Voluntarios de la defensa. La Guardia Cívica finlandesa (1918-1944) Suojeluskunta

 

Finlandia se independizó de Rusia  el 6 de diciembre de 1917, estando este país en plena Revolución. La situación era delicada en Finlandia, dado que el país había una importante presencia militar rusa, donde la agitación bolchevique era una realidad.  Grupos favorables a la Revolución en Finlandia con ayuda de tropas rusas sublevadas, crearon la Guardia Roja. Como contra parte fue creada la Guardia Cívica o Guardia Blanca como fuerzas de autodefensa.  La victoria del bando “blanco” o nacionalista, la Guardia Cívica o Suojeluskunta tendría un papel en la flamante república finlandesa.

 

Por el Dr Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Director de Diario El Minuto para Argentina

 

Las características de las Fuerzas de Defensa, dado lo reducido de su tamaño, las tensiones internas como consecuencia de la guerra civil. El mantenimiento de una organización como la Guardia Cívica o Suojeluskunta (también puede traducirse como cuerpo de protección o milicia de protección/cívica) estaba relacionado con cuestiones de política interna, la necesidad de contar con una estructura que apoyara a las fuerzas permanentes en caso de conflicto y en caso de crisis interna, el gobierno contaría con fuerzas leales para la defensa del orden constitucional. No obstante ello hubo un fuerte debate sobre el rol de esta organización, que como veremos más adelante tenía una peculiar organización.



En julio de 1918 los representantes de 171 organizaciones de defensa voluntaria, en la localidad Jyväskylä, establecieron el régimen estatutario de la organización. Desde el punto de vista legal,  el cuerpo de la Guardia Cívica fue creado por decreto del gobierno finlandés en 1918. El artífice de esto fue el entonces teniente coronel de 33 años Lauri Malmberg, quien mantuvo el cargo de Jefe de la Guarida Cívica hasta 1944. Este oficial, había sido integrantes de los célebres "Jaeger" y se distinguió como oficial de artillería durante la guerra civil, especialmente en la batalla de Tampere.  En 1919 fue organizado el Estado Mayor General, con un carácter profesional. 

Teniente General Malmberg. Comandante en jefe de la Guardia. Ministro de Defensa y Jefe de Estado Mayor del Ejército finlandés. 


Esta peculiar organización se convirtió en una entidad voluntaria con una organización de carácter nacional, provincial y local. Cabe destacar que la Guardia Cívica fue un cuerpo militar o paramilitar, separado de las Fuerzas de Defensa, con su propia conducción, bajo control del ministerio de defensa, y que llegado el caso de movilización quedarían subordinados al comando en jefe de las Fuerzas de Defensa. Sus respomsabilidades abarcaron la promoción del actividades deportivas, valores patrióticos, y apoyar a las autoridades en casos de auxilio a la policía en caso de desórdenes graves 

La organización

En la década del 20, ya bajo la conducción del teniente general Kaarlo Lauri Mälmberg, la institución quedó articulada en:

· Cuartel General, compuesto por un Estado Mayor, siete departamentos bajo un comando en jefe;

· Distritos de Guardia Cívica, por cada provincia finlandesa, dividido a su vez en áreas que conformaban municipios o localidades más reducidas, equivalentes según el planemaiento, a batallones o regimientos. Estos distritos contaban con su jefe, como también a nivel local.  Según el tamaño del municipio, podía haber más de un jefe con el respectivo consejo local de defensa. 

·   Ramas aérea y naval de la Guardia Cívica;

En 1927, luego de diversos intentos, el Parlamento reglamentó por ley, el rol de la Guardia Cívica, mantreniendo en general los términos del decreto de su creación en 1918, como fuerza de reserva militar voluntaria, promoción de valores patrióticos, y preparación de la ciudadanía para la defensa militar.  La nueva legislación reglamentó la estructura territorial del cuerpo, acorde al despliegue del ejército regular finlandés, impulsando la estandarización en materia de equipamiento, organizaicón y entrenamiento. 

En esta época un 90% de las municipalidades finlandesas contaban con una asociación de la Guardia Cívica. 

El aspecto que hacía a la Suojeluskunta una organización peculiar, es que los integrantes pagaban una cuota por pertenecer. Existían miembros plenos, los que tenían derecho a participar en las asambleas, instrucción militar, uso de uniformes, y los “adherentes” que solo contribuían económicamente al sostén de la entidad. A partir de los 17 años, los “varones confiables” podían ser admitidos. Durante varios años, la pertenencia al partido socialdemócrata, por haber sido del “bando rojo” era un impedimento para ingresar a la Guardia, hasta la política de reconciliación promovida por el mariscal Mannerheim en los 30, que abrió las puertas del cuerpo a todos los ciudadanos, sin importar su opinión política.  No se permitía el ingreso a personas con antecedentes criminales. Los comités responsables del reclutamiento y selección de personal, buscaban generalmente ciudadanos con un perfil nacionalista. Esto tuvo sus influencias en la compleja política finlandesa de entreguerras.

Entrenamiento de la Guardia. Años 20


El comandante en jefe de la Guardia designaba a los jefes de distrito, que debían tener el apoyo de las asambleas locales.  Los jefes de distrito tenían un mandato de dos años, los integrantes del cuartel general distrital eran elegidos por los representantes locales. Anualmente se celebraban asambleas en todos los distritos, donde se debatían cuestiones atinente al cuerpo, etc.



La Guardia Cívica contaba con una rama naval. La idea de crear dicho componente pudo llevarse a cabo a partir de 1923. No solo operaba en  regiones marítimas, sino también en Lago Ladoga y parte del sistema lacustre del país.  El número de embarcaciones, llegó a ser de 200, incluyendo remolcadores, con la participación de unos 650 efectivos. La Guardia Cívica de Helsinki era la que mejor equipo naval tenía, consistente en embarcaciones bastante veteranas, que incluyeron algunos ex balleneros, un velero y una embarcación de 11 metros de eslora.  También hubo una rama aérea, destinada a reforzar la fuerza aérea en caso de guerra.  En los años 30 la rama naval de la Guardia Cívica creció hasta llegar a los 4.500 efectivos que operaba centenares de embarcaciones, pequeños torpederos y otros 4.000 destinados a seguridad de bases e instalaciones, además de tareas de mantenimiento.  La creación de un componente naval, respondía la idea de contrarrestar un ataque soviético en el Golfo de Finlandia, donde operarían de manera combinada la Marina finlandesa con su flota, artillería de costa y un “enjambre” de lanchas rápidas tripuladas por los voluntarios de la Guardia Civica.

Oficiales de la Guardia en instrucción 


Sus misiones y responsabilidades 

La Guardia Cívica tenía como responsabilidad asistir a las Fuerzas de Defensa cuando fuera necesario, cumpliendo responsabilidades de defensa territorial, defensa antiaérea, además de combate en primera línea.  La reforma del sistema de movilización, estableció la división del país en distritos, que coincidían con los de la Guardia Cívica, en tiempo de crisis, este cuerpo engrosaría las unidades de combate del Ejército.

La Suojeluskunta tenía otras misiones que la transformaban en una entidad con un importante peso político y social en el país.  Los voluntarios de dicha instituciónj patrullaban fronteras, apoyaban a las fuerzas policiales en la lucha contra el contrabando (en Finlandia estuvo vigente hasta mediados de los 30 la ley “seca” como en Estados Unidos), como también en apoyar el mantenimiento del orden, llegado el caso.  En lo concerniente a la promoción de valores patrióticos y de unidad nacional, las organizaciones de la Guardia Cívica patrocinaban actividades deportivas,  festividades con orquestas y coros, publicación de revistas, apoyo a mejorar la imagen de las Fuerzas de Defensa, políticas sociales como la creación de “comedores escolares”, programas de salud dental. Estas acciones estaban vinculadas siempre con la propaganda patriótica y el prestigio de las Fuerzas de Defensa.   

Dada las características de esta organización, tenía una fuerte influencia política, y diversos estudios históricos han reconocido su incidencia en el desarrollo de distintas agrupaciones políticas, especialmente nacionalistas, de derecha y conservadoras.  La Guardia Cívica encarnaba la defensa de los valores de la “Finlandia Blanca”, de los vencedores de la guerra civil de 1918. Incluso algunos de sus miembros participaron en el llamado Movimiento de Lapua, que en 1932 protagonizaron un alzamiento frustrado, con la idea de establecer un régimen de corte fascista. A pesar de este incidnte, la organización se mantuvo leal a las instituciones del país.  


 

El financiamiento provenía de diversas fuentes: en primer lugar los fondos de los integrantes de las asociaciones que formaban parte de la Guardia Cívica, lo recaudado por eventos sociales (era una de las principales fuentes) los aportes del Estado (nunca excedió el 2% del presupuesto nacional, ni el 12% del defensa) y fondos municipales. Por último la Guardia contaba con una serie de empresas que desde 1927 generaban importantes recursos, destacándose la fábrica de armamentos de la Guardia Cívica o SAKO, Tiendas de la Guardia Cívica o SKOHA, la Editorial de la Guardia Cívica y las Bandas de Música. Asimismo la organización para recaudar fondos promovía actividades como loterías, eventos informales, grupos de teatro, reuniones junto al cuerpo femenino auxiliar o Lotta Svärd. El papel en el tejido social finlandés fue sumamente importante, era usual que edificios del cuerpo funcionaran como centro de vida social local, además de cumplir su rol militar 

La empresa SAKO proveyó armamento a las fuerzas regulares, los salones de la Guardia Cívica exhibieron películas de propaganda del Ministerio de Defensa, como para fines educativos.

                   

Joven integrante de la rama juvenil de las SK

 
                                                                                     

Sus integrantes. Su formación.

Los aspirantes a ingresar debían contar con la “recomendación” o “presentación” por parte de miembros activos de la organización. Los jóvenes que ingresaban a los 17 años eran integrados a las Unidades Juveniles, que tenían un carácter eminentemente deportivo, incluso existían grupos para jóvenes de 13 a 16 años que aspiraban a ser parte de la guardia cívica. El 70% de los integrantes de las Unidades juveniles terminaban optando por incorporarse a la guardia. En la década del 30, 200.000 jóvenes formaban parte de estas unidades, un porcentaje elevado en comparación con la demografía de Finlandia.  

Al finalizar la guerra civil  las Fuerzas de Defensa reclutaron los mejores cuadros para integrarlos su estructura. Esto dejó a la Guardia sin efectivos adecuados para brindar entrenamiento, lo que llevó a contar con su propia Escuela de Oficiales creada en 1919 en la ciudad de Hämeenlinna, ello no impidió que los distritos contaran con su propio curso de oficiales, que con el transcurso del tiempo fue mejorada y ampliada. Generalmente los oficiales provenían de la clase alta, mientras que el grueso de los cuadros subaleternos y tropa venían de sectores rurales, tanto agricultores como también de la pequeña burguesía provincial. 

Típico local de reuniones de la Guardia

Un reducido núcleo de guardias cívicos, fueron entrenados como oficiales en la Academia o Escuela de Cadetes de las Fuerzas de Defensa. En el marco de una serie de mejoras de la calidad del cuadro de oficiales de la Guardia Cívica, oficiales provenientes de la reserva, fueron integrados en unidades de la Guardia, que a partir de 1931 – cuando Mannerheim fue nombrado presidente del Consejo de Defensa – la formación de oficiales fue ampliamente mejorada, caracterizado por la exigencia, que llevó al cuerpo de oficiales de la Guardia a tener un muy buen nivel de preparación.  Los cambios permitieron que el cuerpo pudiera complementar al ejército regular, mejorando sustancialmente su nivel cualitativo. .

En 1933 fue creada una escuela de suboficiales de la Guardia Cívica, en el marco de mejoras de la institución.  Hasta ese momento los suboficiales, recibían formación durante el servicio militar obligatorio, para luego pasar por el mecanismo de selección y admisión de la Guardia. Un aspecto interesante, era que los suboficiales estaban preparados para suplir llegado el caso el rol de oficiales subalternos, en pelotones o secciones, en el campo de batalla, en caso que murieran o quedaran incapacitados por el combate.

El ejército finlandés desarrolló tácticas de combate cuerpo a cuerpo, conocido por sus siglas en finés, KKT,  que fue extendido al entrenamiento de los guardias cívicos. Este tipo de modalidad de lucha, fue adaptado a necesidades militares, que incluyó el empleo de armas blancas. En 1934 el jefe de instrucción y educación física del Ejército, promovió el uso de estas prácticas a los guardias, lo que contribuyó sin ninguna duda a mejorar su aptitud para la lucha cuerpo a cuerpo de los soldados finlandeses.   


El  entrenamiento de los guardias tenía como objetivo cien horas de instrucción por año, no todos los distritos cumplían con estos parámetros, por razones de costos. Esto fue subsanado a partir de 1934, cuando se llevaron cabo ejercicios regionales anuales, donde el entrenamiento especializado, especialmente para ingeniero/zapadores, comunicaciones, artillería mejoraron.  Una vez lograda la estandarización en la preparación para el combate, los voluntarios fueron clasificados en Clase A1 (hasta 40 años, para prestar servicio en primera línea), clase A2 (mayores de 40 años o para funciones territoriales) y clase B, quienes no aprobaron los exámenes para soldado, y destinados a funciones auxiliares.



La instrucción era similar a las unidades regulares, con otra distribución temporaria, dado las características de la organización y las especialidades. En la década del 30, estaban organizadas unidades ciclistas. En las localidades más reducidas, había compañías ciclistas, en otras ciudades de mayor entidad, batallones y Helsinki, un regimiento completo. Las ciudades importantes contaban con distritos con unidades de artillería y caballería.  También en las grandes ciudades los distritos de la Guardia Cívica contaban con unidades médicas.

La Suojeluskunta promovió competiciones de tiro, incluso se organizaron clubes de tiro y caza (deporte muy popular en el país en aquellos años). La revisión militar de 1931 puso énfasis no solo en habilidades de tiro, sino que estas tuvieran aplicación militar, introduciéndose nuevos mecanismos de entrenamiento, no solo contra objetivos fijos, sino también móviles y distintos requisitos en cuanto a resistencia, cadencia, puntería.  El objetivo final era cumplir con el lema “cada soldado de la Guardia Cívica es un fusilero”. El armamento era anticuado, por ejemplo las tropas usaban el veteranos Mosin Nagant de los tiempos zaristas, viejas piezas artilleras, también obtenidos de los depósitos de armas rusas capturados durante la guerra civil de 1918.

Los costos de formación de los guardias eran reducidos, dado que las infraestructuras eran sufragadas por los miembros de las asociaciones de la Guardia Cívica, como también de trabajo voluntario y donaciones. En la década del 30, gran parte de los guardias cívicos pagaban sus armas y municiones para entrenamiento. 

Distritos de la Guardia. 

Final

El mariscal Mannerheim, consciente de la realidad geopolítica y del ascenso de dos potencias antagónicas: la Unión Soviética y el III Reich alemán, promovió como presidente del consejo de defensa en 1931, una serie de medidas destinadas a incrementar el gasto de defensa. La tenaz oposición de la izquierda, especialmente de los socialdemócratas, lo llevó a iniciar un acercamiento político, levantando la veda sobre el ingreso de militantes socialdemócratas a la Guardia Cívica. El proceso de reconciliación terminó en 1940, tras la Guerra de Invierno, cuando el país fue puesto a una durísima prueba. Lucha por su existencia como estado independiente.  Esto permitió que los partidos votaran sin oponerse los incrementos en los gastos de defensa, algo tarde, dado que si se hubiera hecho antes, la situación militar de Finlandia en 1939, cuando la Unión Soviética atacó, sin ninguna duda habría sido distinta.



La Guardia Cívica llegó a tener 276.300 asociados en 1939. Richard Condon, historiador de la Guerra de Invierno, nos habla de 100.000 voluntarios entrenados para integrarse a las fuerzas de primera línea.  Estos voluntarios hicieron frente a la avalancha soviética en el lejano norte, bajo condiciones más que rigurosas por el clima invernal y ante la superioridad del enemigo, tanto numéricamente como en lo material. Batallones debían guarnecer las fronteras amenazadas por divisiones y regimientos motorizados. El fervor patriótico y el entrenamiento, fueron un factor clave para aquellas unidades que tuvieron que lidiar con una fuerza como era el Ejército Rojo. 

No cabe duda que la labor de la Guardia Cívica a través de sus asociaciones, tuvieron un rol más que relevante en promover la “cultura de defensa”, cohesión nacional, solidaridad y compromiso. El Estado con un escaso presupuesto, gracias a la promoción de la “cultura” de defensa nacional, creó una sólida reserva militar voluntaria, motivada y entrenada. La estructura territorial creada por la Guardia Cívica facilitó la puesta en marcha del sistema de movilización creado por Manneheim en los 30, que permitió al país movilizar en plazos relativamente cortos unidades de combate completas al frente de batalla. Los “guardias cívicos” combatieron duramente en las guerras que enfrentó Finlandia. Asimismo como organización territorial, cumplió con eficiencia su misión, disuadiendo al enemigo de actuar en la retaguardia.

 


En 1944 como consecuencia de la paz acordada con los soviéticos, la Guardia Cívica, tildada injustamente de fascista, fue disuelta. El ejército finlandés (Suomen Armeija) se hizo cargo de los distritos y la estructura de movilización creada por la Guardia Cívica en los 20. Lo que permitió al país contar posteriormente con una reserva activa, con elevado nivel de operatividad y entrenamiento. El esfuerzo realizado, no se tiró por la borda, sino todo lo contrario fue aprovechado, permitiendo a Finlandia conservar un eficiente sistema de movilización y organización territorial, existente hasta el día de hoy. 

El tiempo ha pasado el recuerdo de esta noble institución, llevó a su restablecimiento, pero bajo otra denominación, la Asociación para la Defensa de la Patria, que aunque no tiene la magnitud y organización de su predecesora, es una entidad donde los voluntarios pagan por ser parte de dicha institución que tiene como responsabilidad promover “cultura de defensa” y entrenamiento militar a sus miembros, para asistir a las Fuerzas de Defensa en caso de emergencia o crisis nacional.

La Guardia Cívica, tuvo un papel importante en la construcción de la Nación, en promover el compromiso de los ciudadanos con la defensa del país, que tuvo como resultado, en contar con una nación preparada para las duras pruebas que impuso la Segunda Guerra Mundial a un país pequeño como Finlandia, con tres millones de habitantes y 338.000 km2, que a pesar de las pérdidas territoriales sufridas. El sacrificio de todo una Nación,  y especialmente de sus soldados, permitió  al  país sobrevivir como un estado democrático e independiente. 

 


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