Lanchas rápidas en la Segunda Guerra Mundial. Los pequeños guerreros del mar

 


 




En el marco del 75 Aniversario del Fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, traemos a los lectores de Diario El Minuto un episodio de la guerra naval que no tiene la difusión como las grandes batallas, pero también cargado de heroísmo. Nos centraremos en los sucesos de los Teatros de Operaciones del Mar del Norte y el Mediterráneo, donde intrépidos comandantes y tripulaciones libraron duros combates.

                                                                                        Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Director DIARIO EL MINUTO para Argentina 

Las lanchas rápidas (también conocidas como FPB por sus siglas en inglés), fueron protagonistas de numerosas acciones en la Segunda Guerra Mundial tanto en Europa como en Asia: su velocidad, pequeño calado, maniobrabilidad las convirtieron en una herramienta de sumo valor para combatir el tráfico mercante costero y operar en áreas restringidas.  Su eficacia residió en la sorpresa, velocidad y actuar de noche, evitando convertirse en un blanco de la aviación o de buques de mayor capacidad. El tipo de armamento que utilizaban, cañones ligeros y torpedos, requerían un adiestramiento y habilidad de tripulaciones y comandantes. La estela de espuma que dejaban las lanchas, obligaba mucho la aproximación en silencio por medio de motores auxiliares, para luego atacar sorpresivamente y huir a toda máquina.  El combate naval, este tipo de medios de debía hacerlo a corta distancia. La peculiaridad de estas fuerzas, demandó contar con organizaciones flexibles y una amplia libertad de acción para los comandantes de estos “pequeños guerreros del mar”.  

 


El tráfico costero era importante en la costa oriental británica, como también por Alemania en las costas de los países ocupados, debido a los sabotajes en tierra, por ende el transporte por mar ofrecía mayor grado de seguridad. En otros teatros de operaciones el tráfico de este tipo también era relevante, como en el Mediterráneo para abastecer desde Italia a las fuerzas del Eje, la costa dálmata; y en el Pacífico, el tráfico costero era intenso especialmente en Filipinas, Malasia y Birmania, por la ausencia de rutas terrestres. Esto convirtió a dichas zonas focales en áreas de interés para operar lanchas rápidas, que no solo cumplieron roles ofensivos contra las líneas de comunicación marítima, sino que fueron empleadas para combatir buques similares, apoyar operaciones especiales y acciones de desembarco, infiltración de agentes, captura de buques mercantes (algo que fue realizado en el Mediterráneo). Estos medios por sus características, tenían un radio de acción limitado, y solo estaban destinadas a escenarios costeros, mares cerrados y semicerrados.  Las lanchas rápidas conformaban una clase de barcos pequeños: torpederos, lanchas cañoneras, lanchas armadas, y otras con capacidades varias, como los Schnellboote  germanos que podían llevar a cabo acciones con torpedos, minado y hasta escolta del tráfico costero.  Los estadounidenses con sus barcos de patrulla o Patrol Boat, podían llevar a cabo funciones de lanchas cañoneras y torpederas.  El Reino Unido recién hacia 1942, comenzaron a reunir en una sola embarcación funciones de cañoneras y torpederas.

 

Italia fue el primer país, posterior a la Primera Guerra Mundial que puso especial atención con el desarrollo de las lanchas MAS (Motoscafo Anti Summergibile). La Regia Marina  llegó a contar con más de un centenar de embarcaciones y una aceitada doctrina y entrenamiento. Pero fue el Reino Unido el que llegó a construir la mayor cantidad de este tipo de medios, unos 1.500, operadas por el Comando de Fuerzas Costeras.  Japón, no le dio la importancia y se limitaron a construir generalmente lanchas para operaciones suicidas, con escasa eficacia. El no contar con fuerzas de este tipo, tuvo un elevado costo especialmente en operaciones en aguas costeras en la zona de Filipinas, Salomón y Nueva Guinea contra las lanchas de la Armada de Estados Unidos (a titulo de curiosidad uno de sus comandantes, fue el célebre John F. Kennedy, presidente de Estados Unidos en los 60) y el Reino Unido, en el frente de Birmania.

 


Los alemanes desarrollaron una potente fuerza de lanchas rápidas, que mantuvo su superioridad hasta 1942. El incremento del potencial Aliado en esta materia fue creciendo día a día, agregándose el despliegue de destructores en apoyo a las flotillas costeras y la aviación. No obstante ello, las fuerzas alemanas lucharon hasta el final de la guerra con intensidad.  

 

Las lanchas rápidas eran de construcción barata, diseño relativamente simple, lo que permitió su producción en serie en manos de pequeños astilleros. Su concepto, data de fines del siglo XIX. El desarrollo del torpedo automóvil en Italia en 1877, generó un gran impacto en el pensamiento naval de la época. Esto llevó a cuestionar al acorazado, estrella de las flotas de guerra de las principales potencias, a favor de los torpederos, pero es otra historia.  Los italianos en 1916, emplearon lanchas rápidas, llamadas MAS eficazmente contra la flota austriaca  enviando al fondo del mar, el crucero ligero Wien en su base en Trieste, en diciembre de 1917. En junio de 1918, las lanchas italianas mandaron a pique al acorazado Sentz. Istvan  en los estrechos de Otranto.  Los británicos también hicieron uso de este tipo de medios en incursiones en las costas belgas y luego en 1919, contra la flota rusa, que se encontraba bajo el control del régimen de los soviets en la base de Kronstadt.

 


El teatro de operaciones del Mar del Norte

Las limitaciones impuestas por el Tratado de Versailles, en materia de armamento, llevó a la marina germana a explorar el valor militar de las lanchas rápidas. Sobre la base de una embarcación de recreo nacieron las lanchas rápidas o schnellboot germano (lanchas S), de diferentes versiones que iban desde las 28 a 35 metros de eslora. La ventaja residía en el uso de motores diesel, reduciendo los riesgos de incendios, combinaba capacidad torpedera y artillera. Se construyeron diversas versiones, que permitía velocidades máximas de 40 nudos. El armamento incluía cañones de 20 mm, 40 mm, 37 mm y tubos lanzatorpedos de 533.4 mm. Los alemanes operaron a lo largo de la guerra más de 200 unidades.  También se construyeron lanchas rápidas con misiones de escolta de convoyes costeros, salvamento, minado, con esloras de 35 y 41 metros, velocidad de 24 nudos. Estos buques conocidos como Räumboot llegaron a más de 300 unidades armadas con cañones de 20 y 40 mm.

 

Los británicos construyeron diversas serias de MTB (Motor Torpedo Boat), como la Fairmile “D” de 90 toneladas dotados de dos torpedos , cañones de 6 libras, 20 mm y ametralladoras; lanchas Vosper de 22 metros de eslora y cuatro tubos lanzatorpedos o de dos tubos, además de llevar cañones de 20 mm, ametralladoras, etc. La flotilla británica operaba con motores a gasolina, hasta el arribo de motores diesel de Estados Unidos.  Existían diversas versiones de lanchas rápidas, como las Fairmile A de 34 metros pensadas para escolta costera, minado, las C algo mayores y las más numerosas D, que tuvieron diversos cometidos, fabricándose más de 200.

 


Los italianos que tenían experiencia en el empleo de estos medios como vimos anteriormente, contaban en 1940 con un centenar de lanchas MAS, que se caracterizaban por su velocidad. Su armamento consistía en tubos lanzatorpedos, ametralladoras y cañones de 20 mm, además de cargas de profundidad. Eran aptas para operar en el Mediterráneo, y fueron complementadas con una versión conocida como VAS para operaciones antisubmarinas.

 


En 1939 con el comienzo de la guerra, los británicos movilizaron su flotilla desplegada en Malta hacia el Canal de la Mancha, dado la vulnerabilidad de sus líneas de comunicación marítima en zonas costeras. El número de lanchas era insuficiente para el creciente tráfico en la zona Oriental de Gran Bretaña, situación que para los alemanes era diferente. Su flota mercante era menor, lo que permitía contar con fuerte escolta por un lado, y por otro, contar con medios disponibles para atacar el tráfico enemigo.  El primer ataque fue el 9 de mayo de 1940, lanchas S alemanas (S por lanchas rápidas) partieron de su base de Wilhelmshaven al Canal de la Mancha, siendo seriamente averiado el destructor británico Nelly. El ataque fue encabezado por el teniente de navío Rudolph Petersen que terminó siendo años mas tarde, comandante de la flotilla de las lanchas S alemanas.  La captura de puertos belgas, holandeses y franceses, permitió a la flotilla germana de lanchas estar en capacidad de lanzar ataques de mayor magnitud en las aguas costeras británicas. Esto alarmó al Almirantazgo británico, que hasta ese momento había subestimado en parte el problema. A partir de 1940, tomaron las medidas necesarias para contrarrestar la creciente amenaza sobre las aguas del Canal de la Mancha y el tráfico costero del Este de Inglaterra.  En 1940 las flotillas de lanchas cañoneras y torpederas de la Royal Navy  antes dispersas fueron unificadas bajo el comando de las Fuerzas Costeras liderado por el contralmirante Piers Kekewich. El grueso de las tripulaciones británicas eran cuadros y personal de reserva y todavía no habían desarrollado tácticas y una doctrina, esto fue consecuencia del devenir de la guerra.  En Alemania la flota de lanchas S y R quedó en manos del contralmirante Bütow hasta 1942, reemplazado por el comodoro Petersen.  Los enfrentamientos fueron crecientes entre las flotillas de ambas partes, en una primera etapa los problemas de adiestramiento se hicieron presentes, especialmente por el lanzamiento de torpedos a distancias inadecuadas, colisiones y fuego amigo eran frecuentes.  La presencia aérea, llevó a incrementar las operaciones nocturnas, en atención que en operaciones diurnas, las lanchas eran particularmente vulnerables a los ataques aéreos.

 


La experiencia demostró la posibilidad de aproximarse al blanco, de manera silenciosa, empleando motores auxiliares, hasta alcanzar una distancia que permitiera lanzar con seguridad los torpedos, para luego evadirse a toda máquina y con cortinas de humo llegado el caso.  La navegación alta velocidad delataba muchas veces la presencia de las lanchas rápidas por la estela que dejaban en el mar  y el ruido de los motores. Las tácticas variaba según las circunstancias, podrían dividirse fuerzas, con el objetivo de atraer al enemigo para que la otra parte de la fuerza atacara por sorpresa, luego de acercarse sigilosamente. Otra posibilidad era esperar con motor al ralentí, para luego ante el paso del convoy enemigo, acelerar con rapidez y atacar.  El empleo del radar por parte de los británicos, facilitó en gran medida las respuestas ante las acciones germanas.  En el Mar del Norte, la iniciativa fue alemana, y generó serios contratiempos a lo largo de 1941. No solo por los ataques, sino por el minado de aguas costeras que llevaban a cabo las flotillas germanas.  En noviembre de dicho año, el capitán de corbeta de la reserva naval, Hichens, obtuvo una importante victoria contra las veloces lanchas S alemanas.  Esto elevó la moral de las Fuerzas Costeras.  Los alemanes decidieron ante una mejor oposición de las flotillas británicas, cambiar de áreas de operaciones, apelando a la sorpresa.

 

Entre el verano y otoño de 1942, los combates entre las flotillas de lanchas rápidas ocurrían prácticamente todas las noches, al final los británicos obtuvieron una ligera ventaja. Sus flotillas se vieron reforzadas por las lanchas Fairmile  D, de capacidades similares a las lanchas S germanas. Ello no impidió que las lanchas alemanas sembraran en esa época más de doscientas minas magnéticas y de otros tipos, en la costa Este inglesa. Una treintena de mercantes se fueron al fondo por las minas, junto con un destructor de escolta. Las cifras se incrementaron también con ataques torpederos. El Canal de la Mancha y especialmente el Estrecho de Dover, se convirtieron en un serio problema para las fuerzas navales alemanas. La respuesta británica ante los ataques en dichas áreas, fue el empleo de fuerzas compuestas por torpederos, cañoneras o MGB, apoyadas por una red de estaciones radar, que limitaban el factor sorpresa por parte de las fuerzas germanas. Pero este dispositivo de defensa costero británico, fracasó en sus ataques ante el pasaje de los cruceros de batalla Scharnshorst y Gneisenau. 

 


La disponibilidad de lanchas de mayores prestaciones por parte de los británicos, le permitieron actuar contra el tráfico costero en aguas noruegas, como también protagonizar acciones en apoyo a fuerzas de comandos, como el caso de St Nazaire en Francia.  En 1943, las fuerzas costeras británicas habían logrado desarrollar operaciones conjuntas con los Comandos de Caza y Costero de la RAF, lo que permitió reducir la actividad alemana en las aguas del Canal de la Mancha, proyectar fuerzas sobre bases alemanas en Holanda y Bélgica, además de estar en capacidad de atacar el tráfico costero en aguas noruegas.  Los alemanes no se quedaron atrás, las mejoras de armamento, como el uso de cañones de 40 mm, hizo más agresivas y audaces a las tripulaciones de lanchas S, pero para 1944, cuando los Aliados lanzaron la operación de desembarco en las costas de Normandía, poco y nada pudieron hacer las fuerzas alemanas ante la abrumadora superioridad aérea y naval aliada.  Desde el puerto de Le Havre, las fuerzas alemanas resistieron con tenacidad, hasta que fueron evacuadas ante la creciente amenaza aérea y los devastadores efectos que tuvieron los ataques aéreos sobre bases alemanas. En esta etapa operaban ahora junto a los británicos las lanchas PT de la Armada de Estados Unidos.

 


Las fuerzas alemanas se refugiaron en Amberes, donde continuaron operando, especialmente con acciones de minado. Esto generó serios daños al tráfico mercante aliado. Las operaciones ofensivas de lanchas S se fue reduciendo, con la pérdida de bases con el avance de los Aliados hacia Alemania. Ello no impidió que las tripulaciones siguieran combatiendo con valor y determinación, manteniendo este espíritu

 

Generando serios contratiempos al tráfico aliado. El espacio se iba reduciendo con el avance de los Aliados hacia Alemania, privando de bases seguras, aún así las patrullas de lanchas S alemanas lucharon con determinación hasta el armisticio.

 

El Mediterráneo

El Frente Mediterráneo tuvo una gran importancia. Las potencias Aliadas tenían como objetivo impedir que sea un área controlada por las potencias del Eje y obtuvieran una victoria decisiva especialmente en el Norte de África y tomaran la base de Malta, que tenía un papel vital para la estrategia aliada en la zona. Las fuerzas navales jugaron un rol relevante, especialmente para mantener abierta las líneas de comunicaciones, mientras trataban de cortar las del enemigo.  En el Mar Mediterráneo jugaron un papel importante  las flotillas Aliadas, especialmente de las marinas británica y países del Commonwealth, y Estados Unidos. En lo referente al Eje, participaron alemanes e italianos.

 

En 1940, la superioridad en materia de lanchas, estaba en manos italianas. Los británicos solo contaban con un puñado de lanchas torpederas de 17 metros. En 1941, el gobierno canadiense cedió una veintena de lanchas de origen estadounidense Elco. En 1942 los británicos contaban con una flotilla cada vez más numerosa operada por tripulaciones de Gran Bretaña, Canadá y de otros estados de la Comunidad Británica.  El temor ante la flota italiana, quedó desarticulado ante la inacción de esta, a pesar de existir oportunidades para imponerse ante las limitadas fuerzas británicas en la zona.  La flotilla MAS en cambio llevó a cabo acciones audaces contra convoyes en Malta. Los alemanes llegaron en 1941 con una flotilla de lanchas S y fuerzas aéreas, lo que generó nuevos problemas para los británicos.

 

La falta de iniciativa por parte de las potencias del Eje, permitió que Malta fuera reforzada en parte por los Aliados. La RAF con sus célebres Spitfire, logró rechazar los ataques de las lanchas alemanas e italianas. Finalmente las fuerzas del Eje optaron por operar de noche y fondear minas. 

 

Los alemanes desde Libia lanzaron ataques a convoyes, en junio de 1942, las lanchas S averiaron un crucero ligero el HMS Newcastle y hundieron un destructor, además de los daños a los mercantes que acompañaban a estos buques de escolta.  En Alejandría los Aliados organizaron una flotilla de fuerzas costeras, sus tripulaciones y mandos, eran de la Reserva Naval. Estas fuerzas tuvieron un activo papel en llevar a cabo maniobras de diversión a las fuerzas de Rommel, durante la batalla de El Alamein. En una de sus acciones, simularon un desembarco anfibio, con un bombardeo de preparación.  En 1943, las fuerzas costeras aliadas contaban con una veintena de flotillas de lanchas cañoneras, torpederas y de defensa de puertos.  El cambio de bando de Italia, tuvo su impacto en las flotillas costeras, su área de operaciones se extendió al Mar Adriático, Grecia y la costa occidental italiana.  Las acciones estuvieron centradas en el ataque al tráfico marítimo germano, proveer apoyo a las fuerzas de partisanos de Tito en Yugoslavia, y de incursiones de comandos. 

 

En el mar Egeo las fuerzas británicas se ocuparon de hostigar guarniciones alemanas en las islas griegas. Los alemanes desplegaron medios terrestres, navales y aéreos para reforzar su presencia en la zona. Los  británicos con sus ataques sorpresa desde el mar y abastecimiento a fuerzas de la resistencia griega, buscaban que Alemania distrajera recursos humanos y materiales en Grecia.  En las aguas del Adriático, las islas de la costa dálmata ofrecían buenos escondites para las escurridizas lanchas rápidas aliadas. En diciembre de 1943, fue hundido un crucero alemán, que había pertenecido a la marina yugoslava. En este escenario, los británicos se lanzaron a una campaña de capturas de embarcaciones que abastecían a las fuerzas alemanas en la zona. El capitán de la marina canadiense Fuller, fue quien lideró estas audaces incursiones. La negativa del Ejército alemán de ocupar la isla de Vis, donde operaba Fuller, dado las necesidades de otros frentes, permitió que esta base fuera reforzada. Los alemanes respondieron construyendo embarcaciones de transporte armados, y con poco calado, lo que dificultaba los ataques con torpedos., lo que obligó ataques con cañones. Los ataques requirieron mucho valor, especialmente por el poder de fuego de los barcos armados germanos que contaban con piezas de 88 mm.  En las aguas occidentales del Mediterráneo, los Aliados, lanzaron la “Operación Dragón” contra bases alemanas donde había una importante concentración de “torpedos humanos”, lanchas de combate de diverso tipo, que eran empleados de manera desesperada contra el tráfico marítimo. Las operaciones terminaron el 4 de mayo de 1945, dos días después  de la rendición de las tropas alemanas en Italia, cuando el capitán Wuppermann se presentó junto a 300 marinos en el puerto de Ancona, dando por finalizada la dura lucha por parte de estas fuerzas en el teatro Mediterráneo.

 

Final

El final de la guerra, significó también el fin de las Fuerzas Costeras británicas. Estados Unidos también dejó de lado este tipo de medios.  En el caso de los británicos las pérdidas de estos buques superaron los 200, hundieron 70 buques de guerra del Eje y más de un cementar de mercantes. En el caso alemán, las pérdidas de lanchas S y R, llegó a los 300, pero este tipo de medios hundieron el doble de tonelaje de marina mercante, alcanzando las 230.000 toneladas, demostrando que los alemanes fueron más eficientes en los ataques al tráfico marítimo aliado. En las primeras instancias de la guerra, Gran Bretaña tardó en dar una respuesta a la amenaza en sus aguas costeras, hasta que finalmente desarrolló potentes fuerzas, que operaban en conjunto con aeronaves basadas en tierra, una red de radares y operando en más de una ocasión con medios de mayor porte, como destructores. En dos años de dura lucha, los alemanes perdieron capacidad para lanzar los audaces ataques que realizaban en aguas del Canal de la Mancha, y también sufrieron limitaciones para operar en las aguas del Mar del Norte, obligando a realizar tareas de minado y operaciones nocturnas, con alto riesgo asociado. No cabe duda que este tipo de medios fueron los ideales para operaciones costeras y escenarios como el Mediterráneo, el Adriático o el Egeo.

 

Estas fuerzas, llamadas por muchos como  “fuerzas sutiles” evolucionaron y recobraron valor, con la llegada del misil. La Unión Soviética desarrolló diversos modelos, armados como misiles y organizó fuerzas especialmente adaptadas, con su doctrina y tripulaciones bien adiestradas para el combate en espacios como los mares Báltico y Negro. Muchos países adquirieron modernos patrulleros lanzamisiles de origen soviético para la defensa de sus costas. Israel, también desarrolló una fuerza de patrulleros lanzamisiles, con tripulaciones entrenadas y armamento moderno, que empleados de manera agresiva y explotando el factor sorpresa, en la Guerra del Yom Kippur, llevaron a cabo ataques exitosos contra las marinas egipcia y siria.

 

Articulo original en 

 

https://elminuto.cl/episodios-de-la-segunda-guerra-mundial-los-pequenos-guerreros-del-mar/

 

 

 

 

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