Argelia “El Sueño Revolucionario” (1954-1962)


 



La lucha de los argelinos contra el poder colonial francés, generó la solidaridad del Tercer Mundo y los No Alineados, como también de importantes personalidades políticas y del mundo intelectual. La lucha de los nacionalistas fue inspiración para muchos movimientos de liberación nacional. Argelia independiente tuvo un rol destacado en los países del Tercer Mundo y con una activa política exterior que la llevó a mediar en conflictos, pero también fue solidaria con numerosos movimientos de liberación nacional, desde los saharauis pasando por la lucha contra el apartheid.

 

Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Director Diario El Minuto para Argentina

 

El movimiento nacionalista argelino, tuvo un origen tardío, dado que apareció en el siglo XX, más allá de las acciones de resistencia que ocurrieron en los años 1830-1871. Otros incidentes ocurrieron durante la Primera Guerra Mundial, durante la conscripción, donde sectores de la sociedad argelina reclamaron igualdad de derechos frente a los europeos. El gobierno francés, formuló como respuesta promesas de asimilación y mejora en el plano de los derechos sociales y políticos, pero esto nunca se tradujo en una política real, generando una distancia cada vez mayor con la población musulmana, alimentando la formación de un poderoso movimiento nacionalista. Los argelinos por el Código Indígena de 1881, eran considerados “sujetos franceses” y no “ciudadanos”, y por ende esta situación legal, legitimó una política discriminatoria que fue características durante todo el dominio francés.  Recién en 1946, con la derogación de este Código, los argelinos tendrán libertad de movimiento y trabajo, y ciertos derechos políticos.  Francia gobernaba el país con un esquema centralizado, dejando de lado una realidad étnica, cultural e histórica de la mayoría musulmana. El francés se convirtió en la lengua franca, de la educación y la administración, con un claro objetivo de asimilar forzadamente a la mayor parte de la población argelina.

 

Monumento a la Independencia de Argelia. 

Argelia fue un espacio para muchos desheredados europeos, para 1847, había más de cien mil colonos que fueron ocupando tierras, tradicionalmente en manos locales, en un programa de colonización fomentado por Francia. A partir de este momento, la futura Argelia, se inserta en la economía global, como proveedor de productos agrícolas. Gracias a las políticas impulsadas desde París, para los años 50, había un millón de colonos europeos (la mayoría eran franceses, seguidos por españoles e italianos), que formaban una clase privilegiada como mejor nivel de vida que la población musulmana. Los colonos desde el punto de vista político eran conservadores y rechazaban cualquier tipo de cambio que implicara romper con su situación privilegiada. La idea de una Argelia semi independiente, bajo la órbita francesa, una solución pensada incluso por De Gaulle en los 50, fue rechazada de plano por la poderosa influencia de los colonos y los intereses económicos que había en Argelia.

El movimiento nacionalista argelino es algo tardío, mas allá de la resistencia de Abd el Kader entre 1830-47, no hubo organizaciones políticas nacionalistas por mucho tiempo.  En 1908 el abogado Ahmed Buderba, lideró la primera manifestación pidiendo que los “indígenas” fueran exentos del servicio militar, además de pedir los mismos derechos que los colonos.  En 1925 nació la Asociación de Ulemas Argelinos, que tuvo como bandera reivindicar la identidad árabe e islámica del país, rechazando los intentos de asimilación franceses. En 1926, en París, nació el Movimiento Nueva Estrella Africana, germen del movimiento nacionalista, liderado desde 1927 por Messali Hadj, personaje que adquirió gran prestigio en la población argelina.  Este movimiento se consideró islámico y nacionalista.  Posteriormente lideró el Partido del Pueblo Argelino, que pasó a la clandestinidad cuando fue prohibido por el gobierno francés y Messali detenido.

 

Los franceses hicieron un uso importante del helicóptero como arma de guerra 

La Segunda Guerra Mundial trajo aparejado importantes cambios, millares de argelinos fueron reclutados para luchar en los frentes de Europa.  El sentimiento de que los europeos eran superiores se fue desdibujando, especialmente frente al avance del III Reich y la derrota francesa en 1940.  Los argelinos tomaron conciencia, que los franceses no eran invencibles, ni superiores a ellos, luego de largo tiempo de propaganda colonialista. Asimismo, el estar en contacto con el estilo de vida europeo en territorio metropolitano, puso en evidencia el grado de libertad con que vivían los franceses, su situación social bien distinta a la realidad de millares de argelinos, no cabe duda, que impactaron en una toma de conciencia bajo el dominio francés, los argelinos eran ciudadanos de segunda categoría. El 75% de la población musulmana era analfabeta, la pobreza, y el desempleo azotaba a millares de jóvenes argelinos. En el interior de Argelia las cosas no eran mucho mejores, la vida era dura y la situación de la minoría bereber también era muy precaria.

 

Fidel Castro y Ben Bella 

En 1944, los Ulemas adhirieron al Manifiesto de la Libertad, el movimiento nacionalista encontró puntos en común. Ese mismo año Francia quiso extender la ciudadanía francesa a millares de argelinos, siendo rechazado. La conciencia nacional y la idea de una Argelia independiente estaban cobrando fuerza. Los desembarcos Aliados en el Norte de África alimentaron esos deseos de libertad. En 1945 una serie de motines terminó en una dura represión francesa costó la vida a millares de argelinos.  El 1ro de mayo, una manifestación por el día del trabajo terminó en un choque con los colonos tuvo como resultado de revueltas, la detención de 1500 argelinos y la condena a muerte de 180. los grupos nacionalistas se fueron radicalizando

 

El arabismo ofreció un terreno apto para el desarrollo del movimiento independentista argelino, que se potenció con la creación de la Liga Árabe, esto de alguna manera incentivó también el despertar nacional de muchos pueblos árabes sujetos a dominación colonial. En la década del 50, El Cairo era la capital del panarabismo moderno. La posición de Egipto en el mundo árabe, su peso político, histórico y cultural, la lucha contra Gran Bretaña y el desarrollo de organizaciones como los Hermanos Musulmanes, tuvieron honda repercusión en los movimientos nacionalistas del mundo islámico.  En 1943, uno de los integrantes de los “Ulemas” argelinos, Foudil Ourtilani, llegó al Cairo y se afilió a los poderosos Hermanos Musulmanes.  Tiempo después arribaron al Cairo el líder tunecino Habib Burguiba, el argelino Chedli el Mekki (representante de los messalistas), el marroquí Allal el Fassi, quienes crearon en 1947 la Oficina del Magreb e intentaron rápidamente ponerse en contacto con la recién creada ONU.  En ese mismo año, llegó a El Cairo el líder de la rebelión rifeña Abd el Krim, recibido con honores por el rey Faruk, quién le otorgó una generosa pensión y el título de “emir”.  Su prestigio lo condujeron a que sea nombrado líder del Comité de Liberación del Magreb, responsable de coordinar el esfuerzo de las organizaciones nacionalistas magrebíes.  Asimismo, la Liga Árabe, creó la “Caja de África del Norte” para financiar las actividades de los grupos nacionalistas. Arabia Saudita y Jordania fueron los principales contribuyentes.

La llegada del general Nasser en 1952, significó el incremento de la ayuda a los movimientos nacionalistas del Norte de África a través del envío de armas, la creación de una emisora de radio “La Voz de los Árabes”, con suficiente potencia para que fuera oída en toda la región.  En El Cairo, el FLN organizó la célebre “Delegación Exterior”, liderada por Mohamed Khider y luego por Ben Bella. Egipto con su régimen panarabista y nacionalista, fue sin ninguna duda un bastión para los movimientos de liberación del Norte de África y el Oriente Medio, agregándose el creciente apoyo del Bloque del Este a estos movimientos, enviando equipamiento militar.

Los argelinos eran ciudadanos de segunda, en un país cambiante, no sentían los beneficios del desarrollo, especialmente del creciente sector petrolero. El 80% de la riqueza que generaba el país beneficiaba a menos del 10% de la población: los colonos. Francia hizo importantes inversiones en infraestructura económica, estando al nivel de la desarrollada Sudáfrica (donde los europeos eran los únicos beneficiarios), pero los destinatarios no eran casualmente los argelinos, sino que respondía a un esquema de condicionar la economía local a los intereses franceses. La existencia de petróleo, impulsó a París a buscar mecanismos para retener Argelia, sin hacer concesiones políticas a los nacionalistas, cuya influencia en la población era cada vez más importante. No cabe duda que esto abrió un abismo y el enfrentamiento abierto entre ambos bandos era inexorable.

 


La creación del FLN (Frente de Liberación Nacional)

En marzo de 1954 una serie de personalidades ligadas al movimiento nacionalista Mohamed Boudiaf, Mohamed Larbi Ben M’Hidi, Moustafa Ben, Boulaїd, Mourad Didouche y Rabah Bitat, fundaron el Comité Revolucionario de Unidad y Acción o CRUA. A este grupo se sumaron luego los futuros líderes “históricos” del FLN, Ahmed Ben Bella, Krim Belkacem, Aїt Ahmed y Mohamed Khider, responsables de la estrategia que daría origen a la insurrección contra el colonialismo francés.  Los nacionalistas tenían diferencias, lo que impulsó a convocar un Congreso en Hornú, Bélgica, para superar las divisiones existentes. El resultado fue la creación del Consejo Nacional para la Revolución Argelina, pero los messalistas, continuaron manteniendo su identidad y marcaron diferencias respecto a las otras facciones, dando origen al Movimiento Nacional Argelino. En este contexto nació el mítico Frente de Liberación Nacional – FLN - que gracias al apoyo directo del régimen egipcio de Nasser, le permitió tener contactos a nivel internacional, especialmente con países del Tercer Mundo y países No Alineados.  El FLN era un movimiento según algunos autores de corte militar, creado para combatir el colonialismo francés. Hubo un intenso debate interno sobre el camino a seguir, imponiéndose las posturas radicalizadas. Las diferencias con los messalistas, llevó a choques abiertos con el FLN, que debilitó en parte al movimiento nacionalista, pero ello no impidió que grupos nacionalistas se integraran en el FLN, especialmente aquellos que tenían sus formaciones paramilitares del extinto PPA. Esto permitió adquirir experiencia para la organización tanto de “superficie” como la clandestina.  En esta etapa de formación y creación del Ejército de Liberación Nacional o ALN por sus siglas en francés, surgió la figura de Mohammed Ben Bella, un ex suboficial del ejército francés, enérgico y carismático. En 1952 dicha fuerza armada, solo contaba con 1800 efectivos armados, frente a la superioridad bélica francesa.

El liderazgo nacionalista, aglutinado en el CRUA se lanzó a la acción y dividió el país en “wilayas” (distritos o provincias). Estas divisiones territoriales contaban con un elevado nivel de autonomía, al poder recaudar impuestos, movilizar recursos militares, impartir justicia y ejercer el poder político en la zona asignada. Esto afectó la coordinación en la ejecución de las operaciones militares. El Comité designó a los responsables de cada wilaya, fueron distribuidas las armas y se fijó la fecha para la insurrección general, donde cada uno de estos distritos tenía un papel que jugar. Pero durante la guerra, la suerte de cada wilaya estuvo determinada por la calidad del liderazgo local, muchas veces limitado por las rivalidades entre el FLN especialmente por parte de antiguos messalistas del MNA, explotado por agentes de inteligencia francés, divisiones tribales, y hasta étnicas, dado las tensiones entre bereberes y árabes. El aislamiento geográfico fue otro serio problema. Durante la guerra el ALN tuvo varias reorganizaciones, en un intento de unificar el mando en el nivel operacional, el Comité Ejecutivo y de Coordinación, el alto mando militar del FLN creó dos Comandos, uno Oriental y el otro Occidental, para facilitar el mando y control de las wilayas.

 

Los líderes históricos de la independencia de Argelia
De izquierda a derecha, los seis líderes históricos del Frente de Liberación Nacional (FLN): Rabah Bitat, Mostefa Ben Boulaïd, Didouche Mourad, Mohammed Boudiaf, Krim Belkacem y Larbi Ben M'Hidi.

Francia había sufrido la dura derrota de Die Bien Phu, perdiendo sus posesiones en Indochina, con su impacto político. No obstante, los franceses se hicieron expertos en guerra contrarrevolucionaria, por otro lado, prisioneros de guerra que pasaron por los campos de detención del régimen comunista de Vietnam del Norte, fueron expuestos, especialmente aquellos soldados del imperio ultramarino a la propaganda revolucionaria, que en muchos surtió efecto a su regreso al África.  Esta situación no pasó desapercibida por los franceses, el gobernador general de Argelia, Leonard advirtió al ministerio del interior, sobre el peligro inminente de una rebelión y del apoyo brindado a esta por el llamado Comité de Liberación del Magreb, apoyado por gobierno egipcio del general Nasser. 

En sus comienzos el FLN era un movimiento nacional con diferentes estructuras: Ejército de Liberación Nacional (ALN), que contaba con su servicio de inteligencia; un cuerpo legislativo, el llamado Consejo Nacional de la Revolución Argelina; un poder ejecutivo (desde 1958 el llamado Gobierno Provisional de la República Argelina); un sistema judicial; policía; servicio diplomático; sindicatos; organizaciones estudiantiles y propaganda. etc. Este andamiaje, tuvo como objetivo ocupar espacios frente a la administración colonial e incorporar a la población a la revolución. En cuanto a la relación con otras organizaciones políticas argelinas, era compleja, por un lado, buscó absorberlas o eliminarlas según el caso.  Estas circunstancias tuvieron honda repercusión en los años posteriores a la independencia, incluso según observadores foráneos, en la actualidad, dado que no hay una distinción clara entre el FLN y el Estado argelino propiamente dicho.

 

De Gaulle junto a notables argelinos 

El inicio de la guerra de Liberación

Las relaciones entre argelinos y colonos europeos (10% de la población) se tensaron, dado el comportamiento discriminatorio de que eran víctimas la mayoría musulmana.  La ayuda de la metrópoli en los primeros años de la posguerra, estuvo concentrada en la población europea. El despegue económico solo beneficiaba a los colonos y la metrópoli, mientras que muchos argelinos eran empleados como mano de obra barata, no solo en actividades agrícolas, sino en la construcción y en las grandes industrias en territorio metropolitano, viviendo en barriadas pobres en la periferia de las grandes ciudades.  La derrota francesa en Indochina, el clima social imperante y la falta de concesiones del régimen francés en materia política, llevó al liderazgo del FLN a dar el primer golpe. El 1 de noviembre de 1954 un grupo de combatientes atacó el cuartel de Batna.  En ese momento las mejores unidades militares estaban desplegadas en Francia, dado la Guerra Fría para hacer frente a la amenaza soviética. En Argelia había unos 60.000 efectivos, de los cuales 17.000 eran combatientes de primera línea. Esta situación se debió ante la inercia de las autoridades militares y la emergencia en Indochina.  Finalmente, la guerra demandó el despliegue de un total 400.000 efectivos, de los cuales 150.000 eran los harkis o auxiliares musulmanes. El país fue militarizado gradualmente, unido los estrictos controles de población, lo que no limitó la labor política del FLN en reclutar especialmente a jóvenes, estudiantes, desempleados, sindicalistas, organizando células clandestinas en ciudades, incluso extendiendo la red a la propia Francia.   Esta  permitió llevar a cabo acciones directas contra objetivos civiles y militares franceses. Bares, cafeterías, discotecas, puestos policiales y militares sufrieron ataques con artefactos explosivos artesanales.

En las primeras etapas de la lucha armada, la opinión doméstica se mantuvo indiferente, los medios eran escasos, pero no desalentó a los nacionalistas. En una primera etapa de la guerra, esta se desarrolló en el sector rural, destacándose el empleo de las unidades de la Legión Extranjera y Paracaidistas. Estas llevaron a cabo operaciones de búsqueda y destrucción, que incluía el cerco y el aniquilamiento de las columnas del ALN, pero con consecuencias para la población civil que sufrió en directo los rigores de la guerra, que generó un profundo odio a las tropas francesas.  En el marco de estas tácticas contrainsurgencias, los franceses hicieron uso extensivo de las tropas helitransportadas, que bloqueaban áreas de difícil acceso, fuerzas paracaidistas eran lanzadas en las vías de escape que conducían a la frontera, por otro lado fuerzas motorizadas eran empleadas también en acciones de bloqueo, en áreas que permitía el empleo de este tipo de medios.  El objetivo de las fuerzas contrainsurgencia era el aniquilamiento y no ocupar terreno.  Una vez identificada una columna guerrillera, esta era bloqueada en acciones combinadas por fuerzas móviles mecanizadas/motorizadas y tropas aerotransportadas/helitransportadas. Una vez cercados, no quedaba otra a los guerrilleros a entablar combate hasta su exterminio.

 

General Massu, responsable de la batalla de Argel 

La guerra de Argelia era un conflicto no convencional, caracterizado por operaciones de guerrilla ejecutadas por el ALN, golpes de mano, acciones terroristas contra fuerzas coloniales y los llamados “colaboracionistas”.  Las tropas metropolitanas francesas actúan con suma dureza, con detenciones masivas, torturas y maltratos a los prisioneros. En los primeros meses de acciones de la guerrilla del FLN, dado la respuesta draconiana de Francia, el apoyo popular fue creciendo, lo que fortaleció la legitimidad de las guerrillas, además de contar con bases seguras para operar. La represión en Argelia generó protestas en Francia y fuertes críticas de reconocidos intelectuales franceses Jean Paul Sartre, André Malraux, Roger Martin du Gard, François Mauriac, Frantz Fanon, Aimé Césaire, por citar algunos, además de la propia izquierda, tanto francesa como de otros países de Europa Occidental.

La guerra que libró el FLN se llevó a cabo en diversos frentes, no solo militar y político, sino en el plano de la diplomacia, obteniendo apoyos en el Tercer Mundo y la Unión Soviética. Un hito para los revolucionarios fue la solidaridad a dicho movimiento en la Conferencia de Bandung en 1955. Esta se manifestó no solo en el plano político – diplomático, sino también en el militar. Tanto el Egipto de Nasser y los países del bloque socialista proporcionaron las armas que equiparon el ALN, que le permitió mantener su esfuerzo de guerra.  Los gobiernos de Túnez y Marruecos que se habían librado de la presencia francesa, facilitaron operaciones de las guerrillas del FLN, que recibió mayor apoyo egipcio luego de la intervención de la llamada Crisis del Suez en 1956, luego del desembarco anglo francés en dicha zona.

Los franceses veían con suma preocupación la creciente solidaridad de Marruecos, Túnez y Egipto, además del velado apoyo de España a la causa argelina, no por simpatías, sino por la histórica rivalidad franco española en el Norte de África. París decidió decapitar el liderazgo del FLN y enviar una señal clara a los gobiernos que de alguna manera apoyaban a los nacionalistas. En octubre de 1956, fue convocada una cumbre de amistad tunecino marroquí, donde se trataría el tema argelino, siendo invitados líderes del FLN. El avión que salió de Rabat, con tripulación francesa, llevaba a los máximos referentes Ahmed ben Bella, Mohamed Khider, Mohamed Budiaf, Hocein Aít Ahmed y Mustafá Machraf, que hasta ese momento fueron huéspedes del rey Mohamed V.  El avión fue desviado al aeropuerto de Argel, siendo detenidos los líderes citados.  El gobierno español no quiso enfrentar al gobierno francés, dado sus escasos apoyos internacionales, y los gobiernos de Marruecos y Túnez también quedaron mal parados, a pesar del acto ilegal del gobierno francés. Las grandes potencias occidentales no intervinieron, más allá de presionar por una salida política al conflicto. En el frente interno, el pueblo vio a sus líderes detenidos como mártires de la causa y el FLN reemplazó rápidamente al liderazgo detenido en Francia y continuaron las operaciones militares con un grado de mayor radicalización. No cabe duda que desde el punto de vista político los errores fueron muy graves por parte de Francia, apelando a la salida militar como una opción válida.

 


En el plano militar los franceses mantuvieron la superioridad, destacándose en este proceso la tristemente célebre “Batalla de Argel” entre 1957-58 en la cuál por medio de una dureza extrema, las tropas paracaidistas del general Massu (8000 efectivos) tomaron la “casbah” o casco histórico de la ciudad, expulsando al ALN/FLN con un elevado costo humano y político.  La ciudad tenía como jefe político militar del FLN a Yacef Saadi, que contaba con unos 1500 combatientes, lanzando una campaña de ataques con explosivos a escala. Este tipo de accionar tenía como objetivo incrementar la sensación de inseguridad a los colonos y generar una respuesta cada vez más dura de Francia, provocando que muchos indecisos sobre la causa de la independencia, se volcaran abiertamente al FLN. La labor de terminar con la llamada Zona Autónoma de Argel del FLN recayó en la 10ª División Paracaidista, del general Massu, aplicando las lecciones de lucha contrainsurgente aprendidas en Indochina, siendo uno de los más famosos teóricos, el coronel Trinquier.  La batalla fue una importante victoria militar francesa, el FLN había sido expulsado y estaba a la defensiva, pero desde lo político, por la brutalidad aplicada, las torturas a los prisioneros, Francia perdió prestigio y sufrió severas condenas y críticas desde la comunidad internacional. 

Los franceses hicieron un gran esfuerzo para controlar las fronteras, desplegando más de doce mil efectivos en las Línea Mauricio, conjunto de barreras y destacamentos militares en la frontera con Túnez, para contrarrestar la infiltración de tropas del ALN.  Fueron organizadas “aldeas de autodefensa, para limitar la infiltración desde la frontera, pero que tuvo consecuencias negativas, dado la fuerte represión que las tropas francesas ejercían en dichos poblados, ante la mínima sospecha de colaboración con guerrilleros.  En 1958, el FLN atravesó una dura crisis, con la muerte de importantes dirigentes, ante una mejora sustancial de las acciones francesas, sufriendo reveses militares e importantes pérdidas humanas (unos 24.000 entre muertos, heridos y desaparecidos según París) durante las llamadas “Batallas de Fronteras”. En ese año, los generales involucrados en la guerra formaron un Comité de Salvación, haciendo un llamamiento para salvar los intereses franceses en Argelia, apelando directamente al general De Gaulle y presionaron abiertamente a al gobierno del premier Fierre Pflímlin, con apoyo comunista, que había anunciado elecciones libres en Argelia. Estalló una crisis política, que provocó la caída del gobierno francés y el presidente René Coty, a llamar al general De Gaulle para formar gobierno, que abrió las puertas a la reforma constitucional, la elección del célebre general como presidente y el advenimiento de la V República.

 


En la guerra de Argelia sucedió algo que los Estados Unidos conocerían en Vietnam, a pesar de la superioridad militar y las victorias en este terreno, políticamente la guerra era insostenible. Francia a pesar de haber puesto contra las cuerdas al aparato militar del FLN. Para 1959, la rama militar estaba muy mermada y completamente a la defensiva, pero para el gobierno francés, políticamente su situacón tanto en el plano interno como externo, era insostenible.  Había que buscar una salida al conflicto, la creación del Gobierno Provisional de la República de Argelia en el exilio, fue una gran victoria política, generando importantes apoyos. Esto llevó a los franceses a iniciar negociaciones secretas El Cairo, con Ferhhat Abbas, presidente del gobierno en el exilio, dando inicio a la búsqueda de una salida política.

 

Los colonos se van a Francia. dejando todo atrás en Argelia 

El fracaso político de Francia en la guerra de Argelia.

En septiembre de 1959, el general de Gaulle, presidente de Francia en un mensaje televisado habló de la cuestión argelina, donde propuso un plebiscito sobre el destino de Argelia, no solo a realizarse en dicho país, sino en la propia Francia, a fin de decidir la posibilidad de la integración de Argelia al Estado francés o una Argelia independiente manteniendo lazos con Francia en materia económica, defensa y relaciones exteriores, con una organización tipo federal, a fin de respetar las minorías nacionales en Argelia (europeos, bereberes, etc.). En dicho discurso invitó al FLN a cesar la lucha. La postura del presidente francés tuvo un impacto positivo en la comunidad internacional. El entonces llamado Gobierno Provisorio de la República Argelina (que estaba en el exilio) aceptó por medio de un comunicado el inicio de las conversaciones con las autoridades francesas, en materia de cese del fuego y el referéndum de autodeterminación. A pesar del mensaje de distensión del presidente de Gaulle, la presión militar francesa fue aún mayor. Desde lo político, Francia había perdido la guerra y no quedaba otra posibilidad que negociar con los independentistas. Otro golpe a los intereses franceses fue en 1960, cuando Naciones Unidas reconoció expresamente el derecho del pueblo argelino a la autodeterminación. 

La situación en Argelia era realmente explosiva, en el plano militar los franceses recuperaron la iniciativa, generaron serias pérdidas a las guerrillas, que no lograban disputar de manera efectiva el control del territorio, sino las limitó acciones armadas con limitaciones, pero desde el punto de vista político, la situación era insostenible. La diplomacia argelina en el exilio lograba cada día mayores apoyos, incluso desde el interior de Francia existía una poderosa corrientes opuesta a la guerra en Argelia. La postura radicalizada de los colonos no hizo más que complicar las cosas, que terminó con la “Semana de las Barricadas” en enero de 1960, que termino en duros choques con tropas paracaidistas que fueron movilizadas para restablecer el orden.

El conflicto sumamente impopular, era casi un callejón sin salida para De Gaulle, pero una crisis mayor sobrevino cuando un grupo de generales quiso dar un golpe de Estado, el 24 de abril de 1961, liderado por el general Salan. Meses antes había sido creado el OAS (Organización del Ejército Secreto) Esta era una organización clandestina creada con el objetivo de impedir la independencia argelina, siendo responsable de organizar acciones terroristas, de generar un caos que obligara a Francia a cambiar de actitud en relación a la guerra e impedir que Argelia logre su independencia. Su campaña de terror, no hizo más que agravar la delicada situación constándole la vida a millares de personas, esta finalizó hasta que el general Salan fue detenido por las autoridades francesas.  En el marco de esta situación, Francia negoció con el FLN una salida política, que desembocó en las negociaciones por la independencia.

En 1962 se firmaron los Acuerdos de Evian, que abrieron las puertas de la independencia. Estos acuerdos eran consecuencia de meses de trabajosas negociaciones entre argelinos y franceses. Los puntos debatidos fueron la integridad territorial del nuevo estado argelino (reconociéndole sus derechos sobre el Sahara), plena soberanía sin injerencia francesa, reconocimiento de “unidad del pueblo argelino” descartándose de plano el reconocimiento de una Argelia como amalgama de comunidades. Esto dejó fuera un importante sector de la población con fuertes lazos con Francia, que no formaron parte en ningún momento de las negociaciones. Quienes quedaron marginados fueron el millón de europeos, más el millón de musulmanes vinculados a la administración colonial (funcionarios, militares, así como personas que querían seguir siendo franceses). Los musulmanes pro franceses, se llevaron la peor parte, dado que serán objeto de las represalias y no tuvieron derecho a optar por la ciudadanía francesa, quedando librados a su propia suerte (se estima que entre 50.000 a 100.000 perdieron la vida por la violencia desatada entre independentistas y pro franceses, luego de la salida de las fuerzas de París). Solo 15.000 combatientes argelinos del lado francés fueron asentados en Francia.  Los europeos, a pesar de garantizarles sus derechos y bienes, en el marco de los Acuerdos, pero sin un mecanismo de salvaguardas en el caso que Argelia no cumpliera con lo pactado, optaron por emigrar en masa hacia Francia.

Los Acuerdos fueron aprobados por referéndum en Francia en abril de 1962, facultando al presidente francés a poner en práctica lo discutido en Evian.  Del lado argelino fue convocada la población a las urnas, donde 6 millones se manifestaron a favor de la independencia contra 16.000 votos a favor de mantener los lazos con Francia.  Mientras tanto, miles de europeos se embarcaban rumbo a Francia, temerosos del clima político imperante en Argel.  En agosto de 1962, más de un millón de europeos que vivían en Argelia antes de la guerra, solo quedaron 320.000. Que no estuvieron exentos de acciones violentas en el caos que le siguió tras la proclamación de la independencia argelina. 

 

Delegación argelian llega a Francia para negociar la independencia. 

El 5 de julio de 1962 fue declarada la independencia de Argelia. Superada la crisis política interna del nuevo estado, fue electo como primer presidente de Argelia Ahmed Ben Bella, histórico líder del movimiento nacionalista. Pronto fue lanzado un programa de nacionalizaciones y del camino hacia el “socialismo” de la flamante nación argelina. Las dificultades eran muchas, con la partida de los colonos, las industrias, explotaciones agrícolas, se quedaron sin los técnicos y administradores idóneos para su gestión. La Revolución debía hacer frente a una pesada herencia, con altas tasas de analfabetismo y el mayor parte de la población sin empleo.  En el plano externo, el prestigio alcanzado por años de lucha puso Argelia como un espejo para muchos movimientos de liberación nacional, teniendo un rol importante en su apoyo, político y material.

 

 

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