo el
país en décadas, siendo electo en ellas el presidente Sidi Mohamed Abdallahi,
personaje que habilitó la existencia de partidos islamistas. Derrocado en 2008
por el ya citado Abdelaziz. Este fue ratificado en elecciones, con el boicot de
la oposición política. Desde 2009 hasta 2019, ejerció la presidencia del
país. El gran desafío en materia de
seguridad ha sido el crecimiento exponencial del poder de grupos terroristas.
Siendo una amenaza real a la estabilidad del país. En su momento el 3 de junio
de 2005, 100 terroristas atacaron los cuarteles del ejército mauritano en
Lemgheity, ocasionando la muerte de 15 efectivos mauritanos. En 2007, tres
soldados mauritanos fueron ultimados por terroristas y en diciembre de ese año,
un grupo de turistas franceses fueron asesinados por una célula terrorista de
AQMI (al Qaeda en el Magreb Islámico).
El presidente Abdelaziz mantuvo buenas
relaciones con Francia, España y Estados Unidos, en el marco de programas de
cooperación de lucha contra el tráfico de drogas y especialmente, la lucha
contra el terrorismo. La crisis de Malí, donde grupos terroristas se hicieron
con el control del norte de dicho país, agregándose el caos libio, que colocó
importantes arsenales a disposición de grupos armados, fueron una amenaza
cierta para Nuakchot. La ayuda extranjera fue hábilmente capitalizada por
Mauritania, que mejoró sus modestas fuerzas armadas y de seguridad para lidiar
con el problema terrorista. El general Abdelaziz contrarrestó la prédica
yihadista en el plano interno y neutralizo con habilidad los centros que
impulsaban la radicalización. En 2019,
en las elecciones presidenciales, Abdelaziz apoyó a su delfín, Mohamed uld
Ghazouani, que al parecer se convirtió en un traidor. Pronto esta alianza
política, que viene de tiempos que estudiaban en la escuela militar, quedó
rota, cuando el ex presidente y hombre fuerte de Mauritania Abdelaziz fue
detenido en 2021 por cargos de corrupción, lo que ha desatado una tormenta
política en Mauritania. Su antiguo
protegido y sucesor, Ghazouani, hizo cambios en la Guardia Presidencial, para
reforzar su propia posición, pero la tensión se hizo más fuerte cuando
Abdelaziz aspiró a mantener su liderazgo en el partido oficialista UPR. Incluso
se formó una comisión parlamentaria para investigar delitos de corrupción no
solo del ex presidente, sino sus primeros ministros, altos funcionarios y
empresarios allegados al poder.
Mauritania es una isla de estabilidad,
pero arrastra serios problemas internos. La población negra es mayoritaria, pero está
excluida, afectados por la pobreza y no tienen acceso a puestos claves en el
poder. La situación más dramática la viven los haratines o descendientes de esclavos, generalmente viviendo en
condiciones muy precarias. Recién en 2007, la esclavitud fue penada por la ley.
Este flagelo está muy presente en la sociedad mauritana y el régimen político
no hecho muchos avances para desterrar esta abominable práctica, que afecta a
decenas de miles de personas. Esta imagen se contradice con el auge de Nuadibú
con su zona franca y Nuakchot, favorecidas por el crecimiento económico, y la
llegada de inversiones extranjeras, donde tiene un rol importante China. Este
país ha realizado importantes inversiones en infraestructura portuaria,
construcción de carreteras, hospitales y apoyo a la seguridad, como el
fortalecimiento de la pequeña fuerza naval mauritana. en agosto de 2022, Pekín
anunció que condonaba una deuda de US$ 23 millones con Nuakchot, lo que pone en
evidencia la estrategia china en África, de mantener una creciente influencia.
Incluso The Wall Street Journal,
señalaba en enero de 2022, que China busca tener una base naval en Mauritania,
convirtiendo a este país en un actor de peso.
En 2019, ambos países acordaron la construcción de un importante puerto
pesquero en Nuadibú, la capital económica del país, junto a un complejo
industrial para el procesamiento de pescado.
Entre 2008 y 2014 Mauritania, conoció el
auge de su economía gracias al sector minero. Las exportaciones de oro, cobre y
hierro, son el 54%. La venta de hierro alcanzó a los 12 millones de toneladas.
La pesca es otro producto estrella, que genera interés de la UE, en la
explotación de los ricos caladeros mauritanos, que aportan el 45% de las
exportaciones. En materia de energía,
Mauritania ha destinado fuertes inversiones en energía no renovable, como el
parque eólico de Boulenouar con 100 MW de capacidad instalada. El gas tiene un
gran potencial en el país, existiendo explotaciones en el norte y se llegó a un
acuerdo con Senegal, para la explotación en alta mar.
Estamos ante un país de 4.5 millones de
personas, en territorio de 1030.000 km2. Escasamente poblado con
extensas fronteras difíciles de controlar, siendo uno de los grandes desafíos,
la amenaza del terrorismo, teniendo en Malí un santuario. La cuestión del
Sahara, es un tema complejo. A través del paso ilegal de Guerguerat, la
influencia económica de Marruecos es importante. La mayor parte de muchos productos
agrícolas consumidos en Mauritania provienen de Marruecos. La crisis de
noviembre de 2020, con el cierre del paso, llevó al jefe de estado mayor
mauritano, general Mohamed Uld Meguet a visitar los campos de refugiados de
Tinduf para dialogar con altos mandos del Frente Polisario. El rey marroquí se comunicó con el presidente
mauritano Ghazouani, en el marco de la crisis, seguramente para buscar su apoyo
a la tesis de Rabat. Su predecesor era favorable al Frente Polisario. El presidente Ghali envió una carta a su par
mauritano, vinculada con la situación en Guerguerat. Nuakchot debe navegar en aguas turbulentas y
mantener delicados equilibrios. En la búsqueda de contrapesos a la influencia
marroquí, Mauritania suscribió acuerdos con Argelia en materia de cooperación
energética, especialmente en el campo del gas, interconexión eléctrica y la
construcción de un gasoducto.
En lo referente al conflicto saharaui, el
enviado de Naciones Unidas, Steffan de Mistura, visitó los actores
involucrados, incluyendo Mauritania, país que busca mantener una posición
neutral, dado que involucrarse de lleno, ya sea apoyando a la República
Saharaui o Marruecos, rompería con una estabilidad interna siempre precaria.
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