Argentina Ejército Futuro Una visión

 

      

 


Por Jorge Alejandro Suarez Saponaro

 mag. en defensa nacional 

 

La defensa del espacio terrestre argentino. Regiones geoestratégicas

 

La Argentina, cuenta con cinco regiones geográficas principales: pampeana (o central), mesopotámica, (o del NE), una región cuyana, norte, y patagónica.  Esta conformación intervienen una serie de factores, que van desde aspectos impuestos por la propia naturaleza del país, el asentamiento de la población, su actividades económicas y las vías de comunicación naturales. El análisis geostratégico, nos permitirá distinguir áreas de importancia para la defensa nacional, y exigencias en el empleo en este caso de las fuerzas terrestres. Tomamos como referencia la “zonificación geoestratégica” realizada por el coronel Luis Riobo, es su obra  Defensa Nacional y Genética de Fuerzas.

 

El citado autor identifica la llamada Zona Central o de sellado nacional. Esta centrado en la región pampeana, donde se concentra gran parte de la población, la actividad económica y donde encontramos el centro político y económico del pais, la Ciudad de Buenos Aires, además de los principales centros industriales y puertos exportadores. Esta región es un espacio que se extiende desde la boca del Río de la Plata, el centro norte de la Provincia de Buenos Aires, el sur de la provincia de Santa Fe y el centro este de la provincia de Córdoba. En estas áreas están ricas explotaciones agropecuarias, el complejo agroindustrial, además de las principales industrias del país y los dos más importantes puertos, Rosario y Buenos Aires.

 

La región Noreste, ribereña con los ríos Paraná y Paraguay, con clima cálido, vegetación subtropical, montes tupidos, sabanas, cursos de agua. Esta región cuenta con la central hidroeléctrica de Yaciretá. Por su vecindad con la república de Paraguay, tiene importancia, por el tráfico fluvial y fronterizo con dicho país.

 

La región Noroeste, el autor citado la ubica en los contrafuertes de los Andes, se ubican los valles de Lerma y del Río Grande, tiene frontera al Oeste con el Chaco salteño. Esta región tiene características variadas, que van desde el clima tropical al Este, las montañas, la llanura, la aridez y la selva. La región está inserta en área que se vincula con Bolivia. Es la puerta hacia el norte de Chile.  El Noroeste argentino, cuenta con importantes recursos mineros, entre ellos el estratégico litio.

 

La región de Cuyo, se extiende en las provincias de Mendoza y San Juan. Es una región de gran dinamismo, tanto por el potencial agrícola, gracias a la mano del hombre, como del potencial minero. La cercanía con la región central de Chile, ha potenciado su importancia desde los tiempos del dominio español, y sigue siendo la vía más directa que conecta la región Pampeana con el centro de Chile.

 

La región de Neuquén, por su posición geográfica, lleva a reflexionar en pensar como un área claramente diferenciada. En esta área encontramos la confluencia de los ríos Limay y Negro, áreas que van desde zonas boscosas, célebres por su atractivo turístico, pasando por zonas áridas.  El potencial de la región está dado por la explotación de gas, petróleo, teniendo a Vaca Muerta, como centro de una de las reservas más importantes de “shale gas” y “shale oil”. Además encontramos centrales hidroeléctricas, especialmente El Chocón, que abastece a la región metropolitana de Buenos Aires. Los pasos cordilleranos conecta esta región con el llamado “Valle Central” en Chile, e importantes puertos del Pacífico de dicho país. La región neuquina se conecta con el Atlántico a través del valle del Río Negro, también de importancia por su potencial agrícola.

 

La región Patagonia Centro, comprende el espacio comprendido en el triángulo Sarmiento – Comodoro Rivadavia – Puerto Deseado. Área de escasa vegetación, árida propio del paisaje patagónico. Comodoro Rivadavia es centro del sector petrolero, además de una creciente industria pesquera. En la zona cercana de Puerto Deseado, existe una floreciente actividad minera.

 

La región Paragonia Austral o Sur, se extiende desde el río Santa Cruz hasta la frontera con Chile.  Tiene continuidad geográfica con el sur chileno. Es un área de valor estratégico, no solo por el potencial minero, energético, pesquero, sino por la cercanía con las Islas Malvinas (unos 700 km) y por la cercanía con la Isla de Tierra del Fuego, con su deuda histórica, de contar con una conexión permanente, que no requiera atravesar territorio chileno.

 

Existen regiones “intermedias” en las áreas aludidas, que por su grado de desarrollo y que por su ubicación, no requiere una presencia militar significativa. El coronel Riobo, nos dice que estás áreas son el 16% del país. Luego encontramos  amplias extensiones de territorio, con un desarrollo limitado centrado en enclaves de población.

 

Los espacios semivacíos, regiones que son aptas para el desarrollo, pero se encuentran despoblados, encontramos la meseta patagónica, la llanura boscosa chaqueña. Estas áreas son el 28% del territorio nacional.  Los llamados enclaves semivacíos, que son espacios intermedios entre zonas más de desarrolladas, forman el 18% del territorio nacional. Estas áreas son el sur de Mendoza, el norte de Neuquén, el Este de la provincia de La Pampa, Norte de San Juan, Noroeste de San Luis, Sur y Este de La Rioja, la Puna, zonas central y norte de Misiones, los Esteros del Iberá y el Noreste de Entre Ríos.  Estos espacios y enclaves semivacíos, son el 46% del territorio nacional. Conforman áreas que conectan las distintas regiones anteriormente indicadas.

 

La zona de sellado nacional, es sin ninguna duda de principal interés para la estrategia nacional. El coronel Riobo, la denomina de primer grado. Se identifican contiguas a la región Central otras cinco regiones. Una contigua a la región central  y cuatro regiones  que abarcan la provincia de Tucumán, el este de la Provincia de Corrientes, la Provincia de Entre Ríos, el Valle del Río Negro y el litoral de las Provincias de Río Negro y Buenos Aires, conforman regiones de tercer grado. Su valor es para el nivel operacional.  Las regiones de cuarto grado  (Noroeste, Cuyo, Neuquén, Noreste, Patagonia Central y Austral), son áreas vitales a considerar en el diseño del dispositivo de defensa terrestre. Zonas de probable de alto combate, de importancia táctica. Finalmente las zonas de cuarto grado, que abarcan espacios vacíos y enclaves  por su ubicación cercana a las zonas “de alto combate” tendrán su valor en el plano del nivel operacional y táctica superior.

 

Argentina es un país que tiene serios problemas de infraestructura, donde se observa una débil conexión física de las distintas regiones, con la llamada Zona Central. Estos problemas son especialmente graves en materia de ferrocarriles, seguido por carreteras y también un sistema portuario. Esto indicaría que la defensa terrestre deberá ser llevada a cabo con un elevado grado de descentralización.

 


La defensa terrestre algunas consideraciones

 

El espacio argentino está conformado por un espacio, llamado Zona Central, corazón económico y político del país, donde se concentra la mayor parte de la población, pero que se encuentra desconectada de las áreas de menor desarrollo, que a su vez, también están aisladas entre sí. Estos constituyen una serie de factores que condicionan al defensa terrestre, agregándose la postura defensiva del país, dado que no tiene aspiraciones fuera de sus fronteras propias. Es por ello que será el atacante quién elegirá el momento y lugar en que llevará a cabo sus acciones. Esto sin ninguna duda demanda contar con un sistema de alerta adecuado, provisto por una comunidad de inteligencia debidamente desarrollada.

 

La posible agresión que pueda sufrir el país, es un golpe estratégico, que anule la capacidad de toma de decisiones, destruyendo infraestructura claves, como telecomunicaciones, redes de distribución de energía, transporte, aislando distintas partes del país, especialmente los espacios vacíos y semivacíos poseedores de recursos naturales. Esta agresión se podrá llevar a cabo en el marco de las llamadas guerras híbridas, donde se combinen distintos factores. El agresor externo se puede valer de agentes desestabilizadores (Proxy), apelando a distintos métodos, desde acciones convencionales, pasando por no convencionales, terrorismo, etc. Es por ello que para la defensa terrestre cobrará vital importancia la seguridad de objetivos estratégicos, ciberdefensa, protección NBQ, y desplegar las principales fuerzas de combate en las áreas de mayor vulnerabilidad.  Los grupos irregulares, en las guerras híbridas, tienen como objetivo erosiona el poder, con el fin de llevar una suerte de guerra irrestricta, con el objetivo de quebrar la voluntad del adversario, llevándolo a un escenario caótico.

 

La defensa terrestre se caracterizará por los inmensos espacios y la escasez de tropas y medios, La vulnerabilidad de ciertos espacios, especialmente la Patagonia, lleva a pensar que las fuerzas desplegadas deberán estar en capacidad de operar de manera aislada. Las organizaciones militares operaran con un elevado nivel de autonomía, apoyándose especialmente en la infraestructura local.  El país tiene serias limitaciones en materia de movilidad estratégica: falta de ferrocarriles que permitan la movilización de recursos a escala; carencia de una infraestructura portuaria y flota de transporte marítimo para llevar refuerzos; y limitaciones en materia de movilidad aérea.  Estos son elementos que debe tenerse en cuenta a la hora de pensar en la defensa del espacio terrestre.

 


El ejército del futuro, deberá atravesar una verdadera transformación, a nivel doctrinario, orgánico y en materia de adiestramiento. La futura fuerza estará dotada de las capacidades militares esenciales que aseguren la disuasión en el ámbito terrestre y que garanticen, llegado el caso, la defensa del territorio nacional. Esto implicará contar con un número adecuado de unidades de combate, apoyo al combate y sostén logístico, organizados, instruidos, equipados y sostenibles, que permitan la ejecución de los planes de defensa del territorio nacional. Especialmente, con capacidades de superioridad en el enfrentamiento que le confiera, en caso de ser empleadas, con carácter contundente y resolutivo La fuerza terrestre futura deberá estar en capacidad de:

  • Operar en las distintas áreas del país, en operaciones autónomas, caracterizadas por el aislamiento geográfico y la dispersión de efectivos. Cobra especial relevancia el desarrollo en materia de capacidad antitanque, antiaéreo, adquisición de objetivos y combate nocturno;
  • Sostener operaciones son recurrir a la movilización e una primera instancia;
  • La complejidad y los escenarios de incertidumbre, los constantes cambios imponen a las fuerzas terrestres, ser polivalentes y flexibles, capacidad de adaptación a un escenario siempre cambiante. Esto tendrá repercusión en la doctrina, adiestramiento, organización, estructura y equipamiento;
  • Ejecución de operaciones con un elevado nivel de movilidad táctica, disponiendo de un gran caudal de información, y con poco tiempo de resolución y reacción;
  • Nivel tecnológico adecuado, con sistemas C4I;
  • Despliegue estratégico menos disperso, que haga factible la ocupación de áreas más sensibles del territorio nacional, reducir los tiempos de empeñamiento en situaciones de crisis, favorecer el adiestramiento y empleo conjunto;
  • Ejecutar operaciones en más de un área geográfica;
  • La dimensión del espacio a defender, la magnitud de la fuerza propia, agregándose la postura defensiva argentina, demanda la capacidad de llevar a cabo operaciones convencionales con no convencionales;
  • Alto nivel de operatividad de los reservistas;
  • Capacidad de combatir a fuerzas superiores a las propias, gracias a la movilidad táctica, potencia de fuego y calidad de adiestramiento;
  • La posibilidad de desarrollar operaciones contra amenazas o escenarios de lucha asimétrica, indican la necesidad de capacidades de combate no convencional, cooperación con el entorno civil, obtención y elaboración de inteligencia, operaciones especiales, operaciones psicológicas. Asimismo la fuerzas terrestre deberá estar en aptitud para operar en zonas urbanas que implicarán desafíos en materia de inteligencia, combate individual, movilidad y contramovilidad, protección de la fuerza, apoyo logístico;
  • Potenciar la capacidad de realizar operaciones fuera del territorio nacional, ya sea en operaciones combinadas o en coaliciones multinacionales bajo auspicios de organismos internacionales;
  • Contribuir a un efectivo control y vigilancia del espacio nacional en conjunto con las otras FFAA, esto implicará potenciar capacidades de reconocimiento, vigilancia, obtención de inteligencia, defensa antiaérea, guerra electrónica, información y telecomunicaciones complementando las del resto de las FFAA;
  • Disponer de un núcleo de capacidades que contribuyan a garantizar un nivel mínimo de disuasión;
  • Contar con medios adecuados para incrementar la supervivencia del combatiente en el campo de batalla moderno, ello implicará mejoras en el sistema de sanidad militar;
  • Empleo de las fuerzas terrestres en el marco de operaciones conjuntas, y posiblemente en acciones combinadas, siendo especialmente relevantes potenciar las capacidades de comando y control, vigilancia y reconocimiento, inteligencia, comunicaciones, adquisición de objetivos, y sostenibilidad;
  • Contar con medios y recursos para brindar apoyo a las autoridades civiles;

 

Este conjunto de pautas nos ayudarán en pensar no solo en las capacidades del Ejército futuro, sino también su estructura y orgánica. A lo largo de la historia del Ejército este ha sufrido una serie de cambios, que han obedecido a diferentes circunstancias, pero en la mayoría de los casos no estuvo en el marco de una Estrategia nacional. Sea como fuere, el Ejército sigue contando con un despliegue y estructuras que se remontan a la década del 60/70.

 

 


El diseño de fuerzas. Concepto operativo

 

La Argentina carece de la capacidad económica para constituir y mantener elementos de combate suficientes para hacer frente a los diversos desafíos/riesgos a enfrentar la defensa de su espacio terrestre, agregándose los posibles escenarios de conflicto. Esto tendrá sin ninguna duda impacto en los conceptos operativos y en el diseño de fuerza

 

Las limitaciones en materia de efectivos y equipamiento, exigen que la Fuerza Terrestre, deben estar en capacidad de operar con fuerzas enemigas superiores en medios y efectivos. La concepción de la maniobra estará influenciada por la necesidad de negar el control efectivo del espacio propio, como sobre la población al adversario, a través de la presencia y ejecución de operaciones militares. En los escenarios donde operará la Fuerza Terrestre, debe tenerse en cuenta la posibilidad de que actúen no solo actores estatales, sino no estatales, o combinación de estos, en un contexto de guerra hibrida. Un ejemplo de conflicto híbrido, es la Guerra de 2006 librada entre Israel contra el grupo libanés Hezbollah. Ante este escenario cobra particular importancia la protección de objetivos estratégicos y las fuerzas de adiestramiento especial.

 

Hemos hablado de descentralización en el plano táctico. Los medios desplegados en las llamadas zona de posible combate, las fuerzas desplegadas deberán llevar a cabo acciones de pequeña magnitud, pero de alto impacto. Dado el aislamiento geográfico, las fuerzas allí asentadas operaran con elevada autonomía operativa, sosteniéndose sobre la infraestructura local. Como indicamos anteriormente, la magnitud de la fuerza, el espacio a defender y las capacidades del oponente,  demandan a nuestro entender  contar con fuerzas con elevada movilidad y velocidad en la respuesta.  La amplitud del espacio a defender, demanda una importante capacidad para llevar a cabo operaciones en profundidad. Esto impacta en los sistemas de armas y su alcance.

 

Las operaciones que llevarán a cabo las fuerzas terrestres, no tendrán apoyo cercano de la Fuerza Aérea, dado el limitado material disponible y las exigencias del espacio a defender. Esto demanda contar con un moderno sistema de defensa antiaérea para la protección de las tropas en el terreno.

 


Las fuerzas terrestres tendrán que tener la aptitud para operar en zonas pobladas/urbanizadas, en el marco de un conflicto asimétrico/híbrido. En este tipo de escenarios, será de vital importancia la relación de confianza que se genere entre la población civil. Esto requiere preparación especial, equipo adecuado y gran precisión en los sistemas de armas empleados, además de una particular importancia en materia de operaciones psicológicas, estrecha cooperación con sistemas de defensa civil.

 

Las limitaciones en materia de infraestructura, plantea un cambio del despliegue y organización del Ejército Futuro. Estamos ante un escenario de contar con efectivos dispersos, aislamiento geográfico. Esto lleva a la idea de contar con elementos ágiles, con una conducción apta para actuar desde la dispersión, concentrar efectivos con suficiente poder, por un limitado tiempo, para producir efectos decisivos. Las limitaciones en materia de personal, como de equipamiento, lleva a la necesidad de preparar a la fuerza, como venimos diciendo, para combatir a fuerzas superiores en número y medios. Esto tiene exigencias en el adiestramiento. La reducción que ha sufrido el Ejército, en cantidad de efectivos, implica la ampliación del espacio en el cual tiene que moverse. Esto demanda cambios, donde la potencia de fuego, movilidad táctica, tienen especial importancia. Un ejemplo de ello es la importancia de las fuerzas aeromóviles. La creación de este tipo de fuerzas permitirá movilizar efectivos y material de forma rápida, a fin de ocupar espacios de gran importancia operativa que pudiera contrarrestar, llegado el caso, superioridades locales. Además las operaciones de combate en el aire y desde el aire, incluso a gran profundidad en el territorio enemigo, posibilitan vías para llevar a cabo la maniobra en profundidad.  También el espacio aéreo se utiliza para funciones de comando y control, inteligencia, apoyo al combate y sostén logístico.

 

La guerra debe ser de corta duración, por sus costos asociados y dado los recursos que dispone el país. Por eso será de vital importancia contar con fuerzas de combate con un elevado nivel de alistamiento y un eficiente sistema de alerta, que permita dar una rápida respuesta a una crisis.

 

Un aspecto olvidado, en muchos trabajos, es la necesidad de contar con fuerzas territoriales.  En el marco de los llamados conflictos asimétricos/guerras híbridas, cobra especial importancia la seguridad y defensa de objetivos estratégicos. Es por ello que las fuerzas territoriales – que dado los exiguos efectivos del Ejército, estarán en gran parte compuesta por reservistas – cuyas funciones serían

  • de protección de la retaguardia (por ejemplo, zona de comunicaciones),
  • asegurar enlaces, líneas de comunicación,
  • seguridad de instalaciones para el abastecimiento y evacuación,
  • defensa NBQ,
  • cooperación/apoyo a tareas de protección civil.

 

La protección de OOEE, requerirá tropas de seguridad, que serán elementos de infantería, responsables de la defensa de instalaciones, puntos y zonas sensibles. Estas fuerzas deberían estar apoyadas por fuerzas móviles dotados de blindados y artillería. Estos elementos precisan armamento antitanque y antiaéreo moderno. También el uso de vehículos aéreos no tripulados o UAV;s cobrará importancia para tareas de vigilancia, seguridad, etc.  No debemos descartar el empleo de fuerzas de adiestramiento especial, para la defensa de puntos realmente sensibles, como las centrales nucleares.

 


Los cambios doctrinarios, también impactarán en los programas de entrenamiento de combate. Las limitaciones presupuestarias han tenido un impacto negativo en la preparación de combate de las fuerzas terrestres.

 

Organización, equipamiento, alistamiento de la Fuerza Terrestre Futura

 

a. Organización

 

Las Fuerzas Terrestre, sin ninguna duda precisa una profunda reestructuración y cambios en su organización y despliegue, El objetivo será contar con una fuerza de unos 35.000 efectivos, distribuidos un 75% entre los elementos operativos y 25% entre elementos de conducción, apoyo, educación. Bajo la dependencia del Jefe de Estado Mayor General del Ejército, encontraremos:

  • estructura de conducción y apoyo: Secretaría General, Comando de Apoyo Logístico, y demás organismos que prevea el planeamiento;
  • estructura operativa: Comando Operaciones Terrestre, del cual dependerán las Fuerzas Regionales y la Reserva Estratégica;
  • estructura de educación: Comando de Educación y Doctrina.

 

El Comando de Operaciones Terrestre, que sustituirá al Comando de Alistamiento y Adiestramiento, conforma uno de los llamados Comandos Componente, que dependerá del Comandante del Teatro de Operaciones, tema que tocamos en esta obra, bajo la denominación de Cuartel General de Operaciones Conjuntas.  De dicho “comando componente” dependerán las Fuerzas de Empleo Regionales, desplegadas en las llamadas zonas de alto combate y áreas valor estratégico, y la Fuerza de Empleo Variable o Reserva Estratégica formada por elementos aeromóviles, blindados y fuerzas de adiestramiento especial.

 


Los desafíos que presenta la defensa terrestre, como hemos visto, demanda una completa reestructuración y reorganización del Ejército como hoy lo conocemos. Es por ello que consideramos que entre los posibles cambios de organización, los estudios deberían estar orientados a:

  • estructura territorial, con responsabilidades defensa territorial y logística, en las distintas regiones que sea dividido el país;
  • despliegue de fuerzas de empleo regional, de magnitud de Gran Unidad de Combate, en las zonas geoestratégicas mas relevantes. Estos elementos tendrán gran capacidad de combate, poder de fuego, autonomía logística y con capacidad para operar de manera independiente.

 

En el proceso de reformas para el Ejército Futuro, deberá tenerse en cuenta la existencia de una superposición de responsabilidades administrativas en las unidades tácticas. Las tareas administrativas demandan una carga importante de tiempo que afecta a los programas de adiestramiento, de por sí, afectados por la constante falta de recursos económicos.  Es por ello proponemos una separación de la responsabilidad administrativa, de las de adiestramiento. Es por ello que proponemos que las guarniciones, sean elementos prestadores de servicios. En otras palabras, por un lado la unidad militar dedicada al adiestramiento y la preparación para el combate, y por otro, la guarnición o base, con todos los servicios administrativos, con los elementos indispensables para hacer funcionar los servicios de apoyo a al unidad “usuaria” y para el mantenimiento de instalaciones fijas.  Es una solución que existe desde hace tiempo en la Armada y Fuerza Aérea.  Esto sin ninguna duda demandará crear dentro de la carrera militar, toda una especialidad de carácter administrativo.

 

 

b. Equipamiento.

 

Comunicaciones, ciberdefensa, seguridad de la información.

 

Las FFAA en general y el Ejército Futuro en particular precisan modernizar su red de comunicaciones y telecomunicaciones. El salto tecnológico en la materia, obligará a realizar importantes esfuerzos para desarrollar modernos sistemas, que para el caso de nuestro país, deberá garantizar comunicaciones seguras entre los diversos niveles de comando con tropas desplegadas a grandes distancias, con las consecuentes dificultades geográficas y de climatología. La seguridad de la información siempre ha sido un factor clave en el campo de batalla, la revolución tecnológica de estos últimos tiempos, repercuten en la necesidad de contar con herramientas adecuadas para brindar dicha seguridad. El EA ha hecho esfuerzos orientados a contar con modernos equipos de seguridad de comunicaciones y guerra electrónica, pero con limitaciones por la siempre escasez de recursos. El campo de batalla del siglo XXI demandará que el EA cuente con modernos medios de guerra electrónica, inteligencia electrónica. En el marco del programa de modernización se procurará una progresiva descentralización en beneficio de los escalones más bajos. 

 

Combate

En materia de combate individual, El Ejército tiene importantes deudas, especialmente en materia de supervivencia en el campo de batalla. Los requerimientos en la materia deberían contemplar:

  • Protección y equipamiento: mejorar la protección contra armas livianas de carácter, ergonómicos y más ligeros. Esto implicará cambios y mejoras en el vestuario, cascos, calzado, correajes. En atención a los diferentes medios geográficos, deberán desarrollarse equipos adecuados.
  • Letalidad: mejoras en el armamento individual y de la pequeña fracción, incrementando su precisión y potencia de fuego. Las subunidades deberán incrementar sustancialmente su poder de fuego, incorporando morteros, ametralladoras, lanzacohetes y misiles antitanque La industria nacional tiene muchas soluciones a esta cuestión;
  • Conocimiento: los combatientes deberán estar en enlace permanente con el jefe de su unidad, asimismo este enlace permanente deberá facilitar la transmisión de datos, permitiendo un mayor conocimiento de la situación en tiempo real;
  • Visión nocturna: las fuerzas deberán contar con modernos equipos, más ligeros con mayor autonomía y facilite el fuego en movimiento en condiciones de visibilidad reducida;
  • Autonomía y movilidad: contar con equipos que sean eficientes energéticamente, de menor consumo, asimismo deberán desarrollarse/adquirirse equipo más ligero y adaptados, a fin de que su peso no sea una limitación importante a la movilidad de las tropas.

 


En lo que respecta a las fuerzas blindadas debemos tener en cuenta las características geográficas del país, su infraestructura, que en más de un caso es inexistente o con serias limitaciones, conforman condicionantes para éstas.  Esto impactará en el despliegue de las fuerzas blindadas, capacidades y doctrina de empleo. El Ejército  cuenta con un importante parque de blindados que precisan a todas luces de un programa de modernización cuyos puntos principales serán:

  • Recuperación de capacidades industriales que permitan a la industria nacional producir, modernizar y reparar medios blindados;
  • Modernización de los VC TAM[1]: continuidad con el programa vigente en el marco con el contrato con Elbit Systems de Israel, extendiéndose a todos los VC existentes, para alcanzar el nivel del TAM 2C. Los cambios introducidos abarcan la renovación del equipamiento de la torre, capacidad de combate todo tiempo, dirección de tiro de última generación, detector láser, estación meteorológica, modernos sistemas de comunicaciones, sistema de gestión del campo de batalla,, mejoras en materia de seguridad para la tripulación, mejoras en las planta propulsora, faldones laterales, y adaptación para poder lanzar el misil antitanque Lahat de 8 km de alcance.  Un estudio de factibilidad, deberá poner en consideración avanzar en el proceso de modernización, al nivel TAM 1P, con blindaje adicional.
  • Modernización de los VCTP (vehículo de combate de transporte de personal) TAM y M 113: planta motriz, armamento, blindaje. Las otras variantes de TAM y M113 también serán modernizadas y deberá preverse incorporar vehículos provenientes del mercado de segunda mano para complementar las familias de blindados (recuperación, defensa AA, antitanque, morteros, etc);
  • Tanque Principal de Batalla (MBT por sus siglas en ingles): la necesidad de contar con un tanque de 50 t y con cañón de 120 mm. El objetivo equipar una brigada blindada.
  • Vehiculo de Combate a Rueda: En su momento existieron estudios o intenciones, el objetivo adquirir una familia de vehículos que incluya variantes de transporte de personal, apoyo de fuego con un arma de 105 mm, de ingenieros, etc. El modelo dotará principalmente a las unidades ligeras de potencia de fuego, movilidad y protección.

 

Fuerzas aeromóviles – Comando de Aviación de Ejército

Anteriormente citamos la necesidad de fuerzas aeromóviles y las exigencias operaciones, por ende dichas fuerzas deberán estar en capacidad de:

  • Ejecutar operaciones de asalto aéreo con capacidad para una fuerza helitransportada de la magnitud de un batallón en una primera instancia;
  • Complementar las capacidades de las brigadas. Las secciones de aviación deberán incrementar sus medios y capacidades, para poder transportar como mínimo una compañía;
  • Contar con un escuadrón con capacidad de ataque, para operar todo tiempo y armas antitanque;

 


El parque de helicópteros es anticuado, a pesar que se llevó a cabo exitosamente la modernización de los Bell UH1- 1H al nivel Huey II. Esta solución es parcial, dichas aeronaves tienen prestaciones limitadas y es preciso contar con medios de mayor capacidad. Por lo tanto el plan deberá contemplar adquirir los siguientes tipos de medio:

  • Helicóptero de ataque: el mínimo requerido será un escuadrón, con medios adquiridos en el mercado de segunda mano modernizados y/o un medio nuevo;
  • Helicópteros de transporte y maniobra: contar con los medios suficientes para transportar un batallón de 500/600 efectivos. El modelo será un helicóptero de tipo medio, capaz de transportar hasta 20/30 efectivos equipados. Será relevante sus prestaciones en cuanto a autonomía, capacidad de carga, costo operativo;
  • Helicópteros de transporte: en caso de ser factible desde lo económico, podrá adquirirse un lote reducido de helicópteros pesados, ya sea del mercado de segunda mano o nuevos;

 

Las fuerzas aeromóviles gracias al helicóptero, desplazan unidades de infantería a distancias medias y largas, permitiendo alcanzar rápidamente, ya sea para ocupar  o tomarlos, y llegado el caso mantener determinados espacios, zonas/objetivos. Los elementos aeromóviles, abren la posibilidad  de llevar a cabo operaciones en el aire y desde el aire, incluso en la profundidad del dispositivo enemigo. 

 


El espacio aéreo también puede ser empleado para funciones de comando y control, apoyo al combate, apoyo logístico, búsqueda y rescate, evacuación médica. Es por ello que dado las limitaciones de infraestructura, la magnitud de las fuerzas terrestres, demandan contar con una potente flotilla de helicópteros de transporte.

 

El Ejército cuenta con helicópteros armados encuadrados en su escuadrón de Aviación de Ejército de Ataque, empleando el célebre y ubicuo Bell UH 1H. Estas aeronaves pensadas para funciones de reconocimiento y transporte, no cuentan con elementos que potencien su capacidad de supervivencia, como protección blindada  para la tripulación y/o componentes vitales de la aeronave. Estos llevan coheteras de producción nacional y ametralladoras de 7.62 mm y 12.7 mm. Los sistemas de puntería son relativamente sencillos, y las capacidades de estos medios no dejan de tener sus limitaciones. [2]Esto se diferencia de un helicóptero de ataque o combate que conforma una plataforma específica para combatir objetivos terrestres, contando con sistemas de armas que pueden ir desde cañones automáticos, misiles antitanque, sistema de contramedidas, alerta radar, etc.  Asimismo cuentan con protección para la tripulación y partes vitales de la aeronave para garantizar su supervivencia.

 

En el caso del  Ejército Futuro, consideramos que la probabilidad de hacer frente a fuerzas blindadas es poco probable, y por ende el medio que sea elegido debe ser una aeronave equipada con sistemas de armas que le permitan ejecutar una serie de misiones, que podrán ser desde combate antitanque, reconocimiento, exploración armada y apoyo de fuego.

 

Apoyo de fuego – artillería antiaérea.

El Ejército gracias a la industria nacional ha logrado contar con medios, que por sus prestaciones, son de utilidad, debidamente modernizados y potenciados. En los últimos veinte años, los esfuerzos estuvieron orientados a poner en servicio el VCA TAM Palmaria, que equipa un grupo de artillería blindado, el prototipo del cañón CALA 30 de 155 mm, el desarrollo del sistema de adquisición de objetivos RATRAS, modernización  del CITER 155 mm, sistemas de lanzacohetes SAPBA, además del uso de UAV’s.  No obstante el esfuerzo realizado, sin ninguna duda es preciso realizar importantes transformaciones.  Otro tema pendiente en la modernización de la artillería antiaérea, que en el caso del EA se centra en sistema de tubo y con capacidades limitadas. Estos medios no ofrecen una protección adecuada de las unidades del EA desplegadas. Las prioridades en este programa serían; 

  • Modernización de la artillería remolcada: reemplazo de los obuses 105 mm M 56. Introducción del CALA 30, con el objetivo de reducir en número de sirvientes, mejoras en la puntería y posicionamiento autónomo. El CALA 30 será reemplazo de los CITER 155 mm;
  • Modernización del sistema autopropulsado: modernización del Palmaria, incorporación de obuses ATP de 155 mm en el mercado de segunda mano, modernizados, o que sean recuperados y puestos a punto en el país. El objetivo que todas las unidades mecanizadas y blindadas  cuenten con grupos de artillería ATP;
  • Sistema de artillería de cohetes: continuidad con el sistema CP 30 SAPBA de 127 mm, para apoyar a nivel GUB. Asimismo se deberá estudiarse adquirir un grupo formado por sistemas de 300 mm de largo alcance;
  • Desarrollo de municiones “inteligentes” para la ejecución de fuegos con alta precisión, en entornos complejos, y municiones de “alcance extendido” de más de 100 km;
  • Potenciar y modernizar sistemas de adquisición, vigilancia, reconocimiento, seguimiento y localización de objetivos, sobre plataformas terrestres como aéreas. Uso de UAV’s;
  •  La actuación de las futuras capacidades de defensa antiaérea del EA encuadradas en unidades de artillería antiaérea, tendrá dos posibles modalidades operativas: subordinadas al mando de la defensa aérea, para protección y defensa antiaérea de los objetivos de interés del comando conjunto, así como para la vigilancia y control del espacio aéreo de responsabilidad (Ground Based Air Defence –GBAD– en lenguaje de la OTAN), o subordinadas al mando del componente terrestre para la protección de fuerzas terrestres desplegadas, así como de los objetivos que sean de interés en su área de responsabilidad.  Esto incluirá la modularidad e interoperabilidad para poder actuar en una estructura conjunta o combinada, o de carácter específico;
  • Modernización integral de la artillería antiaérea, que abarcará modernizar los sistemas de 20 mm y 35 mm, incorporación de misiles de corto alcance, tanto sobre plataformas fijas/móviles, como portátiles; disponer de un sistema de defensa de medio alcance;
  • Defensa antiaérea de capas bajas basadas en misiles, para unidades de nivel brigada y de capas medias y bajas para unidades del nivel GUB;
  • Adopción de medidas contra el empleo de vehículos aéreo no tripulados;


 

Apoyo a la movilidad y contra movilidad

La geografía y las deficiencias en la infraestructura como hemos dicho en reiteradas oportunidades imponen serios desafíos a la modernización de las fuerzas terrestres, el arma de ingenieros no es la excepción. Este componente del EA no solo tiene y tendrá las responsabilidades que le son inherentes, sino que en tiempos de paz tiene misiones para casos de catástrofe, apoyo a la comunidad, etc. El equipamiento es obsoleto y precisa ser renovado o reemplazado. Por ejemplo se observa que las unidades asignadas a brigadas mecanizadas y blindadas, no hay vehículos específicos, por ejemplo sobre chasis M113 o TAM. Asimismo, consideramos pertinente que las unidades de ingenieros asignadas a las brigadas deberían tener entidad de batallón, como crear unidades a nivel GUB.

·         Disponibilidad de una nueva generación de vehículos lanzapuentes  para apoyo a las unidades de maniobra de las brigadas, con una versión sobre chasis de tanque y otra sobre ruedas;

·         Adquisición de una nueva generación de puentes tácticos, tomando en cuenta la peculiar realidad geográfica, los obstáculos naturales, etc.;

·         Modernización y adquisición de maquinaria vial, movimiento de tierras, etc;

·         Adquisición y llegado el caso desarrollo de vehículos de combate de zapadores, vehículos de limpieza de minas;

·         Equipos de descontaminación, potabilizadoras, potenciar capacidades de protección NBQ;

·         Disponer de vehículos con protección contra minas y los llamados IED;

·         Disponer de recursos para llevar a cabo operaciones de cooperación cívico militar, especialmente en materia de construcción/reconstrucción de infraestructuras;

 


Vigilancia, reconocimiento, inteligencia y adquisición de objetivos

Este concepto es definido como la capacidad militar para detectar, identificar y realizar el seguimiento de objetivos de interés, mediante la observación y recopilación de información desde el entorno aeroespacial, terrestre, marítimo y submarino.  En lo que respecta al EA, se h observado el desarrollo de vehículos aéreos no tripulados y el sistema adquisición de objetivos. En atención a las exigencias del campo de batalla del siglo XXI, la lucha por la superioridad de la información, no solo demanda de modernas tecnologías, sino sobre todo medios eficaces de obtención de información. Los objetivos alcanzar serían:

  • Contar a nivel brigada de plataformas sobre ruedas/cadenas de vigilancia y reconocimiento, dotados de sensores optrónicos, electrónicos y radares;
  • Disponer de una capacidad de reconocimiento que cubra las necesidades de los niveles de GUC y GUB, mediante un sistema sobre plataforma ruedas, el futuro vehículo de reconocimiento terrestre, dotado de sensores optrónicos;
  • Los medios de reconocimientos deben contar con protección adecuada, autonomía, alcance y precisión, además de modernos medios para transmisión de datos, etc.;
  • Desarrollo de UAV’s de corto, mediano y largo alcance para cometidos de reconocimiento, vigilancia e inteligencia, así como cooperar en misiones de adquisición y localización de objetivos. Los diferentes escalones del EA contarán con UAV’s;
  • Desarrollo de capacidades que permita proteger los sistemas de información, quedando asegurada la capacidad de comando y control propio, impidiendo la acción ofensiva del enemigo sobre dichos sistemas;
  • Adquirir medios modernos para las unidades de inteligencia, que estarán desplegadas desde el nivel brigada para tareas HUMINT. La adecuada comprensión e interpretación de la información serán elementos claves para alimentar el ciclo de la decisión, y precisarán no solo del apoyo técnico que facilite las tareas de compilación, valoración y análisis, sino también en el adiestramiento y selección del personal

 

Logística, movilidad y proyección.

La Argentina, es un  país con serios problemas de infraestructura, esto fue observado en la Guerra de 1982, que influyó sin ninguna duda el apoyo de las fuerzas desplegadas en las islas. Esta carencia se agudiza aún más en la Patagonia, donde la escasez de rutas, puertos y aeropuertos adecuados, las largas distancias, son elementos que deben tenerse en cuenta para llegado el caso para el despliegue de fuerzas de magnitud, incluso en tiempos de paz para las fuerzas allí apostadas. A ello se une las responsabilidades de las FFAA en tareas subsidiarias en apoyo a la comunidad, seguridad interior, misiones de mantenimiento de paz, que constituyen desafíos adicionales al sistema logístico del EA.  Los ejes de la renovación del sistema logístico abarcarían:

  • Desarrollar elementos para apoyo al despliegue, que constituye la capacidad militar para planear, gestionar y ejecutar de forma eficaz el movimiento, transporte y distribución de recursos desde sus bases de partida hasta el destino final;
  • La ejecución de operaciones de proyección de contingentes de entidad a grandes distancias, implicará desarrollos de capacidades de transporte militar complementados con el ámbito civil;
  • Modernizar los medios de las unidades logísticas, incrementando sus medios de protección, infraestructuras, vehículos, maquinarias e incrementando sustancialmente la movilidad de los batallones logísticos de las unidades del nivel brigada;
  • La reducción de las capacidades logísticas de las unidades de combate y apoyo al combate, concentrando dichas capacidades en las unidades logísticas;
  • Introducción de modernos procedimientos logísticos;
  • Reestructuración del sistema de sanidad, uso racional de capacidades, empleo de instalaciones conjuntas en la medida de lo apto, factible. Sería conveniente el desarrollo de hospitales móviles, para ser desplegados dentro y fuera del país;

 

 

Final

La presente propuesta se enmarca en un plan de diez años, compuesto por una serie de etapas, que en una primera instancia estará orientada a terminar con el proceso de deterioro, racionalizar y reestructurar la fuerza, con el fin de obtener recursos para garantizar cierto grado de operatividad y adiestramiento. Los objetivos por alcanzar serían:

  • Desarrollo de capacidad no convencional, que tendrá su impacto en materia disuasiva;
  • Prioridad en la modernización de fuerzas de despliegue rápido;
  • Reestructuración de las unidades tácticas;
  • Recuperación y modernización de material;
  • Capacidades suficientes para operaciones de apoyo a la seguridad interior y apoyo a la comunidad en casos de catástrofe;
  • Fortalecimiento y desarrollo de las unidades especiales;
  • Estar en capacidad para mantener y llegado el caso, incrementar la presencia propia en operaciones de mantenimiento de paz;
  • Incremento del número de efectivos del servicio militar voluntario y readecuar la distribución de la distintas jerarquías, a fin de solucionar las distorsiones existentes;
  • Incrementar el número de reservistas que sean convocados para ejercitaciones;

 

En las etapas subsiguientes, la reforma apuntará a potenciar capacidades convencionales, a la consolidación de las unidades territoriales y de proyección. Los puntos destacables serán:

  • Programa de modernización, que incluirá la incorporación de nuevo material, especialmente que potencien la movilidad, potencia de fuego, comunicaciones, etc;
  • Nivel de disuasión mínimo, el EA contará con fuerzas de empleo regional y fuerzas empleo variable;
  • Las capacidades convencionales se verán potenciadas, adecuadas en determinado grado al campo de batalla del siglo XXI;
  • abanico de capacidades esenciales, organizadas en un número equilibrado y suficiente de unidades de combate, apoyo al combate y apoyo logístico, organizadas, adiestradas, equipadas y sostenibles de forma que garanticen el cumplimiento de las misiones que les puedan ser asignadas;

 

 

 


 



[1] La familia de vehiculos TAM (Tanque Argentino Mediano) está compuesto por el Vehiculo de Combate propiamente dicho o VC TAM, las versiones de combate de infantería o VCTP, portamortero, de Artillería (VCA Palmaria). Nota del Autor.

[2] En 2001, hubo negociaciones destinada a la incorporación de helicópteros Bell AH 1 Cobra, de excedentes del US Army. Estaba todo listo para poder llevar a cabo la adquisición, cuando la crisis los suspendió. El cambio del mando en 2003, con la salida del general Brinzoni como jefe del Ejército, dio por tierra esta posibilidad. (Nota del Autor)

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