La reforma de la industria de la defensa argentina Un camino para hacer viable a un sector de valor estratégico

 

La Argentina llego a contar con un avanzado complejo industrial militar, que en los años 80 no tenía nada que envidiar a las capacidades desarrolladas en Israel, Corea del Sur y Sudáfrica, que según especialistas de la época, eran países que contaban con industria militar de base. Han pasado los anos y veamos donde están las industrias de dichas países. Israel es un líder mundial, especialmente en materia de modernización, armas guiadas, electrónica, ciberdefensa; Corea del Sur también ha desarrollado una potente industria que ofrece aviones, buques, sistemas de artillería y Sudáfrica, su desarrollo ha convertido a la principal empresa del país, en filial de la poderosa industria germana Rheinmetall. En cambio Argentina por la desidia de la clase política, hoy apenas puede producir municiones, armas portátiles y a duras penas continuar con el avión de entrenamiento avanzado Pampa III.

 

Por el Dr Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Especial para LA POLIS desde Buenos Aires

 

 

El complejo industrial de defensa, en su momento fue desarrollado para satisfacer los requerimientos de cada arma en particular, en cierto modo no existió un criterio racional o visión conjunta. Hoy día llegamos a contar con cuatro empresas, deficitarias y con graves problemas de gestión que le cuestan al erario público cientos de millones de pesos. En materia aeronáutica tenemos a la Fábrica de Aviones Brigadier San Martín – nombre extenso y poco comercial de la ex Fábrica Militar de Aviones Sociedad del Estado – que ha estado en diversas polémicas, por problemas diversos y las constantes pérdidas que tiene. Su principal y casi único cliente es la empobrecida Fuerza Aérea Argentina, que apenas tiene fondos para pagar salarios.  La Dirección General de Fabricaciones, que en su momento fue el holding industrial más grande de Argentina, hoy es un complejo de unas cuantas plantas fabriles, devenida en sociedad del estado (contrario a lo que dice la ley de su creación) y ha sido refugio para contratos del Estado y a cargo de funcionarios que poco o nadas sabían (y saben) del complejo mundo de la industria de defensa. Hasta 1984, dependió del Ejército, luego paso a manos de una infinidad de interventores, las privatizaciones, que terminó con un complejo fabril realmente prometedor. Finalmente tenemos a TANDANOR – Complejo Industrial Naval Argentino, que engloba el viejo astillero destinado a la construcción de submarinos (nunca terminados) hoy denominado Almirante Storni. TANDANOR tiene una importante actividad en materia de reparaciones navales. Astilleros Río Santiago, antes AFNE, traspasado  a la Provincia de Buenos Aires, es un caldero de problemas gremiales y problemas derivados de un Estado que no supo gerenciar adecuadamente dicha entidad, que a todas luces precisa un profundo cambio.

 

El sector industrial de defensa, se caracteriza por vacíos legales, falta de una estrategia empresarial clara, ausencia de mercado estable y los principales clientes, son de bolsillos flacos y muchas veces recurren a proveedores externos, gracias a una legislación laxa que no estimula potenciar capacidades nacionales. Existe además un centro de investigaciones, conocido como CITIDEF, de gran potencial, gracias a su capital humano de primer nivel, pero el camino del prototipo a la producción en serie, generalmente queda trunco. Finalmente destacamos a la empresa pública de alta tecnología INVAP SE, que tiene injerencia en materia de defensa con el programa de radares y otros equipos, como de visión nocturna, localización de blancos (utilizados en los aviones de patrulla P-3 Orion navales). El sector privado apenas existe, solo como proveedores de determinados componentes, producción  de vehículos aéreos no tripulados (existía una firma con importantes capacidades), reparación de blindados y vehículos tácticos. Asimismo algún fabricante de armas portátiles.

 

El complejo industrial de defensa, está afectado como el resto de la economía nacional, por conflictos laborales, recesión, costos del dólar, tarifas de servicios siempre en alza, ausencia de políticas industriales claras y un mercado que casi está extinguido, además de complejas regulaciones de importación/exportación. Los proyectos siempre se ven amenazados con cambios de gestión, recortes de presupuesto y hasta poco interés en el tema.

 

 

La definición de un nuevo modelo de gestión industrial.

 

La realidad tanto política como económica (nacional, regional, global) indica claramente que el antiguo modelo, ha quedado obsoleto. La situación por la que atraviesa el sector estatal argentino de investigación y producción demanda la puesta en marcha de una profunda reforma con el propósito de terminar con el proceso de degradación, mantener el know – how existente y mejorar la calidad de gestión. Ello no impedirá el desarrollo de nuevas capacidades que sean interés de la defensa nacional. La definición del modelo de gestión técnico – industrial de defensa está vinculada con aspectos tales como la existencia de un sistema de planeamiento a largo plazo, una política específica claramente definida, la interacción entre entidades públicas y privadas, un sistema de gestión moderno, y una fuerte interacción entre los organismos vinculados a la producción con las Fuerzas Armadas (FFAA) y Fuerzas de Seguridad (FFSS). Otro elemento a considerar es la previsibilidad y continuidad de las líneas de acción que se establezcan junto a la necesidad de que el sistema estatal sea gestionado desde el Ministerio de Defensa, terminando con la dispersión de organismos, utilizando racionalmente los limitados recursos disponibles.

 

El diseño del modelo citado debe hacer frente a una serie de problemas especialmente: el modelo de gestión pública vigente, el régimen de obtención, las estructuras de investigación y desarrollo, la organización de las entidades de producción industrial, los mecanismos de cooperación internacional, y la movilización  industrial y tecnológica.

 

Los cambios sugeridos en este proceso de cambios abarcan cuestiones en materia de organización, como de personal. a)Gestión por competencias: selección del personal por las habilidades, aptitudes profesionales, experiencia y por la actitud y predisposición para la tarea que posee; b)Formación gerencial de los responsables de la conducción de organismos de Investigación y Desarrollo,  y especialmente de las plantas de producción; c)Salarios variables – garantizando un piso – que respondan a los logros alcanzados por la organización, por su productividad a todos los niveles; d)Salarios que sean competitivos frente al mercado civil; e)Aplicación de nuevas técnicas de trabajo que mejore el desempeño de las organizaciones involucradas; f)Mejora en la calidad ambiental de los ámbitos de trabajo; g)Capacitación permanente. Esto requiere el consenso con asociaciones profesionales y sindicatos. Las empresas/organismos de producción para la defensa deben dejar de ser espacios para contratados y amigos del poder de turno.

 

Un cambio de modelo de gestión – bajo el concepto de gestión por objetivos – significará: a)Relacionar los recursos asignados con los objetivos perseguidos; b)Obligaría al Ministerio de Defensa a definir claramente sus objetivos, analizados en sus aspectos relevantes y no como un mero trámite burocrático; c)Evaluación permanente facilitando la ubicación de fallas y potenciando los aspectos positivos de la organización, d)Transparencia en la gestión de los recursos; e)Descentralización de las decisiones; f)Indicadores de gestión que permitan establecer parámetros de calidad institucional claramente definidos; g)Incentivos a la productividad del personal y mejora de su nivel cualitativo.

 

Modificación del régimen de obtención de medios para las Fuerzas Armadas

 

La aplicación de un nuevo sistema de obtención deberá estar orientado a cumplir una serie de objetivos: armonizar los sistemas logísticos, mejorar la calidad de los organismos logísticos, proveer equipos y servicios en el tiempo y lugar correctos, reducción de costos, y asegurar una aproximación común a la industria desde el área logística. Sin entrar en detalles por la complejidad de la problemática logística, proponemos la aplicación de obtención inteligente o “smart procurement” aplicados por la británicos. Esto implica que las fuerzas armadas “puedan obtener y sostener sus medios logísticos de manera más efectiva en términos de tiempo, costos y ejecución”. Este modelo surge de la experiencia del sector privado, mejorando los procedimientos, técnicas y hasta los costos en materia de obtención.

 

El proceso propuesto convive permanentemente con el ciclo logístico, “pero que debe ser entendido también como un proceso que debe contemplar al producto a obtener, es decir desde su desarrollo conceptual, diseño, demostración, fabricación, servicio y baja, que todas las etapas incidirán en la estructura de costos de la organización mientras el producto a obtener cumpla su ciclo de vida en la misma”.  Lo expresado demanda cambios del régimen vigente: a) Eliminación de las comisiones de adjudicación de la ley 20.124. La responsabilidad recae en el Ministerio de Defensa (logística genética) y Estado Mayor Conjunto (logística de sostenimiento); b) Creación de una tarjeta de crédito especial para la adquisición de determinados efectos en el nivel de logística de alistamiento. Las compras serán pagadas por el organismo que determine el Ministerio.

 

Este sistema permitirá la construcción de mecanismos de obtención sean ágiles, oportunos, transparentes y con mejores mecanismos de control. Todo este mecanismo de adquisiciones deberá ser controlado por un sistema  especialmente diseñado para la administración del área de defensa. Dicho sistema permitirá realizar el seguimiento de todo el ciclo de un producto, con el consiguiente ahorro de tiempo y dinero.

 

La introducción de mejoras en los mecanismos de obtención de las FFAA y FFSS hará más atractivo dicho mercado – a pesar de lo reducido – al sector privado, contribuyendo a diversificar los posibles proveedores y por ende contribuyendo a mejora la oferta en productos y servicios.

 

La estructura de investigación, desarrollo y producción

 

En 1984 el ámbito de investigación, desarrollo y producción para la defensa estaba constituido por una estructura I&D (investigación y desarrollo) dependiente del Ministerio de Defensa y tres estructuras independientes de investigación y producción dependientes de cada una de las FFAA. Esto se mantiene a grandes rasgos hasta el día de hoy, en cierta manera, aunque totalmente degradado. Consideramos que el ámbito del Ministerio de Defensa debería existir una estructura mínima para políticas de investigación, desarrollo y producción para la defensa, en cooperación con otras agencias del Estado y privados.  Además de actuar como autoridad de regulación para seguimiento de contratos, etc. El país cuenta con capacidades que pueden ser de interés y debería existir una articulación entre entidades como el IRAM, INTI, CONICET, CITIDEF, Universidades Nacionales y privadas, con agencias del área de defensa.

 

Históricamente se ha observado un importante grado de dificultad para relacionar el planeamiento de defensa con las tareas de I&D al no existir una relación estrecha entre dichos ámbitos. Al respecto proponemos la creación en el seno de cada fuerza una agencia de desarrollo de combate, cuya tarea es dar respuestas a tales cómo se combatirá en el futuro y con qué medios. Dicha responsabilidad se realizará con ayuda de la ciencia y tecnología para hacer frente a los requerimientos específicos de cada fuerza, sin que ello implique la redundancia y/o duplicación de funciones.  Estas agencias serán parte del sistema de investigación y desarrollo para la defensa.

 

El Centro de Investigaciones y Desarrollo Tecnológico de la Defensa o CITIDEF, podría contar con una estructura “regional” con centros especializados en cooperación con casas de altos estudios en el interior del país y el propio CONICET, estrechando lazos con otros organismos y promoviendo potenciar capacidades propias, incluyendo trabajando con el sector privado.

 

En lo que respecta a las entidades de producción, éstas en general, conservan capacidades tecnológicas e industriales que conforman una importante base técnico – industrial de valor relevante tanto en la actualidad como en el futuro: cohetes y sistemas de lanzamiento, vehículos aéreos no tripulados, artillería de campaña de 155 mm, morteros, municiones de diversos calibres, equipo electrónico, simulación, aviones de entrenamiento avanzado, bombas guiadas, construcciones navales. El mantenimiento de determinadas plantas industriales en la órbita del estado responden a la necesidad de conservar determinadas capacidades y know – how científico técnico. A fin de asegurar en todo momento se puedan satisfacer determinadas necesidades para las FFAA (especialmente en tiempo de guerra). Por otro lado la realidad del sector privado demuestra a todas luces la incapacidad material de disponer determinadas líneas de producción (ejemplo: misiles, radares).

 

Resulta imprescindible contar con un marco legal sobre compensaciones industriales, llamados off set, además de un marco de regulación y fomento específico para el sector industrial de defensa.

 

Una solución posible: creación de un Grupo o holding Industrial de Defensa. Reestructuración del sector.  

 

En un mercado internacional cada vez más concentrado, en manos de poderosos grupos empresarios, muchos de ellos en manos de fondos de inversión, pero siempre con un sólido respaldo político, además de las empresas estatales conocidas del sector, la industria de defensa argentina queda inerme y tiene pocas posibilidades de éxito, sino no busca un nuevo modelo de gestión, de socios estratégicos, y especialmente de un sistema de financiación, que facilite el acceso a los potenciales clientes a los productos ofrecidos.

 

La solución es la creación de un Grupo empresario o Económico, que agrupe Fabricaciones Militares, FADEA y TANDANOR. El caso de Astilleros Río Santiago, es especial y creemos que debe mantenerse como unidad separada. Un ejemplo – salvando las distancias – es el Israel Aircraft Industries o IAI, que cuenta con filiales especializadas, la estatal suiza RUAG, que cuenta con áreas especializadas en armas terrestres y aviación. También podemos citar Rheinmetall Defence, o General Dynamic. ¿Por qué agruparse? ¿Que ventajas tiene? En el ámbito de la defensa como fuera de ella, para posicionarse en el mercado o explotar su potencial, nace la necesidad de coordinación. Surge lo que los expertos llaman “capacidad organizacional”. Esto permite que las empresas crezcan conforme a su eficacia funcional y estratégica. La capacidad de organización les otorga nuevas ventajas, facilitando procesos de producción y distribución. Estas ventajas les permiten por un lado controlar fuentes de provisión de insumos y control de puntos de venta (integración vertical), pero también mercados de productos o servicios similares (integración horizontal).

 

Nuestra propuesta consiste en la concentración empresaria, formando un agrupamiento con subordinación. La concentración da origen a la subordinación de los distintos sujetos – que mantienen sus órganos de administración independiente – pero subordinados a una dirección política común a través de una sociedad matriz o controlante. Este permitiría que las empresas puedan tener una herramienta de coordinación eficaz, brindar verdaderas soluciones integrales a clientes nacionales como internacionales. En este proceso podría formarse “joint ventures” con empresas privadas como con organismos de las Fuerzas Armadas, dado que existen capacidades en talleres y arsenales, que pueden tener perfil comercial. Un ejemplo es el caso del batallón de mantenimiento y abastecimiento de aeronaves 601 del Ejército, calificado por Bell Textron para modificar y modernizar los veteranos helicópteros Bell UH 1H al nivel Huey II. Existe capacidad ociosa y que puede ser utilizada para brindar soluciones para los mercados civil y militar. Otro ejemplo es la Fábrica Militar Río Tercero en materia de reparación y recuperación de material ferroviario.  La existencia de una verdadera conducción conjunta de las empresas sobrevivientes del área de defensa, permitiría el diseño de un verdadero plan de negocios con visión de largo plazo.

 

Las empresas de defensa deben pasar por un proceso de cambios en materia de dirección, administración, marketing, gestión de recursos humanos, bajo estándares del sector privado. La contratación de personal puede recaer en manos de prestigiosas consultoras y debe crearse una gerencia profesionalizada. Los responsables de la dirección de las empresas, deben estar sujeto a su buen desempeño y los resultados, no al poder de turno, que coloca gente generalmente advenediza y desconocedora del tema.

 

Un plan de negocios no debe dejar fuera el tema del financiamiento. En 2018, según el diario Ámbito Financiero, los bancos en Argentina tuvieron ganancias en el orden de $ 176.000 millones y los informes ponen en evidencia la solvencia del sistema, a pesar de la crisis. Esto abre la puerta para integrar como potenciales socios, al sector bancario/financiero, para programas de financiamiento de los bienes y servicios que pueda brindar el Grupo de empresas de defensa nacional.

 

En este proceso de cambios, debe incluir una racionalización de las estructuras, relocalización de plantas (sin que ello signifique la perdida de capacidades), estudio de formación de clusteres en cooperación con el sector privado, especialmente potenciando las tecnologías de uso dual.

 

El caso del Astillero Río Santiago, es un tema aparte, lleno de problemas consecuencia de años de desidia, requiere de un plan de negocios de largo plazo, una solución a su peculiar situación jurídica (consideramos que debe ser una sociedad anónima de control estatal) y diversificar su oferta, mas allá de las construcciones navales. La empresa en su momento tuvo capacidad en materia de industria ferroviaria, componentes para centrales nucleares, obras de infraestructura, etc.  Existen dos posibilidades, o crear un grupo económico alrededor de ARS, con ramas naval, metalmecánica, motores, material ferroviario, servicios varios o integrarse en el grupo propuesto para las industrias de defensa remanentes.  La empresa requiere inversiones, reformas en materia de personal, ser competitiva y un nuevo modelo de dirección, además de socios estratégicos que le permitan salir al mercado internacional. Queda pendiente el tema de la ley de marina mercante, vetada en parte por el Poder Ejecutivo, lo que dificultaría la renovación de las vetustas flotas mercantes argentinas, que le daría mucho trabajo a la industria nacional.

 

¿Qué puede ofrecer la industria argentina de defensa?

 

 INVAP es un modelo exitoso, dentro de una Argentina que pareciera que el largo plazo no existe. Esto puede servir de modelo para nuestro “Grupo Argentino de Industrias de Defensa”. En el sector “terrestre” en materia militar existen posibilidades en materia de piezas de artillería, munición, reparación y modernización de medios blindados, municiones, armamento portátil, chalecos antibala, desmilitarización y destrucción de municiones.  En lo atinente a la modernización de blindados, la antigua planta de TAMSE (fábrica de blindados) debería ser modernizada. Se han llevado a cabo trabajos sobre los blindados M113 y el tanque TAM con asistencia israelí (paralizado por presupuesto). Existe en la región un mercado potencial, dado las flotas de M 113 existentes. Otras posibilidades es la venta de blindados sobre la base del chasis del UNIMOG 416, que el Ejército precisa reemplazar con medios más de modernos. No obstante ello, existe un mercado para convertirlos en vehículos de patrulla y seguridad (https://www.defensa.com/en-abierto/camion-blindado-unimog-416-fuente-inspiracion1). En vez de ser vendidos en subastas por poco dinero, podrían ser exportados a un mejor precio.  Un negocio que podría tener potencial, es vender el know how y vender licencias de producción.

 

El mercado civil ofrece también posibilidades importantes al sector terrestre de la industria militar argentina. La reparación de vagones, menos costosa que importar material más en tiempos de devaluación, es una interesante posibilidad. Existen millares de coches y vagones que pueden ser reparados a un costo moderado, además de ejecutar trabajos para obras de infraestructura, productos químicos, explosivos para el sector minero, etc.

 

CITEDEF ha desarrollado en su momento afustes para ametralladora para helicópteros, coheteras y paquetes de modernización del blindado M113 que incluye cañón de 20 mm. Este organismo podría brindar muchos servicios útiles para programas de investigación y desarrollo para países amigos. En su momento este organismo desarrolló visores nocturnos, simuladores, y hasta un fusil de asalto de 5.56 mm. Las plantas industriales en Argentina podrían desarrollar las unidades de pre serie, transfiriendo la tecnología al país comprador para la producción en serie del bien adquirido.

 

Existen desarrollos en materia de vehículos aéreos no tripulados, armas lanzables tipo stand off, radares, que también pueden ser objeto de programas de exportación, que incluya posibilidad de co producción y hasta montaje en el país comprador.  Esta solución la consideramos la mejor para el caso del avión FMA IA 63 Pampa de entrenamiento avanzado. La posibilidad que el país comprador pueda co producirlo bajo licencia, puede incrementar su interés. Esto también demandará instrumentar mecanismos de financiación, ampliar la red de proveedores que se adapten a las necesidades del cliente.  Un segmento a considerar es la modernización y mantenimiento de aeronaves civiles y militares, como también el sector de componentes aeronáuticos. 

 

En materia naval existen importantes capacidades, que incluye un moderno astillero con posibilidad de construir submarinos. Esto permite que países que no cuenten con medios industriales puedan realizar modernizaciones de este tipo de buques en Argentina con soporte del astillero constructor. Es indispensable llegar algún tipo de acuerdo con astilleros germanos, dado que existe en la región un mercado potencial tanto de renovación de buques como de modernización.  El ámbito civil ofrece posibilidades mayores para el sector naval, pero estará sujeto siempre a mejoras del marco legal, alianza con bancos líderes y socios estratégicos con astilleros líderes.


Final


La reestructuración de las industrias de defensa debe estar destinada a impedir su degradación y pérdida de capacidades, generar unidades de negocio rentables e invertir las ganancias en potenciar en las instalaciones existentes. Existen en el país organismos que debidamente articulados pueden generar soluciones de suma utilidad para necesidades de la defensa y seguridad en Argentina, como de países de la región. La creación de un grupo económico o holding industrial, permitiría en el marco de una profunda reforma, crear una dirección centralizada y generar una verdadera estrategia común que permita generar fortalezas. Hay un marco legal que permite este tipo de cambios, además de “ventanas” legales como son los regímenes de promoción industrial, que pueden ser de utilidad para articular los esfuerzos públicos y privados para crear un sector competitivo, generando recursos y por otro lado, mantener y potenciar capacidades de valor estratégico para el país. La Argentina puede ofrecer a los países de la región soluciones de costo aceptable y de calidad para fortalecer sus estructuras de defensa y seguridad, promoviendo asimismo medidas de confianza y acercamiento.

 


 

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