Mensaje de Pascua de 2023. El verdadero tesoro
El verdadero tesoro: No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los
consumen, y los ladrones perforan las paredes y los ladrones las roban.
Acumulen en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que
los consuma, ni ladrones que perforen las paredes y roben. Allí donde esté tu
tesoro, estará también tu corazón” (Mateo 6 19-21.).
He
observado que cada año, pareciera que
Este
contexto no es diferente en los tiempos de Nuestro Señor Jesucristo. Donde
millares estaban sometidos a opresión y profundas diferencias sociales. También
eran tiempos de corrupción social y moral. En ese marco tan difícil, de crisis,
llegó Cristo con su mensaje de salvación y esperanza.
SI
algo dejó en claro el Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo, la importancia de
los bienes espirituales sobre los materiales, que son circunstanciales. A pesar
que observamos día a día como muchos dedican sus vidas a acumular bienes
materiales, a valorar a otras personas por sus riquezas materiales. Así vemos
como amistades se basan en un mero interés, inclusive lazos familiares. La
gente acumula bienes materiales, y sigue sintiéndose vacía. La razón, es haber
dejado de lado el alimentar el espíritu.
Que
la vida no sea una búsqueda de acumular bienes materiales, sino de crecimiento
persona y espiritual.
En
las Bienaventuranzas, el Señor cuando nos dice: Felices los que tienen alma de pobres, porque de ellos será el Reino de
los Cielos., nos invita a ser desprendidos, a dedicar nuestra existencia
terrenal a enriquecer nuestra alma.
Que
nuestro paso por la tierra deje su impronta en el prójimo, que no permanezcamos
indiferentes al drama del otro. Si la vida ha sido generosa con nosotros, es
para compartir, no para acumular. Por
eso como dice la frase del principio, trabajemos intensamente para acumular
tesoros en el Cielo, para ser mejores personas y de esta manera construir una
sociedad mejor.
Que
estas Pascuas sean un reencuentro con Dios, recordando lo que es imposible para
los hombres, es posible para Nuestro Señor, siendo ejemplo de ello, el milagro
de Lázaro, como todos los años cito las palabras de Jesús:
“Yo soy
Felices Pascuas. Dios los bendiga.
Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Buenos Aires – Argentina
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