Sahara Occidental. Tres décadas de No Paz – No Guerra
Diario El País. España |
En 1991 luego de más una
década de guerra entre la República Saharaui y Marruecos, bajo auspicios de Naciones Unidas, las partes
acordaron un cese del fuego, y la puesta en marcha de un plan de paz, conocido
como Plan de Arreglo. Los contendientes aceptaron llevar a cabo un referéndum
que decidiría el destino del antiguo Sahara Español, pero una de las partes,
Marruecos a sabiendas que saldría mal parado del resultado del referéndum, puso
toda suerte de obstáculos, transformando al Plan en letra muerta y en la
reanudación del conflicto armado.
Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Director de Diario El Minito para Argentina
El
nacimiento del Plan de Paz. Los años perdidos
En
1983 por resolución de la entonces Organización de la Unidad Africana, aprobó un
plan de paz que instaba al cese del fuego, negociación directa entre las
partes, y convocar el referéndum de autodeterminación. Esto fue aceptado por Hassan II, en la Cumbre
de Nairobi, la posibilidad de un referéndum. En 1986, Marruecos, Argelia y el
Frente Polisario estuvieron de acuerdo con llevar a cabo un referéndum para que
la población saharaui. El alto costo de la guerra para Marruecos, llevó a que
este país sea uno de los impulsores del proceso de paz, cobrando importancia el
rol del Secretario General de Naciones Unidas.
En
1988, en el marco de este proceso de paz, Marruecos y el Frente POLISARIO
acordaron en principio las propuestas del Secretario General de la ONU y el
Presidente en funciones de la Asamblea de Jefes de Estado y Gobierno de la OUA,
a fin de convocar un referéndum bajo auspicios de las Naciones Unidas y en
cooperación con la OUA. En ese año el secretario Pérez de Cuéllar, elevó la
propuesta de paz a consideración del Consejo de Seguridad, quién por la
resolución 621 para la celebración del citado referéndum, como también el
nombramiento de un Representante Especial, con facultades para organizarlo y
llevarlo a cabo, amén de una serie de funciones destinadas a mantener la paz y
mantener el diálogo entre las partes.
En
el marco de las consultas realizadas y una visita al territorio por parte de
una misión de las Naciones Unidas, llevó a Pérez de Cuéllar, elaborar una serie
de propuestas de paz, que abarcaba los siguientes puntos:
- Realización de un referéndum para todos los
mayores de 18 años, sobre la base del censo español de 1974.
- Designación de un representantes especial
del secretario general con apoyo de una
los Componentes civil,
militar y otra de seguridad (Policía civil), además de implementar
una Comisión de Identificación.
- Alto el fuego y despliegue de observadores para garantizar su
cumplimiento.
- Reducción de las tropas marroquíes y
acantonamiento de las fuerzas del Frente POLISARIO.
- Retorno de los refugiados.
En
1989 una delegación de alto nivel saharaui se reunió con el rey Hassán II, el
resultado fue la declaración de una tregua unilateral por parte del POLISARIO,
que no llega a buen puerto, dado que en octubre el Ejército saharaui atacó una
sección de los muros, y penetró en territorio ocupado por Marruecos. La
desconfianza entre las partes era notoria, y sin ninguna duda las acciones
militares estaban directamente relacionadas con llegar a la mesa de
negociaciones en las mejoras condiciones.
En
el seno de Naciones Unidas se llevó a cabo el informe sobre como sería la
misión de paz para el Sahara Occidental. La MINURSO – Misión de Naciones Unidas
para el Referéndum del Sahara Occidental – previo al alto el fuego, desplegaría
personal militar y civil, y se crearía una comisión para identificar los
votantes del referéndum sobre la base del censo español de 1974. La segunda etapa, una vez acordado el cese
del fuego, las partes intercambiarían prisioneros, liberación de presos
políticos, reduccion de la presencia militar marroquí y acantonamiento de las
tropas saharauis. Este plan tenía previsto una duración de 35 semanas. La etapa 3. era el traslado de los refugiados
saharauis de Tinduf, a localidades seguras para que puedan ir a votar en el
referéndum bajo auspicios de la ACNUR, y la etapa 4, una campaña de tres
semanas para las votaciones, con reglas negociadas entras las partes. Finalmente la etapa 5, las votaciones, con
observadores internacionales, donde se decidiría la anexión a Marruecos o una
república saharaui independiente.
El
Plan estaba destinado a terminar en letra muerta, sus principales falencias
eran la cuestión de los colonos traídos por Marruecos, la cuestión del expolio
de los recursos naturales, la falta de facultades de la MINURSO en materia de
Derechos Humanos, gracias al veto del Gobierno francés, aliado del régimen
marroquí. Marruecos desde un primer
momento se mostró reacio a dar cuenta de los prisioneros de guerra saharauis,
de la desaparición forzada de ssaharauis y violaciones de derechos humanos
durante la guerra, y posterior a ella, como el mantenimiento de legislación que
impide a los saharauis organizar sindicatos, asociaciones de derechos humanos,
como de libertad de expresión.
Guterres. Secretario General de Naciones Unidas. |
En la gestión de Boutros Ghali, se intentó romper dos años de parálisis del proceso de paz. Marruecos a toda costa puso obstáculos para cumplir con lo que había firmado, con anuencia de la comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, Francia y España, que en este último caso, como potencia administradora de iure, guardó siempre silencio y abandonó su ex colonia a su suerte, junto a sus habitantes, que hasta 1975, eran considerados españoles de pleno derecho. Ghali, Secretario General de Naciones Unidas, se decantó por la tesis marroquí, favoreciendo de alguna manera la inclusión en la lista de votantes a grupos tribales que no estaban en el censo de 1974, y que eran elementos que vivían en Marruecos.
El
poderoso lobby marroquí en Naciones Unidas, quedó de manifiesto, cuando el ex
Secretario General de Naciones Unidas, Javier de Pérez de Cuellar, fue nombrado vicepresidente del grupo financiero marroquí Omnium Nord-
Africain (ONA), presidido por el yerno de Hassan II. Un hecho más que
llamativo. Mientras tanto, ante la
ausencia de avance alguno en el proceso de paz, Ghali, planteó las siguientes
opciones: celebrar el referéndum sin intervención de las partes; continuar el
proceso de identificación y buscar la cooperación de las partes, o la retirada
de la MINURSO; o la búsqueda de nuevas vías de solución. En 1994,
Marruecos presentó nada menos que cien mil apelaciones al proceso de
identificación. Una maniobra para frenar el referéndum, dado que sabía a
ciencia cierta, si se llevaba a cabo, con la imparcialidad que establecía el
Plan de Arreglo, era muy probable, que por unanimidad los saharauis optarán por
la independencia nacional. En enero de 1995, el entonces vicepresidente de la
Comisión de Identificación el norteamericano Frank Ruddy, declaró ante el
Congreso de Estados Unidos que la MINURSO se
había convertido en un instrumento marroquí para manipular el proceso
identificatorio. El citado
diplomático, en una entrevista, señaló que los marroquíes entrenaban a los
postulantes ante la comisión de identificación, para que hablaran como los
saharauis, usando el hazaña, para frenar ellos mismos el proceso, dado que
muchos de los postulantes que querían hacerlos pasar por saharauis, eran
favorables a la autodeterminación. En
1996, el proceso quedó completamente paralizado, ante la imposibilidad que las
partes llegaran a un acuerdo.
El presidente francés Macron y el rey marroqui, Mohamed VI |
Koffi Annan, nuevo Secretario General de Naciones Unidas, creó la figura del Enviado Personal, siendo designado para ello el veterano político y diplomático norteamericano James Baker III. Este fue autor de dos propuestas de autonomía, que favorecía la tesis marroquí, dado que el régimen previsto estaría bajo el control de Marruecos, como un modus vivendi provisional, para luego de un proceso de transición, se convocara un referéndum de autodeterminación. En el año 2000, visto que los Acuerdos de Houston, donde estaba previsto el referéndum para 1998, había naufragado una vez más y el mismo Secretario General de la ONU, consideró que el Plan era un fracaso. Razones políticas, impedían apelar al Capítulo VII, dado que una de las partes al negarse aplicar el plan, ponía en riesgo la paz.
El
Plan Baker I, fue vetado por el Consejo de Seguridad, e incluso por Marruecos,
que desde siempre quiso imponer una solución al conflicto, no obstante ello,
fue la base para la propuesta marroquí sobre el régimen de autonomía del
Sahara, que desde hace más de una década intenta imponer como única vía de
solución del conflicto. Argelia
contraatacó y propuso que el Sahara Occidental quedara bajo una administración
internacional, que llevara a cabo el referéndum, algo que en su momento planteó
el Secretario General de Naciones Unidas en los 70, Kurt Waldheim, frustrado
por el abandono español del Sahara. Esta idea fue rechazada de plano por Annan,
sin ninguna duda por razones políticas y propuso la partición del territorio
como solución. Tal vez la única respuesta realista al conflicto. Marruecos rechazó de plano en su política de
“todo o nada” mientras que el POLISARIO, si se mostró proclive a dicha
salida. El Profesor Carlos Ruiz Miguel,
señaló en su momento los aspectos positivos de este posible acuerdo Marruecos se quedaría con un
territorio donde ha hecho fuertes inversiones y económicamente es rentable
(explotación de fosfato). Francia podría apoyar la idea, al ver que su aliado
se queda con parte del territorio ocupado.
- El Frente Polisario tenía la posibilidad de construir un
estado saharaui – la RASD – viable e inserto en la comunidad
internacional.
- Argelia terminaría con las tensas
relaciones con Marruecos y el drama de los refugiados saharauis.
- Mauritania se beneficiaba con un estado
“colchón” frente a
Marruecos, que es visto como un estado expansionista. Recordemos que en
los 60, Marruecos reclamaba el territorio mauritano como parte del “Gran
Marruecos”.
- Estados Unidos eliminaría un foco de
conflicto en el Magreb, clave para articular su política de lucha contra el
terrorismo y promover la estabilidad regional.
- España, concluye con la pesada herencia de
descolonización y se abre la posibilidad de cooperación con la RASD
A las reflexiones realizadas por el reconocido jurista citado, agregamos que Marruecos en la partición se quedaba con nada menos con las minas de Bu Craa, de alto valor estratégico, por sus enormes reservas de fosfato.
En 2001, Hans Corell, Secretario
General Adjunto para Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas, dio un severo
golpe en el plano jurídico para Marruecos, y sentó un importante precedente. El
Informe Corell fue tajante al decir que no se puede explotar los recursos
naturales sin el consentimiento expreso del pueblo saharaui y en colaboración
con éste, de acuerdo a sus deseos. La explotación de los recursos naturales por
parte de Marruecos, constituye un elemento destinado a dificultar el proceso de
autodeterminación de dicho pueblo. Varios años después, el Tribunal Superior de
la Unión Europea, se pronunciaría abiertamente sobre la ilegalidad de las
actividades económicas marroquíes y el expolio de recursos naturales en la zona
ocupada. Marruecos desde hace años viene
llevando a cabo una explotación sistemática de los recursos del territorio,
otorgando permisos de pesca, construyendo invernadotes para explotar hortalizas
a Europa, y el fosfato, que ha generado importantes recursos, que solo
benefician a los colonos traídos por el ocupante y financiar la presencia
militar en el Sahara.
Empecinarse en el error. Los intentos de imponer
un régimen de autonomía a espaldas del pueblo saharaui.
James
Baker presentó un nuevo plan de autonomía, siempre bajo tutela marroquí,
aprobada por la resolución 1495 del Consejo de Seguridad que por la
intervención francesa, no se hizo de carácter obligatorio para las partes. Su contenido
- Establecía las competencias entre la
denominada Autoridad del Sahara Occidental (ASO) y el Reino de Marruecos.
- Limitaba las competencias del Reino de
Marruecos en comparación al Plan Baker I.
- Garantizaba a la ASO la posibilidad de contar con competencias propias en
materia de seguridad interna.
- Ampliaba los derechos y garantías en
materia de DDHH y libertades públicas para los habitantes del Sahara
Occidental.
- Mayor grado de autonomía jurídica, dado que
las leyes del territorio
no están subordinadas a la Constitución marroquí, sino al estatuto o ley
fundamental del territorio.
- La política exterior estaría a cargo del gobierno
de Marruecos, pero en consulta con la ASO en materias que le conciernen a
dicha autoridad.
- En caso de controversia entre la legislación local y la
marroquí, interviene el secretario general de las Naciones Unidas.
- Modificación del registro de votantes,
teniendo en cuenta las listas elaboradas por la ONU, la ACNUR y para
aquellos residentes anteriores
a 1999. Existen más precisiones que las del Plan Baker I, y se reconoce
como votantes los censados para el referéndum y no los residentes.
- Silencio en relación a los Acuerdos de
Madrid de 1975 y de reparto del territorio con Mauritania de 1976
El problema de Marruecos es la democracia y la
libertad de expresión, que como es sabido no goza del mismo nivel que sus
vecinos europeos. El sistema imperante se basa en un delicado juego de
equilibrios, donde el rey es el árbitro de la política marroquí. Por ende un referéndum de autodeterminación,
es una caja de Pandora política. Rabat mantuvo a la rajatabla su política de
imponer sus condiciones o la nada misma. Todo ellos gracias al apoyo francés y
en menor medida de Estados Unidos. El
Plan Baker II, a pesar de la oposición marroquí, mas que nada por arrogancia y
vetar cualquier iniciativa democrática, que no venga desde el mismo Majzén, era
abiertamente favorable a Marruecos, dado que este mantenía competencias en
materia de defensa, relaciones internacionales, comercio exterior, moneda. En cuanto a las zonas controladas por la RASD
el Plan mantuvo silencio.
Geopolítica. Recursos. El Orden Mundial. |
En 2003, Marruecos propuso un gobierno autónomo
para el Sahara, rechazado por Naciones Unidas, dado que rechazaba el derecho de
autodeterminación, y era creado el Consejo Consultivo sobre Asuntos del Sahara
o CORCAS. Una puesta en escena para hacer creer que Rabat ofrecía un régimen de
autonomia, que por cierto nunca se implementó, por lo menos para mostrar buena
voluntad. Estos hechos, ponen en evidencia que el Plan de Arreglo de 1991,
estaba completamente muerto. La presencia de la MINURSO y la paralización del
proceso, beneficiaba a Marruecos, que siguió con un régimen de casi apartheid
con la población nativa, favoreciendo exclusivamente a los colonos en los
mejores puestos de trabajo, con las excepciones del caso, donde siempre hay
colaboracionistas con el ocupante.
Los años pasaron, a pesar de las victorias en el
plano jurídico para el Frente Polisario. En materia de derechos humanos la
situación es más que precaria. El liderazgo saharaui con la intención de saber
de sus combatientes, liberó los últimos prisioneros marroquíes que tenía en su
poder, tratados por el gobierno de Marruecos como si fueran bandidos. Este
gesto de buena voluntad, no obtuvo nada de su contraparte. El destino de la
mayoría de los prisioneros de guerra saharauis es desconocido, y por ende
estamos ante un crimen de guerra perpetrado por Marruecos y hasta ahora,
impune.
En 2005 en los territorios ocupados, estallaron
protestas, organizados por ONG de Derechos Humanos. Este descontento fue de
manera creciente, a pesar de la dura respuesta marroquí, que terminó en
detenciones y torturas. La intensa represión política y cultural, han provocado
que las generaciones de saharauis que vivieron bajo la ocupación, sigan siendo
tan nacionalistas como sus padres y abuelos. Pero la política de colonización
marroquí, iniciada al mismo tiempo de la invasión de 1975, convirtió a los
saharauis en una minoría en su propio país en las zonas ocupadas.
Brahim Ghali. Presidente de la RASD y líder del Frente Polisairo |
La llegada de Ban Ki moon, como Secretario
General de Naciones Unidas, la cuestión saharaui transcurrió por los carriles
de siempre. En 2007, por medio de una resolución del Consejo de Seguridad, se
instó a las partes a negociar de buena fe, algo imposible teniendo a Marruecos
del otro lado de la mesa y en 2008, una vez más todo quedó en punto muerto.
Marruecos siguió empecinado en un plan de autonomía. En ese mismo año fue
designado como Enviado de Naciones Unidas para el Sahara Occidental, a
Christopher Ross, luego de la fallida gestión de van Walssum, acusado de ser
parcial, favorable a Marruecos.
Las posturas de las partes son irreductibles, por
un lado Marruecos no acepta otra idea que un régimen de autonomía para las
“Provincias del Sur” nombre que recibe la zona ocupada del Sahara desde
1975, y el Frente Polisario, que
sostiene la idea de un referéndum de autodeterminación.
En 2009 estalló el escándalo de Aminatu Haidar.
Esta mujer, una reconocida activista de derechos humanos, presidente de CODESA,
había sido también presa política y duramente torturada por los marroquíes. En
2008, Haidar fue reconocida por el célebre Centro Robert F. Kennedy para los
Derechos Humanos, por su labor. En dicho año, tuvo contacto con funcionarios
del gobierno de Estados Unidos, como activistas de derechos humanos del dicho
país. Participó en la VI Comisión de Descolonización de Naciones Unidas. En 2009. Haidar volvió a viajar a Estados
Unidos, acompañada de periodistas españoles. En el Aeropuerto de El Aaiún, las
autoridades marroquíes, luego que Haidar se negara llenar un formulario donde
reconoce la marroquinidad del Sahara, fue sencillamente expulsada a Canarias,
luego de horas de interrogatorio y privarla de su pasaporte. Un hecho arbitrario e ilegal, en abierta
contravención a los arts. 9 y 12 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos que señalan claramente que “nadie
podrá ser arbitrariamente privado del derecho a entrar a su propio país”.
La ausencia de facultades de monitoreo de
Derechos Humanos de la MINURSO, habilita de alguna manera este tipo de
atropellos. Esto quedó reflejado de una
manera más cruda, con el llamado Campamento de Gdeim Izik, en noviembre de
2010, donde 20.000 saharauis se reunieron a protestar por la pobreza y
desempleo que los afectaba. Estos fueron desalojados por la fuerza, en una
operación combinada entre fuerzas policiales, de seguridad y militares. Cabe
destacar que dado que el Sahara Occidental es un territorio sujeto a ocupación
militar, los saharauis no están obligados a reconocer ni obedecer a las
autoridades de ocupación, agregándose el derecho de resistencia, algo
consagrado por el Derecho Internacional Humanitario. Una veintena de activistas
fueron enviados a Marruecos a ser juzgados por un Tribunal Militar, que tomando
como base a lo estipulado a la Convención de Ginebra, este no tiene competencia
y por ende sus decisiones nulas, agregándose que la represión de Gdeim Izik, es
un crimen en el marco del Derecho Internacional Humanitario.
Desde Gdeim Izik a la crisis Guerguerat
Ross, el
enviado de Naciones Unidas, en 2010, dejó en claro las falencias en materia de
derechos humanos por parte de Marruecos. En 2010, más precisamente entre los meses de
octubre y noviembre de dicho año, se
sucedieron los hechos del Campamento de Gdeim Izik. Unos 20.000 manifestantes,
se concentraron en las afueras de El Aaiún y resistieron la embestida de las
autoridades marroquíes. Los manifestantes exigían vivienda y trabajo, dejando
en evidencia que los saharauis, son ciudadanos de segunda bajo el gobierno de
ocupación. Quienes nutrían aquella
protesta había desempleados, jóvenes, mujeres, niños, empleados del yacimiento
minero Bu Craa, víctimas de la represión marroquí. La primera reacción de Rabat
fue negociar y escuchar a los manifestantes, ganando tiempo, para la respuesta
posterior que fue el cerco del campamento, su aislamiento y posterior
desmantelamiento por la fuerza, empleando fuerzas militares. El cerco impuesto impedía la llegada de agua
y víveres en abierta violación a la IV Convención de Ginebra, donde prohíbe los
castigos colectivos. Hubo 300
detenidos, sometidos a un juicio ilegal ante un tribunal militar en territorio
marroquí. Este comportamiento fue objeto de severas críticas y denuncias por
violación a los derechos humanos, por los maltratos, falta de garantías en la
defensa del debido proceso. El Derecho
Internacional Humanitario, habilita a los pueblos sometidos a ocupación
militar, a no obedecer a la potencia ocupante, a resistir también. Existen
regulaciones que permiten al ocupante establecer tribunales, pero estos deben
garantizar el debido proceso, la defensa en juicio y estar constituidos en el territorio
ocupado.
Protestas de Gdeim Izik. 2010 |
En 2013,
Estados Unidos se mostró favorable a dotar a la MINURSO de poderes en materia
de derechos humanos, pero quedó frustrado. Marruecos se opuso tenazmente y
suspendió una serie de ejercicios militares en dicho año con fuerzas armadas
norteamericanas. El deterioro de la
situación de seguridad en la franja de Sahara Sahel, puso de relieve la
necesidad de alcanzar la paz en el Sahara Occidental.
Los viajes del Enviado de Naciones Unidas, Ross,
continuaron, sin obtener avance alguno. Las Naciones Unidas continuaron
prorrogando la permanencia de la MINURSO en el Sahara. España ha sido por cierto, la gran ausente de
todo este drama, sin tomar iniciativa alguna, aferrándose a los Acuerdos de
1975, donde se desligaba del Sahara, y para peor de sus habitantes, privándoles
de su ciudadanía española, sin proceso de autodeterminación, sin consulta
alguna, en clara violación al régimen internacional de derechos humanos.
Los años pasaron, el estancamiento del conflicto
era evidente, generando malestar en las generaciones más jóvenes de saharauis. La
llegada a la presidencia de la República Saharaui, de Brahim Ghali, luego de la
muerte del moderado Mohamed Abdelaziz, significó un cambio en la política hacia
Marruecos, donde el recurso a las armas, es puesto entre las opciones
factibles.
Patrulla de la MINURSO. |
La situación de la MINURSO se tornó crítica,
cuando en 2017, Marruecos expulsó el componente civil. Naciones Unidas tuvo una
reacción tímida, esto limito mucho la actividad de la Misión de Paz en las
zonas ocupadas. Mientras tanto, del otro lado, la paciencia de los saharauis se
iba agotando. La crisis de Guerguerat,
desatada en noviembre de 2020, puso en evidencia que dicha paciencia se había
agotado.
Marruecos subió la apuesta, buscó en el seno de
la Unión Africana, una vez que fue admitido, aislar a la RASD y buscar su
expulsión. Esto quedó frustrado, especialmente por la postura de los países
anglófonos, liderados por Sudáfrica. A pesar del discurso marroquí, sobre el
Sahara, el aceptar incorporarse a la Unión Africana, implica también la Carta
de fundación de este organismo, donde los estados - parte, están obligados a
reconocer las fronteras heredadas de tiempos de la colonización. Por ende
Marruecos, desde el punto de vista jurídico, acepta las fronteras heredadas, y
eso excluye al Sahara Occidental, mal que le pese a Rabat.
Paso de Guerguerat bloqueado por activistas saharauis. |
La llegada del presidente Donald Trump a la Casa
Blanca, en muchos aspectos fue un retroceso. Personaje ignorante en materia de
política internacional y seguridad, como quedó demostrado de la payasada de
pretender comprar el territorio de Groenlandia a Dinamarca, subió la apuesta, y
en un intento de presionar a Marruecos, para normalizar las relaciones con
Israel, desde su cuenta oficial en Twitter, ofreció el reconocimiento de la
soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, a cambio de restablecer vínculos
con el Estado de Israel. El mismo
Departamento de Estado hizo oídos sordos al disparate propuesto por Trump. Estados Unidos no reconoce la anexión
marroquí, pero la política adoptada por la Casa Blanca, de alguna manera a
favorecido a la ocupación, agregándose el mirar hacia otro lado ante las graves
violaciones a los derechos humanos. La
llegada del presidente Biden, significó el retorno a la tradicional postura de
Washington de no avalar la tesis anexionista marroquí, ni reconocer derecho
alguno.
Trump y su "famoso" tuit, ofreciendo a Marruecos el reconocimiento de la ocupación sobre el Sahara |
Las Naciones Unidas, renovaron una vez más el
mandato de la MINURSO, en octubre de 2021, para que siga vigilando un alto el fuego que
es una mentira. Francia se opuso como es de costumbre a que la MINURSO tenga
facultades de monitoreo en materia de Derechos Humanos. Siendo este tema, la
gran deuda pendiente, donde existen claras responsabilidades de Estados Unidos,
Francia y España, por mirar hacia otro lado. Existe numerosos casos, como el
del periodista saharaui Ibrahim Amrikli arrestado arbitrariamente, golpeado
durante dos días en mayo de 2020. hasta que firmó una confesión con cargos
falsos. Esto no es algo nuevo, dado que Amrikli, fue objeto de hostigamiento
policial entre los años 2017-2019. En julio de 2020, el periodista
saharaui Essabi Yahdih, fue detenido por
la policía, cuestionándolo sobre la línea editorial, por el mismo creado. Se
estima que una veintena de personas, por su opinión, fueron objeto de
hostigamiento policial, detenciones arbitrarias, allanamientos de morada, sin
orden judiial, por sus opiniones políticas en El Aaiún. Pero el caso más
escandaloso, es el de Sultana Jaya que se la impuesto arresto domiciliario en
2020. En mayo de ese año, los activistas pro derechos humanos, que
subrepticiamente, ingresaron a la casa para solidarizarse con Jaya, Babouzid
Labhi, Salek Baber y Khaled Boufraya. Fueron arrestados por la policía marroquí
y sometidos a torturas. Jaya sufrió el allanamiento de su domicilio y un
intento de violación por parte de agentes policiales marroquíes, que ocultaban
su rostro. Ella reside en Bojador y es
la presidente de la Liga de Derechos Humanos. Ha sido víctima de malos tratos
en diversas ocasiones. Su arresto domiciliario, es una medida netamente
policial, sin orden judicial. Su familia ha sido objeto de maltratos,
incluyendo a su madre de 84 años, su hermana, que tuvo un brazo roto luego de
ser golpeada por la policía, y su cuñada, también maltratada, perdió su
embarazo. Otro activista pro derechos
humanos Ghali Bouhla, en este 2021, fue torturado en su casa frente a su madre
y hermana, por parte de policías marroquíes.
Bouhla fue arrestado finalmente por repartir banderas saharauis y
participar de protestas pacíficas. Sentenciado hasta 2022 por cargos falsos por
tenencia de drogas. En mayo de 2021, las
fuerzas policiales marroquíes, también en la ciudad de El Aaiún, irrumpieron en
la casa Mina Bali, donde fue duramente golpeada junto a su hermana Embarka
Alina. Su pecado, ondear una bandera saharaui en la zona ocupada. Recordemos
que el derecho internacional reconoce que las poblaciones de territorios
sometidos a ocupación militar no tienen obligación de obedecer al ocupante, ni
éste imponer su legislación a la zona ocupada. Menores de edad fueron también
víctimas de torturas como el caso de Mustafá Razouk, de 15 años, por participar
en actos de protesta.
Represión marroquí en las zonas ocupadas. |
Mary Lawlor, relatora especial de Naciones
Unidas sobre Derechos Humanos, ha condenado públicamente el comportamiento de
Marrueco en el Sahara ocupado. Se ha pronunciado incluso abiertamente sobre el
caso de Jaya: La familia está expuesta a
agresión y amenaza física y sexual por parte de Policías marroquíes que aún
asedian su casa. En las zonas
ocupadas por Marruecos, las desapariciones forzadas no han cesado nunca, un
ejemplo, el caso de Mohamed Salem Ayyad
Ali Al Fahim, joven activista, salió de su casa el 15 de Enero de este año. No
volvió jamás. Su familia le buscó por hospitales y comisarias sin resultado. 22
días después, el 5 de febrero apareció su cadáver, en avanzado estado de
descomposición, en un hospital de El Aaiún… En junio de 2021, la Alta
Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michele Bachelet, señaló retomar el programa de misiones técnicas a
los territorios ocupados del Sahara suspendido desde 2015 debido a la
obstrucción de las autoridades de ocupación marroquí”. Asimismo, en una
entrevista, la citada funcionaria dijo en una reunión vinculada al Grupo de
Apoyo para el Sahara Occidental: Ciertas
partes nos han impedido llamar la atención de la comunidad internacional sobre
la situación de los derechos humanos.
La crisis de Guerguerat, en noviembre de 2020,
aceleró los tiempos y la escalada del conflicto. Marruecos violó abiertamente el llamado
Acuerdo Militar nro. 1, ocupando la zona de amortiguación o desmilitarizada,
para desalojar una protesta saharaui en un paso fronterizo ilegal, montado por
autoridades marroquíes. Naciones Unidas,
miró para otro lado, no intento mediar y hacer saber que el comportamiento
marroquí era una violación al Plan de Paz de 1991. Finalmente, la crisis derivó en una guerra,
que pocos medios internacionales mencionan, que está derivando en situaciones
de máxima tensión, como lo acontecido en noviembre de 2021, con la muerte de tres
civiles, conductores de camión que trasladaban cargas a Mauritania cubriendo el
trayecto Uargla-Nuakchott, luego de un atraque marroquí. Argelia ante este clima de tensiones, no solo
respalda el accionar militar saharaui, sino que ha cortado el abastecimiento de
gas a Marruecos, y ha concentrado medios en la frontera común. Rabat ha estrechado lazos con Israel, como
nuevo proveedor de equipo militar. Sectores religiosos y conservadores, ven
esta actitud como algo muy negativo. Si
Marruecos continúa con su política de acercamiento con los israelíes, esto
puede ser funcional el discurso de sectores radicalizados.
Sultana Jaya. Víctima de la Policía marroquí. |
Marruecos puede continuar con su política de
expolio, como violación de los derechos humanos, gracias a sus aliados
occidentales. Francia es un actor clave,
dado que Rabat es funcional a los intereses franceses en África, que por cierto
están en franco retroceso ante el avance de China y en menor medida de
Rusia. París lo sabe y mantiene a
ultranza su apoyo a Marruecos, con el cual ha llevado lucrativos contratos en
el ámbito civil, como militar. Su posición en África está en entredicho,
especialmente ante su fracaso en Malí. Estados Unidos mantiene su apoyo militar
y político a Rabat, ante un continente que le está dando las espaldas a Occidente. Emiratos Árabes Unidos o EAU, se ha
convertido en otro actor en el conflicto, aunque de manera indirecta. Sus
líderes aspiran a convertirlo en una potencia regional, brindando apoyo
político a Marruecos en el marco de este conflicto. Prueba de ello, es la cesión
de parte de la flota de aviones Mirage
2000-9, a Marruecos (el otro beneficiario es Egipto) luego que los EAU,
firmaran el llamado contrato del siglo, con la empresa francesa Dassault, para
adquirir 60 modernos cazas Rafale.
Los EAU tienen intereses crecientes en la región, por ejemplo, quedarse
con la gestión de aeropuertos y el sistema de identificación de personas en
Mauritania. Su acercamiento con Marruecos, tiene que ver con el interés que
tiene Abu Dhabi de incrementar su peso en el mundo árabe, alejándose de la
sombra saudita.
Los problemas internos que atraviesa Rabat,
especialmente en el orden económico, las tensiones sociales existentes, dado
que el desempleo y pobreza golpea fuertemente a gran parte de la población,
agravándose las consecuencias de la pandemia del COVID 19. La existencia de un
conflicto externo, puede ser una de las válvulas de escape del régimen
marroquí. Recientemente, Marruecos extendió el control de aguas
jurisdiccionales frente a las islas Alhucemas, de soberanía española, como
mecanismo de presión, a un gobierno de Madrid, siempre permeables a las
extorsiones de su vecino sureño.
Niños saharauis van a la escuela en los Campos de Refugiados de Tinduf |
Tres década de no paz – no guerra.
La MINURSO, es un simple testigo de la crisis que atraviesa el Sahara Occidental. Los aliados de Marruecos, han convertido a la misión de paz de Naciones Unidas en una cáscara vacía, y para peor, con “sorda, ciega y muda” ante las violaciones de Derechos Humanos. Todo lo que predican los políticos europeos, especialmente Francia, y Estados Unidos en materia de derechos humanos, lo incumplen en el Sahara Occidental, donde se han convertido en cómplices por acción u omisión de los abusos de Rabat como potencia ocupante.
Marruecos ha consolidado su control de las zonas
ocupadas, con una política de militarización y traslado de colonos desde los
primeros días de la invasión de 1975. Son crímenes de guerra, pero nadie dice
nada. El apoyo irrestricto de Estados Unidos y Francia, a la política marroquí,
sin ninguna duda tiene que ver con el avance de China y Rusia en África. Las
antiguas potencias coloniales, solo traen malos recuerdos. En Malí, Francia ha
fracasado estrepitosamente, y Bamako toca las puertas de Moscú. Solo queda Rabat, como un aliado fiable, en
apariencia. La crisis de Guerguerat no
deja muchas opciones a los saharauis, hay un contexto que consideran favorable
para llevar a cabo una escalada limitada en los muros defensivos. Marruecos está a la defensiva, dado que su
objetivo de controlar los ricos bancos pesqueros y las minas de fosfato, se ha
cumplido. El gran desafío de la RASD, es incrementar sustancialmente el costo
de la ocupación, con la finalidad de sentarse a una mesa de negociación. Los
términos de la paz prevista en 1991, son letra muerta. Un referéndum es
inaceptable para ambas partes si resulta desfavorable para sus intereses Por ende una solución realista, es sin
ninguna duda, la partición del territorio, algo que había aceptado en su
momento el liderazgo saharaui, pero rechazado de plano por Marruecos en su
política de todo o nada, gracias al apoyo que le da Francia. Este veto puede ser superado, si la potencia
administradora de iure del
territorio, España, asume el rol histórico que niega a tener
El recurso a las armas, con sus riesgos
inherentes, dado la magnitud de los contendientes y sus alianzas, fue una
consecuencia lógica de años de espera y olvido, además de intentar que la
comunidad internacional tome nota sobre este conflicto, que espera una solución
desde 1975. Los intentos de negar a la República Saharaui, han sido
infructuosos, por ende la ansiada paz, que a nuestro entender demorará bastante
tiempo en llegar, dependerá en considerar al Estado saharaui como una realidad,
como un actor en el conflicto, y su voz debe ser oída. Es por ello que la diplomacia
saharaui, debe retomar el camino perdido, de obtener reconocimientos
internacionales, solo así, el conflicto podrá adquirir la dimensión que
requiere para que de alguna manera la comunidad internacional brinde algún tipo
de respuesta, sin olvidar la posibilidad de librar la batalla en el seno de la
Asamblea General de Naciones Unidas, para que la RASD sea un estado observador.
Treinta años de no paz – no guerra, de crímenes
de lesa humanidad impunes, de pobreza y exilio. No cabe duda que los saharauis
merecen una justa reparación y el derecho a vivir en paz en su estado, creado
el 27 de febrero de 1976.
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