Costa Rica bajo amenaza del crimen organizado
Costa
Rica era una isla de estabilidad y seguridad en la convulsionada América
Central, pero el drama del crimen organizado, donde poderosas organizaciones
desafían abiertamente a los Estados, ha convertido a gran parte de América
Central en un lugar poco seguro, expulsando a millares de personas a buscar
ante todo seguridad en Estados Unidos, en el medio de un verdadero éxodo. Costa
Rica por su ubicación geográfica y contexto geopolítico, se ve seriamente
amenazada por el creciente tráfico de drogas, las disputas de poderosos grupos
por controlar rutas de comercialización.
Por el Dr. Jorge Alejando Suarez Saponaro
Director Diario El Minuto Argentina
En el Diario
Las organizaciones criminales han puesto el “ojo” en los diversos parques nacionales y reservas naturales, de gran atractivo turístico, para usarlos como refugio. Esto ha ocasionado la muerte de guardaparques. Estamos ante organizaciones criminales que tienen un creciente poder de fuego, lo que plantea serios desafíos para las autoridades locales. El gobierno en las grandes ciudades, especialmente en la llamada Área Metropolitana, los mega operativos, ha permitido desarticular bandas criminales, capturar prófugos, decomiso de drogas y armas. Estas acciones han llevado que muchos grupos se desplacen al interior del país. Otras medidas han sido el pedido de fondos para incrementar la presencia territorial policial, regulación sobre el uso de motocicletas, empleadas por los sicarios, restricción de uso de celulares en centros penitenciarios, etc.
Fuerza Especiales de Costa Rica se entrenan junto a fuerzas especiales del Ejército de Chile (2019) |
El país es objetivo de organizaciones de
México y también de Colombia, siendo identificados por parte de las autoridades
de Costa Rica, la influencia creciente de
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Los Moreco. Poderosa banda criminal de Costa Rica |
La violencia de estos grupos queda en evidencia con los hallazgos de las víctimas de los grupos criminales. En 2018, la opinión pública local quedó conmocionada con un cuerpo de un ciudadano colombiano decapitado, consecuencia de algún ajuste de cuentas entre bandas criminales. El problema ha llevado, a que el país cuenta con una creciente asistencia externa, especialmente de Estados Unidos, lo que ha permitido adquirir embarcaciones ligeras para el guardacostas, elementos de movilidad terrestre, aeronaves ligeras, programas de entrenamiento, etc. El gasto en seguridad pública se ha ido incrementando sustancialmente desde 2006. Se estima que el país gasta unos US$ 950 millones. Esta cifra supera a lo invertido en seguridad y fuerzas armadas en países vecinos. Lo que pone en evidencia el problema que afronta Costa Rica.
Costa Rica no cuenta con ejército
permanente. Este fue disuelto en 1948.
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Oficiales del Servicio de Guardacostas de Costa Rica. Sus uniformes recuerdan a los de las Armadas de la región. |
El Servicio Nacional de Guardacostas o SNG cuenta con una decena de patrulleros obsoletos, entre los cuales se integran material de Estados Unidos, llegado vía donación. Además de lanchas de diversos tipos. No obstante, sus medios son exiguos para patrullar las aguas del Caribe y el Pacífico. Estas limitaciones se extienden a capacidades en materia de lucha contra la polución ambiental y búsqueda y rescate, funciones tradicionales de este tipo de cuerpos. En mayo de 2024, Costa Rica alcanzó un acuerdo con Colombia para el mantenimiento de los patrulleros del SNG en astilleros de dicho país, además de permitir que personal costarricense reciba instrucción por parte de la Armada Colombiana. Sin ninguna duda, paulatinamente, estamos hablando de un proceso de militarización
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Patrullero Clase Island de la USCG, denominados "Libertador" en Costa Rica. |
El Servicio de Vigilancia Aérea, es un cuerpo que cuenta con helicópteros Bell 206, 412, UH 1FT y MD 500E aeronaves ligeras de enlace y transporte, como los Cessna Caravan, Caribou C 7, Harbin Y 12E, Piper, etc. Estos medios solo pueden brindar un apoyo muy limitado a las acuciantes necesidades para búsqueda y rescate, transporte rápido a zonas remotas, vigilancia, reconocimiento y patrulla.
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Bell UH 1ST donados por Estados Unidos |
La Unidad Especial de Intervención - creada en 1982 - dependiente de la Dirección Nacional de Inteligencia, cuenta con personal altamente capacitado. Se estima que lo conforman unos 70 oficiales de policía. Este elemento tiene un perfil netamente militar – negado oficialmente por Costa Rica - destinados a operaciones de protección VIP, desactivación de explosivos, lucha contraterrorista, rescate de rehenes. La Unidad participa en ejercitaciones con fuerzas especiales de los ejércitos de la región y de los Estados Unidos. Su armamento les otorga un mayor poder de fuego que el resto de las unidades policiales.
El despliegue territorial de unos 12.000
efectivos que forman
Existe una curiosidad, que es
La estructura antes descripta debe hacer
frente a organizaciones criminales transnacionales, que cuentan con importantes
recursos financieros y materiales. En México hemos observado como los carteles
tienen un poder de fuego, que requieren el uso de fuerzas militares de elite,
para hacer frente a estos grupos. Los traficantes cuentas con gran poder de
fuego, embarcaciones veloces, que demanda medios adecuados para su
interceptación. Asimismo, intereses políticos y otros de otra índole, han
impedido que la región tuviera aviones con capacidad de interceptar aeronaves
que trasladan droga en grandes cantidades rumbo a Estados Unidos, México y
diversos puntos del Caribe. Guatemala que había decidido adquirir un lote de
aviones argentinos IA 63 Pampa, la compra fue frustrada bajo excusas legales
poco claras. Sin ninguna duda hay intereses para que no exista capacidad de
defensa aérea en la región. Costa Rica
forma parte de un corredor aéreo que es empleado por el crimen organizado según
medios especializados, lo que demanda en la necesidad de hacer algo al
respecto.
Costa Rica invierte el 2% del PIB en su sistema de seguridad pública, lo que pone en evidencia, la falacia que disolver el ejército trajo aparejado un ahorro a la economía local. Entre 2006 a 2012, el gasto de seguridad se expandió en un 123%. El éxito de las políticas de seguridad pública, siempre van de la mano con estrategia de desarrollo, una cuenta pendiente, como señaló en 2022 el Banco Interamericano de Desarrollo, que ubicó a Costa Rica entre los diez países más desiguales de América Latina.
Entre
la construcción de una política nacional de seguridad y los condicionamientos
de Washington
Costa Rica todavía está a tiempo para realizar una transformación de su estructura de seguridad e inteligencia para hacer frente al crimen transnacional. Los medios existentes son exiguos y demandan mayores inversiones.
El país se inserta en una región donde el
crimen organizado ha logrado infiltrar los poderes del Estado hasta los más
altos niveles. Esto genera tensiones, como hemos visto con Estados Unidos,
donde ha hecho más una vez amenaza del uso de la fuerza e intervenir
directamente. Los limitados recursos de
los “ticos” los lleva a un mayor condicionamiento de Washington, donde los
intereses nacionales quedan supeditados a los dictados de actor externo. Esto queda
reflejado por la ausencia de ofrecimiento de materiales destinados a la
vigilancia de los espacios aéreos y marítimos.
La eficacia del Servicio de Guardacostas local, está entredicho dado que
no tiene apoyo aéreo con aeronaves con capacidad de búsqueda y rescate, y
vigilancia marítima. Lo mismo pasa con la Policía de Frontera, que precisa de
medios de transporte táctico y vigilancia aérea.
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Fuerzas Especiales de Costa Rica |
Los países que no fueron capaces de ejercer un control efectivo sobre su territorio, dejaron espacios a merced de grupos criminales, que son una amenaza real a las libertades públicas y seguridad de sus ciudadanos. Costa Rica está inserta un espacio donde las organizaciones criminales tienen particular interés y han logrado adquirir el suficiente poder para ser un factor desestabilizador. La política de Estados Unidos de “barrer bajo la alfombra”, que termina en cargar el peso de la lucha contra las organizaciones criminales en las estructuras de seguridad de los países vecinos. Asimismo, el régimen de tenencia de armas del país del norte, facilita a los grupos criminales el acceso a un poderoso arsenal, teniendo un poder de fuego superior a las fuerzas policiales de Centroamérica, lo que derivó en una estrategia de militarización. Este es el drama de México. El clima de violencia generado por las bandas criminales las inversiones se esfuman y la pobreza se hace presente en sus peores facetas, provocando la salida de miles de inmigrantes rumbo a Estados Unidos, desatando una tragedia humanitaria.
Costa Rica paulatinamente está siendo
arrastrada a esta crisis de seguridad y se observa una fuerte dependencia de
las estrategias dictadas desde Washington, que podrá tener efectos medianamente
positivos en el corto plazo, pero genera dudas sobre el futuro de un país que
todavía es visto como una isla de estabilidad.
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