Seguridad Marítima y sus desafíos. Fusión de la Armada y la Prefectura Naval Argentina

 




Es de público conocimiento la crisis económica que afecta a la Argentina y la pesada carga que significa para el contribuyente el Estado y los distintos organismos que lo componen. En 2001, el entonces ministro de defensa, Dr Horacio Jaunarena, ante la situación presupuestaria, propuso la integración de la Prefectura Naval Argentina en la Armada, con el consiguiente ahorro de varios millones de dólares. Finalmente el proyecto no se llevó a cabo por resistencias dentro del mismo gabinete, especialmente del ministerio de seguridad y justicia. El tema siguió siempre flotando y en alguna oportunidad este corresponsal pudo conversar sobre ello con oficiales retirados de la Armada, y nuevamente traemos a los lectores esta idea

 

Por el Dr Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Director Diario El Minuto para Argentina 

La Argentina cuenta con extensos espacios marítimos donde ejerce derechos de soberanía, además de vastas vías fluviales.  El 90% del comercio exterior pasa por nuestras vías fluviales y marítimas, aspecto que impacta en los intereses nacionales.  Los espacios marítimos argentinos son fuente de recursos, especialmente pesqueros, lo que atrae a otros actores extrarregionales. Dichos espacios tienen potencial en materia de hidrocarburos. Por lo tanto, el mar tiene importancia para el desarrollo de Argentina en el largo plazo.

 


El país forma parte de la Cuenca del Plata, una de las más importantes del mundo, que ha tenido una importante gravitación en el desarrollo argentino. Los grandes ríos son vías de comunicación, límite fronterizo, existen importantes centrales hidroeléctricas, puertos (entre ellos el más importante del país, Buenos Aires), y en sus riberas se han radicado importantes industrias, poblaciones, y una intensa actividad económica.  El efectivo control de los espacios fluviales no solo es clave para la seguridad de la navegación, control de la contaminación, sino también por ser vía de comunicación para organizaciones criminales. Es de público conocimiento la actividad del contrabando y el narcotráfico.

La seguridad de estos espacios recae en dos fuerzas (Armada y Prefectura Naval), que dependen de distintos ministerios y con recursos siempre limitados, agregándose el hecho que en muchos aspectos tienen funciones similares. Dado el contexto de un país con un déficit fiscal importante, y la necesidad imperiosa de usar cuidadosamente los recursos, siempre escasos. Es por ello que no resulta descabellado proponer la integración de la Prefectura Naval en la estructura de la Armada Argentina.

 


Las funciones de seguridad de las Armadas

La Armada Argentina, como surge de los diversos “Libros Blancos de la Defensa Nacional”, los acuerdos internacionales (como las responsabilidades SAR asumidas con la Organización Marítima Internacional) como sus homólogos en la región tiene funciones de seguridad. Estas responsabilidades abarcan  protección del tráfico mercante, a través por ejemplo de sistemas de control de tráfico marítimo; protección de los recursos naturales; interdicción del tráfico ilegal de personas, armamentos, sustancias prohibidas (esto generalmente se realiza en el marco de misiones internacionales); ayuda humanitaria y protección ambiental.


Estas responsabilidades son similares a los de la Prefectura Naval Argentina, que operan en un mismo “teatro de operaciones” con la salvedad que dicha institución tiene facultades de policía y por ende es auxiliar de justicia, pudiendo llevar a cabo arrestos. Vale la pena señalar que la Prefectura Naval Argentina, es una fuerza de carácter policial, con un variado número de responsabilidades, que incluye ser parte del sistema de defensa nacional, como organismo responsable de la vigilancia y control de los espacios marítimos y fluviales. La Prefectura Naval cuenta con sus propias escuelas de formación de oficiales y suboficiales, legislación orgánica. Desde hace más de una década, ha crecido en medios y personal, especialmente potenciando su rol policial y de apoyo a la seguridad en grandes ciudades, dado la crisis policial que sufre la Argentina, especialmente en la Provincia de Buenos Aires, que llevó a la organización de unidades de control de disturbios públicos y seguridad ciudadana, acciones no exenta de polémicas.

 


La existencia de “escenarios de confluencia” genera competencia y recelos, que lamentablemente no son encauzados con mecanismos de coordinación, como sucede en otros países, donde las fuerzas de seguridad marítima están coordinadas con las Armadas, o generalmente forman parte de las fuerzas navales como en la totalidad de los países de América Latina.

 

 


El Proyecto Marina Argentina. La fusión de la Armada y la Prefectura Naval

 

En 2001, en medio de una dura crisis económica, el entonces ministro de defensa, Dr Jaunarena, dado la existencia de superposiciones y duplicidades por parte de la Armada y Prefectura Naval, especialmente en tareas de vigilancia y control del espacio marítimo, búsqueda y salvamento, protección ambiental, la existencia de servicios aéreos con capacidades similares, institutos de educación también semejantes,  propuso para eliminar dichas superposiciones, agregándose el hecho que la  Argentina es el único país de la región que cuenta con una fuerza como la Prefectura Naval.  La idea del ministro era fusionar las dos fuerzas, generando ahorros en aquel momento por US$  60 millones. La medida, incluía aspectos polémicos como el pase a retiro de 5.000 efectivos de ambas fuerzas, racionalización de estructuras, que incluía contar con centros unificados de formación de cuadros y la supresión de la estructura de comando superior de la Prefectura Naval, que sería asumida por ese entonces por el Comando de Operaciones Navales. La reforma propuesta precisaba cambios en la legislación, lo que no lo hacía tan sencillo, primero debía ganarse consensos políticos.  La Prefectura Naval mostró abierta resistencia, como también de sectores del gobierno del presidente De La Rúa. La crisis política de dicha gestión y la caída de dicho presidente dio por tierra la idea (ver https://www.lanacion.com.ar/politica/la-armada-cree-en-la-fusion-con-prefectura-nid327276/ )

 


La propuesta de Jaunarena no era descabellada como quisieron mostrar algunos medios, como dentro de la misma Prefectura Naval. En la región las armadas – entre ellas Chile – cuentan con un organismo específico de seguridad marítima. En otros países se aplican soluciones similares, pero siempre existen mecanismos de coordinación, que facilita el uso racional de capacidades e instalaciones.  El importante ahorro del proyecto Marina Argentina hubiera permitido impedir en parte la crisis de material que un par de años después fue una dura realidad para la Armada.


Los diferentes modelos de “Guardias Costeras” 

El caso de Sudamérica.

La Argentina, es el único país de la región que cuenta con una fuerza de las características de la Prefectura Naval Argentina, que opera como fuerza separada, dependiente de un ministerio distinto al de defensa. En lo que respecta a los países del ámbito regional, las funciones de seguridad en sus aguas jurisdiccionales recaen en las armadas, diferenciándose solo en materia de organización para cumplir las tareas propias de los guardacostas:

§  Venezuela: la Armada Bolivariana de este país integra en su orgánica un Comando de Guardacostas para actuar en su territorio marítimo, mientras para el control de la Cuenca del Orinoco dispone del Comando Fluvial. La Guardia Nacional, equivalente a grandes rasgos de la Gendarmería Argentina, cuenta también con su componente naval, con funciones de seguridad, de la mano del Comando de Vigilancia Costera.  

§  Colombia: su Armada cuenta con un Comando de Guardacostas, que recientemente se ha visto reforzado por material proveniente de la ayuda proveniente de Estados Unidos y se beneficiará próximamente de programas de modernización de las FFAA.

§  Ecuador: dispone de un Cuerpo de Guardacostas creado en 1980, que es un elemento orgánico de la Armada ecuatoriana, y se encuentra en proceso de modernización de sus medios

§  Perú: la Marina de Guerra ejecuta las funciones policiales y de seguridad en sus aguas jurisdiccionales a través de la Dirección General de Capitanías y Guardacostas – DICAPI – que para cumplir con sus cometidos cuenta con patrulleros medios, ligero, embarcaciones menores de diversos tipos y unidades aéreas desplegados en bases en el litoral marítimo, lago Titicaca y en la red fluvial de la cuenca amazónica. También en los últimos años, se observa un esfuerzo a mejorar capacidades.

§  Chile: las funciones de policía de seguridad de la navegación  y guardacostas recaen en la Dirección de Tráfico Mercante y Territorio Marítimo que constituye una dependencia orgánica de la Armada. Entre sus componentes, encontramos las direcciones de Intereses Marítimos, Hidrografía y Oceanografía.

§  Uruguay: subordinada al Comandante General de la Armada se encuentra la Prefectura Nacional Naval (cuyos efectivos conforman más de la mitad de la institución). Dicho organismo cuenta con patrulleros, embarcaciones de diverso tipo y una unidad de elite, la UNAPO.

§  Brasil: la Marinha es responsable de las funciones de seguridad en espacios marítimos y fluviales, no cuenta con una agencia única, sino es responsabilidad de diversos organismos.

§  Paraguay: la Armada – de características fluviales – cuenta con una entidad de características de policía de la navegación: Prefectura General Naval.

§  Bolivia: sus unidades navales están dispersas en destacamentos navales fluviales en el norte, oriente y el Lago Titicaca, y están orientadas a cumplir funciones de seguridad y policía de navegación.

§  Guyana y Surinam: las reducidas fuerzas navales cumplen funciones típicas de un servicio de guardacostas. En el caso de Surinam, solo existe un pequeño cuerpo de guardacostas, la marina ha dejado de existir, personal y medios fueron transferidos a este cuerpo dependiente del Ministerio del Interior.

 

Lancha de rescate  Prefectura Naval Uruguay

En los casos de los países con extensas cuencas hidrográficas, sus fuerzas navales cumplen una amplia gama de tareas vinculadas con la seguridad interna. Las responsabilidades abarcan la lucha contra el narcotráfico, terrorismo, protección ambiental, y apoyo a la comunidad. Las tareas antes señaladas, en más de una ocasión, son prioritarias en la asignación de medios y recursos para dichas fuerzas navales, como es el caso de Colombia. No obstante ello, a pesar de la amplia gama de funciones de seguridad de las principales armadas de la región, las funciones militares no han sido relegadas, sino más bien se observa un creciente esfuerzo en materia de modernización e incremento de capacidades.

 

Buque patrulla de la Dirección de Capitanías y Guardacostas de Perú

Brasil dado su particular realidad hidrográfica cuenta con importantes recursos desplegados en sus espacios fluviales. Estos medios no pertenecen a una estructura orgánica unificada, debido a las características de las cuencas del Amazonas y de la región de Matto Grosso. Situación que ha llevado a la formación de diversas Flotillas fluviales, que operan junto a elementos de los “Fuzileiros Navais” y Aviación Naval (helicópteros ligeros), asignados a diferentes distritos navales.

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La Unión Europea

En la Unión Europea no existe un modelo único en materia de organismos de control y vigilancia de fronteras terrestres y marítimas, existen importantes diferencias en materia de organización de dichas entidades, según cada paìs. Encontramos casos que dichas funciones se encuentran centralizadas en un solo organismo, y en otros, existe un conjunto de dependencias especializadas integrados a través de diversos mecanismos de coordinación/cooperación según las normas vigentes de cada país.  A modo de ejemplo se hará mención de algunos de estos casos.

 

España

Las funciones de seguridad en los espacios marítimos recaen en los siguientes organismos:  Armada Española, Servicio Marítimo de la Guardia Civil, Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima, Servicio de Vigilancia Aduanera y Fiscal, la Dirección General de Marina Mercante y organismos regionales o locales como el caso del Servicio de Guardacostas de Galicia.

 

Buques de Acción Marítima. Clase Meteoro

La Armada Española, actúa en materia de seguridad marítima por medio de la denominada Fuerza de Acción Marítima cuyas funciones son: a)Vigilancia Marítima, lo que significa el conjunto de actividades desarrolladas para la defensa de los intereses nacionales, y el cumplimiento de los compromisos internacionales relacionados con el ámbito marítimo, llevadas de forma específica por los patrulleros asignados por el Mando; b)Vigilancia de Pesca: que integra a los patrulleros en el Plan General de Vigilancia de Pesca anual, acordado entre el Ministerio de Defensa, y el de Agricultura por intermedio de la Secretaría General de Pesca; c)Actividades de Apoyo: engloba diversas actividades que abarca la asistencia a la Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima en la lucha contra la contaminación y la salvaguarda de la vida en el mar; a la Dirección General de Marina Mercante, en materia de tráfico marítimo; al Ministerio del Interior en materia de orden público y cumplimiento de las leyes y disposiciones en el mar territorial, y excepcionalmente fuera del mismo en virtud de los acuerdos internacionales; al Ministerio de Hacienda en lo que respecta a la represión de contrabando y auxilio a las unidades del Servicio de Vigilancia Aduanera y Fiscal; y a diferentes entidades públicas, regionales y privadas.

 

España cuenta con muchos organismos, con competencia en materia de seguridad marítima, lo que ha generado, desde diversos medios, impulsar a crear una suerte de cuerpo de guardacostas, siguiendo el modelo de Estados Unidos, con el objetivo de promover el uso racional de recursos, mejor coordinación. (ver http://fuerzanaval.com/guardia-costera-la-necesidad-de-aunar-esfuerzos/), o contar con un modelo de carácter militar vinculado a la Armada como Italia o Noruega (ver https://www.defensa.com/en-abierto/estado-mar-hidra-seis-cabezas)

 

Alemania

En otros países de la Unión Europea las responsabilidades de aplicación de las leyes en sus espacios marítimos recaen en las llamadas  “Guardias de Fronteras” que son también responsables de velar por la aplicación de las leyes en las fronteras terrestres, destacándose por su carácter militarizado. A título de ejemplo podemos destacar la Policía Federal de la República Federal Alemana (Bundespolizei), que absorbió estructuras y misiones del Servicio Federal de Protección de Fronteras, que contaba con medios navales. En el caso alemán, las responsabilidades en materia SAR marítimo, fluvial y lacustre son ejecutadas por organizaciones benéficas o entidades de bien público: Asociación Alemana para el Rescate de Náufragos (DGzRS), la Asociación Alemana de Salvavidas (DLRG) en conjunto con organismos federales y estatales.  

 

Finlandia.

La Guardia de Fronteras de Finlandia (Rajavartiolaitos). En ambos casos reúnen en el seno de un organismo único la vigilancia y control de las fronteras terrestres y marítimas, además de funciones SAR. En el caso finlandés la Guardia de Fronteras recluta anualmente por medio del servicio militar obligatorio unos 800 jóvenes, además de instruir reservistas pertenecientes a la Institución. Esta característica es única en Europa.

 


Italia

Los organismos responsables de aplicar la ley en sus espacios marítimos incluyen a la Guardia di Finanza,  unidades navales de los célebres Carabinieri y el Cuerpo de Capitanías de Puertos y Guardia Costera. Este último es un organismo de la Marina Militare que depende funcionalmente del Ministerio de Transporte, siendo además el responsable del presupuesto asignado al Cuerpo; aunque también por sus variadas funciones está vinculado con los Ministerios de Defensa (responsable del alistamiento del personal militar del cuerpo), Ambiente y Tutela del Territorio (lucha contra la contaminación marina), Políticas Agrícolas y Forestales (aplicación de las leyes de pesca); Bienes Culturales y Ambientales (arqueología subacuática), Interior (lucha contra las migraciones ilegales), de Justicia y el Departamento de Protección Civil.

 


Reino Unido

El Reino Unido cuenta con varios organismos con responsabilidad en materia de seguridad en sus aguas jurisdiccionales:  Agencia Marítima y Guardacostas (funciones en materia de regulación de la marina mercante, seguridad marítima), Guardacostas de Su Majestad (opera como agencia nacional  SAR), Real Fuerza Aérea, Ministerio del Interior, Fuerzas Policiales y Real Armada. En el caso de esta última institución, según la ley británica, sus oficiales tienen la facultad para arrestar. No obstante la mayoría  de las tareas  de aplicación de la ley son ejecutadas por los organismos civiles con las fuerzas navales listas para brindar asistencia llegado el caso.

 

Noruega

La Guardia Costera Noruega (Kystvakten) creada en 1977, cuenta con 800 efectivos, 21 buques y 6 helicópteros. Forma parte de la Marina noruega, pero con una estructura propia. Los barcos no solo cuentan con tripulaciones formadas por oficiales de la marina, sino también reclutas (Noruega tiene servicio militar obligatorio) y civiles. Las responsabilidades de este organismo abarcan desde la defensa de la soberanía de las aguas noruegas, aplicación de leyes de pesca, policía aduanera, seguridad de la navegación y protección del medio marino.

 


Estados Unidos

Los antecedentes de la Guardia Costera de los Estados Unidos (USCG) se remontan al año 1790 con el Revenue Cutter Service,  agencia dependiente del Departamento del Tesoro, que  destinado especialmente a la lucha contra el contrabando.  En 1915 el Congreso dicta una ley que fusiona la mencionada agencia con el US Life Saving Service dando origen oficialmente al célebre US Coast Guard. La institución tiene una extensa historia habiendo participado en numerosos hechos bélicos: la guerra anglo - norteamericana de 1812, la guerra con México en 1845, la Guerra de Secesión (1860 – 1865), la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, hasta el  conflicto iraquí de 2003.




La  legislación vigente define a la institución de la siguiente manera: “La Guardia Costera establecida el 28 de enero de 1915 será un servicio militar y una rama de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de carácter permanente. La Guardia Costera será un servicio del Departamento de Seguridad Nacional excepto cuando funcione como un servicio de la Marina” (traducción libre del autor). El marco normativo establece un amplio abanico de responsabilidades, destacándose las siguientes: seguridad marítima, zonas costeras de seguridad, legislación pesquera, protección ambiental (cuenta con un centro nacional de coordinación de protección ambiental), policía de la navegación, lucha contra la inmigración ilegal, combate al narcotráfico, búsqueda y rescate (gestiona un centro nacional de búsqueda y rescate en el mar), policía aduanera, puertos, defensa nacional, etc.

 

La USCG no es la única institución vinculada con la aplicación de la ley en los extensos espacios marítimos, fluviales y lacustres de los EEUU. Dicha responsabilidad la comparte las siguientes agencias federales:

·         Servicio Nacional de Pesquerías Marítimas.

·         Oficina de Seguridad de Materiales Peligrosos.

·         Servicio de Inmigración y Naturalización.

·         Servicio de Aduanas.

·         Agencia de Control de Narcóticos (DEA).

·         Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

 

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 llevaron al gobierno de Estados Unidos a una importante reorganización de sus agencias de seguridad y policiales  federales dando origen al Departamento de Seguridad Interior (Homeland Security Department), organismo responsable de la lucha contra el terrorismo en el territorio metropolitano y de la coordinación entre las diferentes agencias federales de seguridad. En este nuevo Departamento, fue integrado, entre otros organismos por la Guardia Costera, que anteriormente dependía en tiempos de paz del Departamento de Transportes.

 


La USCG cuenta con aproximadamente 39.000 efectivos,  8.100 reservistas y miles de empleados civiles a lo largo de su extensa jurisdicción (los Océanos Atlántico, Pacífico y Ártico).  La formación del personal recae en  la Academia de la Guardia Costera de New London – estado de Connecticut - para oficiales; y la Escuela de Candidatos a Oficial (OCS) destinado a postulantes con determinado nivel académico; en cuanto al personal subalterno estos reciben su formación básica en el Centro de Formación para Alistados (CGTC) de Cape May en el estado de Nueva Jersey. Además dentro de la estructura de la USCG nos encontramos con un cuerpo auxiliar formado por personal civil que recibe una formación específica, que bajo auspicios de la institución coopera con ésta ya sea aportando medios propios, como operando medios propios del USCG. Este tipo de elemento auxiliar guarda similitudes con el CAP o Patrulla Aérea Civil existente en la US Air Force.

.Guardia Costera de Canadá  (Canadian Coast Guard o CACG)

 


Esta institución fue creada en 1962, cuenta con 4500 agentes, dependientes del Ministerio de Pesquerías y Océanos. Es un organismo civil responsable de las siguientes tareas:

  • ayuda a la navegación, especialmente en las aguas del Ártico, contando para ello con una importante flota de rompehielos;
  • control del tráfico marítimo,
  • búsqueda y rescate,
  • lucha contra la contaminación;
  • apoyo a otras agencias en la esfera de su competencia;
  • servicios de transporte y apoyo por medio de aeronaves y embarcaciones a puntos aislados de la geografía canadiense; y
  • competencias derivadas de la Ley de Navegación.

 


La  institución tiene carácter eminentemente civil,  carece de facultades de arresto, es por ello que es frecuente que embarquen personal de la agencia federal de policía (Real Policía Montada de Canadá), Oficiales de Pesca, u otros agentes  que la ley canadiense faculta para portar armas y realizar arrestos. Estas limitaciones que tiene la Institución han sido objeto de diversos debates, planteándose la posibilidad de transferir la CACG al Ministerio de Justicia, con la posibilidad de armar los buques con cañones de 40 mm y permitir al personal para portar armas y realizar arrestos. El Informe del Comité Permanente sobre Pesca y Océanos de 2004, donde contenía dicha propuesta, señalaba la posibilidad de convertir a la CACG en una rama de las FFAA canadienses (siguiendo a grandes rasgos el modelo de Estados Unidos), pero los problemas de presupuesto, según dicho informe, generaba dudas sobre la factibilidad de dicho proyecto.  También hubo voces favorables a que la CACG fuera parte de la Marina canadiense. El almirante David Morse, señaló en 2007, que el proceso sería sencillo, dado que tanto el CACG como la Marina, realizan tareas similares, como operaciones SAR, aplicación de las leyes de pesca, comparten información marítima y apoyan misiones judiciales en el ámbito marítimo. Su propuesta consistía en sustituir gradualmente el personal civil de la CACG por personal militar en las tripulaciones de los buques de patrulla oceánica y SAR, centros de operaciones de rescate, centros de mando de la CACG y tráfico mercante; y  modificar el programa de aspirantes para la CACG, por uno de carácter militar. Mas allá del debate, la CACG sigue siendo una agencia civil

 

La crisis de la Armada y la desnaturalización de la Prefectura Naval

La Armada Argentina ha estado afectada como el resto de las fuerzas armadas, por la falta de políticas concretas en los últimas tres décadas.  El hecho más destacable, fue la pérdida del submarino ARA San Juan, que por problemas de mantenimiento el buque se fue con sus 44 tripulantes al fondo del mar.  La crisis ha llevado al anuncio de bajas de unidades – todas cargadas de años – el posible retiro de una fragata Meko 360, la baja de las nobles y veteranas corbetas A 69 (seriamente afectadas por recortes de gasto). La Aviación Naval también atraviesa penurias, mas allá de la llegada de cinco aviones Dessault Super Etendard,  de segunda mano, existen necesidades urgentes en materia de entrenamiento, medios de patrulla y vigilancia, etc. En el marco de esta crisis, encontramos una contradicción, el ministerio de defensa, cerró un contrato por cinco patrulleros de altura de origen francés, clase L’ Adroit, que se construyen en astilleros galos, con un costo, o mejor dicho una deuda que contrajo el estado argentino por US$ 500 millones. Realmente insólito, por un lado la flota de combate languidece en los puertos y por otro lado el país se endeuda para comprar buques de escaso o nulo valor militar.  Una fuente naval señaló a este Corresponsal, que la compra, fue debido, ante todo por temor que los buques fueran a parar en manos de la Prefectura Naval, una fuerza que  compite abiertamente con la Armada por los escasos recursos del estado que asigna a la seguridad de sus espacios marítimos.

La Armada está en crisis. La compra de buques franceses la convertirá de hecho en una fuerza de seguridad marítima. La Prefectura Naval cuenta con medios similares de origen español que datan de los 80. Un disparate y dispersión de recursos. Mientras la Armada no encuentra fondos para su aviación naval o potenciar su flota de transporte marítimo, la Prefectura Naval adquirió en estos últimos años un buque para operar en la Antártida, dos patrulleros rápidos de combate tipo Shaldag vía Israel, helicópteros para operaciones SAR. Asimismo, cuenta con una pequeña escuela para sus pilotos, mientras que la Escuela de Aviación Naval, precisa recursos con urgencia, recordando que dicha uniad ha formado históricamente pilotos de elite. 

Prefectura Naval ha crecido estos últimos años, llegando a ser una fuerza de unos 29.000 efectivos (frente a 20.000 marinos). Ni hablar de la idea de contar con capacidad para operar en la Antártida, modificando un buque a tales efectos adquirido en el mercado de segunda mano. (Ver "Tango" buque de salvamento https://www.histarmar.com.ar/Prefectura/ELENCO-ACTUAL/Clase%20Salvamento/SB-15/SB-15%20Tango.htm)

A todas luces observamos dispersión de medios y esfuerzos, se une a ello rivalidades y competencia entre ambas fuerzas. La Argentina con los graves problemas que tiene, no puede darse el lujo que dos instituciones compitan entre si y dilapiden dinero de los contribuyentes. Es imperioso tomar medidas destinadas a terminar con este estado de cosas.


 

Integración Armada – Prefectura Naval. Crear la Fuerza de Seguridad Marítima Integrada.

La ley 24059 de Seguridad Interior como la ley 23.554 de defensa nacional imponen limitaciones a las fuerzas armadas en materia de seguridad interna. Es preciso modificar la legislación, para llevar  a cabo el proceso de integración. Asimismo en este proceso, organismos como el Registro Nacional de Buques, el Tribunal Administrativo de la Navegación, así como las competencias en materia de juzgamiento de faltas asignadas a la Prefectura Naval (abiertamente inconstitucional) pasarían a la órbita del Ministerio de Transporte.   Estos pasos requieren de reformas a las leyes de Seguridad Interior, Defensa nacional y Orgánica de Prefectura Naval. 

El Ministerio de Seguridad, podrá seguir teniendo el control funcional de la Prefectura Naval, pero integrada dentro de la Armada. 

La fusión tendría los siguientes alcances.

  • Racionalización de estructuras, que afectará instalaciones y edificios;
  • Empleo de las jerarquías navales por parte de la Prefectura Naval;
  • Racionalización administrativa, que incluirá fusión de organismos y servicios.
  • Mantenimiento de una carrera específica para el personal que provenga de la Prefectura Naval;
  • Cambios en materia de personal, que significará el pase a retiro de más de 5.000 efectivos de ambas fuerzas (tomando como modelo el proyecto "Marina Argentina" del año 2001).
  • Delimitación geográfica. La Prefectura Naval quedará limitada a las 24 millas.La razón de fijar dicho limite, obedece a lo normado por la CONVEMAR, donde define a este espacio como el área donde el estado ribereño puede tomar medias necesarias para prevenir y sancionar las infracciones a leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, migratorios o sanitarios que se cometan en su mar territorial. (art. 33.1 de la CONVEMAR) ;
  • Unificación de los centros de formación de oficiales, suboficiales, como de especialidades;
  • Supresión de las unidades de control de disturbios y seguridad ciudadana;
  • Empleo de cuadros de la Prefectura Naval en funciones de seguridad y policía militar en bases y establecimientos navales;
  • Unificación del Servicio Aéreo de la PNA en el Comando de Aviación Naval,
  • Integrar la fuerza de elite, Agrupación Albatros de la Prefectura Naval en la Fuerza de Guerra Naval propuesta por este autor en Diario El Minuto (ver https://elminuto.cl/fuerza-de-guerra-naval-especial-para-argentina/)

La llegada de los patrulleros de altura franceses podrán ser el reemplazo natural de los veteranos Clase Mantilla de la Prefectura Naval.  El centrar los recursos en solo componente aeronaval, permitirá el uso racional de bases, instalaciones, personal. Será preciso estandarizar los medios y centrar los limitados fondos en adquirir helicópteros que puedan ser empleados tanto en tiempo de paz como en tiempos de crisis, cumpliendo funciones tales como transporte, búsqueda y rescate, lucha antisubmarina, apoyo táctico.



El almirante británico Hill, es un obra Estrategia Marítima para Potencias Medianas señaló “…mejoradas a lo sumo para operaciones de baja intensidad: aeronaves basadas en tierra, relativamente lentas y baratas, pero bien provistas con equipos de vigilancia y comunicaciones, embarcaciones marineras pero no necesariamente no oceánicas, con armamento liviano y preciso del tipo superficie – superficie, y las bases de apoyo  y facilidades de comando para que logren efectividad. Los demás servicios marítimos del Estado – hidrografía, avisos a los navegantes, encaminamiento del tránsito, balizamiento, control de entrada a puerto…Servicios de Tránsito Marítimo (VTS) – forman parte de los que debe ser un conjunto bien ordenado, porque cuanto mejor ordenado esté menor oportunidad tendrán los transgresores, grandes y pequeños, de violar la integridad territorial del estado sin ser reprimidos.” Ponderando los modelos centralizados de Servicios de Guardacostas de Japón o Estados Unidos, además de destacar que son países con recursos para ello.  Las ventajas este tipo de modelos tiene que ver con incidentes graves, la necesidad del monitoreo de los espacios marítimos, recopilación de información. En lo referente a los países con costas ribereñas extensas, la obtención de información sin ninguna duda resulta un serio desafío, y al respecto, el almirante británico reflexiona. “Se requieren la colección y el procesamiento de inteligencia  a corto y largo plazo sobre temas diversos: tránsito mercante, barcos pesqueros, plataformas para perforación y explotación de petróleo y gas, buques de guerra y auxiliares extranjeros (…) Además se precisan comunicaciones eficientes con varias   de esas entidades en forma rutinaria, y la posibilidad de comunicarse con todas ellas en caso de emergencia  

 

Las fuerzas de seguridad marítima, precisan llegado el caso de fuerzas de cobertura para hacer frente a situaciones más complejas, como sería el ataque terrorista a instalaciones costa afuera, donde se requieren fuerzas de reacción rápida. También en el hipotético caso de incursiones de naves de superficie, la aviación basada en tierra puede prestar una adecuada cobertura, así como buques de la Armada portadores de misiles, también las minas como el empleo de submarinos costeros pueden ser de utilidad llegado el caso. Es por ello, que potencias medianas como Argentina que tiene una ZEE importante,  debe contar con fuerzas marítimas con medios aéreos y navales, como dice Hill  “…enlazadas con una organización de VTS bien coordinada, y respaldadas por una cobertura que incluya fuerzas aeronavales y de superficie más poderosas, y quizás también tropas especiales de reacción rápida, submarinos costeros y minas. La mayoría de esas fuerzas deberían poder alcanzar, como mínimo, hasta el borde de la zona económica”

 

El libro del almirante británico, señala claramente la interacción que existe entre las fuerzas navales y las fuerzas de seguridad marítima. También es coincidente, en este aspecto otro experto británico, Geoffrey Till, quién  nos dice que esta cooperación es necesaria, con el objetivo de facilitar economías de escala. La reducción de las fuerzas de la US Navy ha significado el incremento de la misiones de la Guardia Costera de Estados Unidos, tanto en la defensa del territorio metropolitano, como en tiempos de conflicto.   Ejemplo de ello ha sido el despliegue reciente de un buque del USCG en el Atlántico Sur, con la finalidad de aplicar leyes internacionales sobre ambiente y preservación de recursos.  Siguiendo con el caso de Estados Unidos, tanto la US Navy como el USCG, operan de manera estrecha en operaciones de seguridad en aguas internacionales, llevando a cabo operaciones de interdicción marítima de buques mercantes, donde es frecuente que buques de guerra de Estados Unidos, embarquen personal de la Guardia Costera, por tener facultades legales para llevar a cabo arrestos.


La gestión eficaz de los océanos, como define Till la interacción de los distintos organismos responsables de la seguridad y defensa de los espacios marítimos, demanda una serie de requerimientos, que varían según los niveles de la conducción de los asuntos marítimos:

  • nivel estratégico: las políticas de gestión de los océanos, no debe ser monopolio de ningún sector en particular, sino debe tener un carácter “integral” que tenga en cuenta los distintos ámbitos involucrados. En este nivel se debe tener en cuenta claramente los intereses a defender, los actores intervinientes y los objetivos alcanzar,
  • nivel operacional: dado los sectores involucrados en la política marítima, es necesario contar con mecanismos adecuados de coordinación. El requerimiento  más importante en el nivel operacional es la capacidad de tener suficiente vigilancia y alerta en el mar. 
  • nivel táctico: requiere habilidades especializadas y con equipamiento adecuado. En este nivel es preciso contar con un alto grado de alistamienti

Lo expresado a nuestro modesto juicio, sirven de elementos necesarios para sustentar la necesidad de debatir sobre la relación entre la PNA y la ARA.  Es indudable que operan en un mismo espacio, pero por diversas razones, no operan de manera coordinada, con las consecuencias del caso. El país cuenta con limitados recursos, y es por ello que consideramos conveniente, que por lo menos operen de manera conjunta.  Los medios de la PNA para operar en la ZEE, son insuficientes, es por ello que las misiones de patrulla pueden ser llevadas a cabo por medios de la Armada, lo que no impide que puedan embarcar personal de la PNA para cumplir con funciones propiamente policiales, llegado el caso.

En un excelente trabajo publicado en el Boletín del Centro Naval, cuyos autores son el almirante Carlos Cal y el Capitán Juan Anotnio Imperiale (ver https://www.centronaval.org.ar/boletin/BCN808/808calimperiale.pdf) señalaron el valor de los buques tipo destructor y fragata. Capaces de operar independientemente o integrados a fuerzas de ataque, anfibias, de escolta de convoyes mercantes o militares, etc., estos buques pueden actuar ofensiva o defensivamente contra otras unidades de superficie, submarinos, aeronaves, misiles en vuelo y objetivos terrestres. Además, tienen aptitud para patrullar áreas marítimas y efectuar el registro e inspección de buques y embarcaciones mercantes, de pesca y otros propósitos, por lo que pueden ser empleados para controlar las aguas jurisdiccionales en la paz —con el propósito de preservar los recursos marítimos, contribuir a la seguridad interior y hacer cumplir las leyes nacionales e internacionales— y en tareas de interdicción marítima (MIO y LIO) en los conflictos.  En el caso de Argentina, dado las necesidades acuciantes en matera de defensa y seguridad en los espacios marítimos, agregándose los limitados recursos del país:, los autores destacan que, en su opinión, sería más conveniente para la Argentina incorporar destructores y fragatas polivalentes a su flota, antes que a otras unidades de superficie que sólo son aptas para las tareas propias de tiempo de paz. Fundamentan su opinión en las siguientes realidades: a) Dada su situación geográfica excéntrica y la extensión y características del Atlántico Sur, necesita de buques con capacidad oceánica, aun dentro de su Zona Económica Exclusiva; y b) presenta una crónica insuficiencia de recursos económicos destinados a la defensa nacional, la seguridad interior, el cumplimiento de las leyes en mar y la protección de los recursos marítimos, y para peor, esos escasos recursos se distribuyen entre dos fuerzas que superponen parte de sus misiones y que dependen de distintos ministerios. Con respecto a la última de esas realidades, se debe tener en cuenta que existe una estrecha relación entre la Disuasión y la Presencia en el Mar, donde la última es fundamental para el éxito de la primera. Ambas requieren de la Armada fuerzas navales adiestradas, conocimiento del teatro de operaciones más probable, información sobre eventuales enemigos y efectiva acción psicológica sobre ellos. Es así que resulta inevitable que esas fuerzas se hagan con frecuencia a la mar y que, en el desarrollo de sus ejercitaciones y operaciones de rutina, busquen objetos en la superficie del mar, bajo ésta y en el aire. Como todos los objetos encontrados serán investigados, resultará que los buques de la Armada, independientemente de la misión que estén cumpliendo, realizarán igualmente las tareas que constituyen la parte más compleja y costosa de las funciones de dar protección a la pesca y otros recursos del mar, aplicar las leyes y dar apoyo a la seguridad interior.  Los autores señalan que priorizar la compra de fragatas, no implica, que otros medios no sean adquiridos, pero entendemos que tiene que ver con fijar prioridades, un uso inteligente de los recursos, contando en una primera instancia con medios que por sus capacidades puedan cumplir un amplio abanico de funciones.

En la región, tenemos un ejemplo cercano del modelo propuesto, donde funciona, y no implica, como algunos detractores señalan, menoscabar funciones propias de la defensa, a favor de funciones policiales. Sino mas bien, promover un uso racional de recursos, especialmente en medios aeronavales, como de estructuras logísticas, de formación de personal, etc. Esto se traduce en varias decenas de millones de dólares

 

La reforma significará la posibilidad que personal de la Prefectura Naval pueda seguir su carrera en el ámbito de la seguridad, como también en unidades de combate de la Armada propiamente dicha. Los ahorros generados, permitirían aprovechar racionalmente los recursos y centrarlos en equipamiento.   

 

 

 

 

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